Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 17

Entré en mi casa sonriente, Carly me gusta y se ve una mujer interesante. Pienso que por intentar conocerla no perderé nada.
Me cambio de ropa poniéndome algo más cómodo.
Siento las tripas crujir, tengo hambre por lo que me preparo algo de picoteo y voy a visitar Alysa.
Toco la puerta varias veces hasta que sale Rosi disculpándose porque estaba en el baño.

— Tranquila no pasa nada. Venía para saber cómo se encuentra Alysa.

— Ella está bien, ahora mismo está descansando.

— Vaya, venía a verla. En fin, volveré mañana. —Me giro sobre mis talones y me marcho con las manos metidas en los bolsillos algo preocupado y desilusionado por no haber podido ver Alysa, ya que tenía ganas de agradecerle el haber hablado a Carly sobre nosotros.

De nuevo en mi casa me pongo a trabajar en algo, no tengo sueño por lo que llamo al Richard a ver que se cuenta. Estoy un tiempo hablando con él, le cuento la novedad de la profesora, pero él permanece callado durante un buen rato. Conozco al Richard como si lo hubiera parido y ese silencio me preocupa.

—Richard, te ha mordido la lengua el gato.  ¿Porqué no respondes? Deberías alegrarte por tu amigo del alma.

—Perdona colega, pero estaba meditando sobre lo que me has dicho. Y aunque me medio alegro por ti, no te veo yo con Carly.

—Explícate, no me dejes a medias que no me gusta.

— A ver por donde empiezo. Me has comentado sobre la profe y lo que te gusta de ella, hasta ahí lo veo perfecto. Pero es que no has dejado de mencionar Alysa. Te se cae más de la boca el nombre de Alysa que el de Carly. Evan, ¿tú estás seguro que quieres seguir adelante conociendo a otra mujer? —Me quedo pensativo incorporándome en el asiento poniendo mi vista en la pantalla del ordenador como si ahí estuviera mi respuesta.

—Sí Richard, debo continuar con mi vida. Alysa siempre formará parte de mi vida, nunca la dejaré de lado pero debo pensar en mi futuro y como diría mi padre, en ir sentando cabeza.

—Si así lo has meditado, espero que todo te salga bien amigo.— Continúo hablando un rato más con Richard hasta que recibo un correo del señor Konin.
Lo leo con mucha atención unas cuantas veces antes de saltar del sofá.
Si, por favor.
Al fin mi buena suerte me acompaña. El señor Konin quiere comprarme el proyecto, pero...un momento. Me pide que sea su socio y viaje hasta Bruselas para reunirnos.
Hostias Pedrin, con esto sí que no contaba.

Llamo inmediatamente a su número privado, tras varios intentos al fin me responde.
Hablamos en inglés todo el rato, donde el señor Konin me explica del asunto que desea tratar conmigo referente a mi proyecto.
Al parecer, está muy interesado en mí como persona y desea tener una reunión conmigo para tratar el tema.
Comienzo a ponerme nervioso, el señor Konin es un hombre muy importante y un empresario muy reconocido en varios países.
El que me haga una oferta de esta envergadura hace que me sienta hasta importante y todo.

Al finalizar la llamada, aún estoy que no me lo creo, voy a ser su socio en este proyecto y nuestras empresas van a trabajar juntas.
¡Fli-pan-te!

Más contento que unas castañuelas me voy a la cama.
Estoy tan eufórico que en lo primero que hago es llamar a mi padre para contarle lo sucedido.
Mi padre me felicita por mi gran éxito animándome a continuar trabajando duro y no bajar la guardia.
Y como no, mi madre exige hablar conmigo.
Lo primero que hago es soltarle que estoy conociendo a una chica muy guapa e inteligente.
Mi madre me comenta lo feliz que se siente por mí, incluso llora de la misma emoción.

Al terminar de hablar con mis padres, llamo Alysa para compartir mi noticia, pero no responde a la llamada.
Insisto quince veces más, pero no obtengo respuesta.
Por lo que decido tocar su puerta y levantar a Rosi.
La pobre sale con su habitual bata de flores, sus rulos puestos y con el pontigue en la cara.
La pobre bosteza señalándome que pase dentro.
Dentro voy a la habitación de Alysa la cual está durmiendo, me quedo parado observándola lo bonita que se ve durmiendo.

— Evan ve a casa, Alysa está durmiendo. — Rosi me susurra al oído.

— Rosi dime algo. ¿Le pasa algo conmigo? No sé... lo digo porque la noto rara.

— No puedo decirte nada, pero Alysa dejó entredicho que no desea verte.

— Gracias, no la molestaré si es eso lo que quiere. Pero no entiendo a  qué  cuento viene ahora esta actitud, espero que me lo explique porque yo no le hecho nada malo.

Me voy molesto, si se piensa la bruja que me voy a estar quieto va para rato.

Por eso nada más levantarme toco la puerta, Rosi que aún sigue con el camisón puesto me deja entrar.
A veces me pregunto que paciencia tiene la pobre con nosotros.

Entro derecho a la habitación de Alysa. Me quedo parado apoyándome de lado en el umbral de la puerta cruzando mis brazos observándola detenidamente recorriendo con la vista sus piernas, subiendo por su figura hasta llegar a sus pechos donde me entretengo mirándoles a pesar de taparse ella con la mano, ya por último clavo mis ojos en ella comenzando a decirle que me explique cual es el motivo por el que me evita.

— No te estoy evitando, solo quiero que me dejes en paz.

— Te has rebanado los sesos querida en soltarme está tontá.

— Vale, te lo voy a decir con educación.
Vete a la mierda y déjame en paz. No quiero verte, quiero estar sola. Ya te buscado una tía para que te ame, para que seas feliz y formes ese futuro que tanto sueñas.

— No comprendo porque estás haciendo todo esto. Sabes que no te voy dejar sola, siempre que me necesites voy a estar ahí.

— No me hagas de reír Evan. Eso lo dices porque estás soltero, en el momento que empieces a interesarte por una tía me vas a dejar de lado. Mírame, soy una mujer minusválida, no soy normal Evan, ya no soy aquella adolescente que estaba pensando en chorradas.

— Alysa, eso es pasado. Yo hablo de ahora.

— El presente viene de los hechos del pasado. Evan, ya he sufrido mucho por tíos. Primero fue contigo, no puedes hacerte una idea de lo mal que lo pasé durante años esperando poder verte, tener noticias sobre tí, creo que no me merecía lo que me hiciste, al menos haber cortado conmigo y no haberme dejado que yo sola me fuera desilusionado conforme pasaba el tiempo. Después conocí al que pensé que era el hombre de mi vida y aquí me tienes. Sola, sin necesidad de enamorarme porque no quiero un hombre en mi vida. Lo que tanto anhelo lo voy a conseguir, no me haces falta Evan, busca tu propia felicidad como yo lo estoy haciendo. — Mis labios permanecen cerrados aún intento asimilar sus palabras.

— Quiero  ayudarte, no hace falta que te pongas así.

— Las cosas van han comenzar a cambiar entre nosotros Evan. Ya va siendo hora que no dependa de tí, a fin de cuentas cada cual hemos escogido nuestros caminos. Y tú ya no estás obligado a cuidarme.

— Alysa, ¿Porqué me haces esto?

— Nunca está de más probar de nuestra propia medicina.

— Sí, ya sé por dónde van los tiros. — En silencio me marcho hacia mi casa para preparame para ir ha la oficina.

Agradezco que en todo el día el trabajo me haya impedido centrarme en Alysa.
En cierto modo sus acusaciones me han herido profundamente.
Me recuesto en el sillón mirando al techo echando mis manos hacia mi nuca.
Nunca antes me había planteado el dolor que le podría haber causando a Alysa. Simplemente me gustaba mi vida, había conocido otras mujeres, otras amistades y sin querer me fui olvidando de ese amor que sentía por ella.
Ahora me doy cuenta del porqué se comporta de este modo conmigo.
Ella además de ser valiente, es segura de sus ideas, y a pesar del daño que le hecho nunca nos hemos distanciando, he estado a su lado en los peores momentos de su vida, y ahora me siento mal conmigo mismo.
Cómo dice ella, ahora va siendo el momento de comenzar con mi vida.

Le mando un mensaje a Carly para quedar esta noche a cenar.
Al instante me responde que sí.
Sonrío no muy feliz, pero me agrada la idea de conocerla.

En el restaurante Carly me habla sobre su pasado. Cómo vivió su matrimonio y los planes que tiene para formar una familia.
Hasta ahora, la veo una mujer con ideas claras y sincera.
Terminada la cena, decidimos ir a tomar unas copas.

El pub es tranquilo, apenas se ve mucho con las luces que hay, pero está bien.
Tomamos asiento en una pequeña mesa donde un camarero nos toma nota de nuestras bebidas.
Seguimos hablando de nuestras vidas hasta que llega un grupo de amigas suyas.
Ambas se saludan, a continuación Carly me las presenta.
En un principio me parecen algo pijas, algo que no soporto de una mujer. Me gustan que sean más sencillas y no estén hablando como si tuvieran una nuez metida en la boca.
Mientras ellas hablan de no sé historia yo miro de vez en cuando mi teléfono, he recibido varios correos del señor Konin, y para no variar tengo varios mensajes de Thaisa donde me pide vernos.
Lo siento querida, pero el tonto de turno ya no está disponible.

Carly se va hacia la pista para bailar con sus amigas mientras tanto yo me quedo sentado en la mesa bebiendo de mi cerveza.
Para ser sincero conmigo mismo,  me aburro mucho.
Espero a que Carly que venga a la mesa para decirme que se marcha con una amiga porque la tiene que consolar.
Me encojo de hombros haciendo que no pasa nada. Total me está haciendo un favor.

Me marcho hacia mi casa cuando al llegar al edificio me encuentro con Thaisa esperándome apoyada en su coche.
Frunzo mi ceño pensando a qué viene venir a buscarme a mi casa.
Aparco el auto y nada más poner un pie en la calle me dirijo hacia ella molesto.

— ¿Qué demonios haces aquí Thaisa? — Intento no alzar la voz aunque me resulte muy complicado del cabreo que tengo.

— Tranquilo, no te sofoques, vengo a buscarte para irnos juntos. La que debería estar enfadada soy yo contigo porque no atiendes a mis llamadas. — Peligrosamente pasa sus manos por mi pecho comenzando a besar mi cuello.

Me quedo quieto frío como un bloque de hielo. Ella sigue buscando provocarme y lo consigue.
De malos modos le doy la vuelta poniendo su espalda en el capó, la miro con rabia y deseo. Me acerco más a ella para que note la dureza de mi miembro. Devoro su boca, estoy demasiado encendido como para pensar en que alguien nos pueda pillar.
Me separo de ella contemplando como su respiración es agitada, y su cuerpo es la clara invitación a la lujuria.

Consulto la hora, es de madrugada. Me encuentro solo en la habitación del hotel dándole vueltas a la estupidez que acabo de hacer.
Me recuesto en la cama echando mi cabeza hacia atrás suspirando fuerte.
He vuelto a caer, no tengo solución. Soy tonto no, lo siguiente.
Me doy una ducha dejando que sea el agua quién limpie mi conciencia, pues yo no sé exactamente lo que estoy haciendo con mi vida.

Nada más salir del hotel me dirijo ha mí casa.
Aún tengo tiempo de descansar algo antes de ir a una reunión importante mañana.

Me encuentro con varios hombres de negocios en un salón donde se dará una charla sobre económica.
De pronto mis ojos reparan en Thaisa, ella ni me mira. Va acompañada de otra mujer.
Intento llamar su atención con disimulo, pero al parecer no existo para ella cuando hay gente de por medio.
Me centro en la conversación con los demás hombres evitando así caer más bajo de lo que he podido caer.

Terminada la reunión, me marcho hacia la pizzería que me ha dicho Carly para cenar.
Antes quiero pasar por mi apartamento para cambiarme de ropa.

Al cruzar por la puerta del apartamento de Alysa me paro conteniendo las ganas de tocar su puerta y hablar con ella.
Permanezco en la puerta unos minutos largos hasta lograr recapacitar para continuar con mis planes.

Cincuenta minutos después me encuentro en la pizzería donde Carly me ha citado.
Al verla me quedo un poco inseguro porque creía que está noche estaríamos los dos solos y no con más personas.
Nada más verme, Carly se levanta para presentarme a sus amigos.
Dicha presentación, tomo asiento para pedirme algo de comer cuando uno de los amigos de Carly propone ir a tomar algo.
Me callo por no partirle la cara al pijo este. Qué mal me cae el sabiondillo este que no sabe ni el abecedario.

— Carly, voy a pedir algo de cenar quédate conmigo. — Le susurro mientras sus amigos comienzan a moverse para irse.

— De acuerdo me quedo contigo pero después iremos a tomar algo con ellos. Son muy simpáticos, me han dicho que le has caído muy bien. — Sonrío irónicamente masticando la pizza pensando en qué corral he ido caer.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro