Pov Narrador

Un niño con suerte. Mariano no se describiría así, tomando en cuenta el trato que le dio su Padre y la ausencia de su Madre en su infancia se podría decir que paso un infierno momentáneo.

Cuando Mariano sólo tenía cinco años, edad donde tienes que darle amor y confianza a un niño, lo cual no fue así. Su Padre perdió su empleo y no lo tomo de la mejor manera. Creyó que ante los ojos de su hijo él era un perdedor, con tan sólo cinco años empezó a maltratar a su hijo, física y psicológicamente. Todos los días se encargaba de repetir que la perfección es muy importante y para ser un hombre perfecto él debía saber hacer de todo.

Lo obligó a ser el mejor alumno, aprender a tocar guitarra, piano, violin, acordeón, a cocinar, limpiar, reparar cosas. Nadie nace sabiendo, así que Mariano cometía errores que eran castigados con golpes y palabras hirientes.

Quemar la comida, ¡UNA BOFETADA!.
Desafinar con cualquier instrumento, ¡VARIOS GOLPES CON EL CINTURÓN!.
No limpiar correctamente, ¡DOS DÍAS SIN COMIDA NI AGUA!, No lograr reparar las cosas ¡DORMIR AFUERA!.

Su Padre no aceptaba un noventa y nueve, él quería un cien como sea, no aceptaría un error por más que sea mínimo.

Los Padres de la Mamá de Mariano eran separados. Ella se quedó con su Padre y su Madre con su hermana. Después de años y una vez que falleció su Padre, ella se caso con el que ahora es su esposo. Cuando Mariano cumplió cinco años su Madre tuvo que irse, porque se entero que su Madre, o sea la abuela de Mariano, había fallecido. Su hermana le envió una carta pidiendo su ayuda ya que, tenia problemas con la herencia que dejó su Madre.

Dejó a Mariano al cuidado de su Padre, ella jamás supo de los maltratos que duraron años ya que, ella se quedó con su hermana por tema de dinero. Con su esposo desempleado y un hijo. La mujer hizo de todo para ganar dinero y enviarles la mayor parte de su ganancia.

Mariano a los quince años seguía siendo maltratado, nunca le dijo a nadie, creía que era normal y todos pasaban por lo mismo.

Hasta que un día pudo conversar con Isabella Madrigal, una chica que su Padre odiaba, porque todos decían que era perfección. Mariano jamás detesto a Isabella, porque creía que ella pasaba el mismo infierno que él para ser perfectos.

°La conversación°

Isabella: Hola, tú eres Mariano, ¿cierto?. —Se sienta a lado del chico.

Mariano: Sí, pensé que no sabias mi nombre. Tú eres Isabella Madrigal la perfección en carne y hueso, me inclinó ante tan hermoso ser. —Se paro e hizo una reverencia sacando una pequeña risa de parte de la señorita.

Isabella: Todos me definen así, supongo que si lo soy.

Mariano: ¿Y qué hacen tus Padres para que seas tan perfecta?.

Isabella: ¿Qué hacen?. Ellos no hacen nada, yo demuestro ser mejor para que mi Abuela se sienta orgullosa de mí. Siempre me presume con las personas, ella me estima mucho.

Mariano: Entonces... ¿Nunca cometiste errores? ¿Jamás te castigaron?. —No entendía las palabras de la niña Isabella.

Isabella: Cometo algunos errores, pero no recibí castigo por eso. Mi Abuela me perdona al instante. —Le dedicó una sonrisa a Mariano.

Mariano: ¿Por qué te perdona al instante?. —Se sorprendió por la respuesta de la menor.

Isabella: ¡AAAAM!. Yo creo que, porque me ama y me quiere mucho. ¿Tu Papá no hace lo mismo?.

Mariano: Esta conversación fue bastante interesante. —Se puso de pie para despedirse—. Tendremos que dejarlo aquí, mi perfecta princesa. —Tomo su mano y le dio un beso.

La Abuela Alma había visto el adorable acercamiento de los niños a lo lejos, le pareció adorable la escena, aparte que le recordó cuando enamoraba con su esposo. Se lo contó a su hija Julieta. "Tal vez algún día se casen" le dijo la Abuela a Julieta. Dolores escucho desde el jardín, su corazón dolió después de oír que su prima gustaba del mismo chico que ella.

Mariano se encontraba en un gran dilema. ¿Su Padre lo ama? ¿Qué es amor? ¿Cómo se demuestra?. Isabella es perfecta y no necesito ningún castigo para ser así. ¿Es correcto sentir rabia hacia tu Padre?.

Pov Mariano

Volví a casa y como siempre mi Padre me esperaba en la sala con esa expresión neutra. No sé de que me va a tratar ahora, pero siempre busca motivos para decir que soy una basura.

—¿Por qué llegaste tarde?. Tenías que estar hace diez minutos aquí. —Se puso de pie y cada paso que daba resonaba. Baje la mirada. Si lo miro se enoja más.

—Buenas tardes Padre... Me entretuve un momento. —Respire e hice una pausa—. La señorita Isabella.

—¡¿QUÉ!?. ¿Quién te dio permiso para hablar con ella?. Esa mocosa está un paso adelante de ti gracias a ese inútil don que todos alagan.

—Ella no es mala y... Creí que podíamos ser...

—¿¡AMIGOS!? —agrego—. Eres un imbécil Mariano. Esa mocosa no quiere ser tu amiga, aún no lo ves, pero ella debe estar burlándose de ti. —Me agarro de los cabellos y me arrastró hasta la cocina.

—¡NO! ¡PAPÁ! ¡ESO DUELE!.

Me soltó y caí al piso.

—Quiero que prepares la cena y si te vuelves a equivocar con la cantidad de sal correcta te irá peor que el día de ayer.

—Papá... Espera... Yo quiero saber si... ¿Me quieres?.

—¡HAHAHA! ¿Quererte?. Nadie podría querer a un chico tan tonto, inútil, desobediente y que se deja ganar con una mocosa. Algún día si llegas a mejorar con todo y ser perfecto... Tal vez... Alguien pueda amarte.

Sus palabras dolieron como si te clavaran una flecha en el pecho. Mi vista se nubló, me pare y sin pensarlo agarre un cuchillo y lo apuñale varias veces <<¡ESTAS SATISFECHO!>> le gritaba mientras sacaba y volvía a meter el cuchillo <<¡¿ESTO ES LO QUE QUERÍAS PADRE!?>>.

Vi como la sangre se esparció y sus intestinos caían. Con sus últimas palabras mi Padre me dijo "nadie te va a querer... Nunca". Solté el cuchillo y recién pude darme cuenta de lo que hice. No reaccione, no sentí nada, no hubo culpa ni lágrimas.

Espere hasta la noche, cuando todos ya están dormidos. Saque el asqueroso cuerpo de mi Padre y como resultó ser más pesado de lo que pensé lo tuve que descuartizar para llevarlo por partes. Era la primera vez que recorría más haya de lo que mi Padre me permitía, vi las montañas y me atreví a escalarlas. Al llegar a la cima bote los restos de mi Padre desde ahí.

Ya no tenía miedo... Ahora yo tengo el poder de mi vida, mis decisiones y mis emociones. Te prometo Padre que encontraré a ese alguien... Esa persona especial para mí.

Mande una carta a mi Madre diciendo que mi Padre me abandono, ella volvió de inmediato y se quedó conmigo. Al menos pude sentir el amor de Madre. La llegada de mi Madre fue lo único bueno que me pasó después de tantos años... Hasta que conocí a mi destino.

Pov Bruno

Escuche con mucha atención la historia de Mariano desde el comienzo hasta el final.

—Mariano, necesitas ayuda profesional. Te guardaste esto por mucho tiempo y es algo bastante grave.

Me mantuve calmado, aun después de escuchar que mato a su Padre. La verdad es que me estaba muriendo de miedo.

—No necesito a nadie excepto a ti, quiero estar contigo, casarnos, tener una familia y vivir felices. —Acarició mis mejillas con suavidad y me dio un beso en la nariz.

—Eso... No es posible... —Debo pensar mejor las cosas que digo o haré que se moleste, además la única manera de salir de aquí es hacerlo pensar que si estoy enamorado de él—. Mariano, querido, para mí eres un hombre perfecto.

Los ojos de Mariano brillaron y me dio un beso en los labios, queria meter su lengua en mi boca, tuve que deterlo ahí.

—Estas yendo muy rápido Mariano, necesito mas tiempo... ¿Puedo hacer un intercambio?. Todos los días te daré un beso cuando tú me lo pidas, sin embargo, quiero salir a pasear esta noche, cuando no haya nadie.

Se me ocurrió un plan. La historia de Mariano justifica su actitud, no obstante, no por eso le perdonaré la muerte de mi sobrina y el maltrato físico.

—¿Por qué quieres salir?. Tienes todo lo que necesitas aquí, incluyendo mi cariño sincero. —Otra vez hizo ese cambio de contento a molesto.

—Un paseo es como una cita, siempre quise tener una cita, puede crear más confianza entre nosotros dos.

Después de palabras dulces y motivos justificables para salir pude convencerlo con un abrazo y un beso en la mejilla, aunque también me pidió uno en los labios para acceder al pedido que le hacía.

Esperamos echados en el sofá, yo estaba encima de Mariano. Él me acariciaba la espalda, de seguro para que me durmiera. Logré aguantar hasta medianoche, a esa hora ya no podías ver a nadie caminar. Mariano me tomo de la mano y caminamos hasta llegar al pueblo. Vacío y oscuro, aunque había algunas luces encendidas no eran suficientes para lograr ver bien por donde pisabas ya que, tropeze algunas veces.

Mariano me ofreció llevarme a monito varias veces, no acepté, necesitaba estar de pie hasta llegar a mi Casa. Mi plan era lanzar una piedra a la ventana de Isabella y gritar por ayuda, no es el mejor plan, no obstante, si no hago algo ahora terminaré siendo el juguete de Marino.

Además, la única ventana más cercana era la de Isabella, ni siquiera la de Pepa para que empiece una tormenta y me pueda zafar del agarre de Mariano. Mi mano está entrelazada con la suya, esto es mas complicado de lo que creí.

Mariano dio la vuelta cuando llegamos a mi casa.

—Mariano, espera un momento, nos estamos pasando de mi casa. —Mi voz sonó preocupada y Mariano ya me estaba viendo raro.

—La puedes ver desde aquí, no es necesario acercarnos, Brunito. ¿Acaso quieres que alguien nos vea?.

—¡EEEM! Quisiera despedirme estando más cerca, sólo hasta el jardín y de ahí ningún paso más, por favor.

Pov Mariano

Me parece adorable el intento de escapar de mi Brunito. Yo sé que va a intentar algo, por eso está desesperado por acercarse a su casa.

—¿Qué me vas a dar a cambio?. Me estoy arriesgando mucho dejando que te acerques a tu casa.

Mi Bruno se puso muy nervioso con esa pregunta, que empezó a balbucear.

—No sé que darte —respondió Bruno.

—Me bañare contigo todos los días, no tienes permitido entrar a la ducha sin mí. ¿Aceptas?.

Quiero ver que tan lejos es capaz de llegar sólo por acercarse a su casa.

—De acuerdo. —Bruno no lo pensó dos veces y aceptó.

Tuve que cumplir con el trato y acercarme con Bruno hasta el jardín. Nuestras manos están unidas, así que pude sentir como temblaba. Me hice el distraído. Bruno tomó una piedra del jardín y planeaba lanzarla hasta que lo detuve, lo agarre de la muñeca impidiendo que lo lanzará.

—¡ISABELLA! —grito Bruno.

De un sólo golpe lo desmaye, la suerte debe estar de mi lado, nadie se despertó.

Lo lleve devuelta a nuestra casa.

Pov Camilo

No me importa que los demás piensen que soy una broma, pero si es Mirabel, el dolor que siento ahora en el pecho es insoportable.

Estoy llorando en el piso, no fui a mi cuarto, estaba en la entrada principal de la casa. Casi se me sale el alma del susto cuando escuche a alguien gritar el nombre de Isabella.

Abrí un poco la puerta para espiar. No pude reconocer quienes eran, sin embargo, uno se había desmayado y la otra persona lo alzó. ¿Será algún pretendiente de Isabella? Me pregunté... Aunque ella no tiene, tal vez es uno de esos tipos con los que estaba apostando.

No le iba a tomar importancia hasta que vi que en vez de irse por el camino del pueblo se fue por los arbustos. No voy a mentir, soy muy curioso como para quedarme con la intriga. Salí sin hacer arruido y lo seguí.

Estaba lleno de árboles y arbustos. La oscuridad no ayudaba mucho, jamás había pasado por estos lados. El sujeto entró por un gran hueco que tenía un árbol, dude si entrar o volver a casa. Me arme de valor y entre. Abrí mis ojos de sorpresa, no podía creer que hubiera una casa escondida, los detalles que tenía eran muy bonitos.

Me acerque más y el hombre encendió la luz de afuera para poder abrir la puerta.

Gracias a la luz pude ver que se trataba de Mariano y... Mi tío Bruno. ¿Qué carajos estaba pasando?.

Retrocedí tan rápido que caí haciendo ruido y llamando la atención de Mariano. Mi corazón latió con velocidad, de no ser que un pajaro salió volando de la nada y distrajo a Mariano pude escapar gracias a eso.

Llegué corriendo a casa y por costumbre me dirigí al cuarto de Mirabel, me detuve antes de tocar la puerta.

Me puse a pensar... ¿Qué estas haciendo Camilo? ¿Acaso eres tonto?. No debes buscar a Mirabel, debo recurrir a otra persona.

Será mejor que decida mañana. Los ojos me duelen por tanto llorar y de seguro Mirabel se dará cuenta que estuve llorando y preguntará hasta que le diga el motivo.

A la mañana siguiente

Me levante a las diez, todos ya habían desayunado y se fueron a hacer sus quehaceres. Me tocó desayunar solo.

Tome una ducha antes y luego fui a la cocina, ahí me encontré a mi tía Julieta preparando galletas.

—Buen día, tía querida. Recordaste que me gustan mucho las galletas. —Casi tomo una de no ser que mi tía no me dejó.

—Sobrinito querido, lamento decirte que no puedes comer esas galletas, porque son para la visita de mas tarde.

—¿Y quién nos visita?.

Me quedé babeando por las galletas.

—Bueno. La visita es para Mirabel. La abuela Alma conoció al hijo del botánico y dice que es un joven muy presentable y le parece ideal para Mirabel. Ayer se conocieron y la invitó a salir, sin embargo, la Abuela Alma le propuso a ambos verse en la Casa Madrigal.

—Mirabel, no mencionó nada sobre eso.

—Ayer te dormiste casi todo el día y te dio fiebre, no había oportunidad para que Mirabel te lo dijera. Mi sobrino, lindo, siempre está cuidando de su prima

Me dio un beso en el cachete y salió de la cocina.

¿Cuidarla?. Ni que fuera su guardaespaldas ¡ASH!. ¿Por qué la Abuela Alma no busca un chico para Isabella?. ¿Por qué justamente Mirabel?. Que tontería.

Isabella y Luisa entraron a la cocina muy alegres.

Isabella: No aguante la curiosidad y fui a ver al pretendiente de Mirabel.

Luisa: ¿Y como es él? -inquirió emocionada.

Isabella: Es alto, su cabello es café oscuro, tiene pestañas largas, es lo que mas me gustó de él. —Ríe nerviosa.

Camilo: Y si tanto te gustó ¿Por qué mejor tú no te quedas con él? y dejan tranquila a Mirabel. —Ni me esforcé por disimular mi molestia ante el tema.

Luisa: ¡EEEM!. ¿Estas celoso, Camilo?.

Isabella: ¡AAAW!. Esos celos hacen daño Camilin. Deberías estar feliz al igual que nosotras, es el primer interés amoroso de Mirabel.

Camilo: ¿Y cómo saben que él merece estar con ella?. —Cruce los brazos. Mis primas se miraron al mismo tiempo.

Luisa: Sera la decisión de mi hermanita. No tiene que estar exactamente con él.

Isabella: Camilo, ¿Quién crees que merece estar con Mirabel?.

Camilo: ¿Eh? ¡AAAM!. No lo sé... alguien que siempre este con ella y se preocupa por su bienestar.

Isabella: Exacto, aún no conocemos bien a su pretendiente, pero puede ser que esa persona busque el bienestar de Mirabel.

Camilo: Yo también busco el bienestar de Mirabel y es por eso que no creo que ese tipo sea el correcto.

Luisa: Esa decisión no es nuestra, por ahora. Si notamos que el chico no es bueno, recién actuaremos como sus hermanas mayores que somos.

Isabella: ¡AAAAAH!. Recordé algo muy lindo. Cuando Camilo tenía cinco años y Mirabel cuatro, a esa edad, recuerdo que Camilo siempre le decía a Mirabel que se iban a casar.

Isabella y Luisa: ¡AAAAAAAAAAAW! -exclamaron al mismo tiempo.

Mirabel entró a la cocina tapándose los oídos para no escuchar los escandalosos gritos de sus hermanas.

Mirabel: ¿Por qué tanta emoción?.

Camilo: No les tomes atención, les pico un bicho y se volvieron locas. —Tomé la mano de Mirabel y la saqué de la cocina—. Necesitamos hablar Mirabel.

Continuará...