introducción (segunda parte)
—Richard, cariño, ¿quieres hacerme el favor de sacar la basura? Estoy un poco atareada acá —le pidió Hellen a su marido mientras preparaba el café.
Richard, quién también se encontraba trabajando trás la barra y acababa de cobrarle a un cliente, guardó el cambio en la caja registradora y respondió tranquilamente.
—Por supuesto amor.
—Gracias.
El hombre se dirigió a la cesta de papelera, la cuál ya se encontraba hasta el tope y sacó la bolsa de basura haciéndole un nudo. Después salió por la puerta trasera de la cafetería y caminó hasta el contenedor.
En dónde se llevó una gran sorpresa.
Estaba algo oscuro pero el cuerpo en el piso era visible.
—Oh mierda… —Soltó Richard dejando caer la bolsa al suelo. Habían asesinado a un chico justo detrás de su cafetería. Era una locura.
Con algo de inseguridad se acercó más al cuerpo y en éso se dio cuenta que había un gran cráter en la pared, eso lo extraño demasiado.
Pero no tanto cómo lo que vio después.
Al agacharse movió un poco el cuerpo para ver si reaccionaba, pero fue en vano, así que optó por darle la vuelta y ver el rostro.
Y ahora prefería no haberlo hecho.
Se trataba de Jason, uno de los mejores amigos de su hijo. Esté lamentablemente ya no tenía pulsó y al ver el tamaño de ese agujero que traspasaba su pecho tuvo un fuerte escalofrío.
—… Santo cielo. ¿Quién habrá sido el responsable de esto? —dijo Richard levantándose del suelo y regresando adentro para avisarle a su esposa.
La repentina noticia dejó a todos perplejos, sobre todo a Hellen, quién desesperada le pidió a su esposo que buscara ayuda, pero por mucho que lo deseara ya no había nada que pudieran hacer. Jason estaba muerto, y lo único que podían hacer ahora era llamar a la policía e informar a sus padres. No sería nada fácil darles la noticia.
Por otro lado, tweek y craig se encontraban caminando por el centro comercial y luego entraron a una tienda de mascotas. Craig no estaba tan entusiasmado de ver a todos esos pequeños roedores por el momento, pues su querida mascota stripe había fallecido hace unos días y le daba algo de tristeza recordarlo.
Fue por insistencia de Tweek que lo llevó jalado del brazo y después se comportaba de una manera un tanto sospechosa.
—¿Qué hacemos aquí, cariño? —preguntó craig sin rodeos y una ligera sonrisa. Sabía que algo se tramaba.
El rubio se volteó a verlo con una expresión confiada y decidió soltarlo todo de una vez. Ya estaban ahí después de todo.
—Ngh, no te enojes conmigo pero… Pensé en darte una sorpresa —Dijo.
—¿Una sorpresa?
—Si. Ven —se le acercó y tomó su mano.
Craig se dejó guiar por su novio hasta el pasillo de roedores, específicamente las cobayas y en éso escuchó la risita nerviosa de Tweek.
—Jeje, ¿qué sucede?
Lo vio agacharse y cargar a una linda cobaya blanca con manchas café. Ahora que lo veía bien tenía un gran parecido con su fallecida mascota.
—Te presento a tú nueva mascota —dijo él chico bastante animado —. Bueno, podríamos cuidarlo entré los dos si quieres.
Los ojos del más alto brillaron de emoción al oír eso y miró fijamente al pequeño animalito. Su novio le acababa de obsequiar una nueva mascota. Esté sería uno de los mejores días de su larga vida.
—¿Me compraste un nuevo cobayo? ¿en serio?—sonrió contento y viendo cómo Tweek se lo entregaba con cuidado.
Cuando por fin lo tuvo en sus manos comenzó a acariciarlo con cariño.
—Bueno, creí que te animaría luego de, ya sabes… —respondió medio apenado y rascando su nuca.
—...
—Ugh, ¡no creas que intento buscarle un simple reemplazo ni nada de eso! —le aclaró, mirándolo a los ojos y luego mostrándole una tierna sonrisa —. Sólo pienso que, eres tan buena persona y cuidador que cualquiera de éstos amigos querría tenerte cómo dueño. Mereces darte otra oportunidad y ser feliz craig.
—... Eres increíble. En verdad, muchas gracias, amor —le respondió felizmente, luego se acercaron para darse un suave besó.
—Jeje no me des las gracias, lo hago porque eres mi novio y me importas.
—Pues… Acabas de hacerme más feliz de lo que era contigo —fue honesto con sus sentimientos y tweek rió.
—Ahora compremosle un poco de comida y también juguetes para variar —dijo tweek acariciando al pequeño roedor.
—Buena idea.
La joven pareja siguió caminando por el pasillo hasta encontrarse con la sección de juguetes para mascota, en dónde vieron varias cosas que podrían gustarle a su nuevo amigo.
Después de decidir que llevarían y pasar a la caja, estos salieron de la tienda y pensaron en regresar a casa. Sin embargo, cuando ya estaban en el auto y listos para marcharse el teléfono de Tweek comenzó a sonar y esté lo sujetó.
—Ngh, es papá —leyó tweek viendo a su pareja y craig sólo se mantuvo inexpresivo.
—... ¿Habrá pasado algo? —dijo craig.
—Quién sabe —respondió el rubio atendiendo la llamada —. Hola papá, si ¿qué pasa?
Craig respiró profundo y miró por la ventana, observando a una que otra persona salir del centro y dirigiéndose por distintos caminos. Todo en total tranquilidad hasta que hubo un largo y tensó silencio seguido de un jadeó de sorpresa, en eso regresó la vista al rubio. Estaba pálido.
—¿Q-Que Jason que? —su voz temblaba.
—...
—Ugh, no… No, no bromees con eso papá. Aún no es el día de los inocentes.
—Tweek… —le tocó el hombro preocupado—. ¿qué sucede?
—¡Ngh, no! ¡No puede ser! ¡Agh!
Tan terrible fue la noticia que tweek no tardó en presentar un pequeño ataque de pánico. Dejó caer el teléfono de su mano y empezó a respirar agitado. Su amigo de la infancia estaba muerto, lo habían asesinado, y cerca de los contenedores de la cafetería. Apenas y podía procesar todo.
—Tweek, tweek, cariño, respira hondo —se acercó más a este, tratando de tranquilizarlo.
El rubio temblaba de los nervios y cómo pudo se aferró a la chaqueta de su novio. Craig lo envolvió en un abrazo y le seguía pidiendo que respirara profundo, mientras le acariciaba el cabello y esperaba que se calmara. Ya se imaginaba lo que le habían dicho por teléfono, y por su reacción supuso que su amistad con jason no era cualquier cosa.
—J-Jason mi amigo, está muerto Ugh —sollozaba en su pecho —. Papá lo encontró muerto en el callejón de la cafetería ngh.
Craig chasqueó con pesar.
—... Lo lamentó mucho, cariño.
—Alguien lo asesinó, craig ugh.
—Es una pena…
—Ngh, pero no entiendo nada snif, ¿qué pasó?
—...
—Tengo que, nhn tengo que ir a la cafetería y saber qué fue lo que sucedió —dijo el rubio aún temblando.
—Mi amor, escucha… —se separó un poco para ver sus bellos ojos hundidos en lágrimas.
—Ugh.
—Sé que estás muy dolido por la noticia que te acaban de dar, y en verdad lo siento, pero sólo mírate. Estás muy nervioso y acabas de tener un ataque de pánico. No permitiré que vayas directo a la escena del crímen y arriesgarme a que te pongas peor.
—Pero craig…
—Lo mejor será que te lleve a casa, necesitas calmarte. Y, yo conduzco.
Tweek no dijo nada, sólo agachó la mirada y asintió con tristeza mientras craig le tocaba él hombro y luego de bajaba del auto. Intercambiaron de puesto y craig sostuvo firmemente el volante, miró cómo su novio se mordía uno de sus dedos y pensativo encendió él auto. Haría todo lo posible por calmarlo.
Es decir, no sabía que le afectaría tanto…
+++++++++
Los tweak informaron a la policía y a las ciencias forenses para que investigarán el caso. Decidieron cerrar la cafetería una vez se supo todo y luego vieron llegar a los blanco, estos completamente destrozados al enterarse de los sucedido y queriendo dar con él bastardo responsable de su muerte. Richard y Hellen entendían perfectamente su impotencia y dolor pero probablemente sería un proceso largo y tedioso. Debían ser pacientes y tratar de asimilar lo sucedido.
—Ugh ¿Jason estuvo con ustedes antes de que lo encontrarán muerto? —preguntó la señora blanco mientras era abrazada por su marido.
—Emm no, no lo habíamos visto en todo el día, ¿no es así, cariño? —Respondió Hellen apenada y viendo a su esposo.
Richard asintió de acuerdo con su mujer y miró compasivo a la pareja.
—Pero lo más seguro es que la policía investigue quién fue la última persona que vio a Jason. Tal vez alguien sepa si tenía que verse con alguien o iría a algún lugar en específico —dijo el hombre.
—Snif, pero nada de esto tiene sentido. Nuestro Jason jamás estaría involucrado con gente rara —sollozo la madre.
—O alomejor alguien quería hacerle daño —habló su marido y la mujer lo miró con sorpresa.
—¿Pero quién? Nuestro hijo se llevaba bien con todos y lo sabés.
—Ugh no lo se cariño, sólo intento encontrar una explicación a todo esto —soltó estresado y sujetándose la cabeza. Un montón de emociones negativas lo estaban atormentando en ese mismo momento.
Los tweak los miraron con pesar. Sabían que darles ánimos sería completamente inútil. Sólo podían acompañarlos en su dolor y darles todo su apoyo. No se imaginaban el sufrimiento por el que estaban pasando. Perder un hijo, no era fácil aceptarlo.
Para mala suerte de los blanco, la muerte de su hijo era todo un misterio, y sus dudas no terminaban de aclararse cuando los forenses le detallaron la causa de su desangramiento. No habían rastros de balas ni ningún arma filosa en su cuerpo, sólo pequeños rastros de tierra y ese inquietante cráter en la pared que seguían investigando. Ya era claro que le habían disparado con algo, sólo que no estaban seguros de con qué.
Ambos padres estaban muy afectados, en especial su madre, quién con mucha rabia le deseó una muerte inmediata al asesinó. No entendía por qué razón lo había hecho, pero cualquiera que fuera capaz de matar a sangre fría a una persona no debía tener ningún tipo de sentimiento ni empatía.
Sólo un maldito enfermo, insensible y sin corazón…
+++++++++++++
—Te preparé un té de manzanilla, cariño. Ojalá y te ayude a calmarte —decía craig sosteniendo la taza y viendo a su novio recostado en el sofá de la sala.
Tweek lo miró y sin mucho ánimo se incorporó hasta quedar sentado.
—Gracias craig… —le agradeció sujetando la taza y dándole un sorbo.
Craig se sentó a su lado y le veía sereno.
—¿Cómo te sientes?
—Sigo sorprendido y triste por la noticia, ngh. Jason no merecía morir de esa manera.
—Seguro que no.
—Quiero saber que pasó. Ugh, ya estoy más tranquilo… Puedo ir a la cafetería.
—...
—Además ya debieron haber llamado a la policía y encargarse del cuerpo… —Tragó saliva duro y sintió la mano de craig en su hombro. Esté dándole una mirada comprensiva.
—Está bien, vayamos a la cafetería… Pero antes déjame dejarle comida a stripe.
—... Ok. Yo iré a lavarme un poco la cara.
—Bien.
Mientras el rubio caminaba dirección al baño craig fue a la Habitación en dónde se encontraba stripe, esté ya en su jaula y moviéndose de un lado a otro. El chico le abrió la puerta un momento y sujetando la bolsa de comida comenzó a servirle en su dispensador. El animalito no perdió tiempo y fue directo a comer, Craig le acarició cariñosamente la cabeza y después cerró la jaula. Al salir de la habitación vió a tweek secándose la cara con la toalla.
—Yo conduzco, cariño —Le hizo saber mientras buscaba las llaves sobre la mesa.
—Ngh si está bien. Es tu auto después de todo —acepto sin problema y en eso respiró hondo —. Vamos.
Craig asintió y se acercó a esté para abrazar su hombro en señal de apoyo, luego salieron de la casa y subieron al auto para encaminarse a la cafetería. Al menos tweek se veía más calmado, sólo algo deprimido.
Al llegar vieron a unos policías parados cerca del callejón y unas cintas que rodeaban el lugar. Tweek se tensó al imaginar lo que tuvieron que ver sus padres y en eso bajaron del auto.
—Alto ahí muchachos, nadie puede pasar —les habló estrictamente uno de los policías.
—Ugh sólo quiero hablar con mis padres.
—¿Son los dueños del local?
Tweek asintió.
—Mm, está bien…
El rubio miró a craig y le tomó de la mano para después entrar a la cafetería. Sus padres estaban sentados en una mesa platicando y otro policía parecía investigar todo el local.
—Papá, mamá —dijo tweek con expresión preocupada y acercándose a estos.
—Oh cariño —soltó su madre al verlo y rápidamente se levantó de su silla para ir a abrazarlo.
Al recibirlo en sus brazos sintió como éste temblaba aún por los nervios y le acarició un poco el cabello para aliviarlo.
—Lamentamos mucho lo de Jason… —decía la madre —. Era tu amigo, también debe ser difícil para ti.
—Ngh, ¿qué pasó exactamente, mamá? —se separó para verla a los ojos.
—Hijo, también nos gustaría saber qué pasó exactamente —habló su padre—. Pero lo único que sé es que encontré su cuerpo sin vida trás los contenedores de basura. Nada más.
—¿P-Pero de qué manera murió?
—No estamos seguros. Los policías dicen que alguien le disparó pero ni siquiera saben con qué.
Tweek parpadeó varias veces sin entender.
—Qué extraño… —hablo craig mirándolos —. ¿Ni siquiera saben que tipo de arma fue?
—No… Pero había un gran cráter en la pared —recordó Richard.
—Ngh, ¿y no había algún tipo de bala o cañón ahí?
—Hace un momento dijeron que habían encontrado una piedra, pero vamos, sería una locura creer que una simple piedra le perforó el pecho así —expresó Richard.
Tweek se aterró al oír eso.
—¿El pecho?
—Si cariño, no fue agradable verlo —respondió Hellen sintiendo un leve escalofrío.
—Aun no puedo creer ésto… —negó el rubio bastante apenado —. Lo peor es que la última vez que hablé con él, no quedamos muy bien que digamos. Ugh seguro me odiaba.
—No digas eso, amor —craig le sujetó el hombro.
—¿por qué razón Jasón te odiaría, cariño? —preguntó su madre curiosa.
—Ngh olvídalo mamá, no tiene importancia. Creó que sólo estoy exagerando —respondió tweek recordándolo.
Craig sin embargo respondió a su duda.
—Tweek tiene razón, no es importante. Lo que sucede es que yo no le agradaba mucho a Jason —dijo craig honesto.
Los tweak se extrañaron completamente.
—¿En verdad? Pero sí eres un gran chico y novio —lo halagó Hellen.
—Gracias, señora tweak.
—Mamá… —el rubio le habló bajito y un poco serio —. En realidad, ya debés tener una idea de porque no le agradaba craig.
La mujer pensó en la amistad que llevaba Jason con su hijo desdé la niñez y en eso entendió todo. ¿Cómo es que lo había pasado por alto?
Resulta que Jason había estado enamorado de Tweek en su adolescencia, e incluso llegó a declararse. Lamentablemente no fue correspondido, y hasta hace poco daba indicios de no haberlo superado.
—Ya veo… —dijo sin más.
—Bueno, chicos, y ¿cuando fue la última vez que lo vieron? —pregunto Richard.
—Anoche en casa de bebe… Había bebido mucho así que le sugerí que se fuera a casa.
—Mm, ¿entonces nadie más lo vió el día de hoy?
—Eso creo…
—Chicos, no se asusten pero es probable que la policía empiece a interrogar a cada uno de ustedes.
—Ugh ¡yo no tuve nada que ver! —dijo el rubio de inmediato y su padre suspiró.
—Lo sabemos hijo, pero si no quieres que la policía piense lo contrario será mejor que intentes calmarte.
—Si tweek… Tranquilízate —dijo craig.
—Ngh es que esto es una locura. ¿Por qué sospecharian de nosotros?
—Cariño, más que sospechar creo que quieren saber si Jason se estaba viendo con personas extrañas o si escondía algo delicado —dijo su madre.
—Ngh, bueno, yo no lo ví haciendo nada raro. La última vez que supe lo que hacía estaba estudiando para sus exámenes finales en la universidad y ahorrando para un nuevo auto. Sólo eso.
—Mm, tal vez tus otros amigos saben algo más —dijo craig y estos lo miraron.
—Puede ser… Nhn, debería hablar con ellos.
—De eso se encargará la policía, hijo. Mientras ustedes deberían ir a distraerse a otro lado —sugirió Richard —. Nosotros no podemos dejar el local hasta que ellos terminen aquí.
—... ¿Y Jason?
—Sus padres están esperando que lo entreguen pronto para poder hacerle un funeral digno.
Oír éso entristeció al rubio. Jasón hacía sido cómo un hermano para él, y sabía que si estaba en desacuerdo con su relación era porque le preocupaba mucho su felicidad, y posiblemente también estaba celoso.
Craig notó su semblante decaído y en eso le dio un confortable abrazó, dándole a entender que no estaba sólo y siempre tendría su apoyo incondicional. Tweek cerró sus ojos y se sintió un poco más relajado, los abrazos de craig siempre lograban ayudarlo.
Los padres sonrieron enternecidos por la joven pareja y luego se despidieron de ellos. Obsequiándoles además unos ricos cupcakes extras.
Ya en casa tweek quiso otra taza de café y fue a la cocina a servirse.
—Tweek… —lo nombró craig mirando su espalda.
—Nhn ¿si?
—Jason era muy importante para ti ¿no?
El rubio sonrió con nostalgia mientras buscaba su taza favorita y suspiró triste.
—Claro que lo era. Jeje siempre fue cómo un hermano sobreprotector o algo así —lo miró.
—... Mm, ¿y él te veía de la misma manera?
Tweek lo observó pensativo y bajo su mirada un momento, carraspeando un poco y viéndolo nuevamente.
—Ngh, digamos que hubo un momento en que llegó a sentir algo más por mí —confesó el rubio al mismo tiempo que se servía café.
—Osea que… ¿Le gustabas?
—Si, pero fue cosa del pasado. Tenía cómo unos dieciséis cuándo se me confesó.
—¿Seguro que fue cosa del pasado? —preguntó craig con una ligera sonrisa —. No sé, pero tengo el presentimiento de que le caía mal por otra razón. Tal vez él seguía sintiendo algo por ti.
Tweek se escudo con su taza de café y luego sonrió apenado.
—Ngh, es posible.
—Eso tiene más sentido para mí.
—Si, supongo que sí… Pero aún así lamento que hayan acabado con su vida de esa manera tan despiadada. Espero que algún día puedan encontrar al asesino y darle una lección —suspiró profundamente.
—...
—¿Quieres un cupcake? —le ofreció a su novio y esté negó.
—No gracias, cariño. Ya comí suficientes en la mañana.
—Ngh, cómo quieras, seguro se te antoja uno más tarde.
—¿Tratas de hacerme engordar?
—Ugh no dije eso —se defendió alarmado.
Craig rio por su reacción y miró dirección a la ventana. La nieve caía cada vez más rápido y el viento se volvía fuerte. Por más que lo pensara aún no podía sentir ningún tipo de remordimiento por sus acciones. Simplemente se había quitado una molestia de encima, y no se arrepentía en lo absoluto. Y tweek, bueno, él tarde o temprano lo superaría. Al fin y a cabo aún tenía a sus otros amigos, y al menos estos no estaban obsesionados por desenmascararlo.
++++++++++++
Al día siguiente, tal y cómo había dicho Richard, la policía pidió a todos los chicos venir a la comisaría para interrogarlos. Aunque la mayoría de ellos sólo lo habían visto por última vez en casa de bebe, a excepción de bebe que lo vio esa misma mañana antes del incidente, ninguno tenía sospechas ni creían que su fallecido amigo andaba en malos pasos.
—¿Te dijo a dónde iba? —preguntó el policía sentado frente a la rubia en la mesa de interrogación.
—... No.
—Mm, ¿y no notaste si se comportaba de una manera diferente?
—¿Diferente? —lo miró.
—Si, cómo preocupado o nervioso por algo.
Bebe recordó su conversación y en lo que tanto insistía el chico. Estaba completamente obsesionado con el novio de Tweek. Pero le olía más a celos antes que a cualquier cosa. No quería hacerle pensar a estos sujetos que Jason sospechaba de craig porque según él ocultaba algo. No iba a involucrar a craig.
—...
—Señorita, si sabe algo por favor hable. Cualquier información podría ser importante para la investigación.
—Jason bebió demasiado anoche y hasta llegó a romper una botella en mi cocina. Sólo vino a ofrecerme una disculpa y a platicar un momento. Estaba muy apenado por dejarse llevar.
—¿En serio no hubo nada más?
—Enserio.
El policía la observó fijamente y luego suspiró. Ya no tenía nada más que preguntar. Ninguno de estos muchachos había sido de mucha ayuda.
Y a este pasó el caso de Jason seguiría siendo un misterio.
Era realmente frustrante para lo blanco que nadie pudiera dar con el culpable. No querían quedarse de brazos cruzados y con el caso de su hijo inmune. Pero lamentablemente solo tenían que esperar y mantener la fé de que algún día toda la verdad saliera a la luz.
Su funeral y entierro fueron ese mismo día, mientras la fría nieve caía sobre ellos. Todos sus familiares y amigos estuvieron presentes con una vestimenta negra y miradas entristecidas. Era un ambiente oscuro y deprimente, pero este tipo de reuniones siempre eran así.
Siempre iban a recordar a Jason como uno de sus mejores amigos.
los llantos y sollozos no se hicieron esperar cuando él ataúd comenzó a bajar hasta aquel oscuro hoyo. La madre desesperada no paraba de lamentarse por no poder haber hecho nada por su hijo.
Esos gritos solo ponían más nervioso a tweek y cerró los ojos adolorido, craig le abrazó y consoló, luego le dijo que ya habían estado suficiente tiempo ahí, así que lo mejor sería regresar. Tweek asintió de acuerdo y sin pensarlo más se marcharon de aquel cementerio.
Era doloroso, pero tenían que seguir adelante con sus vidas…
Y tal vez luego de varios años su muerte ya no les pesaría tanto.
++++++++++++Diez años después++++++++++
El negocio de las flores no quedó en el olvido. A pesar de que fue bastante difícil al inició, con el paso de los años y mucho trabajo duro el rubio logró abrir su propia floristería en Denver, la cual ganó una merecida fama por sus hermosas combinaciones y calidad para todo tipo de ocasión. Todo marchaba muy bien.
—Aquí tiene, amigo —dijo tweek con el mandil puesto y entregando un ramo de rosas blancas.
—Muchas gracias —agradeció el cliente satisfecho y yéndose luego del local.
—Que tenga un lindo día.
Cuando él hombre salió por la puerta justo iba entrando su amiga bebe. Esta lo observó de espaldas mientras ordenaba unos ramos y se acercó a él.
—Y bien… ¿Cómo va él negocio, viejo amigo? —le habló de repente y esté de volteó a verla.
—Oh, hola bebe —la saludo con una sonrisa. Hacía meses que no la veía—. No me quejo, todo va bien.
—Me da gusto oír eso jeje —respondió la mujer observando el lugar. Era cómo estar en un bosque encantado o algo así. Simplemente hermoso.
—Que sorpresa verte, pensé que estabas en new York promocionando tus cosméticos.
—Si eso estuve haciendo, pero antes de irme tuve que dejar algunas cosas acá en Denver y vine por ellas —le explicó —. Además quise aprovechar para venir a visitarlos.
—Ngh, que buena amiga —expresó el rubio.
—Si lo soy, y por cierto, ¿dónde está craig? Pensé que te ayudaba con la floristería.
—Cuando está libre sí, pero normalmente sabes que tiene un trabajo diferente.
—Mm, es cierto —recordó—. Entonces eso significa que está trabajando.
—Si, pero puede que hoy llegue más temprano. Me lo prometió —sonrió al pensar en su marido.
Bebe también sonrió y miró de reojo el anillo en el dedo anular de su amigo. Desde que los vio por primera vez juntos supo que eran el uno para el otro, y hasta el día de hoy parecían ser un matrimonio feliz.
—Aww, aún recuerdo su boda como si fuera ayer.
—Sí, pero fue hace siete años.
—Y te sigue moviendo el piso cómo nadie. Se te nota.
—Ngh es mi esposo y lo amo. Es totalmente normal.
—Mm, que cursi eres.
—¿Celosa?
—En cierto modo sí —admitió sincera—. Pero no me importa, me da gusto que seas tan feliz.
Tweek río por su respuesta y siguió arreglando los ramos mientras está le hablaba.
—¿Y cómo está Sophie? —pregunto por la pequeña al mismo tiempo que tomaba un pequeño ramo de la barra y lo olía.
Tweek suspiró algo preocupado.
—Es una niña inteligente pero su maestra dice que no le gusta juntarse con los demás niños.
—No me digas que le hacen bullying —dijo la rubia ligeramente molesta.
—Ngh no, no es éso. De hecho son amables con ella, los he visto.
—Oh, y ¿entonces?
—Es muy… Tímida —dijo con simpleza.
—Bueno… No es algo tan malo, tampoco es para que te preocupes.
—Lose bebe… Y la verdad creó que es mucho más feliz teniendo su propio espacio que conviviendo con otros niños.
Tweek pensó en su pequeña, la cuál se encontraba aún en el colegio y no debía tardar en llegar. No le importaba lo que dijeran los demás padres de ella, seguía siendo una niña cariñosa y feliz. Y además la amaba demasiado.
En eso miró la gran ventana de vidrio que estaba a su lado y noto a un hombre de cabello rubio y chaleco naranja viéndolo fijamente y tweek se incómodo al verlo, así que prefirió ignorarlo y siguió trabajando en lo suyo. Bebe también lo notó e hizo una expresión desconfiada. ¿Acaso no podía ser más obvio? Veía a su amigo, no a las flores.
El misterioso hombre se apartó de la ventana y se alejó caminando, sin notar que también alguien lo observaba desde muy lejos con su vista de águila. Era craig dentro de su auto y con una mirada seria.
—Ya está en rojo, papi —habló la infantil voz y craig apenas notó que el semáforo había cambiado.
—Ah… sí, ya vamos a llegar cariño —le respondió el padre.
—Si papi, después de pasar la heladería y la tienda de ropa está la floristería de papi —recordó perfectamente al ver el gran cartel de helados y craig sonrió.
—Así es hija… —dijo.
En eso pisó el acelerador y siguió conduciendo. Ya lo había perdido de vista, pero podía sentir su presencia cerca. Más le valía mantenerse lejos de ahí y de su familia, de lo contrario tendría que enfrentarlo.
Continuará…
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