Deja volar tus sueños
y volverán hechos realidad

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JUEVES

10:30 a.m

— ¿Cuáles son tus sueños?

— No se Angie, la verdad es que no tengo ningún sueño — confesé

Estábamos sentadas en el patio trasero de la escuela comiendo los alimentos que habíamos comprado en la cafetería.

— sabes a mi me gustaría — comenzó a decir la peli negra — bueno mi sueño es llegar a ser una excelente Doctora y de esa manera poder ayudar a los demás.

— Es increíble, se que lo lograrás

— Lo se, confío en Dios que así será — sonrió mirando al cielo

— quisiera ser como tu — dije soltando un suspiro

— ¿cómo yo? ¿Cómo?

— Feliz, con sueños y metas por alcanzar

— No nesesitas ser yo, se trata de ser tu misma y confiar en ti.

— No se. Es que siento que no lograré nada

— claro que puedes, con ayuda de Dios todo es posible

— Bueno — comencé a hablar mientras jugaba con mis dedos — La verdad es que siempre he soñado con ser Veterinaria, realmente amo a los animales.
Y pues mi meta es poder ser feliz junto a la persona que ame.

Angie mostró una tierna sonrisa y luego dijo:

— Confío en ti y se que podrás lograrlo con la ayuda de Dios

— Sonara raro lo que diré, pero realmente creo que Dios me ayudara.

— Créeme que así será

Toda la hora del receso nos la pasamos riendo y jugando.
Lo cierto es que hace mucho no disfrutaba mi tiempo libre en el almuerzo, ya que siempre eran las burlas y molestias de Hania.
Pero desde que llegó Angie todo había sido diferente, Todo habia sido de maravilla.

En ese entonces no estaba cien por ciento segura de que si los angeles existían, pero si era cierto entonces Angie era uno de ellos.
Un Ángel que llegó a hacerme compañía y de a poco a poco mostrarme que realmente hay personas diferentes en este mundo, que no todos te harán daño, que hay personas dispuestas a ayudarte y extenderte una mano.

Al término de la última clase salí rápidamente del colegio, lo único que quería era volver a casa, no por que hubiera ocurrido algo malo, sino que hoy era jueves.
Se que dirán ¿qué tienen de especial los jueves? Bueno pues los jueves pasaba una serie en la televisión que me encantaba mucho, se llamaba "Escandalosos", trataba de 3 ositos: Polar, pardo y panda. Eran tan adorables.

Todos los jueves me sentaba en el sofá con una bolsa de papas fritas con mucha salsa y un refresco. Me olvidaba de todo y me disponía a ver aquella serie.

Mientras caminaba apresuradamente escuche la voz de Angie detrás de mi.

— ¡Alin! ¡Alin esperame!

Mientras volteaba seguí caminando y no me di cuenta de que alguien venía al frente así que terminé chocando contra su pecho.

— Oh lo siento mucho — me disculpé en cuanto reaccioné

— no pasa nada, esta bien — dijo tranquilamente aquella voz.

Esa voz la reconocería en cualquier parte.
Cuando levante la vista me encontré con unos ojos azules hermosos.

Era él.

Senti como el aire se me hiba de mis pulmones, mi corazón latía apresuradamente.
No sabia lo que me estaba ocurriendo al ver a aquel chico tan lindo.

— ¿en dónde te he visto antes? — me observó por unos instantes — oh si claro ya recuerdo, eres la chica de la tienda — sonrió amablemente

<¿La chica de la tienda?, Wow linda forma de identificarme>

— Eh...si claro — sonreí nerviosamente

— Mi nombre es Dan — extendió su mano, yo la tomé — es un gusto volver a verte...

— Alin, me llamo Alin

— que lindo nombre — mis mejillas se tornaron como un tomate, nunca nadie antes me había dicho eso

— eh, Gracias

— al parecer estamos destinados a chocar — bromeó

— eso parece, es que siempre ando muy distraída

— Ya lo noté, pero no te preocupes, yo también ando así

— ¡Dan! — le gritó una chica rubia que estaba parada más adelante de donde nosotros estábamos

— ¡Ya voy! — respondió — te veré luego, fue un gusto saludarte Alin

— Igual — sonreí

Dan se alejó de aquel lugar con aquella chica rubia.

<¿será su novia? Ojalá que no.>

<¿pero que estoy pensando?>

Una voz detrás de mi me hizo volver a la realidad

— Alin

— Angie me asustaste

— perdón es que cuando él se fue te quedaste inmóvil

— No es cierto

— claro que si — comenzó a caminar, yo hice lo mismo — ¿quién era?

— un chico que conocí en una tienda

— que lindo

— ¿qué? — fruncí el ceño en cuanto escuché lo que dijo

— dije que que lindo la forma en la que se conocieron

— ah eso — dije y ella comenzó a reírse — ¿de qué te ríes?

— es que — siguió riéndose — hubieras visto tu cara cuando dije "que lindo"

— ¿que tenía mi cara?

— estabas celosa

— por supuesto que no, yo ni siquiera lo conozco.

Dan, ahora sabia el nombre de aquel chico lindo.
Tenia la ilusión de que en un futuro surgiera algo más que una amistad entre nosotros.

Pero...

No. Eso no es posible.

Dan merece lo mejor, merece a una chica perfecta, hermosa, llena de felicidad.

Y yo...

Yo no puedo ser esa chica.

Estoy rota, sola, nadie me quiere. Nadie nunca me amaría de esta forma.

Además los chicos lindos como él no se fijarian en alguien tan simple como yo.

Nunca nadie se había fijado en mi, por eso descarté todas las posibilidades de que él lo hiciera.

¿Además por qué pienso en eso?

Jamás sucederá nada, solo fue una casualidad, no lo volveré a mi.

Seguí caminando hasta la parada de autobuses, me despedí de Angie quien se fue con su padre.

Cuando llegué a casa rápidamente hice lo que había dicho que haría, pero por más que trataba de concentrarme en la serie no podía. Una y otra vez Dan aparecia en mi mente.