Capítulo 20
Lleva menos ropa que un veraneante en una playa nudista.
Ella con más hambre que panete, viene hacia mí sacando sus armas.
Lo siento señora, pero en estos momentos le he dado vacaciones a mi tiburón.
Aunque el muy cabrón se ha despertado.
Doy varios pasos hacia atrás evitando sus intenciones y mucho menos que llegue a tocarme. Si lo hace estoy perdido. Y por una vez en mi santa vida quiero hacer algo bien.
- ¿Te se ha perdido algo Thaisa para que vengas con esas pintas a buscarme? - Cuadro mis hombros lanzándole una mirada de advertencia.
- No tiene nada de malo que venga a buscarte a tú lugar de trabajo, no va ser la primera vez. - Voz empalagosa, dedo índice pasándolo por la mesa, mirada sensual con palabras escritas en sus luceros : «sexo».
Intenciones muy bien explicadas. Necesito con urgencia echar una pólvora.
- Estoy muy ocupado Thaisa, has venido en mal momento. Te pido que te marches y hablemos en otro momento. - Camino en dirección de la puerta haciéndole ver que no deseo nada con ella.
Su insistencia parece no tener límites. Tanto como lanzarse a mi cuello y tratar de besarme.
- Por favor Thaisa, ten un poco de decencia por tí. He dicho que no quiero nada contigo ni hoy ni nunca. Se terminó todo. Ya no me busques más. - Quito sus brazos de mi cuello antes que le dé por estrangular me.
- ¿Estás borracho? No voy aceptar que me dejes ahora cuando más te necesito y estoy dispuesta a divorciarme de mi marido para irme contigo.
- Esa historia ya me la sé de memoria. Qué quieres que esté siempre cuando tú dispongas, cuando te apetezca acostarnos me busques. Pues chica he pensado que no. Yo soy un hombre joven y en estos momentos necesito una mujer a mi lado.
- Esa mujer puedo ser yo. - Mira que es cansina, que le habrá dado hoy por venir y tratar de calentarme para hacer el salto del tigre.
Hay como puedo intento quitármela de encima, sus labios están rozando los míos, el peligro se va aproximando cada vez más y yo siento que no voy a poder luchar más.
- Señor Zabat le traigo los documentos que me ha pedido. - Gracias señor por esta interrupción.
- Gracias Alysa. - Respiro un poco más aliviado sonriéndole. Ella se voltea para mirar a Thaisa la cual se encuentra abrochándose su chaqueta.
- Yo que tú no iría así por la calle tan fresca. Mira que hay de ca' salido y te violan en un segundo.
- Ese es mi problema no el tuyo. - Thaisa responde muy molesta.
- A mí no me hables así, si te han dado esquinazo es tú problema no el mío. - Oh sí. Dos mujeres peleándose por mí.
- Ay, bonita. No me hagas de reír. Si a veinte millas se nota como te gustaría acostarte con Evan. - Perfecto, esto se está poniendo interesante.
-¿En serio? Venga ya, no me digas. Pero que te piensas vieja estúpida, que todas somos como tú. Pues te equivocaste, yo hago mi trabajo, y tú insultas al pobre de tú marido. No tienes vergüenza.
- Siempre he sospechado de que te gusta Evan, y ahora lo veo muy claro, por eso siempre le haces de alcahueta. En este caso la que se humilla eres tú, porque no vas a conseguir nada.
- ¿Y tu qué consigues? ¿Quedar por zorra? Yo al menos se de antemano que no puedo acostarme con él, pero tú buscas alguien más joven sin importarte ni respetar a tu marido por ser una vieja viciosa.
- No te permito que me hables así. - Al ver las intenciones de Thaisa le agarro por detrás de su brazo impidiendo que le haga algo a Alysa.
- Ni lo intentes Thaisa. El que no te va permitir que le hables así a Alysa soy yo. Ella es mi secretaria, mi amiga, una mujer joven y bonita y admirable. Cosa que tú no le llegas a ella ni la suela de los zapatos.
- La volteo para fijar mis ojos en los suyos. Necesito que vea en mis ojos la verdad.
Y la verdadera razón por la que no la quiero en mi vida, es porque hoy Alysa me ha demostrado que le importo.
- No quiero volverte a ver, si vuelves a buscarme juro que se lo diré a Frank y me da exactamente igual lo que ocurra entre nosotros.
Ten algo de dignidad y no despidas al jardinero.
- No te creo ni una palabra.
- Pues mala suerte. Vete ahora mismo y vuelve cuando yo te llame. - Sin soltarla del brazo la acompaño hasta la puerta haciéndole una señal con mi cabeza para que desaparezca.
Al marcharse Thaisa me volteo para mirar Alysa preguntándole porque lo ha hecho.
- Es evidente señor Zabat. Si no llego ha interrumpir la escena, ese cacho penco hubiera conseguido su propósito. Y tú qué eres un picha floja estarías en estos momentos duro que te pego.
- Alysa, no quiero volver a ver a Thaisa.
- Tú novia no se lo merece y me alegro de que seas fiel a tu pareja. Dentro de lo malo, eres buen chico Zabat.
Ruedo mis ojos maldiciendo, se me había olvidado Carly. Otra que tengo que hablar con ella para romper la relación.
- Tranquila, tengo bien atados los pantalones no tenía en mente cepillarme a Thaisa. Aún así te agradezco tú ayuda.
- Y tú ten cuidado con lo dices de mí, les ha dado a entender que en verdad estoy locamente enamorada por un adefesio como tú, bastante tengo en soportar tus estupideces y tú mal humor.
- Tan solo he dicho lo que siento. Eres maravillosa Alysa, además de preciosa.
- Si piensas que vas a seducirme, has llegado tarde, además estoy embarazada, no me des disgustos.
- Si lo has hecho es por algo, dímelo y no lo niegues. - Le sonrío porque necesito escuchar que siente algo hacia mí, aunque sea pena.
- Si lo he hecho es porque tenía antojo de mandarla a la mierda. Mira que me sale el bebé con una mancha por su culpa.
- El bebé va ser tan hermoso como tú. - La agarro de sus manos dedicándole una mirada tierna con mi mejor sonrisa.
- Me tengo que ir Evan, estoy cansada. - Suelta mis manos incómoda, algo que me hace sentir mal.
Asiento con mi cabeza saliendo para buscar a Rosi para que se puedan ir. Yo prefiero quedarme más tiempo trabajando.
Es el único antídoto para refugiarse en el caso de no querer dar la cara o tratar de olvidar.
Nada más terminar de trabajar, llamo a Carly.
Cómo siempre me dice que está con sus amigos, para no variar.
Qué sentido tiene sofocarme.
Le suelto que estoy cansado, quedarnos en vernos mañana en mi oficina, ella me dice que tiene algo muy importante de que tratar conmigo.
Fantástico. Ojalá me deje ella y así me ahorra a mí de tener quedar por malo.
Al día siguiente, busco Alysa la cual ya se encuentra preparada para venir conmigo al trabajo.
- ¿Cómo te encuentras churri?
- Idiota no me llames así. Estoy bien, de momento no tengo muchas naúseas, y bueno necesito distraerme un poco con el trabajo.
- Me parece bien. - Le respondo mirando por el espejo retrovisor guiñándole un ojo.
La mañana se me pasa volando entre llamadas, revisar documentos y dar alguna charla a mis empleados.
A la hora de comer me llama Carly para ir a un restaurante para hablar conmigo. Imagino que estaremos solos, porque esto estaba pareciendo más una orgia que una relación de dos.
Al llegar al restaurante indicado por Carly, la busco con la mirada. Al localizarla suspiro aliviado, está sola mirando su teléfono.
Camino hacia la mesa donde está sentada, nos saludamos y ella con una sonrisa divertida me invita a sentarme deseosa de contarme una gran noticia.
Me muero de ganas por saber de qué se trata.
- Evan, he hablado con mis padres y quieren conocerte. De hecho este sábado hay una comida familiar y te presentaré a mi familia. - Me quedo serio y alucinando pensando si ahora me va presentar a su familia. Pues va ser que no estoy muy por la labor de asistir a la reunión familiar.
Cómo veo que se pone más tonta que la niña de la lotería le suelto directamente que no voy asistir.
¿para qué darle tantas vueltas a lo mismo? Mejor ir de frente.
- Evan, es muy importante para mí que vayamos juntos y poder presentarte como mi novio. Ya le he hablado a mis padres de tí. No veo nada de raro que me acompañes.
- ¿Pero debo ir solo o acompañado por tus amigos? Lo digo porque como siempre estamos rodeados de gente y no hay intimidad entre nosotros. - Ya está. Acabo de provocar una pelea la cual nos irá llevando a tirarnos los platos a la cabeza y así tendré la excusa perfecta para romper definitivamente con ella.
- Creo que no tiene nada de malo salir con más personas. Además yo debo sentirme segura antes de dar un paso. Ya he pasado por un divorcio y no deseo cometer la misma estupidez dos veces.
- Llevas más razón que un santo. Pero entiende, y no hablo de sexo. Dios me libre, porque yo no soy esa clase de hombres que se acuestan con la primera que se le pone en bandeja.
Es conocernos. Solos, tú y yo. ¿Me explico? Qué estoy de acuerdo de salir con nuestros amigos, pero el tiempo que he intentado conocerte, me la he pasado escuchando las batallas de tus amigos y no a ti.
- Ahora me hechas por cara el haberte presentado a mis amigos. - Me arrasco la frente intentando calmarme, dado que mi poca paciencia se ha acabado.
- Le he dicho a mis padres que eres el hombre adecuado para mí. Tienes una empresa, un coche de alta gama, tú propio apartamento, y eres de familia rica.
- Te ha faltado decirle mi número de identidad y el saldo de mi cuenta corriente. Resumiendo, que soy un buen partido, porque tengo el riñón cubierto. Lo de que soy buena persona eso no importa. Para qué si hay dinero de por medio. - Ya no puedo soportarlo más, bebo un trato de agua, dejo la servilleta a un lado clavando mis ojos en ella le respondo lo que venía a decirle.
- Carly, se acabó. No me gustas, no eres la mujer que necesito en mi vida, eres sosa, aburrida y encima no hemos hecho el acto sexual. Por lo cual sigue buscando tu príncipe azul porque yo destiño.
Sigue saliendo con tus amigos y verás como te vas quedando sola.
Yo desde luego no quiero seguir con esta relación. Y si te preguntan tus padres, diles que me lo he inventado todo, porque así es. Yo trabajo desde hace siete años como contable, vivo con mis padres, lo único que tengo independiente es mi habitación, y el coche es del jefe, yo ni coche tengo. Ah, y la cuenta corriente, está más en numeros negativo que en positivo.
- Eres un mentiroso, como me has podido hacer esto. Ahora entiendo porqué no querías que fuera a tu oficina, porque no me invitabas...y sobre el sexo me alegro de no haberme acostado contigo. Imbécil. - Ahora la que se hace la ofendida es ella. Hay que joderse, encima tengo yo la culpa de todo.
Como despacio y solo. Carly se ha marchado medido llorando y cabreada por no haber sido ese hombre que ella buscaba.
En fin, poco a poco voy haciendo las cosas a mí manera.
Ahora me queda ir lijando un hueso duro de roer. Alysa, ese es otro cantar.
Nada más llegar a la oficina me encuentro una escena que si me la cuentan no la creo.
Alysa consolando a Carly. Ver para creer.
- Llegas tarde Zabat, te esperan para que trabajes. Sinvergüenza, ¿Cómo has podido hacerle esto a la pobre muchacha?
- Alysa es un mentiroso. Me engañó diciéndome que era empresario, que tenía coche y casa propia. Y yo me lo creí. - Alysa me mira aguantando las ganas de reír.
- Vale, solo exageré un poco. - respondo para quitármela de encima.
- ¿Un poco? Pero hijo de mi vida si te has inventado un guión de telenovela. Pobre mujer. De verdad Carly, mira no llores y mucho menos por este subnormal. No ves que lleva sin mojar el churro ni se sabe, pues está el pobre desesperaico buscando con quién acostarse.
- Yo estoy muy orgullosa de no haberlo hecho con él. - Pienso que si lo pública por el Facebook no podemos ahorrar esta escena.
- Mírame Carly. - La veo venir, Alysa poniéndose del lado de Carly.
- Este guapito de cara no tiene donde caerse muerto. Solo tiene medio polvo y ni eso. Tú eres muy hermosa, inteligente y no es necesario estar atada a un tarado como este. Piensa en tí amiga y no dejes que te vuelvan a lastimar. Has hecho lo correcto, y mandarlo a la mierda es la mejor opción. Tú vales mucho, y si no lo ven es que no te valoran como te mereces. Y ahora ven vayamos a tomar un café.
Di que sí. Para fiarse de las mujeres. Entre ellas se ponen verde, pero cuando se trata de avasallar a un pobre hombre como yo, se unen siendo las mejores amigas.
Ver para creer.
En fin, yo por lo menos me quitado un peso de encima.
Continúo caminando hasta mi oficina donde me espera un par de videoconferencia y trabajar en algunos documentos.
- De verdad Evan mira que eres imbécil. Esa chica vale mucho y tú la dejas ir. Para que me molesto en buscarte una mujer que te soporte.
- Alysa no estoy de humor. Dime a qué has venido, tengo mucho trabajo que hacer aún.
- A decirte que no sé qué te está pasando para que primero hayas mandado a la mierda a la zorra, que eso sí lo entiendo. Pero no comprendo que hayas terminado con Carly. Una chica que te puede soportar, que no es poco. ¿Qué más quieres idiota?
- Diríamos que no me gusta su manera de ser. Fin de la conversación.
Alysa se acerca hasta mí parándose muy cerca mío. Tanto como para permitirme oler su fragancia. Con cara de pocos amigos empieza hablando sin pelos en la lengua acusándome de tratar de entremeterme en su vida.
Lo niego todo, por nada del mundo quiero que llegue a enterarse de mis intenciones.
Al parecer he llegado con retraso, Alysa me lo reprocha. Ella me pide claramente no meterme en sus asuntos.
A lo que yo sigo sin entender porque diablos no me deja cuando tengo derecho y por supuesto, no me voy a quedar quieto.
Lo lleva claro si se cree que voy a seguir al pie de la letra sus órdenes.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro