Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

37. Anhelos

Siempre que le he visto luce formal, pero esta vez solo lleva una camiseta y vaqueros. Una apuesta más sencilla de mi profesor quien usa trajes de sastre con pajarita.

―Entra ―me invita abriendo la puerta para que pase.

Es extraño lo que siento al estar allí. Mi pecho se ensancha y a pesar de mí ansiedad y el extraño cosquilleo en mi estómago, no me hago esperar; sin embargo, camino con algo de nervios hasta que ingreso al interior y cierra la puerta. Dentro, la sala es enorme, dos veces más grande que mi piso completo ―estoy exagerando de una forma monumental―, pero tiene muy pocas cosas. Hay un escritorio en una esquina, también papeles, como si hubiera estado sentado allí trabajando. Y tiene que hacerlo puesto que debe tener trabajo que revisar.

En la sala tiene un enorme sofá, y al fondo un ventanal que ocupa toda la pared. Mi imaginación vuela y se ve sentada allí con él mirando una noche estrellada como la del cuadro de Van Gogh.

¡Cielos! Tengo que dejar de flipar.

Sin embargo, es muy poco para tanto espacio, todo luce impecable y en su lugar, pero no hay cuadros en las paredes, ni adornos. Es como si solo estuviera allí con lo necesario. Eso no es de mi incumbencia, así que me dejo de imaginar cosas en mi cabeza sobre su domicilio.

―Seguro que esto no te impresiona, está algo desolado ¿verdad? ―Escucho su voz a mi espalda dando en el clavo con mis pensamientos y no me queda más que reír nerviosa.

―Claro que sí, hay mucho espacio aquí, casi que lo envidio ―digo algo risueña dando un rodeo para volverme otra vez hacia él.

―Soy algo minimalista ―comenta y eso nos hace reír a ambos―, ven, te recibo.

Bledel toma mi mochila antes de que pueda negarme, y aunque querría decirle que no era necesario, dejo que lo haga y lo coloca dentro de un armario en la entrada. Camino hasta la ventana, desde allí se puede mirar el frente del edificio, e incluso se puede ver cuando llega algún auto. Pienso en que a lo mejor y me vio llegar en el auto de Cand. Si pregunta diré que he venido en un Uber, y por supuesto no se lo diré a mi amiga o se enfurecerá y terminará cobrándome la tarifa para burlarse de mí.

―¿Qué sucede? ―pregunta y tengo que espabilarme de esas tonterías.

―Eh, nada, solo que pienso que debí traerle algo para la casa.

Ah, diantres, no soy nada ocurrente.

―No es necesario, Elia.

―Pero me gustaría hacerlo. ¿Qué le gustaría? ―propongo juntando mis manos adelante, retorciendo mis dedos

Él se queda meditando.

―No lo sé, nunca he pensado en la necesidad de esas cosas.

―Bueno, eso se llama vivir confortablemente ―emito y él me mira risueño.

―De verdad no es necesario, Elianne.

Cielos, la forma como ahora pronuncia todo mi nombre lo hace sentir especial, aunque sea alguna especie de llamado de atención.

―Déjeme hacerlo, quiero devolverle la amabilidad que ha tenido conmigo.

―No sé si he sido tal cosa contigo, solo trato de portarme normal.

Sus palabras suenan algo extrañas, sin embargo, también lindas. Me hace pensar que ha vivido ―o vive―, en alguna especie de burbuja; pero debe parecerme bien porque no es distinto de mí, aunque no sea de la misma clase.

―¿Por qué trataría de hacer eso? ―pregunto con algo de diversión.

―Cielos, debo parecerte extraño, pero la verdad es que no soy de tratar mucho con las personas y creo que estoy aprendiéndolo.

―Habla como si hubiera vivido dentro de una caja hasta ahora.

―Me creerías si te dijera que he estado saliendo de ella y contigo he aprendido y experimentado muchas cosas que antes desconocía.

―¿Conmigo?

―¿También suena extraño? ―pregunta y eso causa gracia, pero luego callo.

―¿Y qué hay de Natalie? Ella también fue su asistente y seguro ha pasado buenos momentos con ella. No sería extraño que fuesen cercanos.

Rayos, porque tengo que mencionar esas cosas, su mirada se pone seria como si le hubiera molestado que lo mencionara. Tal vez es porque a mí si me molesta que eso haya pasado; además que no me ayuda a mi sentimiento de inferioridad.

―La señorita French es agradable ―dice acelerando mi respiración―, pero nunca llegamos a ser tan cercanos.

Mi boca se abre sintiéndome estúpida. Solo hemos dormido una noche, y no es como si ahora fuéramos alguna especie de amantes para toda la vida y tuviera que darme cuentas sobre todas sus relaciones. Ni siquiera yo podría hacer eso.

Diantres.

¿Por qué pienso esas cosas?

―Elianne ―llama mi atención espantándome de mi avalancha de pensamientos.

―Creo que estoy siendo demasiado imprudente.

―¿Por qué lo dices?

―Porque estoy preguntando cosas que no me importan.

¡Dios! Ahora ni puedo sentirme más patética. Si él está aprendiendo creo que soy el peor ejemplo, y no es raro, aun yo también lo hago. Aprendo como si empezara de cero. Él se acerca y toma mi mano cuando en mi interior quiero correr hacia la puerta y alejarlo de mi patetismo; pero me refrena evitando que lo haga y luego la suelta.

―No niego que ella siempre insinuaba cosas; pero nunca tuve el interés de escucharlas.

―¿Por qué no lo hizo? Natalie es bonita.

―¿Y eso que? La belleza no es un estándar, es un concepto que abarca muchas cualidades que convierten a un objeto, persona o a una cosa en algo interesante, y no por eso te puedes dejar impresionar. En el fondo es subjetivo.

―Comparada conmigo ella es preciosa.

―¿Insinúas que eres fea?

―Más bien que no tengo tanta gracia.

―Aunque no lo notes estás llena de cualidades y eso es lo que te hace una chica preciosa.

―Siempre dice esas cosas que se sienten cálidas y tiernas, pero me pregunto si solo lo hace para levantar mi autoestima.

―¿Por qué tendría que hacer eso? ―me cuestiona haciendo que abra mis ojos―, no lo necesitas. He escuchado decir a la mayoría de mis colegas lo contentos que están con tu trabajo, y no creo que sea porque eres linda, sino porque tienes cualidades que te hacen idónea.

―¿Los ha escuchado hablar de mí?

―Bueno, siempre lo mencionan y yo pienso que para mí es igual.

―Nunca he modelado para sus clases ―digo y él pone una expresión como si hubiera mencionado algo que no debía.

―Pe-Pero ya tengo tus referencias, y no dudaría en usarte si lo requiriera.

Su forma de tartamudear me causa una risa nerviosa. Ahora parece sonrojado y yo estoy igual, y supongo que se refiere a las noches anteriores. El ambiente empieza a enrarecerse y volverse algo demasiado cálido. Me aparto espantada porque en parte quiero volver a sentir ese calor y sobre todo su piel, pero antes de que lo haga vuelve a impedirlo tomando mi mano y ocasionando que nuestras miradas se enfrenten.

Hay algo de vergüenza, pero con un matiz diferente. Un anhelante deseo que también se vuelve un evidente reflejo en la mía.

―¿Quieres verme ahora? ―pregunto con la voz afectada y temblorosa.

La yo de antes nunca se habría mostrado tan atrevida. Su mirada enternece aligerándolo todo.

―La verdad es que quiero verte todo el tiempo ―responde y mi corazón late apresurado.

No sé si el suyo está igual pero el mío quiere salir corriendo, y entonces me doy cuenta de que quiero esto, y nunca me había sentido tan excitada y decidida. Llevo las manos al borde de mi camiseta y empiezo a levantarla despacio.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - ❈- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro