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Capítulo 43, pío! 🐥


Dejando a sus amigos en la sala de estar, Jimin entró en la cocina y una dulce sonrisa creció entre esos rellenos labios al contemplar el rostro todo enfurruñado de su pareja mientras preparaba sándwiches para todos.

Si no fuera porque tenía la unión de su lazo donde podía sentir perfectamente los sentimientos de su alfa, habría pensado que realmente estaba enojado por su expresión.

Pero, en realidad, su alfa solo se encontraba irritado por no poder estar a solas con él, dándose muchos mimos como ambos habían planeado.

Lo cual, era dulce.

Acercándose silenciosamente, el dulce pollito se detuvo detrás de su pareja y le rodeó con sus brazos, abrazándole fuertemente mientras apoyaba una de sus abultadas mejillas en uno de sus omóplatos.

—Lo siento, pío —pronunció, logrando que su alfa detuviera sus manos—. Olvidé completamente que le había dicho a Kook que viniera hoy para contarle todo a Tae —expresó, restregando su mejilla en la espalda.

—Está bien, bebé —aseguró Yoongi, colocando sus manos sobre los brazos de su pareja—. Nada es tu culpa, muchas cosas sucedieron ayer, era obvio que no ibas a poder recordarlo —expresó.

—Pero yo...

—Nop —interrumpió el alfa jaguar y se dio vuelta entre esos brazos para enfrentar a su omega—. Si hay que culpar a alguien, solo es a Jungkook —anunció apresando su rostro entre sus manos.

—¿Jungkook? —repitió, con sus rellenos labios fruncidos como si fuera a dar un besito debido a la presión en estos.

—Así es —asintió, observando esos bonitos labios de piquito—. Ese idiota sabía por lo que estabas pasando y, aun así, vino tan temprano en la mañana teniendo todo el resto del día para aparecer —explicó, y cedió a la tentación, besándolo dulce.

Con sus manos aferrándose a los costados de la camiseta de su alfa, Jimin se levantó en la punta de sus pies, siguiendo la boca de su pareja cuando este intentó alejarse, logrando que su beso durará algo más.

—¿Estás bien? —preguntó Min, rodeándole completamente con sus brazos y restregando su mejilla en la cabeza rubia de su pollito.

—¿Por qué? —preguntó, cerrando sus ojos mientras ocultaba su rostro en el cuello de su alfa.

—Por el bebé —respondió, besando su sien—. ¿Algún malestar hasta el momento?

—Absolutamente ninguno, pío —respondió alegremente—. Solo tengo hambre.

—Perfecto, entonces vuelve con tus amigos y yo llevo todo —expresó.

—No, quiero ayudar también —protestó, saliendo de su escondite para observarlo.

—Como quieras bonito —le sonrió besándolo castamente—. Ya he terminado con los sándwich, tú lleva eso mientras que yo el resto —planeó.

—Bien —asintió satisfecho y luego le observó curioso con sus ojitos grises—. ¿El gatito no está enojado? —preguntó, refiriéndose a su jaguar.

—¿Por qué estaría enojado? —preguntó sin poder contener su sonrisa.

—Bueno, ayer quedamos en que hoy jugaríamos de nuevo —le recordó.

—Siempre podemos hacerlo en la tarde —indicó—. No te preocupes por ello.

Asintiendo, el dulce pollito se levantó en la punta de sus pies, robándole un último beso a su pareja.

—Lamento interrumpir, solo quería saber si estaban bien al tardar tanto —expresó Jungkook entrando en la cocina.

—Estamos bien, aunque estaría mejor si te fueras con todo tu equipo —expresó Yoongi observándole con molestia.

—No seas malo, Yoonie —pidió el hombrecito, acariciando su pecho antes de observar a su amigo con curiosidad—. Pensé que solo traerías a Taehyung —recordó.

—Ese era el plan —asintió—. Pero recibí una repentina llamada de Namjoon diciéndome que necesitaba ayuda, que su celo parecía haberse adelantado y tenía que sacar a SeokJin y su hijo de la casa —contó.

—¿Su celo? —jadeó Jimin con sorpresa.

—¿Y los supresores qué? —preguntó Yoongi tranquilamente.

—Todavía no le estaba surtiendo efecto, y teniendo a su pareja a su lado, difícilmente estaba controlando sus instintos —explicó y observó al dulce omega—. Creí que lo mejor sería explicarle también todo este asunto.

El cambiaformas pollito dudó, mordisqueando su labio inferior.

—¿Estará bien contarle? —preguntó—. ¿Y si Namjoon termina con él en algún momento? No sólo le estaría contando sobre él, sino lo que soy y nunca le dije —expresó preocupado.

—Minnie, para Namjoon, SeokJin es como tú lo eres para Yoongi o Taehyung lo es para mí, nunca querrá dejarlo ir —aseguró Jungkook con una sonrisa.

—Si eso es así... ¿Entonces por qué me echó de la casa sin explicación alguna? —cuestionó SeokJin en la entrada de la cocina, logrando que todos voltearan a verlo.

—Bueno, pío... —pronunció Jimin, observando a su amigo—. ¿Estás seguro? —preguntó.

—El mismo Namjoon me lo dijo —asintió el otro alfa.

—¿De qué están hablando? —preguntó SeokJin, confundido, perdido.

—Ven, tengo unas cosas que contarles a Taehyung y a ti —pronunció Jimin, alejándose de su pareja para ir con su hermano.

—Lo siento, Minnie, pero en este momento prefiero saber qué está ocurriendo con Namjoon —expresó, esquivando su mano—. Todo estaba bien entre nosotros y de pronto, de la nada, me echa.

—Lo que tengo que decirte está relacionado con él —anunció, llamando su atención.

Tomando la mano de su hermano, Jimin lo dirigió a la sala de estar y lo sentó junto a Taehyung.

—¿No hay comida? Tengo hambre —expresó Hoseok observando al omega con ojitos de cachorro.

—Mi pareja está preparando unos deliciosos sándwiches, puedes pedirle uno —expresó con una sonrisa.

Festejando alegremente, el infante se levantó de su asiento y corrió a la cocina.

—¿Está sucediendo algo, Minnie? —preguntó Taehyung, observándole curioso—. ¿Por qué Kookie quería que hablara contigo?

—Bueno, tengo algo que contarles a ambos, que tal vez sea difícil de creer en un principio —respondió, tomando asiento frente a los dos humanos.

—¿Algo difícil de creer? —repitió Jin, alzando una ceja.

—Bueno, ¿cómo comienzo? —rió algo torpe, pasando una mano por su nuca.

—Por el principio sería buena idea —indicó Tae—. O por donde se te haga más fácil.

—Bien, de acuerdo, pío —asintió y observó a su pareja acercarse junto a Jungkook, trayendo bandejas con sándwiches y otra con zumos.

Detrás de ellos, el pequeño Hoseok le seguía con pequeños brincos mientras comía felizmente su sándwich.

Cuando su alfa tomó asiento a su lado, Jimin se acurrucó en el y observó a hacia su amigo y hermano.

—Entonces, alejemos por un momento su mente de la realidad y díganme, ¿qué es lo creen de un mundo donde personas que están divididas en alfa, beta y omega, pudieran cambiar a animales en específicos? —planteó.

—¿Cómo? —preguntó Taehyung, parpadeando confundido.

—Bueno, digamos que yo soy una de esas personas —se señaló a sí mismo—. Por mi tamaño y personalidad, sería lo que uno llama omega, alguien instintivamente sumiso y que puedo cambiar... A un pollito —anunció.

—No entiendo a dónde estás llegando con esto y cómo está relacionado con Namjoon —expresó SeokJin con un suspiro, cruzando sus brazos sobre su pecho.

—Espera un momento, pronto llegará a esa parte —indicó Yoongi.

—Ahora, si un alfa es alguien fuerte, dominante e instintivamente protector, ¿hacia quiénes van sus mentes? —preguntó Jimin.

—Jungkook —pronunció Tae, con un bonito sonrojo mientras lo observaba.

—Mi papá —sonrió Hoseok, sacando otro sándwich.

—Namjoon —anunció Jin.

—Yo —anunció Yoongi, logrando que su dulce pollito lo viera divertido.

—Perfecto —asintió Jimin—. Entonces, ¿qué ocurre si les dijera que nosotros realmente podemos cambiar a un animal? —indagó.

—Diría que es imposible —respondió SeokJin al instante.

Taehyung, por otro lado, pareció dudar mientras su mirada viajaba hacia el infante en la habitación y el dulce omega se percató de aquello.

—¿TaeTae? —preguntó.

—Bueno... Supongo que preguntaría como eso es posible —respondió, observando a su rubio amigo.

—Tal vez, entre los humanos, hay personas con esta cualidad especial que se hacen llamar a sí mismos como cambiaformas, debido a que pueden cambiar con un animal con el cual nacen dentro de sus cuerpos y mentes —explicó.

—¿Cómo podrían nacer con un animal dentro de ellos? —preguntó Jin.

—Solo es algo natural para nosotros, como si fuera otra extensión. Así como para ti es natural ser un simple humano, para nosotros lo es el poder cambiar con nuestros animales —explicó Yoongi.

—¿Nosotros? —preguntó Taehyung, captando aquella palabra.

—Sí, nosotros —asintió Jimin—. Yo soy un cambiaformas como Yoongi, Jungkook o Namjoon —anunció.

—Eso es ridículo —expresó SeokJin con sus cejas fruncidas en confusión mientras Taehyung observaba en silencio curioso a su pareja.

—Puedo demostrarlo, pío —anunció el hombrecito.

—¿Cómo? —cuestionó su hermano, luciendo más dudoso que nada.

—Yo soy un cambiaformas pollito, y puedo cambiar a uno —respondió.

Y antes de que su hermano pudiera preguntarle siquiera al respecto, Jimin cambió sin decir ni una sola palabra.

Con la ropa cayendo repentinamente, Yoongi contempló con una sonrisa orgullosa la facilidad con la que su pareja pudo cambiar hacia su pollito considerando todo lo que le había costado antes.

Pequeños píos dulces llenaron la sala de estar mientras Jimin salía de entre sus ropas y enfrentaba a todos, logrando exclamaciones de sorpresas por parte de los dos humanos.

Y entonces, un repentino chillido feliz llenó la habitación y el alfa jaguar reaccionó rápidamente cuando un cachorro de oso polar cambió repentinamente ante ellos y saltó sobre el dulce pollito.

En un rápido movimiento, Yoongi tomó a su pareja entre sus manos con cuidado y se enderezó acunándolo sobre su pecho.

—¿Q-qué fue eso? —balbuceo Jin con sorpresa, sus ojos fijos en el osito de blanco pelaje jugando alrededor de ellos—. Ambos... Los dos humanos y luego... Puff —expresó visiblemente confundido.

—No puff, cambió a su animal —indicó Yoongi.

—¿Tú también? —preguntó Taehyung a su pareja.

—Así es, soy como Minnie, un cambiaformas —asintió Jungkook, observando con atención la expresión de su humano, quien parpadeaba con sorpresa.

Recibiendo un pequeño picoteo en su pecho, Yoongi bajo la mirada hacia su pollito, quien pío animadamente.

Tomando la manta que descansaba en el respaldar del sofá para los días en que su pollito solo deseaba acurrucarse en el sofá y ver una película, Yoongi la extendió delante de él y la mantuvo a su alrededor mientras su pareja se deslizaba hasta llegar a su regazo.

Y así, en otro parpadeo, Jimin era quien se encontraba sentado a horcajadas sobre el regazo de su alfa, completamente desnudo, por lo que Yoongi inmediatamente acercó la manta para cubrirlo y luego le rodeó con sus brazos.

—Tú eras un pollito, luego Puff... Y ya no... —pronunció SeokJin, observándolo fijamente.

—Es porque soy un cambiaformas pollito —explicó.

—Un cambiaformas pollito —repitió y luego fruncido el ceño—. ¿Yo también? —preguntó, observando sus propias manos con preocupación.

—No, tú no puedes —respondió.

—¿Por qué no cuando tú sí puedes? —cuestionó con el ceño fruncido.

—Porque el gen de cambiaformas que tenía tu padre solo apareció en Jimin —respondió Jungkook—. A veces pasa cuando la pareja de un cambiaformas es humana —explicó.

—¿Tú también eres uno? —preguntó Tae observando a su pareja.

—Así es —asintió.

—¿Un pollito como Minnie? —preguntó señalando a su amigo quien intentaba vestirse con la ayuda de su pareja.

—Nop, yo soy un halcón—corrigió.

—Halcón —repitió con ojos grandes llenos de sorpresa—. ¿Puedo verlo? ¿Por favor?

—¿Me prestas una habitación? —pidió Jungkook observando a Yoongi, quien seguía sosteniendo la manta alrededor del pequeño cuerpo de su pareja.

—Esa —respondió señalando con su cabeza.

—¿Por qué debemos de ir a una habitación? —preguntó Taehyung cuando su pareja le tomó entre sus brazos.

—Porque a diferencia de Minnie mi animal no es pequeño y al cambiar dañaré mi ropa, así que necesito sacármela antes —explicó llevándolo a la habitación.

—¿Jin? ¿Estás bien? —preguntó Jimin una vez logró vestirse completamente.

—Algo así —respondió soltando un profundo suspiro—. Una parte de mí quiere rechazarlo todo a pesar de tener pruebas, otra está dudando de toda mi realidad en este momento, una pequeña parte se queja porque recién me contaste esto que explica mucho de ti y la más importante, me sigo preocupando por Namjoon porque no entiendo que tiene que ver esto con él —explicó y tomó un vaso de zumo.

—Eso tiene que ver —indicó Yoongi al cachorro de oso que seguía corriendo por la sala, jugando.

—Si Hoseok es un oso polar, ¿Nam también lo es? —preguntó observando al osito.

—Sip —asintió Jimin.

—¿Y por eso me sacó de su casa junto a su hijo?

—Bueno, eso... —balbuceo y observó a su alfa.

—Nosotros como cambiaformas también nos dividimos entre omegas y alfas, y nosotros pasamos por un período que llamamos celo donde solo queremos tener sex... Relaciones íntimas con nuestras parejas de forma desenfrenada —explicó Yoongi cuando su pollito le lanzó una mirada—. Para los omegas ocurre cada tres meses por tres días y corren el riesgo de quedar en cinta, para los alfas es cada seis meses por 24 horas. Namjoon en este momento está en celo y lo único que piensa es en ti desnudo y en diferentes posiciones comprometedoras en las que te tendría por un día entero —anunció.

—Vaya... —balbuceo, con sus dos cejas alzadas—. Yo...

—Duele —murmuro el dulce pollito—. Cuando estás en esos días sin tu pareja que te ayude... Es un infierno constante —comentó.

—¿Él está sufriendo? —preguntó preocupado.

—Tomó una pastilla que supuestamente ayuda, pero uno nunca sabe cuándo surtirá efecto y por cuánto —respondió Min.

—Yo... Necesito ir —anunció Jin, levantándose—. Por favor, vean a Hobi —pidió antes de salir del departamento.

—No debimos de haberle dicho lo último —resopló el alfa.

—Lo necesitaba para avanzar en su relación —sonrió Minnie—. Solo será por un día y podemos encargárselo a Jungkook, después de todo, Hobi se lleva mejor con Tae —le recordó.

—Me gusta como suena eso —sonrió Yoongi y besó a su pareja en agradecimiento.

—Mm... No crees que estén haciendo algo... Ya sabes, en la habitación, ¿cierto? —preguntó el pollito al ver que no salían.

—Cachorro —llamó Yoongi, observando al osito que seguía jugando—. Ve a buscar a Jungkook para que podamos comer —indicó señalándole la habitación.

Gruñendo felizmente, Hoseok corrió en sus cuatro patitas y fácilmente se levantó en dos para abrir la puerta e invadir la habitación.

Cuando se escucharon maldiciones, el alfa sonrió malvadamente y el dulce omega soltó una risita baja que ocultó en el cuello de su pareja.

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