Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Juan 3:16

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Mes de octubre...

Un mes había pasado desde que asistí a esa reunión de jóvenes en la iglesia.

Y el escuchar aquel hermoso mensaje me llevó a querer descubrir quién es Dios...así que comenze a asistir a la iglesia, aveces iba con mi abuela, otras con Angie e incluso en dos o tres ocasiones asisti a la iglesia a la que Dan iba.

Pero, apesar de ir y escuchar los mensajes aún no me sentia del todo segura. Es decir sabia que Dios es real pero me costaba creer en él, se me hacía difícil aceptar su amor después de haber sufrido tanto.

— Alin ¿puedes venir? — escuché la voz de mi abuela llamarme desde la habitación de a lado.

Me levanté de mi cama y corrí a ver que necesitaba, últimamente se venía sintiendo mal, así que gran parte del día se la pasaba descansado.

— ¿qué nesesitas abue?

— puedes traerme un vaso de agua

— claro, ahora vuelvo — me diriji a la cocina y en pocos minutos regresé, le extendí el vaso y ella lo tomó — ¿cómo te sientes? — le pregunté

— Estoy bien mi niña — sonrió

— ¿has hablado con mis padres?

— tu madre me marcó, solo para asegurarse de que estuvieras bien...

— no les importo...

— claro que si, solo que están muy ocupados con sus trabajos — dijo

— pero es lo mismo, si les importará por lo menos me darían un poco de su tiempo...

— Quizás...— soltó un suspiro — pero sabes que Existe alguien que te ama demasiado y que siempre está al pendiente de ti

— lo se abue — respondí — pero ¿por que Dios permitió que naciera en una familia como la que tengo?

— Dios hace todo con un propósito, quizás al principio no lo podemos entender pero con el tiempo descubrimos que todo obra para bien...

A decir verdad no extrañaba mi casa, ¿por qué hacerlo? Si de todas formas mis padres actuaban como si no estuviera.

Me sentía bien al estar en compañía de mi abuela, por primera vez en mucho tiempo sentía el verdadero amor de familia.

Mi celular comenzó a sonar desde el cuarto de a lado indicando que tenía una llamada, salí rápidamente de la habitación de mi abuela y me diriji hacia la mía, tomé el celular y mi corazón comenzó a latir fuertemente al ver el nombre de la persona que me estaba marcando...

— Hola Aly — saludó del otro lado de la línea en cuanto hube contestado.

— Hola Dan — respondí emocionada

— ¿cómo estas?

— muy bien gracias ¿tu?

— igual — dijo — me preguntaba si ¿quieres venir conmigo y con los chicos de la iglesia a una fogata?

— mmm claro — respondí — solo que no se que sea eso...

— pues es como una reunión de jóvenes, mmm jugamos, cantamos, leemos la biblia y demás cosas, pero al aire libre...

— oh, suena interesante, claro me gustaría ir, solo que tengo que preguntarle a mi abuela, no creo que haya ningún problema, así que: si, si quiero ir...

— okey — respondió — iría a recogerte pero tengo algunas cosas pendientes por hacer...

— oh no te preocupes, puedo ir yo sola, solo me mandas la dirección

— Claro, adiós Aly, cuídate mucho

— adiós Dan — me despedí y di por terminada la llamada.

[.....]

Horas después...

La tarde había caído ya.

Comenzaba a oscurecer.

Por toda la ciudad las luces se encendían para alumbrar la oscuridad.

En el cielo, miles de estrellas brillaban, y en el centro una hermosa luna llena...

El viento soplaba levemente produciendo una suave brisa que golpeaba mi rostro.

Mientras caminaba por la calle; tratando de llegar al lugar donde iba a ser la fogata; me puse a contemplar todo este hermoso panorama.

Al llegar a mi destino pude observar a muchos jóvenes reunidos en espacio al aire libre. Arriba sobre unos postes colgaban luces de colores.

Pude divisar al grupo "Luz en la oscuridad" y a otros jóvenes que había visto anteriormente en la iglesia.

Todos estaban reunidos alrededor de una fogata, riendo, platicando, parecían realmente felices.

— ¡Hola Aly! — Dan corrió a mi encuentro — ¡estoy feliz de que hayas venido! — sonrió

— yo también lo estoy — le devolví la sonrisa.

— ¡ven vamos con los demás! — me tomó de la mano y me condujo hacia donde estaban todos.

Los saludé y me senté junto a Dan en el pasto.

Una chica de pelo rubio comenzó a hablar, si mal no recuerdo su nombre es ¿Paola? Si, creo que si...

— Hola a todos — sonrió — sean más que bienvenidos a este lugar, vamos a estar comenzado con una oración.

Paola comenzó a orar y los demás hicieron lo mismo.
Cuando terminó continuó diciendo:

— Ahora dejaré lugar a mi compañero Dan, quien nos estará cantando una hermosa melodía.

Dan sonrió alegremente, tomó su guitarra y comenzó a tocar lentamente.
El sonido era hermoso, transmitía una tranquilidad.

Se veía tan lindo tocando aquel instrumento, miró hacia el cielo y comenzó a cantar.

— De tal manera me amó
Que su vida no escatimó
Hasta el final él se entregó
Y a la muerte fue por que él me amo...

Algunos jóvenes se unieron a el y comenzaron a cantar, levantaban sus manos, cerraban sus ojos y adoraban a Dios.

— De tal manera me amó
Y no hay forma en que podré pagar
El precio de su grande amor
Pero toda mi alma quiero dar.

Por su amor, yo viviré
De su amor, yo cantaré
Con mi Jesús caminaré
Por que Él me amó a mi
Le seguiré...

Por su amor, yo viviré
De su amor, yo cantaré
Con mi Jesús caminaré
Por que Él me amó a mi
Le seguiré...

Se podría sentir un ambiente agradable, una completa paz y tranquilidad. Algo hermoso.

Cuando Dan acabó de cantar, la chica de pelo rizado llamada: Mía, se paró frente a todos y comenzó a decir:

— abre tu corazón, está noche Dios estará hablando a tu vida...Daré lugar a mi compañero Rodrigo quien nos estará compartiendo un pequeño mensaje.

El mencionado se puso de pie con una pequeña biblia en su mano, la abrió y comenzó a hablar:

— en la palabra de Dios dice, en el libro se San Juan, capítulo tres, versículo 16:

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Amén, cierra tus ojos y oremos unos momentos: padre celestial, en esta hora nos acercamos delante de tu presencia, reconociendo que sin ti nada somos, que solo tú eres él único Dios...abre nuestros corazones a tu palabra, permite que tu santo espíritu nos dirija y nos muestre tu voluntad, que seas tu hablando a través de mi, que no sea yo  que seas tú, te lo pido en el nombre de tu hijo amado Jesucristo. Amén.

— ¡Amén! — respondimos todos al unísono

Rodrigo suspiró y posteriormente comenzó a hablar mientras caminaba de un lado a otro y hacia gestos con sus manos.

— ¿alguna vez te has puesto a pensar en cuán grande es el amor de Dios, al punto de enviar a su único hijo a morir por todos nosotros?

Su amor por la humanidad fue y es tan grande, tan inmenso que lo dio todo...

Nos amó de una manera extraordinaria, de una forma en la que no nos imaginamos.

Quizás nosotros no lo merecíamos pero aún así Él decidió amarnos y entregar lo que más amaba por salvar nuestras vidas...

El amor de Dios no se compara con el amor de este mundo, su amor es perfecto, sin condiciones, nos ama tal y como somos...conoce cada parte de nosotros, en especial nuestros defectos y aún así su amor por nosotros permanece fiel...

El amor de Dios es maravilloso, tan alto que no podemos ir arriba de él, profundo que no podemos ir abajo de él, tan ancho que no podemos salir fuera de él...
Esto representa la Cruz...
Su amor por nosotros no tiene fin....

Su amor sobrepasa todo entendimiento y paso del tiempo...

Cuando el mensaje culminó nos dispusimos a convivir entre todos, comimos Sabritas y demás chucherías, bombones asados; mientras conversábamos y compartíamos anécdotas.

Me sentía bien, me sentía en familia, me sentía aceptada...sentia que de verdad encajaba.

Empezaba a creer en todo, en él, en su amor tan grande, en su amor tan inmenso...

Mi vida comenzaba a ver el brillo del sol...