Aire - Shindo You
Pedido por: Yandere_Mukami (Espero sea de tu agrado ^^)
:-:
Tenían una dinámica interesante. Era algo que sus compañeros de clases siempre puntualizaban mientras hacían apuestas de quién se le confesaría a quién o si estaban saliendo desde hace ya un tiempo; aunque todo indicaba que sería Shindo quien se confesaría primero. Eran la telenovela de la clase, y a ninguno de los dos le importaba.
Shindo era el presidente de la clase; de hecho, lo había sido desde el primer año de instituto. A pesar de su personalidad un tanto retorcida, todos confiaban en él porque quería llevarlos a la victoria como un equipo. Sin embargo, todos sabían que la mente maestra tras él, aquella que podía doblegar sus decisiones, era (T/N).
—No me parece. —La chica interrumpió su estrategia con voz suave.
—¿Por qué? —Alzó una ceja, dejando su charla motivacional de lado.
—La ruta que propones... El hecho de ir en grupo... —Señaló las cosas que había escrito en la tierra con una ramita—. Nos vas a hacer pasar por un sitio con tendencia al desprendimiento de escombros; y dividirnos en dos grupos sería lo mejor para contrarrestar una emboscada.
—Está bien —Shindo asintió—, aunque no estoy de acuerdo con dividirnos. ¿Qué te hace suponer que...?
—Es fácil —atajó, notando cómo todos balanceaban la mirada del uno a la otra—. Un héroe se caracteriza, en estos tiempos, por su ambición. Querer rescatar más heridos en esta zona donde seguro hay más gente atrapada, es lo más probable. No nos emboscarán del otro lado.
—En serio —sonrió, tachando el plan que había diseñado—, me matas con tu lógica. ¿Les parece si hacemos lo que dice (T/N)?
Todos estuvieron de acuerdo. Dirigiéndose sonrisas al coincidir que, nuevamente, Shindo se había rendido ante las palabras completamente sensatas de la joven. Sus compañeros de clases querían verlos, de una vez por todas, saliendo porque sabían que harían una hermosa pareja. Sin embargo, ellos parecían no tenerlo demasiado en cuenta, ambos siendo tan serios en lo que respectaba a su sueño de ser héroes.
Aunque Shindo jamás imaginó que los días de hegemonía que compartía a su lado, casi con la certeza indefectible de que siempre estarían para el otro, acabarían sin más. Ella ya no estaba y él seguía un tortuoso camino hacia sus sueños, percatándose de que todo era más complejo sin ella, de que le hubiera gustado decirle cuánto la apreciaba antes de que fuera demasiado tarde.
Pero ella se había ido, sin decirle adiós, sin siquiera avisarle a alguien que lo haría. (T/N) no era de despedirse; nunca le había gustado el dramatismo que adornaba las escenas de despedida. Aun así, para Shindo había sido cruel. Tener que enterarse por su tutor de último año sobre su decisión le hacía pensar que su amistad y rivalidad de dos años había sido unilateral.
A pesar de que le dolía y, en el fondo, se sentía traicionado, no podía evitar entenderla porque él también hubiera aceptado una beca al extranjero. Tan solo restaba esperar que los antojos del destino volvieran a unir sus caminos con el transcurso de los años. Seguiría adelante.
No tardó demasiado en graduarse y, para su suerte, las solicitudes para unirse a diferentes agencias de héroes le llovieron a cántaros, al punto que no sabía por cuál decidirse. Y cuando lo hizo, jamás hubiera imaginado que le asignarían de pupilo al héroe que más detestaba de Yuuei.
—¡Muere! —Ground Zero hizo estallar el concreto de un edificio colapsado tras el tifón que había azotado Musutafu.
—Debes buscar víctimas. Si andas por allí gritando 'muere' como un retrasado van a asustarse. —Le dio un zape en la cabeza, esquivando el golpe que le iba a devolver—. Eres un héroe, debes brindarles tranquilidad.
Shindo se adentró en la construcción medio hundida por los deslaves de la zona. No era un sitio donde pudiera sacarle provecho a su kosei, pero haría lo que se esperaba de él. Los reportes decían que había una familia entera atrapada y era su deber sacarlos a todos sanos y salvos.
El interior apenas era iluminado por unas cuantas ventanas, el lodo le llegaba a las rodillas y corría un aire helado que le ponía los pelos de punta. Algunas cortinas ajadas ondeaban, los jirones semejantes a dedos cadavéricos. Escuchó una suave risa deslizándose y giró la cabeza en varias direcciones, notando que Bakugou se mantenía inmutable a la par que oteaba el sitio.
Agitó la cabeza para dispersar los escalofríos que le trepaban por la columna vertebral. Dio un respingo cuando su compañero habló, el chico aún tenía un año para graduarse de U.A. pero demostraba tanto dominio como héroe como cualquier recién graduado.
—Voy a ir al segundo piso.
—Ten cuidado, yo seguiré investigando un poco más por aquí...
—Dudo que encuentres algo, así que no te quejes cuando yo me lleve toda la gloria.
Shindo bufó y se vio tentado a mostrarle el dedo medio con saña, pero no quiso pensar demasiado en ello cuando sintió otra brisa gélida soplándole la nuca. Se frotó el sitio con ahínco, queriendo aplacar el mal presentimiento. Nunca había sido de creer en cosas paranormales, pero qué otra explicación podía darles a las extrañas corrientes de aire en un sitio cerrado.
Una caricia se paseó por su hombro. Giró la cabeza, raudo. El frío del fango empezó a metérsele por los poros de la piel de las piernas. En un espacio reducido, con las vigas de la infraestructura del edificio chirriando, poco podía hacer para usar su kosei y defenderse, era bueno en la lucha cuerpo a cuerpo, pero en ese instante no se sentía seguro de sí mismo.
Se estremeció. De nuevo la suave risilla resonó en sus tímpanos y unos dedos se deslizaron por su cuello. Se quedó casi petrificado cuando rodearon sus hombros con sutileza, un viento trémulo acarició su oreja y creyó que iba a terminar gritando.
—¿Te asusté?
Esa voz...
La recordaba tan bien que tuvo que pellizcarse para convencerse de que no estaba soñando, siendo aturdido por los erráticos latidos de su corazón. Vio sus manos materializándose frente a su nariz mientras sentía el peso de su pecho contra la espalda.
—¿(T/N)?
—A tus órdenes. —Hizo un saludo militar, bajando unos cuantos centímetros cuando su cuerpo terminó de formarse—. Parecía que ibas a mojar tus pantalones, Shindo.
—Estaba listo para enfrentarme a un villano. —Se llevó la mano al pecho para menguar el incontrolable bombeo; estaba más hermosa que nunca.
—Lástima que no haya ninguno, entonces. Vine con los paramédicos luego del informe que decía que la estructura es proclive a colapsarse; tengo que sacarlos a todos de aquí.
Shindo la observó unos instantes más, aún pellizcándose y notando cómo se veía mucho más fuerte y decidida que en antaño. Supuso que su kosei se había fortalecido lo suficiente para irradiar esa mirada de confianza. A pesar de que quería hablar con ella, pedirle justificaciones y ponerse al día, el deber se erguía ante ellos de manera prioritaria.
—¡Mierda! —El gruñido del más joven resonó por las escaleras.
La heroína, ataviada en un simple traje negro, tomó el hombro de You y desaparecieron. Todavía podía recordar la sensación incómoda que le provocaba su kosei, su existencia se esparcía por el universo y el aire abandonaba sus pulmones, olvidaba respirar porque él mismo era aire, sus pensamientos se le escapaban y el sitio de contacto con (T/N) se entremezclaba en una experiencia que siempre le había resultado íntima, especial.
Cuando sus pies tocaron el suelo y todo volvió a compactarse, se sintió mareado. La chica le sonrió con sorna y se adelantó a Ground Zero y los cuatro miembros de la familia que estaban pálidos de la impresión.
—¿Qué pasó?
—La-la construcción —Shindo no pudo evitar separar los labios anonadado cuando escuchó al mismísimo Bakugou Katsuki titubear— está muy frágil como para que podamos salir todos. Además, están heridos.
—Para eso estoy acá. —Les sonrió a todos con ferviente convicción—. Puedo llevar a dos personas a la vez, lo más...
—Lleva a mi esposa a mi hija, por favor. —Un hombre con el cabello repleto de vetas plateadas habló con premura—. Ella está herida y...
—Y si nos pasa algo, mamá la cuidará. —Un chico de más o menos trece años añadió con la voz quebrada.
(T/N) no esperó nada más y, después de lanzarle una mirada a Shindo para que continuara evacuando, tomó a las dos féminas y se esfumó en el aire.
—¿Se teletransporta? —preguntó Bakugou, percatándose de la pierna rota del chico y sirviéndole de apoyo.
—Se transforma en aire —corrigió Shindo—. Recuerdo que en el colegio era un caos; pero ahora se ve tan segura de sí misma...
Bakugou bufó, diciéndole que se mantuviera concentrado en su misión. Bajaban los peldaños con cuidado, viendo el concreto desmoronarse ante su peso. La heroína apareció frente a ellos y, sin previo aviso, se llevó a Bakugou y al adolescente, un grito del primero perdiéndose en el viento.
—Cuidado. —Shindo tomó del brazo al hombre cuando lo vio resbalar.
Se apoyó de la baranda, haciendo que esta se desprendiera y que una enorme grieta surcara la pared sin reparo. You actuó rápido; tomó al hombre y lo refugió bajo su cuerpo mientras, con ambos brazos hacía vibrar la pieza de techo que se les había ido encima. Los dientes le castañeaban, pero podía resistir hasta que llegara apoyo.
Fue un alivio sentirse liviano, deslizándose por la habitación mientras todo se derrumbaba y sin tener que preocuparse porque algo le cayera encima. Tuvo que entrecerrar los ojos cuando la luz del día le golpeó el rostro, sintió el peso del hombre, desestabilizado por los efectos del kosei. Casi rio al percatarse de que Bakugou había adoptado un nauseabundo tono verduzco.
Sin embargo, se apartó cuando una cantidad abrumadora de periodistas se le abalanzó encima a (T/N). La chica les sonrió con deferencia y, sin esperar demasiado y dedicándole una mirada a Shindo, desapareció nuevamente, susurrando una promesa de reunión futura. Suspiró cuando todos dirigieron la mirada hacia él. Armándose de su mejor sonrisa, se dispuso a responder las preguntas que le hicieron.
:-:
—¿Y qué tal Estados Unidos?
—Normal. El choque cultural es un tanto abrumador.
—Una suerte para ti poder esfumarte en el aire. —El tono de Shindo adoptó cierta acusación y resentimiento.
—Lo siento —dijo de inmediato y bajó la mirada—. No quise despedirme porque quería tener la certeza de que podría volver a verte. Siento que decirte adiós significaba que sería para siempre, y no quería que pasara.
—Pero pudiste avisarme. Me quedé frío cuando el profesor nos dijo que te fuiste. Éramos un equipo...
—Bueno, también fue de improviso —explicó, cosa que captó el interés del chico—. Un niño pequeño desarrolló un kosei similar al mío y estaba aterrado. Ellos prometieron enseñarme a controlar el mío y, a cambio, yo ayudé al niño. Pero, Shindo, ¿me perdonas?
Le sonrió, batiendo las pestañas de forma provocativa, y You sintió las mejillas ardiéndole. Y no, no fue por su gesto trastocado con picardía, sino por su pie deslizándose tentadoramente por su pantorrilla, subiendo hasta su rodilla y deseando ir un poco más allá de no ser porque él se hizo para atrás. La miró incrédulo, estaban en un sitio público y ella tan solo bebía su batido favorito divertida.
—Como la prisión te cambia, al parecer América también... —susurró y decidió mantener la distancia.
Aun así, dio un respingo cuando sintió dedos trepando por su pierna. Vio en estado de pánico cómo la mano izquierda de la chica había desaparecido y ella se rio, dejándolo tranquilo.
—Lo aprendí allá. Puedo convertir cualquier parte de mi cuerpo en aire a mi voluntad.
—Sí, genial... Pero no me manosees —siseó, ruborizado como una colegiala.
—Lo siento. —Rio suavemente, algo de bochorno por fin siendo evidente en sus mejillas—. Es solo que quiero tocarte. Han sido dos años separados y me hacías falta. Todo este tiempo quise decirte lo mucho que me gustas, que los rumores en el salón eran ciertos y que perderían su maldita apuesta porque yo debía ser la primera en confesarse... Y luego vengo, te veo tan maduro, y haces que me enamoré más y quiera descubrir cada cosa que me perdí cuando no estuvimos juntos. Entiendo si no sientes lo mismo, pero...
Shindo apoyó su mano sobre la de ella, dándole un apretón afectuoso a sus dedos mientras procuraba disimular el sonrojo mirando a los transeúntes que pasaban por la acera del frente. No sabía cómo ni por qué ella siempre lo tuvo bailando en la palma de su mano; podía sentirse en control de todo, pero cuando se trataba de (T/N), temía cometer un error y perderla. Sin embargo, ahí estaba ella, confesándole lo que él había pretendido, en su momento, llevarse a la tumba. Ni siquiera se sorprendió de que tuviera la iniciativa y tan solo pudo sonreírle para sosegar sus emociones dispersas.
—Yo también —susurró, casi como si temiera que el simple sonido de su voz rompiera la ilusión en la que deseaba sumergirse cada vez más, porque aún no podía procesar que todo eso era real—. Pensé que no sentías lo mismo.
—No te hubiera manoseado, entonces —repuso y él rio—. Lo siento, pensé que te gustaría.
—Y yo creí que estabas jugando conmigo —negó con la cabeza—, no te recordaba siendo tan atrevida.
Ella le sonrió y jugó con sus dedos más largos y callosos. A pesar de que ambos sentían los mismo, por alguna extraña razón no se podía animar a pedirle establecer una relación, no cuando aún debían ponerse al día, tomarse las cosas con calma y darse otra oportunidad.
—¿Te parece si empezamos esto lentamente? —Shindo haló su brazo y besó la punta de sus dedos, disfrutando el cálido arrebol que se formaba en los pómulos de ella.
—Estaba pensando exactamente lo mismo.
—Debe ser un milagro que coincidas conmigo de buenas a primeras.
—Quizás es porque la madurez te regaló algo de sensatez —pestañeó sardónica.
Ambos rieron entre felices y nerviosos, deseando que todos esos años de quererse en secreto florecieran más para darles el valor de dar el siguiente paso en una relación que ansiaban llegara a ser más que la hermosa amistad de la que gozaban.
¡Muchas gracias por leer!
N/A: ¡Por fin! Supieran lo que me costó escribir este OS T_T Al principio era una idea, luego dije que quería hacerlo dramático y, al final, esto fue lo que salió. Creo que este, junto al de Tetsutetsu, han sido los más difíciles de escribir.
El kosei de hacerse aire lo saqué del legado de Miki, un personaje de Los Seis Fugitivos de Pittacus Lore; no puedo creer que volví a obsesionarme con los Legados de Lorien xD En serio, si les gusta las cosas de superpoderes y no se han leído esta saga, deberían hacerlo; yo la amo.
En fin, ya comienzo clases, así que intentaré actualizar pronto. Para la próxima ocasión les traeré a Kirishima o a Midoriya ^^
¡Cuídense mucho!
¡Plus Ultra! >.<
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro