Capítulo 33, pío! 🐥
Sentado en su mesa para dos frente a su cocina, Jimin alternaba sus miradas entre la deliciosa comida que su pareja se había esforzado en prepararle, y en este mismo que se encontraba frente a él, comiendo.
Cada vez que el dulce omega observaba directamente los ojos de su alfa, recordaba su momento durante la noche, sus besos, sus manos y su boca sobre su piel.
Y recordando dicho momento, su rostro se pintaba de rojo y bajaba su mirada hacia su comida, tomando un par de cucharadas más antes de volver a alzar la cabeza hacia su pareja para enseguida sonrojarse y bajar nuevamente su cabeza.
Lo cual, era totalmente adorable para Yoongi de ver.
Observar esos ojitos grises brillar hacia él, ese rostro dulce ruborizarse exquisitamente pintando esos mofletes rellenos para que luego bajara tímidamente la cabeza, era una dulzura que no podía dejar de apreciar.
Y a pesar de que ambos se encontraban en total silencio mientras comían, ni siquiera era uno incómodo o había una necesidad por llenarlo con una conversación vacía, claro que no.
El ambiente solo estaba lleno de la ternura de su pareja y el alfa no podía tener suficiente de su pollito, quien a pesar de estar en celo, seguía siendo su bonita cosita dulce y tímida.
Bueno, tal vez no tan tímida si lo pensaba bien, no sabía si era producto del supresor, la confianza que ya le tenía o su sumiso pollito estando más presente por su celo, pero su hombrecito se encontraba un poco más desinhibido si lo pensaba correctamente.
Oh, su dulce omega seguía sonrojándose dulce y tímidamente cada vez que sus ojos se encontraban o le pedía un beso, pero su pollito ahora expresaba lo que quería y no lo guardaba para él, lo que sí era un cambio ligero que esperaba obtener algún día sin la necesidad de nada de por medio.
Cuando esos ojitos volvieron a observarle y esos dientes perfectos atraparon ese relleno labio inferior, tirándolo y soltándolo como si quisiera decirle algo, el alfa prestó mucha más atención.
—¿Sucede algo, bebé? —preguntó.
—N-nada —chilló su hombrecito, e inmediatamente bajó su mirada hacia su comida con un sonrojo mucho más fuerte a los anteriores, lo que por supuesto que llamó la atención del shifter jaguar.
Y rápidamente tomó interés cuando su sensible olfato percibió en el aroma de su dulce omega un ligero rastro de excitación.
—Uhm, ¿en qué estás pensando ahora, bonito? —ronroneó.
Aquellos ojos grises le observaron bien grandes en sorpresa, sacándole una lenta sonrisa de labios al alfa.
Viendo que su dulce cosita bonita ya había casi terminado de comer todo lo que le había servido, Yoongi se levantó de la mesa, logrando que esa mirada dulce le siguiera hasta que llegó a su lado.
Tomando su mano más pequeña, el alfa lo levantó fácilmente de la mesa y lo dirigió hacia los sofás, donde tomó asiento y luego tiró de su pequeño pollito para sentarlo en su regazo.
Pero en cuanto lo sentó a horcajadas, su omega soltó un dulce gemido en forma de pío y sus manos inmediatamente se alzaron para tapar esa bonita boquita mientras le observaba mortificado.
—Oh, bebé, no te avergüences por tan perfecto sonido —calmó, besando sobre sus manos pequeñas para luego tirar suavemente de ellas hacia abajo.
—Eso fue vergonzoso —se quejó—. No puedo evitarlo.
—No se supone que debes de guardar para ti esos bonitos sonidos, cariño —indicó el alfa, atrapando ese pequeño rostro dulce entre sus manos—. Me gusta escuchar cada sonido que evocas, por lo que debes de compartirlos conmigo, ¿de acuerdo?
—Pero... ¿Y si algunos son muy vergonzosos? —preguntó bajando su mirada—. ¿Cómo anoche?
—Mejor aún —sonrió Min—. Esos dulces soniditos sexys que soltabas con cada beso, caricia y lamida me ponía duro como una roca —aseguró—. Solo siente como me pongo de solo pensar en tan bello momento —expresó empujando su entrepierna hacia arriba.
Y sintiendo la dureza en su trasero, Jimin no pudieron evitar soltar otro dulce gemido en respuesta, con aquella cosa extraña haciendo cosquilleo en su vientre mientras una especie de corriente placentera recorría todo su cuerpo, concentrando específicamente en su necesita entrada vacía.
—¿Bebé? —casi gimió el alfa jaguar, sintiendo como ese leve rastro excitado que había sentido antes, solo aumentaba.
—Yo solo... Yo... —balbuceo su dulce pollito, balanceado casi experimental y tímidamente sus caderas de adelante hacia atrás, restregando aquel perfecto trasero en la entrepierna de Yoongi que no hacía más que crecer y volverse más duro ante el contacto.
—Bonito —jadeó Yoongi, tomando todo de sí mismo para soltar el rostro de su pareja y así tomar en cambio las caderas, impidiendo que siguiera con los tentadores movimientos.
—No, ¡pío! ¿Por qué? —exclamó su bonita cosita, observándole casi con desesperación.
—Bebé, respira —indicó el alfa, tomando él mismo una profunda respiración.
No muy feliz, Jimin siguió la indicación de su pareja, sintiendo a su pollito dividido entre obedecer la orden o seguir moviéndose.
—Ahora, mi hermoso chico, me gustaría que me dijeras qué está pasando por esa cabecita tuya —pidió Yoongi, acercándose para besar su frente.
El dulce omega inmediatamente se sonrojó con dichas palabras, y evitó avergonzado la mirada de su pareja.
—¿Bebé? —llamó el alfa, besando su mejilla—. No podré ayudarte si no me dices que sucede —expresó.
Quejándose bajito, el rubio omega se inclinó hacia adelante, escondiendo su rostro en el cuello de su pareja sin poder enfrentarlo.
—No puedo dejar de pensar en eso, pío —murmuró sobre su cuello.
—¿En qué exactamente? —preguntó Yoongi, a pesar de que ya se estaba haciendo una idea gracias al aroma de su pollito.
—Anoche —murmuró—. Tus manos cariñosas, tu boca dulce —suspiró—. Como se sintió cuando me hiciste llegar y... No puedo dejar de pensar en lo que me hiciste sentir cuando empujaste en mi trasero —reveló finalmente.
—Bonito —gimió el alfa, cerrando sus ojos.
—Si cierro mis ojos, aun puedo sentir ti boca ahí abajo, pío —susurró—. Tu lengua ahí atrás...
—Me estas matando —jadeó, apretando con fuerza la cintura de su pollito.
—Quiero más —gimió, arrastrando sus gruesos labios por su cuello—. Necesito... Quiero saber qué se siente tenerte ahí abajo, a ti, no tus dedos o tu lengua, a ti entero —reveló finalmente.
—Dulce Jesús, bebé —gruñó y gimió Yoongi, cerrando con fuerza sus ojos—. ¿Eso es en lo que has estado pensando? —preguntó.
—Desde que me levanté —reconoció, acariciando con su nariz la piel de su cuello.
—Joder, cariño —gimió—. ¿Sabes lo que me estás diciendo? ¿Lo qué me estás pidiendo? —preguntó, deslizando sus manos hacia atrás y abajo, atrapando cada glúteo perfecto entre ellas.
—Yoonie—exclamó, arqueado su espalda y saliendo de su escondite—. ¿Por favor?
—¿Por favor, qué, cariño? —preguntó observándolo—. Necesito palabras.
—Por favor, tómame y hazme el amor, pío —expresó, observándolo directamente a sus ojos—. Quiero... Necesito sentirte dentro de mí —pidió observándole con ojitos suplicantes.
—Joder, bonito, sí que sabes pedirlo tan dulcemente —gimió Yoongi, y acercó su rostro al de su pareja para besarle profundamente—. ¿Estás seguro? —jadeó sobre su bonita boca—. Te deseo tanto que no sé si podré dar vuelta atrás —expresó.
—Yo quiero, pío —prometió—. Pero y-yo...
—¿Tú qué? —preguntó, besando castamente la comisura de sus labios.
—Lento, ¿sí? —pidió—. Nunca lo he hecho con nadie —reveló avergonzado.
Eso hizo que el alfa se detuviera y le observara con sorpresa.
—¿Nadie? —repitió.
—Nadie —negó agitando su cabeza—. Nunca... Me sentí bien con esas personas, no como me siento contigo —explicó observándole preocupado—. ¿Eso es malo?
—No bebé, es lo más dulce que he escuchado —anunció con una gran sonrisa—. Y patéenme el trasero, pero realmente estoy feliz de saber que seré tu primero y único —declaró, levantándose repentinamente del sofá, sosteniendo a su pareja desde su trasero.
—¡Yoonie! —exclamó con sorpresa el dulce pollito, inmediatamente rodeándolo con sus brazos y piernas su cuerpo.
—Eso es exactamente lo que quiero escuchar mientras te hago el amor dulcemente —ronroneó el alfa—. Eso junto a tus dulces píos —anunció, besándole mientras entraba en la habitación.
Caminando hasta la cama, el alfa se inclinó depositando a su pareja cuidadosamente en ella y luego intentó alejarse abandonando esos dulces labios.
—Quiero más —se quejó su dulce pollito, negándose a soltarlo.
Y más que feliz de complacer a su pareja, el alfa volvió a los labios de su pollito y le besó, tomándose su tiempo para recorrer ese dulce interior con su lengua, para lamer y succionar hasta que su omega estaba gimiendo en su boca.
Deslizando sus manos hacia abajo, Yoongi se tragó cada dulce sonido que emitía su pollito mientras sus manos se internaban bajo la camiseta para acariciar la suave piel a su placer.
Liberando esa tierna boquita, el alfa dejó besos castos sobre los rellenos labios, besando cada gemido, chillido y píos que soltaba su omega mientras sus manos subían para jugar con esos pequeños botones, con sus dedos apretando, tirando y pellizcando.
—Y-yoonie —gimió su hombrecito, arqueando su espalda.
Besando la comisura de sus labios, Yoongi tomó el borde de la camiseta y comenzó a tirar de ella.
Ni siquiera tuvo que decirle algo a su omega para que estirara sus brazos sobre su cabeza y así pudiera deshacerse de ella.
—Mira estos botones dulces —exclamó Yoongi, observando maravillado como ambos pezones se habían alzado en pequeños picos y habían adquirido un tono rojo más profundo al haber estado jugando con ellos con sus dedos—. Dime, bebé, ¿me quieres aquí? —preguntó besando uno de los pezones—. ¿O aquí? —bajó hasta la entrepierna cubierta, depositando otro beso.
—A-alfa —jadeó Jimin, estremeciéndose suavemente—. Abajo, por favor —suplicó.
—Por supuesto, cariño —sonrió y se enderezó tomando el borde del pantalón corto.
Tirando de este, el alfa jaguar fácilmente se deshizo de este junto a la ropa interior, exponiendo ese bonito pene con la punta húmeda de pre-semen.
Sintiendo que su boca se hacía agua por probarlo nuevamente, el alfa rápidamente cayó sobre sus rodillas frente a la cama.
—¿Pío? —musitó su pareja, observándole confundido.
Sonriendo, Yoongi tiró de él hasta tenerlo al borde de la cama y entonces separó y flexionó sus piernas para hacerse un espacio entre ellas.
—Probaré esto otra vez y luego jugaré con tu dulce entrada para que me puedas tener en tu interior, ¿de acuerdo? —planeó.
En respuesta, Jimin asintió efusivamente, lamiendo esos labios entreabiertos.
Observando el dulce festín ante él, el alfa se inclinó y pasó su lengua desde la pequeña entrada ansiosa, subiendo por los testículos para luego subir hasta la punta de ese bonito pene.
Capturando una gota de pre-semen, Yoongi gimió al ver que otra rápidamente surgía y la volvió a lamer, succionando suavemente la punta con sus labios.
Temblando, su dulce omega gimoteó y arqueó su espalda fuera de la cama mientras sus manos se hacían puños a sus costados, aferrándose a las mantas.
Alternando entre lamer el pre-semen, succionar la punta, bajar hasta el fondo para luego volver a subir, el alfa se divertía atormentado a su pareja, llevándolo hasta el borde.
Sintiendo como el pene de su omega palpitaba en su lengua, el alfa lo soltó y colocó dulces besos con pequeños mordiscos de amor por toda la pelvis y en el interior de sus muslos, muy cerca de su entrepierna y esa pequeña entrada.
Observando ese pequeño orificio brillante, el alfa jaguar pasó su lengua y gimió con deleite al sentir el lubricante natural.
—Tu cuerpo me quiere tanto que te estás preparando para mí tu solo, bebé —gimió Yoongi, obteniendo dulces balbuceos inentendibles de su pollito.
Para comprobarlo, el alfa introdujo un dedo lentamente y gimió junto a su pareja cuando este se deslizó fácilmente por el húmedo canal cálido y tierno.
—¡Pio! —exclamó Jimin, retorciéndose en la cama—. ¡Más, pío! —rogó moviendo sus caderas en busca de más.
Sosteniendo con firmeza la base de ese bonito pene húmedo, Yoongi escuchó con satisfacción el sonidito desesperado de su pareja y empujó fácilmente un segundo dedo, luego un tercero, y los movió lentamente, asegurándose de que su omega podría aceptarlo bien.
Cuando su mirada se encontró con esos ojitos grises llenos de desesperación y excitación, el alfa gruñó y le soltó.
Cualquier protesta que iba a decir Jimin, la contuvo y observó maravillado la piel que iba exponiendo su pareja mientras se desvestía hasta quedar completamente desnudo.
—Esto probablemente será vergonzosamente rápido, bonito, pero prometo compensarte haciéndolo cuantas veces quieras —prometió Yoongi, rodeando su duro pene con su mano.
Tragando tras observar el miembro de su pareja, el dulce pollito asintió casi distraídamente.
—Si, bonito, esto estará llenando pronto tu dulce trasero —rio bajo y ronco—. Sube un poco más, bebé.
Jadeando, el dulce omega inmediatamente subió por la cama, dejándole el espacio a su pareja, quien le siguió, acomodándose entre sus piernas.
—Ahora, si sientes alguna molestia o dolor, me dirás y yo me detendré y esperaré de ser necesario, ¿de acuerdo? —expresó Yoongi, observando ese bonito rostro sonrojado.
Sin poder pronunciar realmente una palabra, el hombrecito asintió efusivamente, sacándole una risa a su alfa.
—De acuerdo, aquí voy, bonito —anunció, colocando la punta de su pene en esa pequeña entrada.
Viendo como esta se abría ligeramente para expulsar algo más de lubricante natural, el alfa aprovechó de tomarla entre sus dedos y lo esparció sobre su polla antes de empujar suavemente.
—Joder, bebé, estás tan suave, apretado y húmedo —gimió roncamente el alfa, empujando suavemente centímetro a centímetro.
—Yoonie —sollozó su pareja, alzando sus brazos en su dirección, necesitándolo sentirlo contra él mientras experimentaba algo tan nuevo y placentero.
Inclinándose sobre su omega, Yoongi disfrutó de esos brazos y piernas rodeándole con fuerza.
Colocando sus brazos bajo el cuerpo pequeño de su omega, el alfa colocó sus manos en los hombros de su pollito mientras besaba esos labios abiertos.
—Quema —gimió Jimin cuando sintió que su alfa finalmente se detenía en su interior, apegado completamente a su trasero, sin dejar ni un centímetro de separación entre ellos.
—¿Quema del bueno o del malo? —jadeó Yoongi, besando sobre sus párpados cerrados.
—Extraño —jadeó—. Se siente bien, pero... Quema —explicó, observándolo.
—¿Te sientes completamente lleno? —preguntó y Jimin asintió efusivamente—. Es por eso que quema, pero se siente bien, bonito, y cuando deje ese escozor, solo sentirás placer —prometió.
—¿Aún más? —chilló abriendo bien grandes sus ojitos.
—Sí, bebé, aún más —rió bajito, besando sus labios entreabiertos—. Solo deja que te acostumbres a la sensación —prometió.
Asintiendo, el hombrecito buscó la boca de su pareja y juntó sus labios en un beso lento y dulce, profundo y a la vez tierno que calmaba cualquier sentimiento inquieto en el omega.
Cuando ese ligero escozor finalmente se detuvo, Jimin apretó su interior, sintiendo algo de emoción ante el profundo gemido que soltó su pareja en su boca.
—Bebé... S-si sigues haciendo eso, me moveré —expresó Yoongi, cerrando sus ojos con fuerza mientras le besaba con un poco de pasión.
Y en respuesta, el dulce omega volvió a apretar, obteniendo con ello un pequeño empuje que le hizo estremecerse de puro placer que le sorprendió.
—Uhm, parece que estas listo para un poco más, ¿no? —observó Yoongi, contemplando con atención el rostro de su pareja.
—Por favor —suplicó y le besó.
Sonriendo sobre esos rellenos labios bonitos, el alfa cedió un poco su control y comenzó a mover sus caderas lentamente, deslizándose afuera con lentitud hasta la mitad para luego empujar adentro.
Jimin gimió apretando sus muslos alrededor de su alfa, disfrutando de la sensación de ser abierto, llenado completamente por el miembro de su pareja.
Escuchando los dulces píos de su omega, Yoongi aumentó un poco el ritmo, logrando que su pareja fuera más ruidoso.
Y cuando sintió que su pollito podía tomar más, Yoongi empezó a deslizarse hasta que solo la punta estuvo en su interior y luego empujaba de golpe el resto del camino.
—O-oh, pío... Yoonie... E-eso... —balbuceo su dulce pollito, recibiendo tan dulcemente todo lo que su alfa le daba—. Muy... P-pío... Siente bien —gimió, con su pequeño cuerpo agitándose con los empujes de su pareja.
—Joder, bonito —gimió Yoongi, acelerando un poco más el ritmo, logrando que su omega gimiera de forma descontrolada—. Estás cerca, ¿cierto bebé? —gruñó besando esos labios abiertos—. P-puedo sentirte apretándote a mi alrededor tan exquisitamente... Quieres venirte, ¿no?
—Yoonie... Pío... —gimoteó su pareja.
—Vamos cariño, vente entre nosotros, márcame con tu semilla que yo pintaré y marcaré todo tu interior —prometió con tono ronco y bajo.
Gimiendo, Jimin se estremeció, su espalda se arqueó, logrando que su pene se rozara con el abdomen de su alfa, lo que le estimulo y excitó aún más.
De un momento a otro, el omega sintió una corriente placentera recorriendo todo su cuerpo y entonces su liberación le golpeó de la nada, quitándole el aliento.
Gimiendo sobre su moflete, Yoongi aceleró sus movimientos, buscando su propio clímax y pronto, estaba llenando ese dulce trasero con un ronco gemido.
Su cuerpo se estremeció y el alfa gimió el nombre de su pollito hasta que terminó de llenarle con su semen.
Jadeante, cayó sobre el pequeño cuerpo y Jimin soltó un dulce suspiro, disfrutando del peso adicional mientras sentía el miembro de su pareja palpitar un poco más antes de finalmente dejar de llenarle.
—Pío... —musitó, alzando su mano para acariciar el cabello húmedo, sintiéndose tan bien, tan lleno y perfecto.
Bueno, en realidad había una cosa que picaba en la mente del omega. Y era la sensación de que algo faltaba en su cuello.
"Mordida" Proyecto su pollito en su mente.
Y Jimin se estremeció suavemente pensando ello.
—¿Qué sucede, bebé? —preguntó Yoongi, recuperando el aliento.
—¿Cuándo podemos otra vez? —preguntó con su bonito rostro sonrojado.
El alfa rió.
—Considerando que aún sigo medio duro solo por estar en tu interior, yo digo que con un par de besos más podríamos volver a hacerlo —expresó sonriente.
Piando felizmente, Jimin inmediatamente buscó la boca de su pareja besándole dulcemente para el deleite del alfa, quien le correspondió alegremente.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro