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11. La amistad es hermosa.

—Una cita ¿eh? —Graham me mira alzando las cejas mientras yo echo cosas al carrito del supermercado.

Hemos salido a hacer la compra por Ty y Eric porque es lo menos que podemos hacer después de que nos hayan dejado quedarnos por tantos días en su casa. Graham está un poco apenado pero Ty y Eric insisten en que era un placer tenernos de visita y hasta quieren que nos quedemos todo el mes. Ty muy animosamente nos organizó todo un cronograma de todas las cosas que podríamos hacer después de la boda. Dice que no hay tiempo que perder.

—No digo que sea mala idea —él se mira las uñas con fingido desinterés mientras empuja el carrito—, pero tampoco pienso que sea una gran idea.

—No te pregunté —ruedo los ojos, lanzando una lata de atún dentro del carro—. Lo voy a hacer de todas maneras y no hay nadie que me detenga.

—Claro que no, se trata de Ryu, por supuesto que nadie te detendrá —Graham suelta una risa cínica—, pero no sé, tal vez pueda ser perjudicial ¿Sabes cuánto te costó superarlo?

—No lo he superado y tú lo sabes.

—Estabas cerca —Graham suspira—. Mira Amber, si ese chico no es el amor de tu vida yo no sé quién lo sea, no creo que nadie se haya colgado tanto de una persona como lo has hecho tú, en la vida ¿Sabes?

—Es porque no has estado enamorado —me rio y lo miro hacer caras al pasar de mi—. Es que es verdad, no has estado enamorado... y yo tuve novios antes y romances fugaces muy bonitos después de Ryu. Y quise, amé a esos hombres... pero siempre hay uno, Graham, que tú no puedes arrancar, y desde que lo conoces, ya lo sabes. Eso me pasó con Ryu.

—Pues no lo sé, no soy una persona sentimental —hace una mueca—, no puedo entenderlo, para mí se ve como que estás obsesionada.

—Tal vez hay un poco de eso, nadie está exento de estar un poco loco —admito—, pero voy a estar bien ¿De acuerdo? Si esta vez no funciona, yo... desisto. Y hablo en serio, para siempre.

Él se me queda mirando por unos segundos y asiente con una mirada comprensiva. Más allá de eso, es que creo que está un poco cansado del tema. Como yo. De verdad ya no quiero seguir discutiendo si es buena idea o no, solo quiero hacerlo.

—De cualquier manera, creo que es necesario —comenta aun así—, si no hablan siempre habrá algo entre ustedes que nunca pudieron solucionar. Está claro que necesitan un cierre, pase lo que pase, cerrar esa situación para continuar, empezar otra nueva, juntos o separados.

—Pues mira, es mejor conclusión que la mía, tiene más sentido.

—Es tu excusa.

—Mira que rico, tomates en oferta —me acerco a la caja de los tomates y empiezo a tomar algunos evadiendo la mirada de Graham de reproche—, creo que podríamos hacer una rica pizza hoy.

—No haré pizza para ti pero lo haré por Ty y Eric —él empieza a escoger tomates—, creo que se los debemos después de hospedarnos tantos días.

—Vamos a hospedarlos y a darles un paseo turístico cuando nos visiten —le digo—. Ty estaba hablando sobre querer ver Europa en su luna de miel.

—¿Se van a casar?

—Por supuesto, están locamente enamorados.

—Eso lo sé, pero son un poco jóvenes.

—No lo harán pronto, pero algún día.

—Eso espero.

Yo lo miro de repente.

—¿Crees que sea posible que algún día no quieran estar juntos? —pregunto, mirándolo fijamente pero sin verlo realmente, solo viendo a través de él hacia mis pensamientos.

—Bastante posible, son humanos —él ríe sin preocupación—. Los humanos normales tienden a desenamorarse, pasa más de lo que crees.

Está siendo sarcástico. Y yo ruedo los ojos. No me gusta pensar en que tal vez Ty y Eric llegasen a separarse algún día. Creo que porque estoy viviendo a través de ellos el romance que nunca pude tener. Estable y con futuro. Lo mismo con Mahony y Declan o incluso Benjamin y Xavier. Si algo les pasa, si se dejan de amar... creo que no me recuperaría de eso. No hablo de sufrir pero... definitivamente no volvería a ser lo mismo.

—Necesitas tu propia vida —mi hermano se inclina hacia a mí, levantando las cejas y me dice eso como si estuviera leyendo mi mente.

—Solo pienso en que sería triste.

—Lo sería.

—No quiero que eso pase.

—No creo que nadie querría.

—Y necesito mi propia vida —concuerdo finalmente.

—Necesitas una vida que quieras vivir, Amber —dice—. De la que puedas hablar con emoción. Al menos un plan ¿Qué es lo que quieres hacer? Te veo más cómoda en Payson de lo que alguna vez te he visto en Paris, así que yo creo que tal vez quieras regresar.

–Me gusta mi empleo.

—Y es lo único que te gusta... tal vez deba haber más cosas que te gusten de un lugar para que sea tu hogar —comenta mientras termina de poner todos los tomates en la bolsa—. Deberías disfrutarlo más que ir a trabajar. Te gusta esto, puedo verlo. Y ya no dependes de mamá y papá, si quieres volver y encontrar empleo aquí, yo creo que estarías bien.

Me río levemente para evitar que este sea un momento demasiado serio porque por alguna razón no quiero pensar en eso en serio en este momento. No estoy lista.

—¿Quién te va a cuidar? —le pregunto en tono de broma.

Él sacude su cabeza, está empujando el carrito en dirección contrario así que lo sigo.

—Nadie, estaré bien solo —responde.

—Al menos quiero verte en una relación estable —insisto—. Nunca has tenido una.

—No quiero una —sacude su cabeza—. No lo sé, nunca me han gustado... quiero hijos aun así.

—Y más te vale que me hagas tía —le advierto—. Es importante.

Sonríe de manera nostálgica de repente.

—A veces me pregunto si es buena idea —dice—. Nuestros padres fueron una mierda, yo no tengo ni idea de cómo ser un buen padre, no sé si sea lo mejor traer a un niño a este mundo de esa manera.

—Ya sabemos lo que no debemos hacer hago énfasis en la negación—. Prácticamente me criaste porque nuestros padres son inútiles, así que no sé de qué hablas.

El ríe.

—Es diferente —comenta—. Me aterra arruinar a un niño de la manera en que ellos nos arruinaron.

—No lo harás —le aseguro—. No puedo pensar en alguien mejor para criar un niño que tú... así que no te preocupes, yo creo que serás un padre grandioso.

Él me mira con una sonrisa genuina antes de seguir empujando el carrito por el área de dulces. Yo tomo unos cuantos paquetes de galletas y los pongo en el carrito. Él hace una mueca.

—No vamos a llevar todo eso —me reprocha—. Tienes suficiente en casa ya y te preparé un pie ayer.

Yo refunfuño pensando en que definitivamente será un buen padre después de todo.

Volvemos a casa de Ty y Eric luego de comprar un montón de cosas, ellos no están por el momento así que entramos con la llave que Ty nos dio, arreglamos todo en la cocina y Graham se pone a cocinar algo, le avisé a Ty que tendríamos la cena lista para cuando ellos volvieran, Ty me envía un mensaje con muchos corazones agradeciéndome. Luego de un rato, alguien toca el timbre así que voy a ver. Cuando abro la puerta encuentro a Didi, Otto y Rachel del otro lado.

—Hola —dice Rachel con una gran sonrisa—. ¿Mal momento? Estábamos por el vecindario y queríamos saludar.

—¿Es así? —yo ladeo la cabeza—. ¿O Ty les dijo que mi hermano estaría cocinando?

Varias veces les conté que mi hermano era el mejor cocinando y que su comida y era grandiosa así que Rachel insistió varias veces para que, cuando visitásemos Payson, la dejara probar lo que él hace. Realmente nunca tuvimos la oportunidad, así que supongo que está aquí porque Ty estaba presumiendo el grupo de chat que tenemos sobre la boda.

—No sé de que hablas —Rachel sacudió la cabeza—. ¿Qué huele tan bien?

—Fue idea de Rachel —Otto se encogió de hombros—. Insistió en que la trajéramos.

—Genial, Otto, delátame —Rachel le reprocha entredientes.

—¡No me molesta si a Ty no le molesta! —exclama Graham desde la cocina.

—A Ty no le molesta porque ya le avisé —ella me sonríe.

—Está bien —yo ruedo los ojos soltando una risa para luego dejarlos pasar.

Didi me saluda con un beso antes de pasar.

Me parece genial como Otto, Didi y Rachel se llevan tan bien entre ellos a pesar de que Rachel y él salieron antes. Es extraño para mí porque mientras estuve aquí ambos estaban saliendo y eran totalmente unidos, no hacían nada sin el otro. Me gustaría preguntar qué pasó exactamente pero no quiero ahondar en cosas del pasado en caso de que sea grosero para ellos, además, ya le pregunté a Mahony y a Ty y ninguno sabe los detalles.

Elijo ignorar mis dudas y voy a sentarme con ellos en la sala, Rachel va directo a la cocina a ver lo que Graham está haciendo. Ambos hablan y él le explica que está cocinando con mucho gusto. Graham es un gruñón a veces, pero no cuando habla de comida, le gusta desbordar todo su conocimiento en cocina.

—¿Cómo estás adaptándote de vuelta a Payson? —me pregunta Otto cuando me siento frente a él y a Didi en la sala después de servirles té helado.

—Bien, lo extrañé más de lo que esperaba —le digo—. Este lugar tiene algo.

—Ciertamente, creo que es la gente, es que siempre hay algo que hacer e incluso cuando, es reconfortante que aquí ustedes son tan unidos —comenta Didi—. Quiero vivir aquí.

—¿Lo hablaron? —pregunto alzando las cejas—. Quiero decir ¿Decidieron ya?

—Lo hicimos —Otto asiente y mira a Didi con una sonrisa—. Vamos a vivir aquí.

—Oh, eso es genial —yo sonrío—. Estoy muy feliz por ustedes.

—Después de la boda, buscaremos sitio, algo pequeño por ahora —dijo Didi—. Queremos estar cerca de la abuela de Otto.

—¿Cómo está ella? —pregunto.

—Está bien, no es tan vieja y me dijo mil veces que no debería preocuparme, pero lo hago, aparte de Didi, es mi única familia —él se encogió de hombros—. Quiero estar cerca de ella.

—Me siento ofendida ¿Qué hay de mí? —comenta Rachel desde la puerta de la cocina.

—Bien, aparte de Didi y Rachel y todos ustedes, la abuela es mi única familia ¿Contenta? —Otto ríe—. Además, queremos niños... quiero que ella conozca y conviva mucho con sus nietos.

—¿Niños? ¡Oh Dios, que increíble! —yo sonrío—. Esto es genial.

—Después de la boda —Didi replica como si fuera un recordatorio—, pero sí queremos niños.

—¿Y cómo...? —yo quiero preguntar pero me detengo a mí misma—. Bueno, no lo sé, ¿Adopción?

—De hecho, ya lo hablamos con Rachel —Otto la mira—. Ella será nuestra madre sustituta.

Creo que me atraganto con el té que estoy tomando y empiezo a toser un poco. Creo que no lo habría imaginado nunca. Yo miro a Rachel me mira con una sonrisa y se encoje de hombros. Yo sacudo mi cabeza y frunzo el ceño, pasando luego mi mirada hacia Didi y Otto.

—Pensamos en adopción, pero es complicado —murmura Didi—. El proceso es largo, Dom y Reed tuvieron suerte pero también es porque los padres de Dom tienen mucho dinero y eso ayudó un poco... sin mencionar, no suele ser tan fácil para las personas como yo.

—Así que hablamos con Rachel, ella dijo que estaría feliz de hacerlo —terminó Otto.

—Yo te daría mi útero Didi, la verdad que sí —Rachel rió—. Para mí sería algo muy bonito poder ayudar a uno de mis mejores amigos a ser feliz, y si no supiera que vas a ser un padre excelente no lo haría.

—Bueno eso es verdad —yo asiento—. No puedo pensar en alguien mejor para criar a un niño que Otto.

Y es verdad, Otto es el tipo de persona relajada y con paciencia que totalmente podría llevar la rutina de criar a un niño. Es un poco despistado pero para eso está Didi ¿no? Hacen un buen equipo. Lo que me sorprende, una vez más, es el nivel de unión de estos tres considerando lo que pasó. Siento que hay algo que me estoy perdiendo.

—¿Y no querrías también tener tus propios hijos? —le pregunto a Rachel.

—Oh Dios, no —ella sacude la cabeza—. Para nada, eso no es lo mío.

Yo me río, pensando que tiene razón, Rachel no es para nada maternal.

—Bueno, me parece genial —les digo—. Es algo muy bonito.

—Lo es y no sabes cuán agradecidos estamos —comenta Didi.

—Oigan —Graham sale de la cocina con un cucharon en mano—. Ty me llamó y me preguntó si podía hacer una cena más grande, al parecer todos querían probar mi cocina por alguna razón.

—Es culpa de Amber, ella te recomendó —comenta Rachel—. Y se la vivía poniendo estados de todas las comidas que le hacías, nos antojó.

—No todos los días se tiene un chef profesional directamente de Francia dispuesto a cocinarte —comenta Didi con una sonrisa.

—Por cierto Graham, ellos son Didi y Otto —le digo—. Él es mi hermano, Graham.

—Es un placer —él les sonríe y se acerca para estrecharles la mano—. Ty me dijo que tome lo que quiera de la despensa y que los sorprenda —él se voltea hacia mí—. Hicimos el tonto comprando víveres, solo nos dejaron para no hacernos sentir mal, ya vi la segunda despensa, tiene todo un Walmart en el armario de la cocina.

—Bueno, me lo esperaba, las cosas aquí salen de la nada —comento.

—Ty compra comida como compra ropa —dice Rachel.

—Eso es mucho decir —me río—¿Quiénes vendrán? —yo pregunto a Graham.

—Los que se casan, Declan y Mahony, el hermanastro de Declan —él hace un énfasis en esa parte—, habló de un tal Eddie y creo que eso es todo.

—Vaya... —Rachel me mira.

—¿Qué hará? —yo ignoro sus miradas inquisitivas y vuelvo a desviar el tema.

—Bueno, estaba pensando en diferentes cosas, pero hay de todo, encontraré algo que sea lo suficientemente ligero pero no tan ligero, tengo tiempo, puedo hacer aperitivos, él tiene vino, no creo que haga falta nada —dice—. Aunque sí necesito más leche.

—Es que Eric siempre olvida la leche —murmuro recordando lo que Ty siempre dice—. Iré a la tienda de aquí cerca.

—Yo voy contigo —Rachel se apunta.

—¿No quieren que las llevemos? —pregunta Otto.

—No, está bien, es súper cerca —yo digo—. Estaremos aquí en un minuto, háganle compañía a Graham.

—¿Quieren ayudarme con su opinión? Necesito alguien que pruebe lo que hago para una segunda opinión —vocifera desde la cocina.

—¡Nos encantaría! —Didi se levanta inmediatamente llevando a Otto con ella de la mano.

—Que privilegio —comenta Otto con una gran sonrisa.

—Vamos, le digo a Rachel.

Ambas salimos de la casa directamente hacia la tienda que no está tan lejos, caminamos por la acerca en silencio por unos cuantos minutos y luego ella mira haciendo una mueca.

—Sé que quieres decir algo al respecto —me dice—. Sí, sé que te sorprende lo de Otto.

—No es extraño —me encojo de hombros—. Es algo que yo haría si no supiera que no puedo con la responsabilidad de no encariñarme a morir con el niño, pero sé que otras personas pueden y eso es genial. No es lo que me extraña aun así.

—¿Es por Otto y yo? —ella se mete las manos en los bolsillos.

—Es lo que no entiendo y sé que no es mi problema... —yo resoplo—. Pero vamos, quisiera saber que pasó porque son mis amigos y me interesa, no solo por chisme.

—A todos nos gusta el chisme —Rachel rodó los ojos mientras soltaba una carcajada—. Pero bueno, nadie sabe realmente por qué terminamos, solo él y yo. Cuando pasó, Mahony y Declan sobre todo estaban muy curiosos al respecto, respetando nuestro espacio claro, pero Otto no dijo nada porque se lo pedí.

—Es que si no quieres hablar de eso, está bien —me encojo de hombros.

—Bueno, pero en algún momento lo sabrán —ella suspira levantando la mirada—. Otto no estaba enojado, lo sabía ya desde hace tiempo... dijo que realmente me quería pero que no podía obligarme a sentir lo mismo que él y aunque lo lastimaba, no iba a insistir. Así que... él terminó conmigo.

—Ya veo... —murmuro—. ¿Por qué dijo eso?

—Bueno... creo que él sabía... que me gustan las mujeres.

Ella lo dice temerosa y con la voz un poco temblorosa pero yo no estoy impresionada ni mucho menos escandalizada. Quiero decir, esto es Payson y estoy aquí por una boda homosexual, quedándome en la casa de mis amigos homosexuales. Y creo que Rachel sabe que no hay nada impresionante al respecto.

—¿Cuándo lo supiste? —pregunto.

—Cuando fui a la universidad, Otto y yo estuvimos separados mucho tiempo —ella se abraza a sí misma mientras caminamos—. Quiero decir, ya lo sabía pero... es que no quería creerlo, me aferré a pensar que Otto era el amor de mi vida y que porque lo quería tanto, lo amaba de esa manera también. Y no sé por qué lo hice, tenía miedo... de ser diferente... quiero decir, siendo amiga de Benjamin o Xavier, de Ty y Eric... eso es una cosa, pero cuando se trata de mí... no podía aceptarlo. Aun no puedo... eres la primera que lo sabe, aparte de Otto.

—Wow... —murmuro—. Eso es increíble, gracias —yo le tomo la mano—. Por confiar en mí.

Ella sonríe y se limpia una lágrima mientras entramos a la tienda. Escogemos la lecha, pagamos y volvemos a salir para volver a casa. No le suelto la mano a Rachel en ningún momento.

—En serio amo a Otto —me dice luego—. Es mi mejor amigo y quiero que sea feliz, cuando conoció a Didi y habló de ella como si fuera la mejor persona en este mundo, estaba tan feliz... yo, a pesar de todo, lo veo como un hermano.

—Bueno, te entiendo, es como yo veo a Declan y también salimos —me encojo de hombros—. Si Declan quisiera un riñón, se lo donaría.

—Sí —ella se ríe—. Creo que la amistad es algo hermoso ¿No lo crees?

—Sí —yo aprieto su mano—. Lo es.

—Les diré a todos —comenta ella—. Lo haré, lo haré ahora —asiente con firmeza—. ¿Crees que deba?

—Bueno, debes aprovechar que estaremos todos juntos, así que digo ¿Por qué no?

Ella asiente.

—Tienes razón —dice—. No sé por qué tardé tanto.

—La verdad no importa, tú necesitabas tiempo y te vamos a querer de todas maneras, sabías que todos te aceptaríamos... tenías que aceptarte tú primero.

Ella me da un pequeño asentimiento y ambas volvemos a casa para descubrir que Mahony y Declan ya están allí. Ambos nos saludan y me da gracia ver que en la camioneta de Declan ya hay un sticker que dice "bebé a bordo".

—No pierdes tiempo ¿Verdad? —le pregunto.

—Lo publicó en Facebook y nunca publica nada en Facebook —Mahony se ríe—. Fuimos al centro comercial y se puso a ver cunas.

—No veo nada de malo en eso, tendrá que dormir en alguna parte ¿No? Soy un hombre precavido —él dice—. ¿Tienen jugo verdad? Mahony no puede tomar alcohol.

—Tenemos de todo, no te preocupes —le digo mientras todos entramos de una vez.

—Oigan, estamos haciendo demasiadas cenas para juntarnos ¿No creen? —comenta Mahony—. No me malinterpreten, me encanta, siento que estamos más unidos que nunca.

—Bueno, pronto Mahony volverá a Paris, Benjamin y Xavier se irán de luna de miel, Otto y Didi empezarán con la mudanza, Declan estará ocupado construyendo una caja de cristal para ti y tu bebé y Ryu probablemente vuelva a California —Rachel suspira—. Hay que aprovechar.

—Tienes razón ¿Quién sabe cuando volvamos a estar todos unidos en Payson? —comenta Declan—. ¿Tú que harás Rachel? —pregunta.

—Estaré empezando un nuevo trabajo pronto, así que también estaré ocupada —ella agrega—. Creo que pasó, chicos... crecimos.

—Ay —Mahony hace una mueca—. Espero que todos vengan a conocer a Bailey por lo menos.

—¿Ya tiene nombre? —Otto se asoma por la puerta de la cocina junto con Didi, ambos tienen pan de ajo en la mano—. Es bonito.

—Sí, es unisex, así que se llamará así sea niño o niña —ella sonríe orgullosa—. Lo escogí yo.

Yo sonrío pensando en ese pequeño de cabello castaño y semblante serio corriendo alrededor y siendo una ternura, una mezcla entre Mahony y Declan, totalmente adorable. Mis sueños son interrumpidos por el timbre y resultan ser Benjamin y Xavier, junto con Eddie, quien me da un amistoso beso en la mejilla al verme, ambos conversamos un poco y me dice que solo está allí porque estaba ayudando a su hermano con cosas de la boda cuando Ty llamó, así que lo invitaron también, luego tendría que volver a casa para seguir con la organización.

Luego de eso, no pasa mucho tiempo antes de que Eric y Ty lleguen finalmente, Ryu los acompaña. Al verme con Eddie, se acerca a saludarme rápidamente.

—Hola —me dice, acercándome para darme un beso y un abrazo un poco prolongado.

—Hola, Ryu —yo respondo, feliz de abrazarlo.

—Hola, también estoy aquí —comenta Eddie esbozando una sonrisa sagaz cuando nos separamos.

—Hola, Eddie —Ryu lo saluda antes de volver su mirada hacia mí—. ¿Cómo estás? —me pregunta.

—Bien ¿Y tú? —yo sonrío con timidez.

—He estado bien —él asiente metiendo sus manos en sus bolsillos—. Después de la boda ¿Verdad? —él parece serio de repente—. Lo que hablamos.

—Sí —yo asiento luego de un momento tratando de procesarlo—. Sí, luego de la boda.

—Vaya... —Eddie silba de repente—. La tensión se puede cortar aquí.

Ryu lo mira.

—Están muy tensos —comenta con una sonrisa—. ¿Les traigo vino?

Yo me río.

—Si eso hace que desaparezcas por un rato —comenta Ryu entre dientes.

—Que grosero —Eddie hace un puchero—. Para alguien tan lindo eres un poco amargado ¿O no, Amber?

—Siempre lo ha sido —murmuro, asintiendo—. Yo si quiero vino.

—Una dama educada —Eddie le da una mirada soberbia a Ryu—. ¿Vas a querer vino o no, querido?

Ryu suelta una risa cínica.

—Claro —él rueda los ojos—. Gracias.

—De nada, me encanta que uses tus modales —Eddie le sonríe y se retira por un poco de vino.

—Es igual a su hermano —me dice Ryu—. Me saca de quicio.

—Yo creo que él es genial —me encojo de hombros—. Y sexy.

—Sí, bueno... él lo es pero el hecho de que lo sabe y abusa de ello es lo que me molesta —él se cruza de brazos—. No es atractivo.

—Claro que sí —yo lo empujo—. ¿O no te parecía atractivo cuando yo lo hacía? —levanto una ceja y lo miro con una sonrisa.

Él baja su mirada, sonrojándose de repente mientras ríe.

—Claro —resopla—. Eres un caso especial.

—¡Aquí tienen! —Eddie vuelve con un par de copas antes de que pueda decir nada—. Para las dos personas más sexys del lugar.

—Wow —Ryu rueda los ojos—. ¿Es en serio?

—No voy a esconder el hecho de que ambos me gustan, rabia todo lo que quieras, corazón —él espeta—. ¿De qué hablábamos?

—De que hay que poner la mesa —interrumpe Graham asomándose por la cocina—. Ya, porque estoy terminando.

Todos ponemos la mesa en conjunto y ayudamos a Graham a servir los platillos, todo se ve exquisito como todo lo que mi hermano hace y lo felicitamos una y otra vez mientras él se regocija en las alabanzas, todos lo llenan de preguntas sobre su entrenamiento en Francia, él es feliz de contestarlas todas cuando nos sentamos para disfrutar de todo lo que ha hecho.

—Oigan, esta es nuestra última cena juntos hasta la cena de ensayo —comenta Benjamin—. No puedo creer que será en dos días y luego tenemos un día entero para la boda —comenta con emoción—. ¿Alguien tiene algo más que anunciar que sea importante? Que hable ahora o calle para siempre.

—Yo quiero decir algo —Rachel se levanta.

—Oh ¿Es así? Estaba bromeando —susurra Benjamin.

—Bueno... —ella suspira—. Esto es algo que... no les había dicho antes porque la verdad tenía un conflicto acerca de eso, tenía que resolver cosas conmigo misma. Espero que entiendan eso.

—Claro que sí, cariño —le dice Xavier con ternura—. Es totalmente normal, te apoyaremos en lo que sea.

—Siempre, en todo —agrega Otto, Rachel lo mira y creo que eso le da el valor de decirlo.

—Bueno... soy lesbiana —dice finalmente—. Yo... sé que no es la gran cosa, pero quería que lo supieran.

—Oh Dios... —Mahony suelta una risa y la mira con ternura—. Gracias por decírnoslo, si eso era importante para ti, estamos orgullosos, Rachel.

—Creo que no hace falta decir que te amamos —dice Declan—. Pase lo que pase.

—Estoy feliz por ti, Rache —Ryu se levanta, para darle un abrazo y ella lo recibe con lágrimas en los ojos.

—Realmente apreciamos que nos lo dijeras, Rachel —Benjamin alcanza su mano—. Sé lo duro que puede ser, a pesar de saber que cuentas con muchas personas, aun así no aceptarte a ti mismo. Estoy realmente muy orgulloso.

—Te amamos, cariño —Ty la mira con ojos tiernos—. Todos nosotros.

—Y yo a ustedes —ella nos mira todos con una sonrisa—. De verdad no podría pedir mejores amigos que ustedes.

—Por supuesto que no ¿Quién podría igualarnos? —Xavier se ríe.

—Tenemos de todo, de chef franceses, herederos de grandes fortunas hasta artistas y... la verdad, es que nos haría bien un abogado ¿Por qué nadie aquí estudió leyes? —reprocha Mahony.

—Ah, denme un par de años —responde Eddie—. Estaré listo para sacarlos de problemas.

—¿Derecho? —Ryu lo mira alzando una ceja con incredulidad.

—Solo en el juzgado, cariño —Eddie le guiña un ojo y luego me mira—. Aunque por ti podría hacerlo —me lanza una sonrisa coqueta.

Las risas llenan la habitación mientras continuamos la cena y cena y todo está en paz por una vez más. Estos momentos son los que me gustaría guardar en una caja musical y reproducirlos de nuevo como si fueran una canción. 

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No, no están soñándo, sí volví. Jeje, ya era hora ¿No? 

Perdón por desaparecer, tuve una gran depresión, una ruptura, miles de decepciones de todo tipo, en fin, todo mal. Pero la cuarentena hizo un milagro. 

Voten, comenten, etc. Ya lo saben. 

Recuerden lavarse las manos, usar tapabocas y no abrazar gente. Se les quiere. 

Siganme en mis dos ig: rossnwattpad (pa cosas de Wattpad), y rossrocksnroll (pa verme en calzones ocasionalmente). 

Cuídense, Ross out. 

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