Capítulo 29: REENCUENTRO
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
Jeremías 29: 11
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— ¿conoces a Camila? — preguntó Tomas sorprendido
— Si — respondí
— ¿estás segura de que es ella? — volvió a preguntar
<no lo se> pensé
— ¿cuál es su apellido? — cuestioné, de esa forma lograría saber si era mi madre de quien estaba hablando.
— Aguilar, Camila Aguilar, ese es su nombre — contestó — debe tener aproximadamente 30 años...
<Wow, estoy hablando con quien al parecer es mi abuelo, no puedo creerlo>
Siempre había querido conocer a mi abuelo, mi abuela siempre me hablaba de él.
Cuando era niña imaginaba como seria mi vida si tuviera a mi abuelo, otros de mis compañeras me contaban que sus abuelos les hacían regalos, les compraban cosas y jugaban con ellas, y ese había sido mi mayor anhelo.
Tenia a mis abuelos por parte de mi padre pero...mmm la relación que teníamos no era muy buena, casi no nos visitaban ni nosotros a ellos, y si lo hacían ni siquiera notaban mi presencia, era como si para ellos yo no existiera o no formara parte de su familia.
Después de todo, era por mi que mi padre se había casado, y eso era lo que a ellos les molestó, estaban decepcionados de su hijo y lo demostraban rechazandome.
— Si, la conozco — dije
— ¿en serio? — aún dudaba de si lo que le decía era verdad
— es mi madre — afirmé con una enorme sonrisa en mi rostro
Tomás abrió los ojos sorprendido por mi respuesta, es obvio que no se imaginaba que su hija estuviera casada o algo así.
De pronto unas lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, se acercó a mi y me dijo:
— eres idéntica a ella, ahora comprendo el gran parecido — limpió sus lágrimas — Jamás imaginé que tengo una nieta — sonrió — ven aquí hija — extendió sus brazos hacia mi
Me acerqué y lo abracé, era mi abuelo, al que jamás había visto hasta ese día...
— ¿podrías llevarme con tu mamá? — preguntó luego del abrazo — Quiero verla y a su madre...
<oh no, ¿cómo reaccionará si le digo que su esposa ya falleció>
— Puedo llevarte con mi mamá, pero no creo que puedas ver a mi abuela...— bajé la mirada
— Lo entiendo, se que tu abuela no desea verme...después de todo — dijo con la voz entrecortada
Me acerqué a Dan y le susurró al oido:
— ¿cómo se lo digo?
— solo hazlo, estoy seguro de que lo entenderá — sonrió tiernamente
Tomé aire y luego dije mirando a Tomas:
— mi abuela murió hace 4 meses
— no, no puede ser posible — lloró — no tuve tiempo de pedirle perdón, no tuve tiempo de despedirme, a pesar de todo yo jamás dejé de amarla y a diario estaba en mis pensamientos...
— lo siento tanto abuelo, se que ella te perdonó, no te sientas culpable, ella está con Dios ahora, algún día la veremos — limpié las pocas lágrimas que habían salido de mis ojos
— algún día la veremos — repitió mirando hacia el cielo — Ahora tengo que hablar con mi hija, tengo que arreglar las cosas...
— ¡vamos! — dije y los tres emprendimos el camino hacia mi hogar.
En el transcurso del camino fuimos platicando, le presenté a Dan, le conté sobre mi padre y demás cosas que quiso saber.
[.....]
Hace unos minutos habíamos llegado a casa, sin embargo aún permaneciamos afuera, no sabíamos cómo iba a reaccionar mi madre al saber que su padre estaba ahí.
— Aly — pronunció Dan — tienes que entrar, no puedes pasar todo el rato aquí...
— es que no se como reaccionará ¿y si se lo toma mal?
— todo estará bien...
— siempre dices eso...
— lo digo por que lo creo, todo estará bien, confía en Dios y en que él tiene un plan con todo esto...
— okey, okey — intenté calmar mis nervios — Abuelo — dije, él volteó a verme — ¿estás seguro de que quieres hacer esto?
— mas que nunca — sonrió — he esperado tantos años por este reencuentro, y hoy al fin Dios me da esta oportunidad...
Me armé de valor y abrí la puerta principal de mi casa. Todo estaba en silencio.
— ¡Mamá! ¡¿Estas aquí?! — exclamé
— ¡Estoy en la cocina! — respondió
Rápidamente entré en la cocina:
— mamá quiero decirte algo o más bien presentarte al señor que me encontró en el mar y me llevó al hospital.
— ¿ahora mismo?
— espero que no te moleste pero lo he invitado a casa, ahora mismo esta afuera esperando con Dan, no sabia si aceptabas visitas así que les pedí que me esperaran...— dije apresuradamente mientras sentía como mi manos temblaban de nervios.
<¿cómo reaccionará mi mamá?>
— ¿Dan también vino? — preguntó mientras alzaba las cejas de una forma divertida.
— Si — asentí mientras sentía mis mejillas sonrojarse
— oh, mi yerno está afuera...
— ¡Mamá! ¡ya te dije que entre el y yo no existe nada más que una amistad!
Ella rió — eso dices ahora, ya veremos más después...— me guiñó el ojo
Rodé los ojos divertida — bueno ¿en que estábamos?...
— en que tú — me señaló — harás pasar a nuestros invitados a la casa..
— oh si...
Salí apresuradamente e invité a Tomas y Dan a pasar. Cuando estuvieron dentro se sentaron en la sala.
Mamá llegó minutos después con una bandeja que contenía una jarra con jugo de naranja y unos vasos.
— sean bienvenidos — se dirijió a mis acompañantes
— Gracias — respondieron ellos al mismo tiempo.
Noté que Tomás tenía la cabeza agachada por lo que mi madre no había podido verlo detalladamente.
Mi madre dejó la bandeja frente a la pequeña mesa, sirvió la bebida y posteriormente se sentó.
— mamá, te presento a Tomas — dije — Tomás ella es mi madre: Camila
— es un gusto conocerlo señor...— los ojos de mi mamá se abrieron sorprendida al verlo.
— Camila...— dijo él
— ¿papá? ¿eres tú?
— Soy yo, Camila, soy tu padre...
— no puede ser posible, ¿dónde estuviste todo este tiempo?
— tenemos mucho que hablar...pero me gustaría que fuera a solas — pidió mi abuelo
— Alin, ve a tu habitación con Dan...— ordenó mamá con lágrimas en los ojos.
Me levanté de mi asiento y el chico hizo lo mismo, subimos al segundo piso y entramos a mi cuarto.
Me senté en el borde mi cama y abracé una de mis almohadas.
— ¿crees que mi mamá sea capaz de perdonarlo por haberla abandonado? — pregunté
— creo que si — contestó Dan — tu mamá conoce a Dios y se que hará lo correcto.
Dan se sentó a mi lado y pasó su mano por mi hombro.
— Tranquila Aly, todo va a estar bien...
— se que si — recosté mi cabeza en su hombro
— los planes de Dios son perfectos, Dios sabia que este día llegaría, sabia que hoy sería el reencuentro...— dijo
— es increíble como tiene todo planeado, como todo encaja a la perfección...como un rompecabezas...
hay muchas piezas pero todas ellas forman una sola imagen...y cada una de las piezas cumple un papel fundamental, si una de las piezas falta el trabajo estará incompleto.
— lo se, Dios sabe lo que hace, todo lo que ocurre a nuestro alrededor está dentro de sus planes...
Lo que Dios hace es perfecto...sus obras son maravillosas...
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