Especial pt. 1, pío! 🐥
Empujando el cochecito en el cual iba su hermoso bebé de ocho meses, Jimin junto a su pollito disfrutaban de los agradables rayos de sol que se filtraban entre las ramas de los árboles que llenaban el parque del pueblo, sonriendo cada vez que esa refrescante brisa jugaba con su rubio cabello, desordenándolo.
Siendo un hermoso día soleado, cuando su hermano y Taehyung le habían invitado al parque más cercano del bosque y sus casas, el dulce pollito había aceptado felizmente de tener una distracción.
Aunque amara pasar tiempo en su casa, la cual su alfa había arreglado para un curioso bebé de ocho meses que les gustaba gatear por todos lados, la verdad era que... Cuando su Yoonie no estaba ahí con él, se sentía un poco aburrido.
Sí, sabía que no era justo quejarse con su alfa cuando este había dejado de aceptar trabajos temporalmente para concentrarse en él y su hijo. En sí, la única razón por la cual Yoongi aceptó ir a aquella misión, era solamente porque él lo convenció de ir tras enterarse de que necesitaban rescatar a un par de hermanos cachorros que fueron secuestrados.
Yoongi no había estado muy feliz de enterarse de que su enlace contactó con él para pedirle ayuda, pero solo bastaron unos cuantos besos y muchos pucheros para que finalmente la irritación de su alfa pasara y aceptara ir.
Claro que también le castigo de una forma muy divertida por haber aceptado aquella llamada, pero Jimin no tenía ninguna queja al respecto.
—¡Tío Jiminnie! ¡Aquí! —gritó el pequeño Hoseok.
Alzando su mirada, el omega contempló al cachorro alzar su mano y agitarla alegremente en su intento de llamar su atención. Lo cual, no era exactamente un buen movimiento, considerando que el pequeño iba sobre una bicicleta, en la cual había aprendido a montar hacia poco.
—¡Hobi, ojos al frente! ¡Ojos al frente! —grito SeokJin, alterado.
Lamentablemente, el pequeño no alcanzó a recuperar el equilibrio. Ante la inminente caída, Jimin dejó de caminar y cerró sus ojos con fuerza, no deseando ver el accidente.
Cuando no escuchó un llanto de dolor a los segundos después, levantó un párpado y observó curioso.
En el suelo, SeokJin yacía abrazando protectoramente a Hoseok, quien estaba sobre él con un pálido rostro asustado.
—Dios mío, ¿se encuentran bien? —exclamó al igual que Taehyung.
Apresurándose, el dulce pollito empujó el cochecito más rápidamente para ir al lado de su hermano junto a su otro amigo.
—No, que Minnie no mire —se quejó Jin.
Sin siquiera pensarlo, Taehyung se colocó delante de rubio omega, impidiendo que contemplara la escena.
—¿Qué tan malo es, pío? ¿Se rompieron algún hueso? ¿Hay un corte? ¿Se están desangrando? —exclamó ansiosamente.
Taehyung abrió su boca, luego la cerró al no tener una respuesta y giró rápidamente para observar.
—Están bien, Jinnie tiene un raspón en la frente y su antebrazo izquierdo. Ambos lugares sangran, pero no se ve ninguna otra herida. Hobi solo se ve asustado —describió.
El pollito de Jimin se tranquilizó un poco ante la información. Escuchando a su bebé balbucear intentando llamar su atención, el dulce pollito le sonrió y lo tomó entre sus brazos.
—Está bien, bebé, solo fue un susto de papi. Nada está mal —prometió, besando esas dulces mejillas.
—Lo siento —sollozo de pronto Hoseok, finalmente reaccionando ante la situación.
—Está bien, solo es un pequeño rasguño, lo bueno es que estás bien —calmó SeokJin acariciando su cabeza.
—En mi bolso tengo algo para limpiar tus heridas —anunció Jimin.
Parándose al lado de su amigo para observar a su hermano, su mirada se desvió levemente al contemplar la sangre.
Cómo no era una herida tan grande, no había demasiada sangre, lo que significaba que estaba bien, sin ningún desmayo a la vista.
—Aquí, déjame ayudarte —expresó Taehyung, estirando su mano izquierda a SeokJin, ya que la derecha se encontraba con una férula.
—Uhm, ¿cuándo te paso eso, Tae? —preguntó el dulce pollito a su amigo.
—Oh, esto fue hace unas semanas realmente —expresó—. Cuando fui al supermercado, el gato del vecino se me cruzó entre las piernas al entrar las cosas y me caí —explicó—. Sentí un leve dolor en el brazo que ignoré porque no era nada, pero con el pasar de los días al moverlo empeoró y entonces Kookie se dio cuenta y al llevarme al hospital... Tada —señaló su brazo.
Observando a su amigo, Jimin solo soltó un largo suspiro sin decir nada. En sí, sentía que era un gran récord que Taehyung hubiera pasado casi cuatro meses sin herida alguna gracias a los cuidados de su alfa.
Con el pequeño Hoseok aferrándose a un costado de SeokJin, los cuatro se dirigieron a una banca cercana.
Dejando a su pequeño en su cochecito otra vez, Jimin se quedó de pie y sacó el bolso de la parte de abajo.
—Está bien, Hobi, realmente no es tan malo cómo parece —calmó SeokJin al cachorro.
—Fue por mi culpa —se quejó el pequeño.
—Fue solo un error, no lo hiciste a propósito —indicó Tae, restregando el cabello del cachorro.
—Aquí, déjame ayudar —anunció el hombrecito con todas las cosas que necesitaría.
Acercándose a su hermano, Jimin limpió las heridas retirando el exceso de sangre.
—No es tan malo, ¿ves, pío? —expresó el pollito con una dulce sonrisa.
Hoseok observó inseguro los rasmillones.
—Ese se ve muy doloroso —dijo señalando el antebrazo de SeokJin, donde estaba la herida más grande y larga.
—Sí, pero no duele tanto y no necesita de puntos, ¿cierto, Jiminnie? —preguntó Jin, observando a su hermano.
—Exactamente, solo un parche más grande y listo —le sonrió.
—Uy, Kookie compró unas gotas que se echan directamente sobre la piel y así ayudan a que las heridas sanen más rápido —comentó Taehyung.
Ambos adultos le observaron con una pequeña sonrisa divertida, la cual Tae correspondió. Después de todo, los tres sabían que Jungkook siempre estaba buscando los mejores medicamentos y formas para cuidar a su distraída pareja.
—Listo, como médico, sabes el proceso a seguir, así que no te diré nada —anunció el dulce pollito una vez terminó.
—Ves, todo bien —le sonrió SeokJin a su pequeño—. Ahora vamos por tu bicicleta, no puede quedar ahí en medio del camino o molestará a los demás —expresó e intentó levantarse.
Solo que, tan pronto como se levantó y colocó presión en su pie, se quejó de dolor y cayó sentado en la banca otra vez.
—Uhh... Eso se oyó como que algo le pasó a tu pie —comentó Taehyung—. Créeme, ya sé diferenciar ese tipo de sonidos.
Juntando sus cejas, el pollito se agachó frente a su hermano y tiró de su pantalón más arriba para luego quitarle el zapato. Retirando su calcetín, todos hicieron una mueca al encontrarse con una ligera hinchazón alrededor del tobillo, el cual iba cambiando a un color violeta.
—Sip, eso no se ve bien —pronunció Jimin.
—Voy con papá —anunció Hoseok.
Y antes de que cualquiera pudiera decirle cualquier cosa para calmarlo, este corrió lejos aprovechando que no estaban lejos de su casa.
—Dios, Nam se preocupará innecesariamente —suspiro SeokJin.
—Esto no se ve bien, Jinnie —expresó el dulce pollito a su hermano.
—Sí, pero realmente no siento un dolor insoportable como si me hubiese esquinzado el pie, debe de ser solo la caída —explicó.
—Yo también pensé que era solo la caída —argumento Tae señalando su brazo derecho.
En respuesta, SeokJin observó su pie y suspiró.
—Dame su mi sobrino para que pueda disfrutar de unos segundos con él antes de que Nam aparezca y me lleve al hospital —pidió hacia su hermano.
Sonriendo, Jimin dejó el pie de su hermano y se levantó. Dirigiéndose al cochecito, tomó a su bebé entre sus brazos y luego volvió con SeokJin, entregándoselo.
—Mi hermoso bebé, ¿cómo estás? —exclamó Jin, llenando de besos ese pequeño rostro.
—Solo ayer estuviste con él —rió Minnie, tomando asiento donde antes estaba Hoseok.
—Mucho tiempo —respondió su hermano.
—Aww, su pelito ha crecido mucho más desde la última vez que lo vi —comentó Taehyung, acariciando su cabecita con onduloso cabello negro azabache.
—Sigo pensando que es injusto que se parezca tanto a Yoongi cuando tú hiciste todo el trabajo —se quejó Jin y Jimin rió.
—Ni siquiera Jiminnie se queja de ello —indicó Taehyung, divertido.
—Es que es injusto que esta cosita adorable se parezca tanto a su otro padre, lo único que tiene de Minnie son sus ojos y su ternura —expresó.
El pequeño Woo-Jin balbuceó alegremente y parpadeó con esos bonitos ojos grises del mismo tono de Jimin.
—Eso no es cierto, también tiene mi cabello —argumento el pollito—. Tal vez no en el mismo tono, pero no es liso como el de Yoonie, pío —indicó.
—Oh, ahí viene Namjoon —anunció Taehyung.
Alzando la mirada, Jimin contempló al alfa correr rápidamente con su hijo entre sus brazos, su expresión era de puro terror.
—No sé por qué presiento que Hobi exagero la situación —murmuró SeokJin.
—Definitivamente lo hizo —anunciaron los otros dos.
Cuando Namjoon estuvo cerca, el dulce omega tomó a su bebé entre sus brazos y contempló al alfa arrodillarse frente a Jin.
—Estoy bien, solo fue una caída —calmó su hermano.
—Hobi dijo que había sangre y no podías caminar —anunció con horror.
—Rasmillones, solo era eso y probablemente una torcedura del pie —explicó calmadamente.
—No se ve como una simple torcedura —pronunció observando su pie.
Luego, la mirada del alfa se dirigió hacia Taehyung.
—Tú también creíste que era una simple torcedura —indicó.
—Ehh... No exactamente así, pero ¿algo así? —respondió Tae, dudoso.
—Vamos al hospital —anunció Namjoon.
Acercándose, ignoró las palabras de SeokJin y simplemente lo tomó entre sus brazos para retirarse junto a su hijo.
—¿Todos los alfas son así? —preguntó Taehyung, observando al igual que Jimin como se retiraban.
—Creo que todos —asintió el pollito—. Pero Jungkook es peor —añadió con una pequeña sonrisa.
—Creo que todos lo son —bufó Tae—. Lamento que la salida para distraerte terminara así, no creí que SeokJin se cayera y se lastimara, lo veía venir en mí, pero no en él —expresó.
—Está bien, salir a dar esta vuelta igual sirvió —aseguró el omega—. Solo espero que Yoonie llegue pronto —dijo con un suspiro.
—Uhm, ¿le pasa algo a Woo-Jin? —preguntó su amigo.
Bajando la mirada, Jimin sonrió dulcemente al encontrar a su hijo arrugar su pequeña nariz en lo que observaba un punto fijo. Luego, un dulce estornudo escapó por esos pequeños labios que sobresalto todo su pequeño cuerpito.
—Así es como estornuda —explicó con una pequeña risa.
—Adorable —sonrió Tae—. Una de las razones por la cual estoy intentando convencer a Kookie de adoptar un pequeño —comentó.
—¿Quieres adoptar, pío? —preguntó con sorpresa.
—Bueno, como soy un simple humano, no tengo la cualidad de quedar embarazado como tú, por lo que le comenté a Kookie de adoptar, y hace poco él mencionó que sería mejor alquilar un vientre para que así estemos durante todo el proceso —contó con emoción—. Ahora solo tenemos que ver los detalles.
—Algo me dice que mi hermano también podría tentarse a lo mismo una vez le cuentes —comentó el dulce pollito con una risa.
—También lo creo, aunque para ellos tal vez sea más adelante por Hobi, ya que no hace mucho que comenzaron a juntarse y vivir realmente como una familia —comentó Tae con una pequeña sonrisa.
—También lo creo, me alegra que Hobi aceptara tan bien a mi hermano —expresó con una sonrisa.
—Lo está haciendo otra vez —indicó su amigo, observando a su bebé.
Bajando la mirada, Jimin se encontró con su pequeño arrugando toda su nariz en lo que observaba un punto fijo. En su mente, su pollito se removió, sintiéndose ansioso.
—¿Será que está a punto de resfriarse? —preguntó Taehyung—. También podría ser alergia, muchas personas la padecen en esta temporada —comentó.
—Tal vez —pronunció el omega, observando con atención a su pequeño Woo-Jin.
—¿Cuándo volverá tu pareja? —preguntó Tae, llamando su atención.
—Supuestamente en algún momento durante el día de hoy —respondió y observó a su hijo tan pronto como este comentó a sollozar—. Creo que es hora de ir a casa, cuando salimos y no está su papá Yoonie, siempre se pone inquieto —expresó.
—Pobre cosita, lo debe de extrañar siendo que es la primera vez que Yoongi se va por tanto tiempo —comentó.
—Lo extrañamos, pío —corrigió Jimin, levantándose—. Cuando escuché que solo serían un par de días, no creí que sería tan difícil, pero ahora que estoy sin él... —suspiró.
Colocando a su pequeño en su cochecito, el dulce pollito sonrió al ver que sus pucheros cesaban al verse envuelto en el aroma de sus dos papis.
Había sido muy buena idea coger dos prendas de su nido con el aroma de ambos para dejarle en su cochecito.
—Espero que vuelva pronto, tampoco nos gusta la idea de que estés solo en esa casa en el bosque —expresó su amigo.
—Me gusta mi casa, me siento mejor con mi pequeño cuando estamos en ella úun sin Yoonie —reveló, comenzando a empujar el cochecito—. Además, tampoco es como si viviéramos taaaan lejos. Por cierto, ¿cómo te fue en tu postulación de trabajo? —recordó de pronto.
—Bien, comenzaré tan pronto como vuelvan a clases —sonrió—. ¿Y tú?
—Aún no he entregado nada porque quiero pasar más tiempo con mi pequeño —explicó.
—Bueno, tienes una buena razón ahí, yo también haría lo mismo —apoyó su amigo.
Viendo la casa de su amigo, Jimin se despidió agitando su mano y siguió con su camino, prometiendo enviarle un mensaje tan pronto llegara a su casa.
Una vez comenzaron a internarse en el bosque, su pequeño se volvió un dulce hablador que le saco una bonita sonrisa al rubio omega.
—Tal parece que te sientes mejor ahora que entramos al bosque —comentó—. Será que tu pequeño animal se siente familiarizado aquí, ¿como el de papá Yoonie? —pronunció pensativo.
Su pequeño Woo-Jin arrugó su pequeña nariz nuevamente, y esta vez, se quedó mirando su rostro un largo momento antes de soltar un dulce estornudo.
Su pollito inmediatamente reaccionó a ello, sintiéndose más animado que de costumbre, piando y saltando en su mente, alertándole que algo le sucedía a su bebé.
Y si no fuera porque este se sentía tan animado, pensaría que algo estaba mal, pero...
—¿Será que estás intentando cambiar? —preguntó bajito, con un tono emocionado.
Su bebé balbuceó y estiró sus bracitos hacia él.
Deteniéndose bajo su casa, Jimin sacó a su bebé de su cochecito y lo tomó entre sus brazos.
—¿De eso de trata, bebé? ¿Estás intentando cambiar para mostrarnos tu pequeño animal? —preguntó, llenando de besos ese dulce rostro.
Woo-Jin chilló y rió dulcemente en respuesta, con sus manitos intentando tocar su rostro y sus piecitos moviéndose animadamente.
—Pero qué dulce escena para mostrarle a papá después de su largo viaje —expresó una conocida voz.
Girando rápidamente, una gran sonrisa creció en el rostro de Jimin al contemplar a su alfa aparecer.
—¡Yoonie! —exclamó y se acercó.
Siendo alcanzado por su pareja en el camino, el omega se acurrucó entre los brazos de su alfa tan pronto como estos le rodearon y olfateó felizmente su aroma.
—Joder, los extrañé un montón —gruñó Yoongi—. No volveré a aceptar esa clase de trabajo por un largo tiempo —se quejó.
El dulce pollito rió en respuesta desde su escondite.
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