Dios es bueno todo el tiempo
Y todo el tiempo Dios es bueno

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20 de Mayo...

Abri mis ojos lentamente, a través de la ventana de mi habitación pude ver los primeros rayos del sol y oír el canto de los pájaros alegrando el día.

Hoy era un día especial para mi, desde el momento en el que acepté a Jesús en mi corazón, entendi que es importante agradecer a Dios por un día más de vida y sobretodo por un año más...

Oficialmente Cumplía 16 años...

Me levanté de mi cama y después de asearme y arreglarme bajé a la cocina.
Lo bueno era que hoy no había clases y mis padres no irían a trabajar.

— ¡Mamá! ¡papá! — exclamé mientras bajaba por las escaleras.

No hubo respuesta, todo estaba en silencio. ¿A dónde habrán ido?

Entré a la cocina y divisé un papel en la mesa, estaba doblado así que lo desdoblé. Era una nota que decia:

Buen día pequeña...
Tu padre y yo sentimos mucho no poder estar contigo...
Tuvimos que venir a trabajar. Volveremos en la noche...
Te queremos...

Atte: mamá

<¿olvidaron mi cumpleaños?>

Salí de la cocina y me diriji a la sala, me senté en uno de los sillones. Me sentía triste y sola, al parecer mis padres habían olvidado mi cumpleaños.

Tome mi celular y le envíe un mensaje a Dan:

— Hola

Al instante respondió:

— Hola

— ¿tienes planes para hoy? — le escribí, al menos quería salir de casa con uno de mis amigos.

— de hecho si,
saldré con mis padres...

Vi el mensaje pero ya no le respondí.

<que cumpleaños tan genial> nótese el sarcasmo.

Ni mis padres, ni mis amigos lo habían recordado.

No tenía nada que hacer ni a donde ir. El silencio era lo único que reinaba en todo el lugar.

Subí a mi habitación, mi vista se posó en el libro que estaba en mi mesa, lo tomé y lo abrí.

Antes que naciesen los montes
Y formases la tierra y el mundo,
Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.

Salmos 90:2

Era un hermoso texto.

Desde antes de la fundación del mundo Dios ya estaba.

Dios es eterno.

Nosotros no. Simplemente estamos en el mundo por unos momentos y luego volamos.

Por eso cada dia es una nueva oportunidad que Dios nos da. Cada día es un regalo de Dios.

Cada año que Dios nos da es por su gracia, y debemos ser agradecidos en todo tiempo.

En esos instantes en los que estaba sumergida en la lectura de la biblia me olvidé por completo de mis preocupaciones y ansiedades.

El tiempo pasó tan deprisa que cuando menos lo imaginé ya era de noche.

Salí al patio trasero, la brisa fresca soplaba revolviendo mi cabello, en el inmenso y oscuro cielo una gran luna brillaba.

Chequé la hora: eran las 7:00 pm.

Mis padres debían haber llegado ya, pero no había señales de ellos.

El timbre de la casa Sonó, rápidamente fui a abrir, era Dan. En ese momento pensé que quizás había recordado que hoy era mi cumpleaños y que había ido a felicitarme.

— Hola Dan

— Hola Aly

— ¿qué te trae por aquí? — pregunté curiosa

— vine porque....— se notaba algo nervioso — ¿puedes acompañarme a recoger un encargo?

— oh eso...— dije — claro ¡vamos!

No sabia a donde nos dirijiamos simplemente seguía los pasos de Dan.
En todo el transcurso del camino ninguno de los dos pronunció palabra alguna.

Yo pensaba y pensaba, ¿cómo es que nadie recordó que hoy cumplo 16 años?

En ese instante aquellas voces que me atormentaban volvieron a retumbar en mi mente.

<Estas sola, nadie te quiere, Todos se han olvidado de ti>

Quise llorar pero recordé que Dan estaba ahí.

Quería apagar esas voces, quería dejar de escucharlas pero cuanto más las oía más fuerte sonaban.

Dejé de caminar por unos instantes.

— ¿estás bien? — preguntó Dan

— si, eso creo...

— Aly — pronunció con dulzura — ¿qué ocurre?

— Nada — respondí y seguí andando — sigamos caminando.

Continuamos con nuestro camino, al final nos detuvimos frente a un salón de eventos. Para ese entonces las voces en mi mente se habían esfumado.

— ¿qué hacemos aquí? — pregunté arqueando una ceja

— entraremos

— ¿para qué?

— haces muchas preguntas Aly — rió

— es para asegurarme de que no intentas secuestrarme o algo parecido — dije

— créeme — dijo seriamente — si quisiera secuestrarte ya lo habría hecho...

Abri mis ojos sorprendida, Dan comenzó a reírse fuertemente.

— Es broma Aly, sabes que jamás te haría daño — Sonrió — ¡vamos tenemos que entrar!

Sin decir más lo seguí hacia adentro.

Las luces estaban apagadas, todo estaba en silencio. Por unos momentos me entró miedo, Dan lo notó y tomó mi mano y la entrelazó junto a la suya.

De pronto las luces se encendieron y el grito de un grupo de personas me dejó asombrada.

— ¡¡SORPRESA!! ¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS ALIN!!!

mire todo mi alrededor, todo estaba tan adornado con globos y serpentinas.
Había una mesa en donde un gran pastel estaba puesto y atrás una cortina de fiesta color plateado colgaba, con unos globos con forma de números y letras decia: "Felices 16"

Estaba tan pero tan feliz que comenzé a llorar de felicidad, nunca en mi vida había tenido un cumpleaños sorpresa.

Todo era tan perfecto.

Mis padres se acercaron a mi con una enorme caja de regalo.

— ¡¡Felicidades Princesa!! — dijo papá mientras me abrazaba

— ¡¡Felicidades pequeña!! ¡¡espero que te haya gustado la sorpresa!! — añadió Mamá y me dio un beso en la mejilla.

— ¡¡Gracias mamá y papá!! — dije para luego abrazarlos.

Posteriormente se acercó a mi Dan, traía una pequeña bolsita de regalo, me la entregó y me abrazó:

— ¡Feliz cumpleaños Aly! ¡te quiero mucho! — susurró en mi oído

— Gracias Dan, te quiero mucho también...

Luego mis demás amigos también vinieron a felicitarme y darme regalos.

En eso recordé que no estaba vestida adecuadamente para una fiesta. Mire mi atuendo y me sentí mal al ver a los demás bien vestidos. Al parecer mi mamá se dio cuenta por que luego se acercó a mi y me dijo:

— se lo que estás pensando, ve aya atrás — me señalo una puerta — abre tu regalo que te dimos y luego vuelve.

Hice lo que me dijo y me diriji hacia aquella puerta, la abrí y era un cuarto vacío.
Dejé la caja de regalo en el suelo y la abrí, me llevé las manos a la boca en cuanto vi lo que contenía.

Un precioso vestido color rosa palo y unos tenis blancos con pequeñas flores en los costados del mismo color del vestido.

Me cambié y me puse el atuendo, el vestido me quedaba por las rodillas, era de tirantes, en la cintura tenía un cinturón delgado plateado, la falda era de tul algo esponjado.

Me quedaba perfecto. Los tenis combinaban, y agradezco que me los hayan obsequiado, no soy de esas chicas que les gustas usar tacones, yo prefiero algo más cómodo y sencillo.

Cuando estuve lista salí.

— ¡te ves preciosa! — exclamó Mía

— estas hermosa Alin — agregó Paola

— gracias chicas — les sonreí

Rodrigo y Lucas se encargaron de poner música para alegrar el ambiente.

Mamá comenzó a traer la comida a la mesa mientras papá tomaba fotografías.

Me diriji a la mesa y me serví un poco de jugo.

— Estas muy hermosa — dijo una voz detrás de mi

Volteé y me encontré con esos hipnotizantes y hermosos ojos azules.

— Gracias, tu también te ves muy bien — dije

— creo que te verías mejor si usaras mi regalo.

— ¿en serio? — él asintió con la cabeza.

Me diriji a la mesa de los regalos y tomé el suyo, lo abrí, era una cajita que contenía un cadenita con el dije de una estrella plateada brillante.

Iba a ponermelo pero quise darle a el privilegio de hacerlo.

— ¿me lo pones?

— claro Aly — tomó el collar y lo puso en mi cuello — listo

— gracias Dan

— Siempre serás mi estrella favorita de todo el universo.

Intercambiamos sonrisas. Poco después mi padre organizó algunos juegos.
Luego llego el momento de partir el pastel, nos reunimos alrededor de la mesa, me cantaron las mañanitas y apage las velas.

Mamá nos tomó varias fotos. Estaba tan feliz, tan feliz de poder disfrutar aquel dia tan especial con las personas que más quería.

Más tarde mientras nos encontrábamos platicando y riendo, alguien llegó.

La verdad no me esperaba que asistiera, después de aquel día en mi casa nos había visitado algunas veces.

— ¡Felicidades Alin! Siento llegar tarde — me entregó mi regalo y me abrazó por varios segundos.

— gracias Abuelo — le dije.

Mi abuelo, al fin había tenido la oportunidad de llamarlo así, Dios me había llenado de grandes bendiciones.

Mis padres

Mis amigos

Mi abuelo

Mi familia cercana

Y demás personas...

Pero sobre todo...

Me había dado la vida...

Y me había permitido cumplir...

Un año más...