💗: setenta y nueve
Despertó y su cuerpo lo sentía pesado; SooBin parpadeó un par de veces, mientras sus ojos se terminaban de acostumbrar a la luz que se colaba por las ventanas.
Su mente trató de recordar los sucesos vividos la noche anterior, pero todo intento fue inútil; lo último que recuerda es haber estado hablando con su hyung cuando de un momento a otro la oscuridad lo recibió.
GeunSuk hyung.
Inmediatamente se tensó al recordar el lugar en el que estaba, más aún cuando su cuerpo terminó de reaccionar, dejándole estático en su lugar. La desnudez de su piel le ardía como brasas que quemaban dentro de su pecho, y el pesado brazo que rodeaba su cintura de manera asquerosamente posesiva le hizo sentir enfermo.
Sucio.
Lágrimas salieron de sus ojos, su lobo estaba oculto sin ser capaz de darle la cara porque él también se sentía culpable. En un lapso de valor retiró un poco las sábanas, soltando un sollozo desgarrador al descubrir que efectivamente estaba desnudo y que a su lado dormía un alfa que no era el suyo.
<<YeonJun...>> el solo pensamiento del mayor le hace maldecir sus decisiones; quiere moverse, gritar y salir huyendo, porque todo lo que está viviendo parece ser una horrible pesadilla, una de la cual quiere despertar más ve imposible hacerlo.
Pide ayuda a su lobo, necesita el valor y el impulso de salir de ahí y no seguirse lamentando por la atrocidad que ha hecho; pero el omega en su interior está decaído, sintiendo la gran pérdida a la que su lado humano lo ha sometido.
<<Me acosté con GeunSuk>> y nunca en su vida había sentido tanto asco de sí mismo.
Le ha fallado a su alfa, porque a pesar de lo que él mismo miró la noche anterior, sabe que lo que ha hecho no tiene nombre. No posee el derecho de justificarse, incluso se considera indigno de respirar el mismo aire que el hombre al que ama.
Amor... se supone que cuando amas no fallas, ¿Cómo pudo ser capaz? A esas alturas del camino, SooBin se desconoce por completo.
Mueve el brazo que lo mantiene prisionero y sale de la cama de manera torpe y apresurada; busca en la habitación su ropa y entra en pánico al no encontrarla. El tiempo que tiene para salir de ahí es limitado, quiere hacerlo antes que GeunSuk despierte porque sabe que es demasiado cobarde como para escuchar de los labios del alfa las cosas que hicieron la noche anterior.
Encuentra un pantalón de chandal y se lo coloca sin preocuparse en llevar ropa interior, busca una camisa al azar e igual la usa; en esos momentos lo único importante es cubrir su cuerpo para salir de aquel lugar al que nunca debió ingresar en primer lugar.
En el buró puede ver su móvil y rápidamente lo toma para encenderlo; sale de la habitación y agradece que el lugar esté vacío, camina a través de los pasillos sintiendo un gran nudo en la garganta al ver todas las llamadas perdidas de su alfa y sus amigos.
Atraviesa la sala de estar y sus pasos quedan congelados, su garganta quema queriendo dejar salir aquel grito agónico cuando su olfato puede sentir con claridad la menta, el limón y duraznos provenientes de su alfa.
Entonces cae de rodillas al saber que YeonJun fue a buscarlo y que quizá miró directamente el acto de traición que ni él mismo ha podido digerir, porque nunca estuvo en su mente hacer una bajeza tan vil como aquella.
—¿Qué hice? —se pregunta en voz alta, llorando de manera inconsolable.
Mira el móvil y duda por breves instantes; finalmente decide llamar, sin saber que dirá cuando YeonJun le responda.
Sin embargo, su llamada no es tomada.
Vuelve a intentarlo, se pone de pie y camina hacia la puerta de entrada para salir de ahí.
No le responde.
Una parte de SooBin sabía que YeonJun no quería verlo, mucho menos hablar con él; sin embargo, había guardado una pequeña esperanza que murió en el séptimo intento de hacer una llamada.
Con el corazón a punto de estallarle en dolor, SooBin caminó de manera apresurada a través de la casa hasta que sintió ruidos provenientes de lo que parecía ser la cocina. Ahí sé encontró a dos omegas que le miraron con la sorpresa pintada en sus rostros, él las ignoró y caminó de manera apresurada hacia la puerta que lo guiaría al exterior ya que era la única que estaba sin seguro en toda la mansión.
Salió al exterior y pudo sentir un poquito de paz, sentía que se estaba ahogando; el aire limpio de aromas le transmitió ese pequeño sosiego que necesitaba para poner sus ideas en orden.
Tomó profundas respiraciones, miró su móvil una vez más y volvió a marcar; esta vez un número diferente.
Al segundo llamado le respondieron.
—¡SooBin! —ese era BeomGyu —. ¡¿Dónde estás?! Hemos estado muy preocupados por ti.
—Beom hyung... —sollozó—. N-necesito que vengas por mí.
—¿Estás bien?, ¿YeonJun está contigo? ¡Explícame!
—¡Lo haré! —sollozó más fuerte—. T-te lo explicaré todo, pero primero ven por mí y no preguntes más.
—Dime dónde estás —pidió el mayor con voz baja.
SooBin terminó la llamada y rápidamente le mandó su ubicación a su hermano mayor, quien le dijo que estaría ahí en unos minutos. Mientras tanto, el omega permaneció en silencio e ignorando a las personas que le veían con rareza, así como a las múltiples lágrimas que bañaban su rostro.
Quince minutos tuvieron que pasar para que el auto de BeomGyu se estacionara frente a donde estaba. SooBin no esperó a que alfa saliera porque temía la reacción que tendría al verle en aquellas condiciones, en su lugar corrió a abrir la puerta del copiloto ingresando de manera apresurada.
La expresión de alfa era furibunda.
—P-por favor... —rogó SooBin con más lágrimas bañando su rostro—. N-no ahora...
—SooBin —el mayor apretaba el volante con fuerza—. Tienes que decirme lo que ese mal nacido te hizo para descuartizarlo en este mismo instante.
El menor desvió la mirada. —N-nada.
—¡Basta! —gritó el moreno—. ¡Basta de defenderlo, SooBin!
El omega empezó a temblar, el llanto era violento y le estaba costando demasiado contenerlo, cerró sus ojitos con fuerza y quiso desaparecer. Su lobo lo estaba ignorando, y la tristeza y decepción que sentía a través del lazo era una daga que apuñalaba su corazón una y otra vez.
—M-me acosté con GeunSuk —finalmente lo confesó, sin atreverse a ver los ojos de su hermano, pues sabía bien que lo que había hecho era merecedor de todo el desprecio del mundo.
Se sentía tan avergonzado de sí mismo que lo único que quería era desaparecer por completo.
—SooBin, ¿Qué has hecho? —diferente de todo lo que pensó, la voz de BeomGyu sonó lastimera.
—N-no puedo recordarlo... l-lo único que sé es q-que desperté d-desnudo... él estaba a mi lado.
Aquellos pequeños detalles inconclusos encendieron las alertas en el alfa. Todo lo que su hermano decía no tenía sentido alguno.
Encendió el automóvil y lo puso en marcha hacia la casa de sus padres por pedido del omega; los primeros minutos permaneció en silencio, pero luego no pudo seguir callando, necesitaba respuestas.
—¿Anoche bebiste durante la inauguración? —soltó la primera pregunta.
—No —respondió de inmediato—. Lo único que comí fueron dulces.
—¿Estás seguro?
SooBin frunció el ceño. —S-sí.
—¿Y GeunSuk? —indagó el alfa—. ¿Te dió algo?
El menor negó, se sentía muy incómodo.
—No mientas y trata de recordar algo, SooBin —insistió el alfa—. De lo contrario, no podré ayudarte.
—No hay mucho que puedas hacer —dijo el menor con tristeza y resignación—. Antes de salir de esa casa pude sentir el aroma de YeonJun —BeomGyu maldijo por lo bajo—. Él s-seguro me vió... lo perdí todo... —nuevamente lloró.
—No pienses en eso ahora —susurró el moreno—. Necesito que te concentres en todo lo que pasó anoche, por favor SooBin.
—¿Por qué insistes tanto? —él no quería hablar de lo sucedido y BeomGyu estaba empeñado en hacerlo.
—No todas las personas son buenas, SooBin —aseguró con voz fría—. GeunSuk tiene su fama, por eso necesito que me digas todo —se sonrojó ante lo que iba a preguntar, pero era absolutamente necesario—. ¿S-sientes dolor en tu parte baja?
El omega se ruborizó de manera furiosa; sin embargo, una pequeña luz se encendió en su mente, y aunque no podría ser de gran relevancia, significaba mucho para él.
Su cuerpo no dolía, mucho menos su interior como había pasado en las últimas veces que tuvo relaciones sexuales con su alfa.
—No me duele nada —y su voz no tembló porque estaba completamente seguro.
BeomGyu estacionó el auto en la entrada de la residencia de su padre.
—Preguntaré una última vez antes que te enfrentes a nuestro padre —el menor tragó en seco—. ¿Estás completamente seguro de no haber tomado nada?
SooBin estaba harto, y apunto de responder con una respuesta mordaz fue que lo recordó.
<<GeunSuk me dió agua>>
Lo veía como algo inofensivo, ¿Debería decirlo?
—SooBin —presionó BeomGyu.
—Agua... —la respuesta del omega fue baja, pero suficiente para que el mayor la escuchara.
—¿Agua? —inquirió el mayor.
El rubio asintió. —Sí, hyung. GeunSuk me dió un vaso de agua y luego de ello es que ya no recuerdo nada.
Entonces BeomGyu supo que debía investigar más a fondo, porque nadie se metía con sus seres amados y vivía para contarlo.
Quiere llorar, pero la tristeza que siente es tan grande que ha logrado debilitarlo por completo, no tuvo la fortaleza de seguir caminando hasta el lugar en el que quería estar; en su lugar, se derrumbó en medio del pasillo con su brazo derecho estirado en dirección a la puerta de la habitación del que fue su omega.
Su omega...
Pensar en SooBin le causa una profunda tristeza porque ya no puede ver en él a aquel pequeño del que se enamoró; de alguna manera siente que fue su culpa, por su causa el menor tuvo que verse involucrado en aquel mundo que está lleno de envidia y veneno.
Si SooBin no lo hubiera conocido tampoco lo hubiese hecho con Lua, y no tendría porqué haber aguantado tanto por parte de ella.
Si SooBin no hubiera trabajado para él, jamás tendría que haber ido a su maldita empresa entonces nunca hubiese conocido a GeunSuk y estaría lejos de cualquier peligro.
Si SooBin no fuese su destinado se vería libre de aquel lazo que formaron cuando se juraron amor, y que ahora solo servirá de cadena perpetua de sufrimiento. Como un recordatorio de todo lo que pudo ser y no fue.
Una sonrisa rota nace de sus labios, YeonJun sabe que todo es su culpa.
<<Te tuve en mis manos y te marchité>> tras ese pensamiento le nace una fuerza violenta, y es entonces cuando llora con la intensidad que su mismo dolor le refleja.
Las lágrimas corren por el suelo sin descanso y su cuerpo se sacude con violencia; YeonJun quiere gritar y lo hace, grita con fuerza desahogando todo aquel dolor que le está carcomiendo y pidiendo, implorando tener fuerza para poder levantarse y superar todo aquello que en pocas horas logró derribarlo por completo.
—¡YeonJun! —puede escuchar el llamado de su madre, más no puede responderle, necesita llorar más.
Jessi se escandaliza porque es su hijo, la luz de sus ojos el que está tirado en el suelo mientras se deshace en llanto; su mismo corazón se quiebra en dolor al verle en tal estado, y lo único que se le ocurre es correr hacia él para envolverlo entre sus brazos y reconfortarlo.
—M-mamá... —los hipidos del alfa sacuden su cuerpo—. M-me d-duele... d-duele m-mucho...
La omega se sienta en el suelo y sostiene a su hijo con fuerza mientras llora en silencio.
—Mi cachorro, aquí estoy —susurra con cariño, besando la húmeda cabellera del alfa.
Y su corazón de madre duele más cuando su hijo se aferra a ella con gran necesidad, mostrándose como un cachorro indefenso el cual ha sido herido.
—N-no lo p-protegí, m-madre... —escondió su rostro en el pecho de su madre—. L-le f-fallé...
Jessi sabía de lo que su hijo hablaba porque BeomGyu se había encargado de llamarla para informar por la situación en la que estaban pasando. SeungHyun no estaba en las condiciones para luchar, demasiado molesto con el alfa causante de todo el dolor creado; sin embargo, ella estaba ahí porque sabía que YeonJun y SooBin tenían un lazo reciente, uno que era de almas destinadas; tan peligroso y doloroso cuando se pasaban por momentos como aquellos, que cada parte implicada debía tener un pilar que le diese consuelo.
—Shh... no te tortures con eso, cariño —meció su cuerpo mientras iniciaba a tararear aquella canción de cuna que siempre tranquilizó a su hijo, cada vez que llegaba llorando a su habitación por haber tenido una pesadilla.
Los temblores en el alfa fueron disminuyendo conforme los minutos pasaban; Jessi expulsó su aroma para envolver a su pequeño en un manto cálido y capaz de brindarle la paz que tanto necesitaba.
El tiempo pasó, y la omega no pudo saber el momento exacto en el que su hijo cayó dormido; lo único presente en su mente era velar el sueño del menor y estar con él en el momento que despertara.
Porque YeonJun la necesitaba, y ella estaría ahí.
—SeungHyun, cálmate —pidió Irene al observar como el alfa daba vueltas frente a la habitación donde su hijo estaba siendo revisado por un médico.
—No puedo —gruñó, su mal humor estaba presente desde que se enteró de todo lo que había ocurrido—. Si me entero que ese desgraciado le hizo algo a mi cachorro, juro que lo mato.
La omega iba a responder, pero guardó silencio cuando el médico salió de la habitación.
—Dígame doctor, ¿Qué le hicieron a mi hijo? —preguntó un alfa muy ansioso y asustado; los cambios de humor en SeungHyun eran preocupantes; sin embargo, todos eran justificables.
El beta soltó un suspiro. —Le revisé y no hay indicios de violación, ni registro de algún acto sexual.
Aquella información quitó un enorme peso de los hombros del matrimonio. Sin embargo, había una duda más que SeungHyun logró exteriorizar.
—Mi hijo despertó desnudo —no pudo evitar gruñir.
El médico frunció el ceño. —Le aseguro que no hay ningún abuso físico; sin embargo, tomé una muestra de sangre para descartar el uso de cualquier sustancia, los resultados se los enviaré por correo en un par de horas.
—Muchas gracias, doctor Anh —despidió Irene, acompañando al beta hasta la salida.
SeungHyun se quedó apoyado en la puerta que lo dividía de su hijo, y desde ahí podía escuchar con claridad el llanto que el omega expulsaba con fuerza.
—Pagarán todo lo que te hicieron, cachorro —juró con toda la furia que su lobo estaba sintiendo.
Dos horas más tarde, la pareja recibe el correo con los resultados de los análisis.
—Léelo tú —pide el alfa a su esposa.
Irene decide hacerlo en silencio y luego le informa a su alfa con una mueca de incertidumbre, sorpresa y miedo.
—Se detectó Zolpidem en baja cantidad en la sangre de SooBin —informó con cuidado—. El médico adjuntó al lado del resultado que se trata de un potente somnífero que induce un sueño profundo que puede llegar a prolongarse hasta por doce horas.
—Maldito bastardo —SeungHyun gruñó, golpeando con fuerza el escritorio frente a él.
—Querido, hay algo más —dijo con voz quebradiza.
Las alertas del alfa se encendieron.
—Dímelo, Irene —pidió, ella hizo una fina línea con sus labios—. No me ocultes nada.
La omega suspiró, y finalmente informó lo verdaderamente importante.
—SooBin está embarazado.
SE VIENE EL HIJE AAAAA
comentario y otro cap uwu
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