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Adorable - Midoriya Izuku

Wattpad no me deja poner una fotito T_T

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Experimentaba una agradable sensación burbujeante cada vez que recordaba el día que se conocieron. Él trotaba una hora y media antes del anochecer, a buen ritmo y pendiente de sus alrededores. Mientras tanto, ella paseaba por primera vez a una manada de perros pequeños después de pasar exitosamente el entrenamiento de su trabajo de medio tiempo.

Sin embargo, un bulldog, más tanque de guerra que perro por su gordura, se le escapó a velocidad anormal. Para su sorpresa, un muchacho de esponjado cabello verduzco corrió tras él mucho antes de que ella procesara lo que había ocurrido. Y cuando él le entregó la correa con una sonrisa amable, fue inevitable exclamar lo genial y heroico que era, del mismo modo que fue inminente el profuso sonrojo del muchacho.

Se encontraban algunas tardes y pasaban breves minutos hablando y poniéndose al día de las pequeñas nimiedades de las que se componía la vida; y a ambos les gustaba. Sentían que poder hablar con alguien ajeno a sus actividades era un alivio psicológico, y no solo eso, ver cómo cada uno crecía y se aferraba a sus aspiraciones mientras se acercaban más a su realización, tan solo aunaba aún más su incipiente amistad de ocasos interminables.

(T/N), echando cuenta de todo lo que habían vivido juntos, creía que era extraño y, al mismo tiempo, un milagro el estar viviendo ese día junto a él. Y es que Midoriya era tan imprudente y obstinado que siempre terminaba lesionado en las batallas, preocupándola hasta el día que se le hizo normal verlo enyesado mientras escuchaba con lujo de detalles qué era lo que había ocurrido.

—(T/N) —Izuku bajó una caja, la última, de la camioneta que le había prestado Iida—, ¿estás bien?

—Sí. —Le sonrió—. Solo pensaba que es irónico que nos mudemos juntos.

—T- ¿tú crees? —Se sonrojó como cada vez que ella le hacía acuerdo que vivirían juntos a partir de ese día.

—No lo digo en mal sentido. Sino que lo más normal era que nuestros caminos jamás se hubieran cruzado. Tú te casarías con una chica de U.A. y yo con un compañero del trabajo o la universidad.

—Quizás se cruzaron por algo fuera de nuestro entendimiento —comentó, deteniéndose a pensar en sus palabras—. Sin embargo, (T/N), soy muy feliz por haberte conocido.

(T/N) sonrió con las mejillas ruborizadas mientras se disponía a sacar un par de portarretratos para colocarlos en la mesa de la sala, a la par que se preguntaba cómo él y ella se las arreglarían para convivir y construir el concepto de familia que deseaban.

—Mi mamá sigue un poco insegura respecto a esto —habló Midoriya con una risita de alegría.

—En mi caso es lo mismo. Dicen que aún soy muy joven. —Le devolvió el gesto de manera casi cómplice mientras aceptaba el afectuoso apretón de manos que él le ofrecía—. Pero creo que somos capaces de pagar la renta y los servicios básicos; es decir, tengo un trabajo estable y tú también te has labrado un nombre como héroe.

Ante su último estamento, Midoriya no pudo contener más su amplia sonrisa.

Les habían dado un par de días libres previos al fin de semana para que se mudaran y asentaran en su nuevo hogar.

—Será divertido —dijo con optimismo Midoriya—. ¿Quizás un poco difícil al principio?

—Lo difícil será no quedarme sin uñas por lo preocupada que me tendrás cada que no regreses rápido a casa —bromeó, consciente de que Izuku era lo suficientemente fuerte como para no morir en las manos de un villano.

—Seré más prudente. Se lo prometí a mamá y a muchas personas más.

—A mí no me has prometido nada, Izuku.

—No moriré —pronunció de forma solemne mientras la miraba tan serio como sus grandes ojos se lo podían permitir.

—... —(T/N) infló las mejillas y, sin poder contenerse más, estalló en carcajadas—. ¿Qué clase de pacto harás? ¿Con qué demonio?

—¿Eh? ¡(T/N)! Lo digo en serio.

—Te tomo la palabra. —Se limpió un par de lagrimitas—. Morirás por causas naturales, he dicho.

—¿Por causas...? —murmuró, cayendo en cuenta del porqué del ataque de risas de su novia—. ¡Oye! No me refería a vivir eternamente ni nada...

—Izuku, ¿alguna vez te he dicho lo adorable que eres? —Enmarcó sus facciones mucho más maduras que las de antaño.

—Ya soy un adulto —se quejó y suspiró—. Debería ser apuesto, varonil o algo así, no 'adorable'.

Rio entre dientes y lo besó suavemente, extasiándose de la leve caricia que los labios de Izuku le brindaban. Se sonrieron al separarse, y Midoriya arremetió contra su boca con ímpetu, estrechando su cintura para reducir la distancia entre ambos. (T/N) rodeó su cuello con uno de sus brazos mientras que con la mano libre exploraba el torneado dorso de su novio.

—Alguien por aquí quiere estrenar la cama —cantó (T/N) cuando por fin le dio algo de espacio para respirar a la par que sus dedos acariciaban de forma tentativa su muslo.

—No sería una mala idea. —Le dio su mejor sonrisa seductora y la alzó sin mucho esfuerzo.

—Es del extranjero —empezó, agitando las piernas mientras Midoriya reía por el desequilibrio—, supongo que debe ser buena. Digo, sueles ser un poco sal...

—¡(T/N)! —atajó, rojo de la vergüenza—. N-no es necesario que lo digas...

—Pero si es la verdad. —Sonrío de forma traviesa, acomodándose en la cama una vez Midoriya la colocó con suavidad. No pudo evitar que un suspiro escapara de sus labios.

—¿Ocurre algo? —Midoriya gateó hasta acomodarse a su lado.

—Estoy exhausta. Ni ganas de estrenar la cama tengo —se quejó mientras pataleaba un poco.

—No te preocupes, yo estoy igual. —Extendió la mano hasta hacerse con el control del aire acondicionado para encenderlo.

—¿Eh? Pero si querías...

—Por ti, podría aguantar un poco más.

—Oh, vaya. Si es para hacer cosas pervertidas estás más que dispuesto —bromeó y él se ruborizó con violencia.

—No es mi culpa que se sienta bien —repuso, sonriendo cuando ella lo abrazó y apoyó la cabeza en su hombro.

—¿Eh? El gran sucesor de All Might, el próximo símbolo de paz, ¿está cayendo ante las tentaciones mundanas y carnales? —Rio, contenta por saber que ella era la causante de todos esos sentimientos.

—Sigo siendo un hombre, ¿no? Es normal.

—Si tu mamá te escuchara, Izuku.

—N- ¡No me hagas acuerdo! —Se cubrió el rostro con las orejas rojas.

(T/N) rio divertida. Hacía unos cuantos meses, dos meses después de haber hecho oficial su noviazgo, Inko, mientras limpiaba la habitación de su hijo para que la encontrara tan impecable como la dejó antes de marcharse a los dormitorios de U.A., consiguió en una gaveta un par de preservativos.

(T/N) aún recordaba cómo los sentó a ambos en el sofá con una seria mirada mientras le daba la temida charla sin contenerse ni un poco, agradeciendo que se protegieran a pesar de ser muy temprano para empezar su vida sexual. Y (T/N) solo para fastidiar a Izuku, había dicho que realmente no habían llegado tan lejos y que jamás imaginó que Midoriya fuera así.

—¡Deja de reírte! —pidió—. Es tan vergonzoso.

—Pero no sé por qué no le explicaste que eran de una campaña que hicieron de educación sexual...

—Con más razón hubiera continuado con toda esa conversación —espetó, alarmado—. Jamás había escuchado a mamá usar esos términos.

—Oh, sí. —(T/N) asintió con aquiescencia—. Se le ve tan tranquila que hasta a mí me impresionó. Por cierto, Izuku, ¿no irás a trotar?

—¡Cierto! —Se sentó cual resorte para volver a tumbarse, casi aplastando a su compañera en el proceso.

—¡Oye!

—Estoy cansado... —Cerró los ojos, permitiéndose inundarse en el aroma de su nuevo departamento y de cómo sus olores se mezclaban de forma tan agradable—. Mañana en la mañana trotaré un poco y también en la noche, así no habré perdido ni un solo minuto de entrenamiento —se propuso con un brillo de convicción ardiendo en sus pupilas—. ¿Por qué sonríes así, (T/N)?

—Por nada. —Volvió a abrazarlo, escondiendo su rostro—. Simplemente que eres genial.

Midoriya curvó los labios con orgullo y devolvió el gesto. Poco a poco, presas del cansancio que conllevaba el mudarse y desempacar las cosas más importantes para que su hogar tomara forma, se dejaron caer en un profundo sueño, deseando estar en los sueños del otro.

:-:

—Izuku es un hombre cruel —murmuró cuando estiró la mano y no encontró acompañante.

Los rayos solares se colaban por el visillo, dándole a la habitación un tono anaranjado que le brindaba calidez y la tentaba a continuar durmiendo. Pero al escuchar el sonido de la puerta principal abriéndose, decidió que sería bueno pararse y hacer algo por no lucir como una perezosa, aunque Midoriya conocía su forma natural.

Se metió en el baño para cepillarse y casi le lanzó el portajabón de vidrio a Izuku cuando entró sin tocar, ambos acostumbrados a tener su propio baño privado. Después de ver sus rostros sorprendidos mientras procesaban qué había ocurrido, ambos se echaron a reír, demasiado avergonzados.

—No volveré a olvidar que debo tocar.

—Lo mismo va para mí.

—Por cierto, buenos días. —Midoriya sonrío y se inclinó un poco para depositar un beso casto en sus labios—. Te ves hermosa hoy.

—Supongo que el cabello enredado es muy sensual, ¿verdad? —Rio ante su intento de coqueteo y decidió salir del baño.

—Ten en mente que todos los días y en cualquier situación, me parecerás hermosa —dijo con ese gesto inocente que solía exhibir sin piedad, logrando que se sonrojara con violencia mientras cerraba la puerta y escuchaba una breve carcajada de Midoriya.

—Es un abusador —musitó, acariciándose los cachetes para que la sangre fluyera.

(T/N) miró una última vez la puerta de madera del baño y, más enérgica, decidió que sería una buena idea preparar algo para el desayuno. Supuso que debía hacer algo nutritivo para ambos y más con las exigencias físicas de Midoriya; sin embargo, aun cuando tenía ganas de hacer algo sorprendente, no se le ocurría nada más que un simple sándwich o unos huevos.

Era una suerte que sus padres les hubieran llevado algo con que abastecer el pequeño refrigerador que habían comprado y la alacena se veía decente para ser el primer día viviendo juntos. No pudo evitar esbozar una sonrisa de pura emoción al recordarse una vez más que desde ese momento un brillante futuro los aguardaba.

Absorta en sus pensamientos, empezó a preparar huevos revueltos de forma mecánica, tarareando la canción de moda. De soslayo, se percató de Izuku con una toalla en los hombros, observándola con sorpresa.

—Pudiste haberme esperado para hacer el desayuno juntos —comentó, avergonzado.

—Pensaba sorprenderte. —Alzó las cejas, viendo con curiosidad su cabello aplastado por el agua.

—B-bueno. —Asintió y se apoyó del vano de la puerta—. Por cierto, ¿sabes dónde está el secador?

—No lo he sacado de la caja aún, ¿por qué?

—Me gusta secarme el cabello, eso es todo. —Se encogió de hombros, sonrojándose ante la sonrisa burlona de su novia.

(T/N) formó una "o" con sus labios mientras picaba pan para ponerlo a tostar. Mientras tanto, Midoriya disponía los platos y cubiertos para servir la comida, a la par que sacaba un jugo de la nevera y lo servía. Tenía la impresión de que, si ambos ponían de su parte, lograrían vivir muy bien.

A los pocos minutos, ya estaban sentados frente al otro, agradeciendo por la comida. Midoriya se concentró en comer mientras procuraba ignorar los paulatinos roces del pie de su novia contra su pierna, a pesar de que el sonrojo le crepitaba en las mejillas fuertemente.

Por su lado, (T/N) exhibía una sonrisa entre divertida y enternecida, y es que era testigo de un extraño fenómeno en el que el cabello de su novio se empezaba a alzar como si se tratara de un súper saiyajin o algo así. Jamás lo había visto recién bañado y ahora entendía todo el proceso para que su cabello quedara tan esponjado y suave.

Antes de siquiera estar consciente, ya se hallaba estirando la mano para acariciarlo. Izuku se encogió sobre sí mismo por el repentino tacto, anonadado.

—¿Tengo algo?

—¿Eh? No, no. —Se separó, sonrojada. Ante la mirada insistente de él, continuó—. Es solo que jamás había visto tu cabello recién lavado y secándose al ambiente; se ve adorable.

—¿Adorable...?

—¡Oh! ¡Y esponjado! Dan ganas de acariciarlo... Me recuerda a lindas ovejitas bebé alienígenas; ya sabes, como es medio verde...

Midoriya apretó la mandíbula, infló un poco las mejillas y se sonrojó lentamente. Reuniendo toda la paciencia que tenía y con una promesa de venganza silenciosa, continúo comiendo; a la par que (T/N) se preguntaba si se había pasado un poco con su comentario.

Izuku fue el primero en terminar y se paró casi de forma tempestuosa mientras recogía el plato para lavarlo. Acto seguido, se encerró en el baño para pensar cómo y cuándo podía llevar a cabo su venganza.

—Creo que se molestó —musitó (T/N), preocupada.

Bien, se dijo sarcásticamente, lo había arruinado todo y no se sorprendía si Midoriya decidía que era mala idea vivir con ella. Se sintió culpable y tonta, había derramado el vaso de la casi eterna paciencia que tenía su novio con ella, y jamás lo había visto tan enfadado; pero, es que vamos, solo había sido un pueril comentario diseñado para halagarlo. No era su culpa que le gustara tanto esas nimias cosas que descubría poco a poco sobre su novio...

(T/N) intentó probar suerte y entablar conversación con Midoriya, tan solo para ser ignorada con la cruel frialdad que alguien como él podía exhibir. Izuku pasaba de largo de ella, salía a trotar o simplemente iba a la tienda de conveniencia para comprar frutas y demás alimentos.

Midoriya sonrió divertido cuando, al pasar por la habitación que compartían, halló a (T/N) pataleando en el aire, lanzando gruñidos. Pronto se agotaría el orgullo de su novia y se disculparía con él, en ese momento, se encargaría de dejarle en claro que no era 'adorable'.

Izuku estaba sentado frente a la laptop, como el friki de héroes que era, revisaba las últimas noticias sobre héroes, desde los más populares hasta los que pasaban desapercibido. Como ya era costumbre desde hacía unos años, sacó uno de sus desgastados cuadernos para analizar los koseis que aparecían en las noticias y tomar apuntes como poseso.

Su novia, sin poder resistir más tiempo la fría indiferencia de Midoriya, no supo si interrumpirlo o no. Sin embargo, al parecer notó su presencia a través del reflejo de la pantalla de la laptop.

—¿Necesitas algo? —No había sido su intención, pero la voz le salió tan monótona como la de Aizawa.

—... —(T/N) sintió ganas de llorar de tan solo escucharlo por fin dirigiéndose a ella—. Izuku... —lloriqueó, abrazando su cuello—. Más nunca diré que eres adorable; solo no me apartes de ti.

Midoriya continuó tomando notas, dejando que una sonrisa maliciosa se deslizara por sus labios.

—No me ignores —pidió con un puchero en los labios—. Diré que eres sexy, guapo, macho alfa pecho peludo, lomo de plata y verg...

—¡Ya para! —chilló Midoriya, tapándose el rostro por la vergüenza—. No tienes remedio, (T/N)... —La miró de reojo, ella cómodamente recostada de su espalda con el mentón apoyado en su hombro.

—En serio lo siento, no pensé que te molestaba tanto.

—No me molesta —explicó—. Bueno, exactamente no me enfada, pero se siente raro que siendo un adulto me llames así.

—Es que... Izuku, tu delicadeza al tratar a las personas, la audacia de tu mirada y la manera que tienes para bajar la guardia a mi alrededor es lo que más me atrae de ti. Lo encuentro adorable en un buen sentido.

—... Lo sé. —Suspiró, girando el rostro para depositar un beso en su mejilla—. Sé que no lo haces con malas intenciones, pero hace que sienta que no me tomas en serio.

—¡Claro que te tomo en serio! —Se separó para acomodarse frente a él, dirigiendo sus pupilas a las de él con ferviente firmeza.

—No en ese sentido, (T/N)...

—¡¿Entonces en qué...?! Oh, espera... —Parpadeó un par de veces al mismo tiempo que la sangre le fluía gradualmente al rostro—. Pero ¡eres un semental, Izuku! Si eso es lo que te preocupa, te aseguro que...

Midoriya se puso en pie cual resorte y selló sus labios con un casto y suave beso que duró unos segundos. Al separarse, sonrió:

—Sabes, hay algo que tú y yo debemos practicar hacer...

—¿Qué cosa?

—Debemos aprender a no hablar de más.

—¿Menos charla y más acción?

—No me refería a eso; pero si quieres ponerlo así... —Curvó los labios de forma coqueta, inclinándose de nuevo para obsequiarle un beso profundo, apasionado, febril que la hizo olvidarse de sus alrededores y enfocarse en él y en cómo el estudio pasaba a estar más cálido con cada segundo que transcurría.

Cuando Midoriya se separó, disfrutando el leve gemido de protesta de su novia, acercó los labios hasta acariciar la tersa piel de su oreja e invadirla con su cálido aliento.

—Creo que es hora de estrenar la cama, (T/N).

¡Muchas gracias por leer!

N/A: Esto lo tenía a medio escribir como desde noviembre del año pasado... Siempre me relaja tanto escribir algo de Midoriya, así que me gustó cómo quedó, espero a ustedes también.

El siguiente capítulo será la segunda y última parte de 'Amnesia' (¡Yay!), que ya está casi terminado. Luego, traeré la segunda parte de 'Improbabilidades'. Después, me arriesgaré y terminaré la historia de Shoji-brazos-locos que tengo a la mitad.

Me siento emocionada porque solo me faltan diez pedidos para terminar con la lista; entre los personajes están Shoji, Fatgum, Tokoyami, Shigaraki, Shinsou, Bakugou, Kirishima y Tetsutetsu. Así que espero poder concentrarme en ellos para acabar.

Dejando a un lado mis reportes, les deseo un lindo fin de semana (Que solo falta domingo xD)

¡Cuídense mucho!

¡Plus Ultra! >.<

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