Introducción (primera parte)
Un joven rubio y agitado corría a toda prisa por las aceras de Denver, sosteniendo un hermoso ramo de girasoles y esquivando torpemente a las personas que se le cruzaban en el camino. Está era la tercera vez que se le hacía tarde para su entrega de flores a domicilio. Y no recordaba exactamente porque se le ocurrió la brillante idea de hacer esto en primer lugar. ¡Ni siquiera tenía un vehículo con el cuál desplazarse con mayor comodidad! Era una completa locura, pero ahí la llevaba.
Cuando finalmente llegó al edificio destino miró con resignación el letrero de ascensor descompuesto y sin más opción tuvo que subir por las escaleras. Su cliente se encontraba en el piso cuatro y si no fuera porque llevaba recorriendo toda la ciudad a pie desde su casa, sin duda hubiera subido mucho más rápido.
Estaba agotado, estresado, ansioso. Pero finalmente había llegado.
—Ngh, ¿Qué número era su apartamento? —trato de recordar el chico mientras se detenía un momento en el pasillo y veía las puertas.
En eso toca el bolsillo de su pantalón y se dio cuenta de que había olvidado su teléfono antes de salir. Maldijo para sus adentros por ser tan distraído y respirando hondo dio pequeños pasos hacia adelante. Tocaba adivinar.
—Creo que, ¿era el doce? —dijo suavemente mientras veía la placa y subió su puño para tocar. No golpeó tan fuerte pero al menos fue audible, sin embargo nadie abrió.
Quiso intentar de nuevo pero de la nada una misteriosa voz le hizo brincar del susto.
—Emm, ¿puedo ayudarte en algo?
El rubio se giró con nervios al verlo y notó que se trataba de un chico más o menos de su Edad, sólo que más alto y de contextura delgada, algo esbelto. Usaba una chaqueta jean azul y cargaba una bolsa de compras. También parecía evidentemente confuso de ver a un extraño en su puerta así que el chico no tardó en explicar.
—Ugh, disculpa. Sólo vengo a entregar un pedido de girasoles —dijo algo apenado y sin dejar de verlo. Posiblemente no se trataba de su cliente.
—Ya veo… —observo las flores y de nuevo al rubio—. Pero creó que te has equivocado de apartamento, amigo. Yo vivo aquí y no he encargado ningunas flores.
—Ahh —se echó para atrás avergonzado y rascando su nuca mientras reía —. Lo Siento, es que no recuerdo exactamente en qué apartamento vive mi cliente.
—Que ¿No lo llevas anotado o algo así?
—¡Si! Digo, lo que pasa es que, toda la información estaba en mi teléfono y salí tan apurado de mi casa que olvidé traerlo conmigo —le explico sintiéndose de lo más tonto.
—¿Y cómo sabes que está en esté piso?
—Es lo último que pude recordar, ngh piso cuatro.
—Bueno, sólo hay tres apartamentos aquí así que no te tomará mucho tiempo encontrarlo —respondió tranquilamente mientras sacaba una llave del bolsillo de su chaqueta y luego la introducía en su puerta.
—Mm si, supongo que no tengo más opción.
El rubio pensó en moverse lo antes posible y empezar a preguntar de puerta en puerta, sin embargo antes de poder hacerlo vió que se abrió la primera puerta subiendo las escaleras y en eso salió una mujer rubia con expresión malhumorada. Está veía a todos lados hasta que clavó su mirada filosa en él.
—Alch, al fin llegas, no puede creer que se den el lujo de llegar tarde —dijo enojada y girando los ojos —. ¿Qué esperas? Ven acá.
Una incómoda corriente recorrió la espalda del joven blondo. Está mujer aparentaba ser súper estricta y enojona, más le valía entregarle su pedido y largarse.
Caminó deprisa hacía el apartamento diez y mientras el otro chico escuchaba disimuladamente la conversación, luego abrió su respectiva puerta y la dejó entreabierta.
—¿¡Que!? Es claro que estás equivocado pedazo de mierda —escuchó cómo lo insultaba e inevitablemente volteó a verlos—. Dije que quería margaritas, no girasoles.
—Ngh, ¿que? Pero sí usted…
Pobre chico, de todos los clientes tuvo que tocarle: "Estella" esa mujer era definitivamente un caso serio en cuanto a tratar bien a las personas. Pensó el joven negando con la cabeza y dispuesto a entrar a su apartamento. Era normal encontrarse con éste tipo de escenas en el pasillo. Más tratándose de la odiosa de su vecina. Por eso prefería mantenerse lo más alejado de ella, ya que era una persona demasiado problemática.
—¡No hiciste bien tu maldito trabajo! ¡Qué patético eres! —seguía reclamando.
—Espere un momento, Ugh. Estoy completamente seguro de que usted pidió girasoles, ¡no estoy loco! Es más, tengo la evidencia justo a… ahh —se palmeó el bolsillo recordando de nuevo que había dejado su teléfono —. "Mierda, no puede ser" —pensó frustrado.
—No tienes ninguna prueba, sólo me haces perder el tiempo ¡Lárgate ya, inútil! —exclamó apretando los dientes.
Lo próximo que esperaba el curioso vecino era una disculpa por parte del rubio florista. Eso era lo que hacían todos los empleados de delivery por más equivocado que estuviera la mujer. Una mala calificación les afectaría bastante, y no querían eso. Por eso siempre le daban la razón.
Pero, curiosamente esté no fue el caso. Un tensó aire inundó el pasillo por un instante. Y fijó su atención en el joven rubio.
Caminó. no, corrió cómo un maldito desgraciado todo el camino hasta acá, sólo para que está indecisa mujer lo recibiera con la peor actitud del mundo y para colmo le dijera que estaba equivocado, cuando era obvio que no era así. El jamás confundía el tipo de flores que ordenaban sus clientes. Le importaba una mierda si perdía a está cliente, pero antes de irse le diría lo que pensaba en ése mismo momento.
Y el estrés lo hizo explotar de golpe.
—¡Agh! ¿Qué carajos pasa con usted? ¡Es la peor clienta que he tenido en mí vida. Se que pidió los malditos girasoles pero jamás lo va a admitir, porque aparté de amargada y fea es terrible mintiendo, y no pienso quedarme callado ante sus insultos! —soltó enojado y encarando la mirada perpleja de está.
—Oh… —dijo el chico de cabello oscuro recostado en el marco de su puerta. Eso había sido increíble.
—¿Qué dijiste? Eres un infeliz, le daré una pésima calificación a tú negocio de mierda ¡adiós, imbécil! —amenazó por último mientras sostenía él teléfono y seguido cerró de un portazo.
—Ay ¿enserio? Pues no sabes cuanto me importan tus estúpidas estrellas, idiota ¡vete a la mierda! —le gritó en tono sarcástico y en un impulso de rabia arrojó las flores al suelo —. Ngh, no. Ustedes no tienen nada que ver —se arrepintió rápido y se agachó a recogerlas cuidadosamente. Ahora su cabeza dolía y soltó un ligero gemido adolorido.
—¿Estás bien? —escucho la voz del chico y levantó su mirada.
—Ngh si… No te preocupes.
—No lo hago realmente, sólo quería saber —fue honesto.
El rubio suspiró cansado y se puso de pie, limpió un poco el ramo y se colocó un mechón de cabello tras su oreja. Esté trabajo a veces podía ser bastante pesado.
El de ojos esmeralda veía sus movimientos y podía percibir su estrés. Era un poco molesto, pero le llamaba de alguna extraña forma. Además le gustó que no se dejará pisotear por Estella. Vaya que el chico tenía carácter.
—¿Tu negocio queda lejos de aquí? —pregunto por curiosidad.
—Casi saliendo de la ciudad.
—Entonces debes venir muerto del cansancio.
—Ugh sí, y ahora tengo que regresar. La entrega de hoy fue un completo fracaso —dijo en tono frustrado y viéndolo a los ojos. Ahora que lo veía con más detalle le parecía un chico atractivo. De sólo pensar en eso se apeno un poco.
—Siempre te vas a encontrar con clientes así de molestos, debes ser paciente aunque sean una mierda.
—...
—Pero eso que hiciste, fue jodidamente increíble —comentó el chico con una leve sonrisa.
—¿Te refieres a los insultos?
—Si. Me agradan las personas que no temen a decir lo que piensan. Y ella se lo estaba buscando de todas formas, es una grosera.
—Jeje si, es insoportable. Y muy fea —sonrió por primera vez y el otro se le quedó viendo unos segundos. Haciendo una pausa antes de decir lo siguiente:
—... Me llamo Craig. ¿Y tú?
—Ah, yo… Soy tweek —se presentó algo apenado.
—Bien tweek, no me parece justo que después de pasar por toda está mierda tengas que irte sin siquiera poder descansar un poco.
Tweek lo miró sin entender y craig se aclaró un poco la garganta.
—Esto sonará raro ya que apenas nos conocemos pero ¿no te gustaría pasar a descansar aunque sea un momento? —le invito a pasar a su apartamento y en eso noto su mirada desconfiada.
—...
—Prometo no secuestrarte, amigo. Hay cámaras por todo el edificio de todas formas —bromeó con el rubio.
—Ngh, no bromees con eso.
—Ok, entonces… —espero su respuesta ya que debía ir acomodar sus compras y ya tenía mucho tiempo en el pasillo.
—...
—Si gustas te invitó una taza de café.
—Ok entremos —aceptó sin más.
Ese había sido su primer encuentro. Y tweek agradeció profundamente que no se tratara de un secuestrador secreto del gobierno, a cambio de éso, craig había sido muy respetuoso con él, aunque a simple vista no lo pareciera, el chico de ojos verdosos tenía un buen corazón y le agradaba mucho hacerle compañía. Al parecer vivía sólo y tenía una adorable mascota cobaya, la cuál le gustaba recibir mucho cariño de su parte. Al final terminaron conociéndose un poco más, empezaron a desarrollar un tipo de amistad, y siguieron en contacto una vez el rubio tuvo que regresar a casa.
Aunque permanecían distanciados por semanas no dejaban de enviarse mensajes y hablar sobre cosas que sorprendentemente tenían en común. Y al paso que iban no fue sorpresa cuando uno de los dos tomó la iniciativa y propuso verse de nuevo. En esté caso Tweek, quien poco a poco despertaba otro tipo de sentimientos hacia su amigo. Siempre que podían quedaban en verse en algún lugar público, a veces en el apartamento de craig.
Cuando ya llevaban varios meses de conocerse los sentimientos de Tweek se volvieron mucho más fuertes, y en el caso de craig no era tan diferente. Ya era un hecho que su rubio amigo le gustaba de otra manera. Cada vez venía a visitarlo y veía su hermosa sonrisa le transmitia una felicidad enorme, y muy pocas cosas eran capaz de lograr éso.
Un día tweek fue a verlo y le regaló un lindo ramo de rosas rojas. Su rostro Lucía extremadamente nervioso y rojo, cosa que no pasó desapercibido para craig, por lo que le preguntó si se encontraba bien. El rubio sólo asintió violentamente y le entregó el ramo. Craig agradeció y lo colocó en uno de sus tantos floreros, que había tenido que comprar por los constantes regalos florales de Tweek.
—Si me sigues trayendo ramos mi apartamento se convertirá en una florería —le comentó el azabache mirándolo —. No digo que no me guste. Sólo pienso que es suficiente jeje.
—... Craig. Tengo que decirte algo importante —le miró directamente a los ojos y sentía que el corazón se le saldría en cualquier momento.
Craig le prestó toda la atención.
—Muy bien. Te escucho —dijo.
El rubio se quedó paralizado en su lugar y de repente las palabras sólo salían torpemente de su boca.
—Es que, bueno,ngh, lo que quiero decir es que, t-tu, tú eres muy único para mí, y por eso yo siento que, que podríamos, ya sabes. Si quieres podríamos tener a… algún día un!... Ugh.
Cada palabra que Tweek soltaba sólo parecía confundir más a craig, quién lo veía fijamente y trataba de descifrar lo que esté quería decirle.
—Tweek, sólo respira profundo, y suéltalo. No es tan difícil —le aconsejó al verlo tan rojo.
El rubio asintió y obedeció de inmediato, respiró lo más hondo posible y sin querer retener más sus sentimientos lo soltó.
—¡Craig, creó que estoy enamorado de ti! —dijo por fin con el rostro lleno de vergüenza.
Craig parpadeo anonado y su corazón dio un brinco. Tweek se le acababa de confesar. Y sí, de manera romántica.
Hubo un cortó silencio en la sala.
Craig no sabía ni qué decir. Por supuesto que sus sentimientos eran correspondidos, y quería demostrarlo, pero por primera vez en su vida le estába costando ser directo. Posiblemente porque era una situación completamente distinta, y los nervios lo estaban traicionando.
Era eso el "amor"
—... ¿Craig? —dijo tweek preocupado. De repente se quedó muy callado. Ahora sentía que la había cagado.
—...
—Yo… —se sujetó el brazo avergonzado y bajó la mirada —. Perdón si te incomoda. Ngh, en serio no era esa mi intención, sólo quería ser honesto contigo.
Craig salió de su shock y le miró sereno, respiró hondo y se acercó a esté.
Tweek lo miró con sorpresa, no sabía que respuesta tendría.
—Tweek, yo… —Se detuvo un momento y reunió el suficiente valor. No tenía nada que temer, sus sentimientos eran correspondidos.
—...
—Yo también creo que estoy enamorado de ti —le dijo directo a la cara.
El rubor de Tweek creció.
—¿Lo dices en serio?
—Si… de hecho. No lo creo, se que estoy enamorado de ti. Me gustas, me gusta todo de ti, tweek —declaró con una pequeña pero sincera sonrisa.
—Eso…ngh, eso es maravilloso craig —sonrió ansioso.
—Si, lo es.
—Ugh, entonces… si ambos nos gustamos de esa manera, crees que, crees que ¿podríamos ser más que amigos?
—Supongo que sí.
Una bella sonrisa se formó en el rostro de Tweek, y sin poder contener más su alegría se abalanzó sobré esté, dándole un tierno abrazo. Craig también correspondió a su abrazo y al separarse ambos se miraron detenidamente, con sus rostros lo suficientemente cerca para dar el siguiente paso. Los dos sonrieron apenados y dejando los sentimientos fluir unieron sus labios en un suave besó. Era la primera vez que probaban los labios del otro, y por alguna razón sentían que se volverían adictos a ellos. Así que empezaron a mover sus bocas y a besarse una y otra vez al compás del otro, hasta quedarse sin aliento.
—Te quiero… —dijo tweek una vez que se separaron. Sin dejar de abrazarlo y hundiendo su rostro en el pecho de esté.
Craig sonrió con ternura y le acarició sus suaves cabellos con cariño.
—También te quiero… eres muy especial para mí, tweek.
—Ngh, dimelo muchas veces más.
—Mm, te quiero mucho mucho, eres mi chico especial —lo complació tranquilo —. Y mi novio.
—Ugh amo esa palabra.
—¿Novio?
—Si, novio, soy tu novio. Éso me pone tán feliz… —sonrió contentó.
—Pues a mí más.
Tweek rió al oírlo y alzó la mirada para poder besar esos labios una vez más. En verdad amaba hacerlo. Craig recibía con gusto cada uno de sus besos y tenía él presentimiento de que se vendrían muchos más en lo que quedaba del día.
Sin duda iba a atesorar esté día por él resto de su vida.
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Dos meses después. Su relación iba bastante bien, e incluso tweek llegó a presentarlo a sus padres en la vieja cafetería que estos administraban. Craig dió una buena impresión. Parecía un buen chico así que rápidamente supo ganarse el cariño de sus suegros, quienes eran algo sofocantes pero aún así buenas personas. También conoció a varios de los amigos de Tweek, todos fueron amables con él y le brindaron su amistad. A excepción de uno llamado Jason, quién no estaba muy convencido de su relación pero de todas formas lo apoyaba.
—Cómo es que ni siquiera te ha presentado a un sólo amigo —comentó Jason al rubio y esté lo miró.
Craig se encontraba platicando con los chicos en una mesa de la cafetería y mientras tweek se preparaba un café llegó Jason a preguntarle eso.
—Ngh, ya te lo dije. Craig era algo introvertido y solitario cuando lo conocí, Pero eso no significa que sea mala persona.
—¿Y que hay de sus padres, o algún familiar?
—... No, tampoco. Me dijo que tenían una relación distante.
—Mm, ¿y te dijo la razón?
—Ugh no.
—Deberías preguntarle.
—No haré eso. Jason, craig ya se mostró muy incómodo cuándo le pregunté por sus padres, por eso dejé el tema. No quiero sofocarlo con eso, tal vez sea un tema delicado y debo respetar eso —defendió a su pareja y en éso terminó de preparar el café —. En vez de estar aquí, interrogándome deberías tratar de llevarte bien con él. Los demás ya lo están haciendo —le reclamó a uno de sus mejores amigos y seguido se dirigió a la mesa.
Jason no dijo más y se cruzó de brazos. Vió de reojo a los demás y suspiró frustrado. Tweek si que estaba enamorado de ese tipo misterioso.
Ese mismo día hicieron una pequeña reunión en casa de bebe. Y cómo siempre todos buscaban hacer sentir cómodo a craig, menos Jason. Esté sólo lo veía de lejos y no comprendía porque insistían tanto en ser su amigo. El tipo ni siquiera mostraba algún tipo de interés en ellos, sólo les dirigía la palabra por ser amigos de su novio. Tenía un extraño presentimiento con este sujeto. Y se quitaría la duda cómo fuera. Sólo debía encararlo en algún lugar a solas. Así que cuándo lo vió dirigirse a la cocina por una bebida lo siguió.
—¿Te estás divirtiendo? —preguntó Jason mientras lo veía sacar una botella de la nevera.
Craig se giró al escucharlo. No recordaba su nombre ya qué apenas y había hablado con él desde que llegó. Pero tal parece que también era buen amigo de su novio.
—Amm si, los amigos de Tweek son agradables —respondió tranquilo.
—Si… quieren quedar bien con tweek. Pero apenas te vayas empezaran a soltar veneno sobré ti.
—Ehh ¿Disculpa?
—Lamento decírtelo de está manera pero es la verdad.
—... Ok, por lo que he podido notar, yo no te agrado ¿Verdad? —entendió el chico al notar su expresión de desconfianza.
—Solo creo que es muy raro que no tengas amigos y encima estés tan "distante" con tú familia. ¿Qué ocultas, eh? —lo enfrentó cara a cara. Y si, había bebido un poco pero sabía perfectamente lo que estaba diciendo.
—¿Es raro ser alguien solitario? No todos tenemos la facilidad de hacer amigos. Y en cuanto a mí familia, es algo muy personal. No te incumbe.
—Ja, si claro. Esa es una pésima excusa.
—Lo único que quiero es compartir en paz con los seres queridos de mí novio, aunque no todos sean amables. No sé cuál es tú problema conmigo —contestó cansado de su actitud y dándose la vuelta para tomar un vaso.
Jason se harto de esto y se le acercó silenciosamente. Al parecer el alcohol ya estaba haciendo efecto y no se percató de que ya tenía una botella vacía en la mano. Tenía toda la intención de rompersela en la cabeza.
Y antes de que craig se diera la vuelta de nuevo sintió cómo Jason le estrellaba la botella de vino en la cabeza y parte de la nuca, rompiéndola en el acto y haciendo que el vidrio roto cayera por todo el suelo de la cocina.
Jason quedó mudo por lo locura que acababa de hacer, pero no tanto cómo al ver al novio de su amigo totalmente intacto y con una mirada de molestia.
—¿Qué crees que haces? —dijo serio.
—¿Qué demonios? —soltó completamente sorprendido. Era un vidrio grueso, ¿que carajos era esté tipo?
En eso tragó saliva duro al verlo acercarse. Y gracias a Dios que justo en éso apareció tweek. Esté con una expresión de sorpresa y preocupación al oír la botella rompiéndose.
—Ngh ¿¡que pasó!? ¿Están bien? —los miró angustiado y se acercó a ellos.
—Ten cuidado cariño. Hay vidrios por todo el piso —dijo su novio y tweek se detuvo.
—¿Pero, qué pasó?
—Tu amigo… dejó caer una botella vacía al suelo. Al parecer está algo ebrio —mintió craig, dándole una mirada al castaño. Jason se tocó la frente mareado.
—Ugh si… eso fue lo que pasó —le siguió la corriente apenado. No sabía porque mentía, pero era mejor a decir que de la nada le golpeó con una botella de vidrio en la cabeza.
Tweek respiró aliviado de que ninguno de los dos saliera herido. Pero le lanzó una mirada de desaprobación a su amigo, ya sabía de su historia con el alcohol, a veces le costaba demasiado controlarse y hacía cosas que no parecían propias de él.
—Jason, ya has bebido mucho. Deberías volver a casa y descansar.
—Nhn, no. Tampoco estoy tan ebrio —se negó frustrado.
—Ya hemos hablado de esto antes. Por favor, hazme caso —le dijo más serio.
Jason aún no acababa de procesar lo ocurrido, y miró al chico que había intentado agredir antes, esté completamente calmado y esperando a que obedeciera.
—Está bien… me iré —accedió finalmente y caminó con cuidado hasta salir de la cocina.
—Es lo mejor jason. Descansa —le dijo antes de verlo salir y luego regresó su atención a su novio.
—Tu amigo es algo difícil… —comentó craig con una leve sonrisa.
—Ngh ¿que te dijo?
—Le parece extraño que no tenga amigos ni a mí familia cerca.
—No le hagas caso… es que, se preocupa mucho por mí.
—Pues que gran amigo, se ve que le interesa saber mucho con quién te relacionas.
—Si lo se, puede ser un poco molesto. Perdón por éso.
—No pasa nada… Tus otros amigos sí fueron amables conmigo, y con saber que te quieren cómo a un hermano me basta.
—Jeje si. Son geniales.
—Y la reunión fue divertida. Sin embargo, creo que yo también quiero irme a descansar.
—Si, yo también estoy cansado.
Craig sonrió y le tocó suavemente la mejilla, acercándose poco a poco a su rostro y besando sus labios.
Tweek sonrió por la acción y lo besó de vuelta. Craig había ocupado un lugar muy especial en su corazón, y esperaba que durará por mucho tiempo más.
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{Está parte tiene un alto contenido sexual. Así que si te incomoda leer este tipo de cosas salta hasta que aparezca el próximo (++++++ )}
Ya en casa, ambos jóvenes subieron a la habitación y al tener por fin un momento de privacidad comenzaron a besarse de una manera mucho más lenta y apasionada, soltando pequeños jadeos cuando abrían sus labios y deshaciéndose lentamente de cada una de sus prendas, hasta quedar casi completamente expuestos y besar sus pieles con todo el deseó que se tenían.
Craig recostó al rubio en la cama y se colocó encima de él, besándole el cuello y haciéndolo gemir suavemente. Le encantaba el sabor de su piel blanca así que siguió bajando hasta su pecho.
Su cuerpo se estaba quemando por dentro gracias a los besos y caricias de craig. Se aferró a los hombros de este mientras era atendido y su mente dio un corto circuito cuando su novio empezó a explorar ahí abajo.
Era una sensación increíble, y ya se podía imaginar lo que venía después. No era su primera vez. Ya habían decidido dar ese gran pasó hace un par de semanas, y aunque dolió un poco al principio el placer que sintió después fue maravilloso. No podía esperar más.
Después de prepararse bien y no satisfecho de sentir sólo sus dedos, Tweek le pidió de forma jadeante que por favor invadiera su interior de una vez. Su cuerpo rogaba sentirlo dentro. Craig sonrió al verlo tan impaciente, sin embargo él también lo estaba, así que lo complació. No había nada más cálido y placentero que esa zona prohibida que solo él tenía el gusto de sentir.
Craig se puso el condón y se posicionó nuevamente sobré él, esta vez abriendole un poco las piernas y viendo su pecho subir y bajar por lo agitado que estaba, luego se inclinó para besarle los labios intensamente y sin poder esperar más presionó en su intimidad, metiendo lentamente su miembro hasta donde pudiera. En éso miró al rubio y notó sus bellos ojos entreabiertos, nublados por el placer y soltando pequeñas lágrimas.
—Amor ¿estás bien? —le susurró cerca de su oído y tweek asintió, abrazandole la espalda y respondiendo.
—Si mi amor… ngh, puedes moverte. Vamos, quiero sentirlo más —le dijo en un gemido y craig sólo sintió su excitación crecer.
Tener a tweek en esa posición, tan sumiso y a su antojo le daban ganas de moverse con todas sus fuerzas. Lamentablemente no podía permitirse eso. Tweek seguía siendo una persona.
Dándole un tierno beso en la boca comenzó a moverse con cuidado, escuchando sus gemidos y acelerando cada vez más el ritmo. Tweek le suplicaba por más y se le estaba haciendo difícil mantener el control.
—Ugh vamos, más fuerte ¡ah! —pidió el excitado rubio, clavando inconscientemente las uñas en su piel.
—Cariño.. Ugh —jadeo craig.
—P-Por favor, ¡ah! siento que intentas contenerte. No lo hagas ¡nhn!
—...
Craig abrazó el cuerpo debajo y un destello Violeta pasó por sus ojos, esté los cerró rápidamente y apretando sus dientes se movió un poco más fuerte y rápido.
Tweek abrió sus ojos de golpe y no paraba de gemir. Craig le estaba quitando la respiración y podía sentirlo en lo más profundo de su cuerpo, tanto que se había quedado sin palabras y solo empezó a gemir más duro.
—C-Craig, ¡ngh! ¡Ah! —lo abrazó cómo pudo.
—Tweek, Ugh… no puedo contenerme, ngh —lo embistió con más fuerza.
La mente del rubio estaba en Blanco, y no podía dejar de sentir esa gran intimidad golpeando de manera violenta en su interior. Lo estaba volviendo loco y sin poder soportarlo más expulsó un gran cantidad de semen que manchó el vientre del otro. Había llegado a su límite, pero al parecer craig aún no, así que seguía penetrándolo sin control.
—Ugh craig, ¡ah! ¡Craig! —lloró al sentir un placer mucho más doloroso.
Craig estaba totalmente ido en el éxtasis, estaba sintiendo lo que era el verdadero placer, y por poco lo hace con un poco más de fuerza, sin embargo reaccionó al escuchar los gemidos dolorosos de su novio, quién ahora le pedía que por favor se detuviera. Esté abrió los ojos preocupado y respiraba agitado.
"Mierda" —pensó craig, dejando de moverse y viendo al rubio debajo. Esté con los cabellos despeinados y la cara roja. Apenas y podía articular palabra alguna.
—Amor… —dijo craig acariciándole la mejilla.
—Ahh… ngh, mierda. Fue… fue una locura —abrió un poco sus ojos mientras daba grandes bocanadas de aire.
—...
Craig salió de su interior, deshaciéndose rápidamente del condón sucio y arrojándolo a la papelera, luego se recostó a su lado y le acarició la mejilla.
—¿Te lastimé?
—... Sólo un poco. Pero está bien —le sonrió agotado.
—¿Cómo va a estar bien? Lo que menos quería era hacerte daño.
—Ya te dije que estoy bien… además, yo te pedí que lo hicieras más fuerte.
—Aun así debí controlarme.
—Tampoco exageres, amor jeje. No es cómo sí me fueras a matar o algo así.
—... Si, es verdad.
Tweek respiró hondo, se incorporó para tomar unos pañuelos al lado de la cama y luego los usó para limpiar a su pareja, diciéndole al mismo tiempo que estaría bien. Craig se quedó en silencio mientras lo veía hacer eso, y no podía evitar pensar en lo que acababa de decir su novio.
"No es cómo sí me fueras a matar o algo así"
—...
Cuando tweek término craig le avisó que necesitaba ir al baño para orinar, entonces le dió un tierno beso en la boca y se bajó de la cama al mismo tiempo que tomaba una toalla y la enrollaba en su cintura. Tweek lo vio salir de la habitación y volvió a recostarse cómodamente entré las sábanas. Sabía que la cintura y el trasero le dolería más tarde, pero era lo que ganaba por querer hacerlo rudo.
Aún así, le impresionaba lo fuerte que podía llegar a ser craig en la cama.
Mientras en el baño craig se mojaba la cara con agua y luego se secaba con la toalla. En eso se miró al espejo y noto otro destello en sus ojos. Aún estaba excitado. Y sabía que necesitaba más de un orgasmo para sentirse satisfecho.
—Tsk… Tener sexo con tweek es lo mejor. Pero definitivamente tiene sus límites. Tengo que aprender a controlarme o algún dia acabará en tragedia —se dijo así mismo, algo frustrado y dejando la toalla a un lado del lavado.
Cuando craig regresó a la habitación vió al rubio recostado de lado en la cama, cómo pensativo.
—¿Todo bien? —preguntó craig acercándose.
—Ngh si, sólo pensaba en… Emm… —lo observó con duda.
—¿Que pasa?
—Creo que… Sigue duro—noto su bulto debajo de la toalla.
Craig maldijo mentalmente, ¿cómo no se dió cuenta antes de salir del baño?
—Creí que habías llegado al orgasmo.
—S-Si lo hice. Pero, al parecer… no fue suficiente —admitió apenado.
—Ngh tranquilo, ven aquí —le invito a recostarse a su lado.
Craig subió a la cama y se recostó al lado de su novio, quién con la mano toco su firme erección y luego le desató el nudo de la toalla, dejándolo expuesto.
—¿Tweek? —lo miró sin saber que tramaba exactamente.
—Déjame ayudarte con esto. Quiero que quedes complacido… —le dijo con una mirada lujuriosa.
—Acabamos de hacerlo cariño… Ya sería demasiado para ti.
—Si… —tocó suavemente la base de su pene, sujetándolo con la mano mientras acercaba su boca a su intimidad.
Craig lo veía casi hipnotizado, esos ojos azules eran tan seductores, y más su boca… la cuál lamía sensualmente la punta de su pene.
—No tienes que meterlo precisamente en esa parte de mi para quedar satisfecho… —dijo el rubio dándole otra lamida, pero está vez desde la base de sus testículos hasta la punta.
Craig gimió, cerrando sus ojos al sentir la cálida lengua.
—Tweek…
—Shhh, solo relájate.
—Ugh.
Una sonrisa pícara se formó en la boca del rubio a medida que besaba toda la extensión de su miembro y lo escuchaba gemir. No era experto haciendo sexo oral, pero daría lo mejor en ese momento, no era imposible después de todo, sólo debía imaginar que se trataba de una deliciosa paleta.
—Ngh, puedes acariciar y hasta jalar mi cabello si así lo deseas amor —le habló juguetón y craig lo miró algo inseguro.
Sólo lo acariciaria, lo segundo sería fatal si se excita demasiado. Amaba su cabello rubio después de todo.
—De acuerdo cariño… —dijo.
Tweek sonrió y siguió con lo suyo, mientras sentía la mano de Craig sobre su cabeza. Seguía lamiendo y besando todo ese exquisito trozo de carne y la excitación crecía nuevamente en su cuerpo. Craig jadeaba y enredaba los dedos en esos alborotados cabellos. Esté chico sí que sabía complacerlo de muchas formas, lo amaba cada vez más.
El placer aumentó y craig maldijo cuando tweek se empezó a meter la punta de su pene en la boca, bajando hasta donde pudiera y sacándolo nuevamente.
—Maldita sea tweek… vas a volverme loco Ugh.
Tweek no dijo nada y siguió chupando, bajando y subiendo su cabeza y sintiendo cómo craig sostenía firmemente su cabello.
—Tsk… sigue, sigue chupando.
El rubio sólo obedeció y continuó en su arduo trabajo por complacerlo. Durando así unos cuantos minutos mientras se deleitaba con sus roncos gemidos. Craig sentía que estaba cerca de su segundo orgasmo, y sólo bastó que usará su boca para lograrlo, sin duda era increíble.
—Mhm… mhm… —decía Tweek abriendo un poco sus ojos y viendo la expresión de placer de su novio. Amaba verlo así.
—E-Estoy… Ugh, ya estoy cerca tweek… ngh.
Y en un largo y ronco gemido el azabache no aguanto más y expulsó todo ése líquido dentro de la boca de su amado, quién lo sintió bastante caliente y además lo llenó por completo. Se había venido demasiado.
*Plop* —se escuchó al sacar el miembro de su boca, su semen casi lo ahoga, y un largo hilo de saliva bajaba desdé sus labios. Pero vaya que valió la pena.
—Ugh… vaya, eso sí que fue un orgasmo, amor —Comentó el rubio al ver cómo su pene aún goteaba un poco de semen.
—Demonios sí… —respondió agitado.
El rubio sonrió cansado al verlo tan satisfecho y limpiándose un poco el labio se acercó a su rostro para besarlo. Craig correspondió a su besó de manera apasionada y tomó su cabeza desde atrás, hundiendo aún más el beso y demostrando lo mucho que lo amaba.
Cada vez estaba más convencido de que tweek era el destinado amor de su vida.
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—Bebe por favor, tienes que creerme. Se que fue una locura pero tenía que comprobarlo de alguna manera —Dijo Jason parado frente a la casa de la rubia, quién lo veía con una ceja levantada y dudosa.
—Jason por favor, ya basta. Lo que dices no tiene sentido. Tienes que dejar al novio de Tweek en paz, él no te ha hecho nada y dudo que sea un bastardo cómo quieres hacérmelo creer —respondió la chica.
Jason se quejó frustrado.
—Ok, puede que no sea un bastardo, pero normal normal no es. Te acabo de decir que rompí una botella de vidrio en su cabeza y el muy fenómeno ni siquiera lo sintió.
La rubia volteó los ojos.
—Bebiste demasiado anoche ¿no? Porqué claramente estás imaginando todo.
—Bebe. No estoy mintiendo.
—Tweek me dijo que te habías pasado de copas y por eso dejaste caer una botella vacía en mí cocina.
—No fue así cómo se rompió la botella. Tweek ni siquiera estaba ahí cuando sucedió todo.
—Ok, y en caso de que estés diciendo la verdad. Por qué carajos agrederías a craig con una botella ¿ah? ¿Te has vuelto completamente loco?
—Ese chico… oculta algo.
—Eso no lo sabes. Jasón, no tienes por qué juzgarlo solo por tener una vida solitaria. No está bien.
—Confío plenamente en mis intuiciones bebe. Y si digo que ese chico oculta algo es porque es así. Mejor no pierdo más tiempo diciéndote todo ésto —se rindió con la chica y se dio la vuelta para irse.
Bebe sólo suspiró aburrida por las locas acusaciones de Jason y regresó adentró. Lo que sea que estuviera planeando no quería involucrarse.
Jasón caminaba por las aceras de la ciudad y se detuvo al ver la cafetería de los padres de Tweek. Pensó en contarle sobre sus sospechas pero se arrepintió al recordar que estos tenían al novio de su hijo prácticamente en un altar. Definitivamente sería inútil. En eso quiso seguir con su paso pero se detuvo al ver quién se acercaba.
Era craig.
—Tsk genial… —soltó con sarcasmo al verlo.
—A mí tampoco me alegra verte. Dónde dejaste a tweek ¿eh? Veo que vienes a sacarle provecho a Tus nuevos suegros —lo confronto Jason cruzándose de brazos.
—... No. Tweek me dijo que quería un cupcake así que a eso iba.
—Mm si claro, y ¿en dónde está él?
—Se sentía algo mal así que prefirió quedarse en casa.
—Tu… ¿Qué le hiciste? —preguntó de repente.
—Oye, cálmate ¿quieres? No le he hecho nada.
—Por alguna razón no puedo confiar en ti.
—Y lo dice el tipo que rompió una botella de vidrio en mí cabeza —giró sus ojos fastidiado.
—Sigues vivo ¿no? Y disculpa pero tenía que salir de dudas.
—¿De que dudas hablas?
—Pues que no eres una persona común y corriente.
—...
—Ese golpe te hubiera matado, o mínimo te habría hecho sangrar.
—Y que si no fue así… —dijo craig con una expresión fría. Esté chico se estaba volviendo cada vez más molesto —. Algunas personas tenemos muy buena resistencia.
—Por favor, éso no te lo crees ni tú mismo.
—Sí, bueno. Pues déjame decirte que aún te falta mucha gente por conocer. Sé que piensas que todo debe ser cómo en tu pequeño e ideal mundo perfecto, pero la realidad es totalmente diferente. Hay personas que simplemente no son, comunes o les gusta hacer lo mismo que los demás, y no por eso deberían ser juzgadas. Sin embargo, personas tan intensas cómo tú lo hacen.
—No me des un tonto discurso de moral, no juzgó a las personas por ser diferentes. Mirá a tweek, es gay y lo quiero cómo a un hermano.
—Si… Eso solo me deja en claro lo hipócrita que eres.
—¿Que dijiste?
—Que dejes de molestarme. Y sí no es mucha molestia que te muevas del camino. Tweek espera por mi —le recordó cansado de tenerlo enfrente.
—No irás a ningún lado —se opuso en su camino y craig frunció el ceño.
—Ya dejá de jugar Jason, por tú bien, quítate de mí camino —dijo bastante serio.
Jasón observó el callejón que daba camino a detrás de la cafetería y luego se abalanzó hacia el azabache, forcejeando con todas sus fuerzas para llevarlo ahí, y si, efectivamente no logró, el tipo era como una roca.
—¿Terminaste? Estás haciendo el ridículo —dijo craig al ver algunas personas pasar a su lado.
—Ugh, no. Dime de una vez que demonios eres, ¿que es lo que ocultas? —insistió el castaño.
—Tsk.
Craig le sujetó firmemente del brazo y lo arrastró hacia el fondo del callejón. Soltándolo ahí y mirando su expresión de sorpresa.
—¿Es esto lo que querías? Bien ¿Ahora que sigue?
Jasón lo veía frustrado y en éso noto una piedra en el suelo. Esté la tomó de inmediato y se preparó para lanzarsela con todas sus fuerzas, pero al hacerlo craig sólo la atajó tranquilamente con la mano. Cosa que sorprendió al castaño.
—Ugh, qué ¿qué mierda? Sabía que no estaba equivocado. No eres una persona normal, ¿acaso es eso lo que ocultas? Si es así dímelo, porque ya estoy harto de que todos crean que miento, en especial Tweek, el pobre ingenuo no sabe ni con quién se está relacionando, pero cuando se entere te va a mandar al diablo —decía completamente desesperado.
Craig no entendía porque se comportaba así.
Sólo sabía que le estorbaba.
—Cállate… —dijo craig ya hartó. Sus ojos se volvieron violetas y brillantes.
Jason enmudeció de golpe al ver sus ojos y se dió cuenta de que ya era demasiado tarde para escapar. Había cometido el peor error de su vida, y ni siquiera tuvo el tiempo de reaccionar cuándo notó que la piedra que le había lanzado a craig antes ahora le había perforado el pecho y se encontraba incrustada en la pared. Todo sucedió demasiado rápido, y sintió un sabor salado y los coágulos de sangre subir por su garganta, provocando que comenzará a escupirla por su boca y a marearse.
—A-Ahh… —soltó apenas el chico y sin poder resistir más cayó al suelo. Alzó su mirada cómo pudo y lo último que vio fue los zapatos de Craig, quién lo miro por unos segundos y luego se alejó de ahí.
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Tweek se servía una taza de café cuándo escuchó la campana de su puerta y al mismo tiempo la puerta abriéndose. Sonrió contento al ver que era craig y dejó la taza sobre la mesa. Esté sostenía una pequeña bolsa con el logo de su familia y se acercó a él con una sonrisa tranquila.
—¿Cómo te fue? —preguntó tweek dándole un rápido beso y viendo cómo dejaba la bolsa sobre la mesa.
—Chocolate, maní, café, y fresa. Tus favoritos.
—Ngh, si lo recordaste.
—Si. No tengo tan mala memoria, cariño.
—Jeje bueno. Muchas gracias, amor, ahora comamos. Te serviré un poco de café.
Craig asintió y tomó asiento mientras lo veía.
—¿Cómo te sientes?
—Ugh ya estoy mejor, descuida —no le quiso dar más importancia a sus dolores y le sirvió el café a su novio, colocándolo en la mesa y tomando asiento también.
—Bien…
Tweek sonrió tranquilo y abrió la bolsa para sacar los cupcakes, pensando que sabor probar primero. Craig sugirió el de fresa y esté decidió hacerle caso a su novio, quién ahora lo veía comer feliz y le daba un sorbo a su taza de café.
"Nadie necesita saber quién soy realmente. Sólo quiero una vida normal, no pido más" —pensaba craig mientras veía la hermosa sonrisa de su pareja.
Y quién sea que intenté interponerse en mí felicidad, pagará las consecuencias…
Continuará…
(・o・;) mm, hola. Si, nueva historia, y este viene siendo cómo un tipo de introducción uno. Espero que le den una oportunidad, nos vemos.
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