Capítulo 34, pío! 🐥
Observando el maravilloso cuerpo pequeño de su pareja saltar en su regazo, montando su polla como un verdadero experto, Yoongi no podía recordar muy bien cómo habían terminado así.
Como último día del celo y habiéndole hecho el amor dos veces el día anterior y otra durante la noche, el alfa no creía que su pareja le volvería a pedir que se lo hiciera, especialmente cuando tras despertar había estado extra mimoso, buscando abrazos y pidiendo besos.
Pero tras caer la tarde, su pequeño pollito, con el cual había estado sentado viendo una película, de un momento a otro cambió su posición enfrentándolo y le había comenzado a besar mientras movía su cadera.
Siguiendo el deseo de su omega, Yoongi le había besado, y entonces, la ropa desapareció en algún momento para luego estar haciendo el delicioso otra vez, sin presura.
Los ojos del alfa jaguar admiraban con completa adoración y excitación el pequeño cuerpo que gimoteaba dulces píos cada vez que se levantaba en sus rodillas y luego caía sobre su regazo, penetrándose a sí mismo al gusto que él deseaba.
Con su bonito rostro sonrojado, sus labios de piquito entreabiertos, el sudor recorriendo su cuerpo y su polla rebotando entre ellos con cada salto de su pareja.
—Yoonie —gimoteó jadeante, deteniéndose para mover sus caderas de forma circular.
—Joder bebé, me harás venirme pronto si sigues así —exclamó, acariciando desde sus muslos a su dulce trasero perfecto.
—Más, pío —jadeó, cayendo encima de él—. Te necesito, alfa —rogó sin aliento sobre su cuello.
Gruñendo en aprobación, el alfa trasladó sus manos a la cintura de su pareja y lo levantó levemente para luego bajarlo al mismo tiempo en que alzaba sus caderas, logrando un profundo golpe placentero que encantó a ambos.
Estremeciéndose y gimiendo ruidosamente, Jimin rodeó con sus brazos a su pareja y permitió que este tomara el nuevo ritmo, llevándolo tan duro y rápido como lo necesitaba en ese momento.
El sonido de sus pieles chocando estaba haciendo una perfecta armonía con los gruñidos y gimoteos de la pareja, con esos dulces píos haciendo eco en la sala de estar con cada golpe profundo.
Y ahí estaba otra vez, en el fondo de su mente, el pollito de Jimin rogaba porque mostrará su cuello a su pareja y les dejará morderles.
El omega ciertamente no podía entender el deseo de su pollito, pero tan excitado como estaba, deseando llegar a su anhelado clímax y sentir esa cálida semilla llenándole, el hombrecito no le dio mucha importancia.
Sintiendo lo cerca que estaba, se enderezó levemente y expuso su cuello a la altura de su pareja.
—Por favor —rogó, colocando una mano en su nuca y guiándolo a la curvatura de su cuello—. Muérdeme, pío —gimoteó, sintiendo el familiar cosquilleo recorriendo desde su vientre hacia sus bolas.
—Bebé, no sabes lo que estás pidiendo —gimió Yoongi, aminorando el ritmo de sus embestidas para poder concentrarse.
—Por favor... M-mi pollito quiere, y yo igual —jadeó, bajando su otra mano para rodear su erección—. Yoonie... —pió, apretando todo su interior como sabía que le gustaba a su pareja.
—Mierda, bonito —exclamó el alfa y observó el tentador cuello—. ¿Me quieres como tu pareja, Park Jimin? —preguntó, acariciando con la punta de su nariz la tierna piel.
—¡Sí! ¡Pío! —chilló su bonita cosita, y Yoongi retomó su aplastante ritmo mientras hundía sus dientes en la tierna piel.
Jimin gritó, con todo su cuerpo arqueándose mientras su pene palpitaba en su mano, liberando toda su semilla entre ambos cuerpos sudorosos.
Gruñendo, el alfa cerró sus ojos y agitó sus caderas mientras sentía como su semilla salía, llenando todo el interior de su omega.
Desencajando sus dientes, Min lamió la tierna herida y ronroneó complacido al sentir como la conexión se asentaba entre ellos, uniéndolos en cuerpo y mente para toda la vida.
Ciertamente, Yoongi sabía que tendría que dar una gran explicación al día siguiente, pero estaba feliz con saber que en cierto punto, Jimin había confiado en él y le había reconocido como su pareja, o no se lo habría pedido tan dulcemente.
Girando su rostro para besar a su pareja que descansaba en su hombro, rió bajo al contemplarle completamente dormido con una sonrisita dulce.
Levantándolos con cuidado, el alfa los llevó a la habitación.
Deteniéndose frente a la cama, lo alzó levemente, logrando que su pene saliera de aquel cálido interior con dicho movimiento.
Ambos se quejaron en un suave gemido en respuesta, y el alfa se inclinó con el pequeño cuerpo, depositándolo en el centro de la cama y encontrándose un poco de resistencia en el proceso.
—Enseguida vuelvo, bebé, solo iré por algo para limpiarnos —prometió besando su frente antes de alejarse.
Dirigiéndose al baño, Yoongi tomó una toalla pequeña e hizo un rápido trabajo con el mismo antes de volver a la habitación, encontrando a su dulce omega en la misma posición en la cual le había dejado.
Acercándose, limpió minuciosamente cada rastro de semen en ese pequeño cuerpo, y aunque fue una pena limpiar el que escapaba entre esos perfectos glúteos, de igual forma lo hizo.
Levantándose para dejar la talla húmeda y sucia devuelta en el baño, cuando volvió a la habitación, se sorprendió encontrar un pequeño cuerpo de un adorable pollito de plumaje dorado y no el cuerpo desnudo de su omega.
Cuando el pollito le vio, pío en su dirección y Yoongi rio acercándose alegremente.
Recostándose en la cama, ayudó al adorable pollito escalar su cuerpo y sonrió cuando este se acercó a su rostro, presionando su pequeño piquito en su mentón antes de caer en la curvatura de su cuello y acurrucarse ahí.
—Yo también te eché de menos, mi adorable pollito —expresó con una gran sonrisa.
El pequeño animalito pío en respuesta, y a pesar de la tentación del alfa por cambiar y permitir que su omega conociera a su jaguar, sabía que no sería un buen movimiento hasta que pudiera explicarle todo a su pareja, por lo que lo dejó y simplemente se acurrucó con el pollito, cerrando sus ojos para dormir.
Para cuando Jimin despertó, había tenido un maravilloso sueño, y no precisamente uno pervertido como había estado teniendo últimamente, sino que uno muy bonito donde su pareja le hacía el amor lentamente y luego se quedaba con él abrazándolo el resto de la noche mientras le repetía cuanto lo quería y lo bonito que creía que era.
Por lo que, cuando estiró su cuerpo y luchó para que sus párpados se levantaran, tomó en cuenta el peso que sintió en su cadera, seguido de la ligera molestia en su trasero, para luego percatarse de que... Se encontraba completamente desnudo.
Parpadeando, el pequeño pollito alzó una mano y restregó sus ojos para ahuyentar todo el sueño persistente en su sistema.
Bajando la mirada, contempló un brazo rodeando posesivamente su cintura, lo que hizo que todo su cuerpo se estremeciera suavemente al reconocer un cálido calor rodeándole desde la espalda.
Conteniendo su aliento, observó sobre su hombro y casi chilló al contemplar el rostro de su pareja casi acurrucado cerca de su nuca, durmiendo plácidamente.
Volviendo su mirada al frente, llevó sus manos hacia su boca e intento cubrir su chillido alegre que amenazó con salir tras descubrir, que no había sido ningún sueño bonito.
El realmente...
—Hice el amor con Yoonie... —pronunció en una lenta exhalación maravillado.
—Y no fue solamente una vez —pronunció una baja voz ronca contra su cuello—. Al menos cuatro si no contamos las veces que disfrute de tu maravilloso cuerpo con mi boca —le recordó, atrayéndolo más a su cuerpo para rodearle firme y cariñosamente entre sus brazos—. Buenos días, mi bonito pollito —ronroneó besando la parte trasera de su cuello antes de restregar cariñosamente su nariz en ella.
—Yoonie, da cosquillas —rió removiéndose, intentando alejarse de esos fuertes brazos.
Pero dichos movimientos, provocaron que un rayo de dolor atravesara su cuerpo.
—¿Qué sucede, bonito? —cuestionó el alfa, inmediatamente deteniéndose.
—No es nada —respondió e intentó ocultar su sonrojado rostro.
Observándole con el ceño ligeramente fruncido, Yoongi buscó ese dulce rostro bonito, logrando que su omega volviera a moverse al intentarse esconderse y otro gemidito de dolor escapó entre esos rellenos labios.
—Oh, bebé, lo siento, debí de haberme contenido contigo esa última vez en el sofá —expresó tan pronto como comprendió por qué provenían esos soniditos de dolor.
Chillando con bochorno, Jimin alzó sus manos y tapó su rostro con ellas.
—No fue tu culpa —murmuró desde su escondite—. Recuerdo que fui yo quien te atacó, pío —expresó avergonzado.
—¿Lo recuerdas todo? —pregunto con una sonrisa que solo creció cuando su pollito asintió tímidamente—. Eres una cosita tan bonita y dulce —expresó besando sus manos pequeñas.
—Yoonie, no digas eso —se quejó.
—Es la verdad —pronunció, empujando con su nariz aquellas manos hasta que su omega finalmente mostró su bonito rostro sonrojado—. Y aunque tú hubieras querido, debí de haberme contenido más si sabía que estarías sensible —expresó, besando esos rechonchos labios con ternura—. Es por eso por lo que te mimaré todo el día, ¿bien?
—No es necesario —pronunció, recibiendo gustoso esos castos besos dulces.
—Tal vez no, pero yo lo quiero así —sonrió, restregando sus narices juntas—. Y comenzaré con un baño —decidió—. Aunque ayer me aseguré de limpiarnos, no creo que haya podido deshacerme de todo, y ayudará a tu hermoso cuerpo a relajarse —expresó.
—Un baño suena bien —suspiro el dulce omega, estirando sus labios para recibir felizmente los constantes besos de su pareja.
—Hubiera sido genial si hubiéramos estado en mi departamento, tengo una tina —se lamentó.
—Así está bien, solo quiero estar contigo —aseguró el hombrecito, alzando sus brazos para rodear su cuello.
—Y yo contigo, bonito —aseguró, besando su nariz antes de comenzar a moverse.
Rodeando firmemente el cuerpo de su omega, Yoongi se alzó en la cama hasta sentarse en sus rodillas, sacándole un chillido sorprendido a su pareja.
—¿Cómo haces eso? —exclamó Jimin observándole con grandes ojos tras fácilmente haber sido movido a horcajadas sobre su pareja.
—No pesas nada, bebé —sonrió trasladando sus manos hacia su trasero antes de salir de la cama.
—Espera, estamos desnudos, pio —chillo avergonzado una vez las mantas estuvieron totalmente afuera.
—Bonito, he visto y tocado cada parte de este maravilloso cuerpo al igual que tú —le recordó—. Vergüenza es lo que menos deberías de tener —indicó trasladándolos al baño.
—Pero era diferente —se quejó, ocultándose en el cuello de su pareja—. Era yo, pero me sentía diferente... Más valiente —explicó.
—Eres valiente, mi pollito —indicó deteniéndose frente a la ducha.
—No, no así —negó—. Yo solo... No me sentía tan tímido como siempre —explicó—. Es extraño —pronunció de pronto—. Nunca había sido así —expresó, saliendo de su escondite para observarle con curiosidad—. ¿Fue por esas pastillas que me dabas? —preguntó.
—Es lo más probable —asintió y los metió a la ducha una vez temperó el agua—. Y te diré lo que eran junto a todo lo que quieras saber, una vez bañe este precioso cuerpo, alimente este vientre y cuide de todo tú, ¿de acuerdo?
—Puedo esperar —sonrió hasta perder sus ojitos.
—Uhm, mi dulce chico —sonrió Min—. ¿Puedes mantenerte de pie mientras te baño?
En respuesta, Jimin desenrosco sus brazos, bajo sus piernas del cuerpo de su pareja y se mantuvo de pie frente a él.
—Perfecto —anunció el alfa, besando su frente antes de comenzar a bañarlo en el estrecho espacio.
Cerrando sus ojos, el hombrecito se relajó bajo el agua tibia, confiando en su pareja que lavaba su cabello con cuidado y acariciaba su cuerpo como si fuera una hermosa obra de arte.
Para cuando Yoongi finalmente terminó con ambos, soltó una risita al contemplar a su pollito casi durmiendo en pie.
—Ah, tan dulce —sonrió, volviendo a tomarlo entre sus brazos mientras salía con cuidado—. No te duermas, cariño, aún hay que secar tu cuerpo.
—Estoy despierto... —pronunció con tono adormilado.
Pero en cuanto Yoongi volvió a colocar a su omega en el suelo sobre la alfombra, este se mantuvo de pie apoyándose en él.
Negando con una sonrisa, el alfa lo dejó y tomó una toalla para secar todo el cuerpo pequeño de su omega con esmero, para luego solo hacer un rápido trabajo con él mismo.
Volviéndolo a tomarlo entre sus brazos, el cambiaformas jaguar lo llevó a la habitación y lo dejó suavemente en el centro del hermoso nido de su pollito.
Buscando en los cajones de su dulce omega, tomó un bóxer y se lo colocó antes de taparlo con las mantas.
—Veré que puedo preparar para comer, ¿de acuerdo? —expresó, besando su frente.
En respuesta, solo obtuvo un resoplido suave y un "si" murmurado.
Besándolo por última vez, Yoongi tomó sus pantalones y camiseta que había desaparecido en algún momento y se dirigió a la cocina, solo para encontrar que no había nada más que botellas de agua.
—Realmente... —negó.
Cerrando el refrigerador, buscó opciones para pedir comida a domicilio, pero su jaguar inmediatamente rugió descontento con la idea, deseando él mismo alimentar a su recién enlazada pareja.
Pero para ello, tendría que salir un momento y conseguir las cosas de su departamento, que era más cercano a ir a un supermercado y así aprovechaba de cambiarse de ropa y colocarse un bóxer.
Asintiendo decidido, el alfa volvió a la habitación y agitó el hombro de su pareja.
—¿Está lista la comida? —balbuceo Jimin, luchando por mantener sus ojos abiertos.
—No bebé, iré a buscar algunas cosas a mi departamento y vuelvo, ¿bien? —informó y le besó la frente—. Vuelve a dormir.
—No tardes, pío... —pidió el pollito, cayendo dormido otra vez.
Y lo último que sintió Jimin, fue otro beso casto y dulce en sus labios antes de que la presencia de su pareja desapareciera.
Tan pronto como el sonido de la puerta se cerró, el omega se acurrucó para seguir durmiendo, pero sin su alfa cerca, su pollito se sentía... Incómodo.
Por lo que, tan pronto como escuchó ruido en su sala de estar, ignoró el cansancio de su pequeño cuerpo y se levantó deseando que Yoongi lo abrazada hasta que se quedara dormido otra vez.
Solo que...
No era Yoongi quien estaba en su departamento, ni cualquier persona que conociera.
Lentamente, Jimin retrocedió queriendo esconderse, pero tan pronto como sus ojos se encontraron con los del desconocido, gritó y corrió.
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