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Capítulo 32, pío! 🐥


Jimin despertó agitadamente, con su pecho subiendo y bajando sin control, mientras sus ojos parpadeaban rápidamente, intentando acostumbrarse a su habitación con escasa iluminación producto de la cortina semi corrida y su lámpara de noche en su pequeña mesita al lado de la cama.

Tragando, lamió sus labios y temerosamente, alzó las mantas para observar como su entrepierna se alzaba vergonzosamente en su pantalón corto, formando una gran mancha de humedad.

Y a pesar de que sabía ciertamente que no se había venido en su sueño otra vez, sí reunió suficiente pre-semen con su sueño erótico para formar dicha mancha de humedad.

Soltando un dulce pío estrangulado, giró su cabeza y se encontró con esos singulares ojos intensos observándole fijamente con una gran sonrisa satisfecha.

—Yoonie —gimió, estremeciéndose mientras veía esa traviesa lengua aparecer entre esos delgados labios y luego recorrerlos lentamente.

—Hueles increíble, bonito —expresó cerrando sus ojos mientras tomaba una profunda respiración—. Es una combinación de tu delicioso aroma dulce frutal, sudor y semen —ronroneó y posó su mirada sobre él—. ¿Qué estabas soñando, mi hermoso pollito? —preguntó con una gran sonrisa de encías.

Piando, Jimin realmente quiso esconderse completamente avergonzado, porque estaba seguro de que su pareja sabía perfectamente lo que había estado soñando, pero... Había algo en él que a la vez, no le permitía esconderse, no quería, mejor dicho.

Su pollito que siempre estaba ansioso y nervioso de la atención de otros, en ese momento no podía rebosar de más felicidad por tener la atención de su... Alfa.

Extraño, el dulce omega nunca había pensado en esa palabra más que en ese momento, pero cada vez que observaba a Yoongi, ese era el pensamiento que su pollito le enviaba con fuerza.

"Alfa. Nuestro. Pareja, Alfa. Pío"

Y en vez de sentirlo raro, el hombrecito no podía pensar nada más que era un sentimiento correcto al respecto cada vez que contemplaba a su pareja.

Una confianza que nunca había tenido con sus otros seres queridos apareció en él y simplemente se asentó.

Había una línea que Jimin nunca se atrevió a cruzar más que con su padre, porque este al ser igual que él, lo entendía perfectamente, pero en ese momento, el dulce omega había más que cruzado ese límite con Yoongi, instintivamente dándole una confianza mucho más grande que con la que le tenía a su padre.

Y eso... Se sentía bien.

Había una extraña sensación de paz en ello, sabiendo, que sin importar lo que le mostrara a su pareja, su alfa, este le aceptaría.

Sus pensamientos eran un poco extraños en ese momento, podía saber que era él mismo, pero a la vez, pensamientos y sentimientos de su pollito fluían libremente en él, siendo otra parte suya con la cual tanto le costaba conectar.

Y dicha confianza de su pollito, igualaba la suya hasta el punto en que... Su timidez parecía esconderse con Yoongi.

—Hey, bebé, pareces estar un poco perdido ahí —pronunció Yoongi, abandonando todo tono y expresión coqueta para observarle algo preocupado.

—Estoy bien, pío —respondió, girando su cuerpo para enfrentar a su pareja, soltando un dulce gemido en el proceso al sentir que su ropa presionaba en su sensible erección dura.

—¿Seguro? ¿La pastilla aún no ha hecho efecto? —preguntó con el ceño fruncido—. A estas alturas debió de haberlo hecho ya —expresó.

Alzando una mano, el rubio omega empujó con su dedo índice entre las dos cejas, borrando ese ceño fruncido.

—Estoy bien, solo... Ese calor volvió —reveló en un tono bajo, como si estuviera compartiendo un secreto.

—Oh —musitó, y sus labios se volvieron a estirar en una sonrisa—. Es por eso tu bonito sueño, uhm —expresó colocando su mano en la cintura desnuda de su pareja.

Jimin se estremeció suavemente y dejó salir una lenta exhalación, mientras bajaba su mano entre ambos cuerpos y la apoyaba en el pecho de su pareja.

—Tu aroma, pío, por favor —pidió, observándole ansiosamente con esos bonitos ojos grises con un ligero brillo en ellos.

—¿Me contarás sobre tu sueño? —preguntó sonriente.

El dulce pollito soltó un ruidito y asintió.

Cuando sintió ese aroma fresco de un bosque rodeándolo, Jimin soltó un alegre suspiro y cerró sus ojos un momento.

—Ahora, bebé, es tu turno —anunció Yoongi, acariciando la piel desnuda bajo sus dedos.

—Es vergonzoso... —murmuró, empujando su rostro más cerca de su cuello.

—Nada es vergonzoso entre nosotros, bonito —expresó, besando su cabello—. Pero si no quieres contarme al respecto, lo respetaré —prometió, cerrando los ojos mientras su jaguar se deleitaba con el aroma de su pareja y su pequeño cuerpo cálido presionado contra el suyo.

—Tú estabas ahí, pío —pronunció su pareja, en un tono bajo—. Me estabas... Haciendo cosas traviesas —reveló.

Una instantánea sonrisa creció en el rostro del alfa con ello.

—¿Qué tipo de cosas, cariño? —indagó suavemente, deslizando su mano hacia la espalda de su omega, provocando que este gimiera y arqueara su cuerpo.

—Uh... Tu boca —balbuceó en una exhalación temblorosa—. Ella... Uhm... Lugares privados —pronunció.

—¿Qué clase de lugares privados? —indagó con interés—. ¿Será aquí? —pregunto, con su mano deslizándose hacia su cuello.

Jimin lamió sus rellenos labios y agitó suavemente su cabeza de forma negativa.

—En un principio si... Pero luego... Cambió, pío —reveló, tragando ansiosamente.

—Oh, ¿será que cambió por aquí? —preguntó, deslizando su mano por el contorno de su mandíbula hasta llegar a su mentón.

Tomándolo con cuidado entre sus dedos, le guio a salir de su escondite y contempló ese bonito rostro ruborizado exquisitamente.

—¿Será aquí? —preguntó, posando sus labios sobre los de su omega.

Gimiendo exquisitamente dulce, Jimin inmediatamente entreabrió sus rellenos labios e instó a su pareja que invadiera su boca.

Pero cuando Yoongi solo se quedó presionado sobre sus labios, abrió sus ojos y le observó confundido.

—Tienes que venir tú esta vez, bebé —expresó observándole con dulzura.

Sonrojándose, el primer instinto de Jimin fue volver al escondite en el cuello de su pareja, pero aun así, su cuerpo no se movió.

—Dime, ¿mi boca también estuvo por aquí? —prosiguió el alfa, mordiendo suavemente su relleno labio inferior.

El dulce pollito se quejó en respuesta.

—Sí —respondió cuando su labio fue liberado.

Y cuando sus bocas se volvieron a presionar juntas, el dulce omega gimoteó sacando tímidamente su lengua, la cual rápidamente fue recibida por su alfa, quien le guio a entrar a su boca para luego besarlo como ambos tanto deseaban.

Soltando sus labios con un dulce chasquido, Yoongi respiró el aliento de su pareja, observando esos bonitos ojos abrirse para él nuevamente.

—M-más abajo... También... —reveló Jimin, con una chispa de lujuria brillando en sus ojos.

—¿Qué tan abajo, cariño? —preguntó más que dispuesto a seguirle el juego—. ¿Aquí? —indagó, besando su mentón—. O ¿aquí? —besó su cuello, justo sobre su manzana de Adán.

El hombrecito dulce se estremeció, e instintivamente, giro su rostro, intentando llevar esos labios al costado, en la unión entre su hombro y cuello donde comenzaba a sentir una picazón extraña.

—¿O será por aquí? —prosiguió Yoongi, empujando a su pollito en su espalda para cernirse sobre su cuerpo y bajar hasta sus clavículas.

Sintiendo el lamido de esa lengua húmeda y luego la succión sobre su piel, el cuerpo del dulce omega tembló en respuesta, y sus manos instintivamente fueron hacia la cabeza de su pareja, con sus dedos enterrándose en ese sedoso cabello oscuro.

—A-abajo —chilló, guiándolo con sus manos a la altura de uno de sus pezones.

—Uhm, ¿mi boca estuvo sobre esta dulce cosita? —ronroneó el alfa jaguar, rodeando con la punta de su lengua el botón rígido.

—¡Pío! —exclamó su pequeño pollito, arqueado su espalda fuera de la cama, como si quisiera acercarle aún más su pezón.

—Me lo tomaré como un sí —sonrió y cerró su boca en el pezón para succionarlo, lamerlo y morderlo a su antojo, logrando con ello que su dulce omega piara alegremente por su atención.

Sin poder contenerse, Yoongi siguió el deseo de su jaguar y dejó una mordida alrededor del pezón, quitándole un fuerte gemido a su pareja con ello.

Enderezándose un poco, el alfa contempló completamente satisfecho la aureola de marcas de dientes que rodeaba el húmedo pezón rojo y ligeramente hinchado.

Alzando una mano, con su dedo pulgar lo acarició superficialmente y su hombrecito sollozó en respuesta del escozor y placer que le provocó el leve contacto.

—¿Dónde más estuvieron mis labios, bebé? —ronroneó, logrando que ese bonito rostro sonrojado observara en su dirección con su respiración acelerada y sus rellenos labios entreabiertos.

Al no tener respuesta, el alfa contuvo su propio deseo y tomó una profunda respiración.

—Podemos detenernos aquí si-...

—¡No! —exclamó su pequeño pollito con horror, alzando sus brazos para rodear su cuerpo, atrayéndolo más sobre él.

Acomodándose mejor cuando su omega abrió sus piernas para recibir su cuerpo, Min apoyó sus antebrazos a los costados de su cabeza y repartió pequeños besos castos por todo su rostro mientras disfrutaba la sensación del pequeño cuerpo casi desnudo.

Aunque claro que sería mucho mejor si tan solo ambos estuvieran completamente desnudos.

—Más abajo... —murmuró esa dulce voz.

—¿Estás seguro de que quieres que cumpla con tu sueño, cariño? —preguntó para asegurarse.

En respuesta, el pequeño cuerpo tembló contra el suyo y soltó dulces píos en acuerdo.

Y aunque era una respuesta buena, no era la que Min deseaba.

—Necesito palabras, bonito —pidió besando su mandíbula—. Dame una respuesta firme y haré todo lo que me pidas —prometió.

Jimin arqueó su espalda y sus muslos se apretaron alrededor de su pareja, sintiendo como su pene tiraba y dolía en respuesta a su alfa y promesa.

—Por favor, Yoonie... Te quiero, te necesito —gimoteó con la punta de sus dedos enterrándose en la espalda de su alfa cuando lo sintió moverse.

Pero en vez de alejarse como el hombrecito esperaba, Yoongi solo buscó su rostro para besarle con una dulzura apasionada que le dejó sin aliento, completamente ruborizado y encantado.

—Dime el resto de los lugares donde mis labios se posaron en tu sueño —susurró en su oído.

—Costillas —exclamó—. Ombligo, cadera, pelvis... Y... Y... Más abajo —respondió.

—¿Dónde es más abajo? —preguntó, acariciando con su nariz su mejilla.

—Por favor, pío —sollozó.

—Ah-ah, palabras bebé —pronunció besando su mentón—. Dame palabras y te lo daré todo —juró, alzándose para observarle directamente a los ojos—. Absolutamente todo lo que quieras, cariño —prometió.

Mordisqueando su labio inferior, Jimin sintió un familiar cosquilleo en su vientre, pero este, se sentía muy diferente al que había sentido esa mañana al despertar, pero era igual de bueno, o mucho mejor, ya que no sentía esa extraña nubosidad en su mente que no le dejaba pensar claramente hasta que lograba calmar ese ardiente calor en él.

—Sobre mi pene, tu boca estuvo sobre mi pene y luego tu lengua penetró mi entrada hasta que me vine —contó con el sonrojo finalmente llegando a sus orejas.

—Joder, cariño, para ser una bonita cosita tímida, tu mente sí que puede ser un lugar travieso cuando quiere —exclamó Yoongi, empujando suavemente su entrepierna dura contra su pollito—. Solo mira cómo me has puesto con esa dulce boquita tuya soltando esas palabras —ronroneó.

—Yoonie —chilló, sintiendo como una oleada de placer le atravesaba con el movimiento.

Y contemplando el deleite en su omega, el alfa no pudo evitar simular un par de embestidas más, deleitándose con la expresión de puro placer en su pollito.

Cuando se detuvo, su omega soltó pequeños ruiditos desesperados y a la vez quejosos.

—¡Más! —exigió y Yoongi rió besando esa boquita.

—En otra oportunidad tal vez, cariño, por ahora tengo un sueño que volver realidad —expresó, besándolo por última vez antes de enderezarse solo para verse atrapado por los muslos de su pollito—. Bonito —sonrió, acariciando la piel expuesta—. ¿No quieres que te chupe y coma de este delicioso trasero? —preguntó, tocando la dura erección de su pareja.

—Pío —gimió Jimin, con sus piernas soltando a su alfa.

—Eso es cariño, ahora, me desharé de esto —anunció, tomando el borde de su pantalón corto y el omega inmediatamente alzó sus caderas.

Deshaciéndose de la molesta prenda, el alfa inmediatamente tuvo a su pareja completamente desnuda para su deleite.

Observando esa maravillosa polla completamente dura y húmeda, con la apariencia de que reventaría en cualquier minuto, Yoongi la acarició superficialmente, logrando que otro poco de pre-semen fuera expulsado.

—Oh, bebé, estás tan sensible que no creo que aguantes mucho —ronroneó—. Aun así, intentaré darte ambas cosas, así que aguantaras todo lo que puedas, ¿de acuerdo?

En respuesta, Jimin asintió efusivamente, observándole con grandes ojos mientras sus manos se volvían puños en las mantas.

Sonriendo cuando una idea cruzó en su mente, Min se quitó su camiseta y se la entregó a su pollito.

—Sostenla cerca de tu rostro, bonito, está lleno de mi aroma —indicó logrando que su pollito inmediatamente se aferrara a ella con sus manos y la llevara cerca de su rostro, calmando y relajándolo un poco.

Satisfecho, acomodó las piernas de su pareja, abriéndolas más y flexionándolas hasta que la planta de sus pies estuvo contra el colchón.

Bajando de la cama y moviéndolos hasta que estuvo en una posición más cómoda, Yoongi se ubicó entre sus piernas, su rostro cerca de su pene.

—Esto es tan pervertido, pío —murmuró Jimin, sin poder quitarle los ojos de encima a su pareja.

—Pero te gusta —sonrió el alfa jaguar, lamiendo ese duro eje, concentrándose en la punta donde el pre-semen seguía apareciendo sin importar cuantas veces lamiera.

—Pío —gimió, sin poder quitarle los ojos de encima.

Sonriendo, Yoongi no atormentó mucho a su bonita cosita y abrió su boca para devorar hasta el fondo a su pareja, utilizando todas sus habilidades para darle una garganta profunda.

Su pollito gritó y se estremeció, sus manos aferrándose con fuerza a su camiseta mientras sus caderas instintivamente comenzaban a moverse.

Y el alfa en vez de detenerlo, lo alentó a seguir, ronroneando desde lo profundo de su garganta, aceptando esos movimientos desesperados y torpes gustosamente.

Cuando lo sintió al borde, lo soltó y retrocedió, logrando que su omega piara desesperado cuando su mano se aferró a la base de su miembro, apretando para retrasar su anhelado clímax.

—¿Por qué? —sollozó, observándole desesperado.

—Porque ahora comeré de este lindo trasero —anunció, soltando su miembro para acariciar su entrada—. Para no arruinar tu hermoso nido, necesito que te des vuelta sobre tus manos y rodillas —expresó.

Sin siquiera dudar ni un segundo, Jimin inmediatamente siguió la instrucción de su pareja, presentándole su trasero.

—¿Así? —preguntó, observándole sobre su hombro.

—Perfecto —asintió, instándole que fuera más hacia él.

Sin decir palabra más, lamió sus labios y capturó con ambas manos cada glúteo para separarlo y mostrar esa pequeña entrada.

Su primera lamida superficial hizo chillar en alegría a Jimin, su cuerpo tembló y su aliento se atascó en las siguientes.

Para cuando finalmente esa lengua le penetró, el dulce pollito gritó y sus brazos bajaron hasta sus codos, mientras empujaba descaradamente su trasero hacia atrás, en busca de más.

Afortunadamente, tenía una pareja muy buena, ya que su alfa empujó más su rostro en él mientras una de sus manos volvía a rodear su miembro, masturbándolo con el mismo ritmo en que su lengua le penetraba y lamia con ahínco.

—Y-yo... Pío... E-estoy... —balbuceó, sintiéndose demasiado bien, demasiado sensible, demasiado todo para seguir aguantando.

Y cuando Yoongi gimió en su trasero al sentir el lubricante natural de su pareja, Jimin explotó arrojando toda su carga en la mano de su alfa y luego su rostro cayó contra la cama.

Liberando rápidamente su propia erección, Yoongi apenas pudo masajearla un par de veces antes de explotar ante la maravillosa vista.

—Joder bebé, me hiciste venirme vergonzosamente rápido —exclamó el alfa, enderezándose para encontrar a su pollito durmiendo placenteramente.

Soltando una risa enternecida, Yoongi observó el desastre en su mano y luego el angelical rostro de su omega.

—Ah, bonito, las cosas que me haces —expresó, acomodándolo bien en la cama para luego ir al baño y limpiarse.

Volviendo con un paño, limpio a su omega y luego vistió bien a ambos antes de acomodarse nuevamente a su lado para dormir felizmente.

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