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Capítulo 2

Su atuendo era tan perfecto que por un instante no pude dejar de mirarlo. Hasta supo imitar la voz de Zander tan bien que me llevó a sonrojarme.

—Te ha quedado muy bien el cosplay —le sonreí, pero él pareció no tomarse bien mi halago. Frunció el entrecejo, como si no entendiera de lo que le estaba hablando.

—¿Qué cosplay? ¿De qué hablas? —Él ladeó la cabeza y me miró como si estuviera tratando con una loca.

Pasó junto a mí con indiferencia. Cuando me volteé para seguirlo con la mirada, lo noté… ¡riéndose de mí y con la chica de la tienda!

—¿Qué le pasa? —le preguntó la cajera.

Avergonzada, di la vuelta, me desaparecí de allí y me aseguré de que en la tarde iría mejor a hablar con Carlos.

🎮🎮 🎮

El día corrió con normalidad, a pesar de que no podía sacarme aquel momento de la cabeza, y no dejaba de sonrojarme cada vez que pensaba en aquel hombre, no por lo guapo que era, más bien por lo estúpida que me hicieron sentir.

—De seguro ese estúpido entró con ese disfraz, luciendo así para burlarse de la primera pendeja que se le cruzara por el camino y terminé siendo yo.  —Apreté los dientes, mientras caminaba por los pasillos en dirección al salón donde tomaría mi último curso del día, álgebra. Y esperé que algún problema matemático me hiciera distraer la mente, para recobrar fuerzas y así volver a la tienda a hablar con Carlos esta vez.

Al llegar al salón, tomé asiento como los demás y, de inmediato, noté algo raro. Las puertas habían estado abiertas, el profesor no estaba por ningún lado y, por alguna razón, esa tarde, a un grupo de chicas se les veía interesadas en exceso. Se miraban seguido al espejo y se preocupaban en retocar su maquillaje. Cuchicheaban, reían y parecían nerviosas, como si esperaran algo o a alguien importante.

—¿Quieren enamorar al profesor Castillo para que les mejore sus notas? —pregunté al inclinarme hacia Grace, mi compañera más cercana en álgebra. Pero esta, con una cara muy parecida a los de la tienda, cuestionó:

—¿El profesor qué? Hablarás del profesor Blake.

Quise preguntarle qué demonios le pasaba, pero la única que tuvo mil dudas en realidad fui yo, porque por la puerta no entró el profesor Castillo. Quién sí lo hizo no es que fuera un desconocido, al contrario. Con mirada y cabello oscuros, y con vestimenta de traje, tan fuera de lugar, era inconfundible. Ese era el profesor Thomas Blake, otro de los personajes de Mi oscuro secreto.

El profesor Blake, con la elegancia que lo caracterizaba, comenzó a dar la clase, continuando, sin problema, los temas que había estado tocando el profesor Castillo.

Miré hacia los lados y todos, menos yo, atendían la clase muy serios, apuntaban en sus libretas, hacían preguntas y participaban. Mientras tanto, yo me cuestionaba si Mina de alguna forma se había puesto de acuerdo con todos para que me jugaran esta broma. Era la única explicación que me parecía algo lógica. Que tampoco hacía sentido porque Mina no tenía el dinero para pagarle a tanta gente. Pero el teatro no acababa, hasta el punto de estar quitándome la paciencia.

—Valentina, ¿cuál es el resultado? —preguntó aquel hombre y cuando vi la pizarra me di cuenta de que no había estado prestando atención.

—Yo… —titubeé.

Lo miré a la cara y el hombre disfrazado del profesor Blake suspiró, se recostó de su escritorio y cruzó los brazos.

—Recibo un sueldo por esto, pero de todos modos siento que pierdo el tiempo cuando suceden estas cosas.

—¡Por favor, ya no es gracioso!

—¿De qué habla? —Él ladeó la cabeza.

—De todo esto. ¿Dónde está el profesor Castillo? ¿Y las cámaras? ¿Piensan subirlo a YouTube?

Hubo un silencio, no solo del profesor, también de todos a mi alrededor.

—Valentina, si sigue diciendo disparates, no tendré de otra que llamar a la enfermería —espetó, antes de ignorarme por completo y seguir con la clase. Preocupada, Grace se inclinó hacia mí.

—Vale, ¿estás bien?

—Claro que estoy bien, pero ya paren esto.

—¿De qué hablas?

—Del profesor. ¿Dónde diablos está Castillo?

—Vale, en serio, no estás bien.

—¿Que no estoy bien…? —Me incliné a buscar en mi mochila para sacar el juego y mostrarle a Grace—. Lo que no está bien es que esté dándonos clases este tipo disfrazado de…

Pero de repente me quedé sin habla cuando me dispuse a señalar la caja de mi videojuego.

—¿Qué demonios…? 

En la ilustración de la cubierta del juego había una nueva figura reemplazando al profesor Blake, alguien que para nada se comparaba en atractivo a él, más bien, se trataba de un tipo común y corriente, el profe Castillo.

Y no solo eso, a su lado se encontraba un conocido y ese era Carlos, mi amigo de la tienda. 







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