Hay una Esperanza para el mundo
Su nombre es: ¡JESÚS!

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DOMINGO

8:00 a.m

Abrí mis ojos lentamente.
Recorrí con mi vista todo el lugar en donde estaba.

Me encontraba en una cama de hospital conectada a varios aparatos.

Miré mis brazos y ahí estaban las cicatrices que me había causado al lastimarme.

La puerta de la habitación se abrió y por ella entró aquel chico que me hacía sentir bien.

Sinceramente me dio vergüenza que él me viera en ese estado. Ni siquiera quería mirarlo a los ojos así que baje la mirada.

— Hola Alin — dijo con tanta ternura.

— Hola Dan — respondi

— ¿cómo estás? — preguntó con un tono preocupado.

— Bien — mentí, realmente no estaba bien.

¿Cómo podría estar bien después de haber intentado suicidarme?

— Te llamé anoche, pedí tu numero a tu amiga Angie, Quería invitarte a salir, se que apenas llevamos 4 días desde que nos conocimos, así que por esa razón quería que saliéramos tal vez a caminar por ahí y conversar... — dijo tranquilamente

<Así que era él, el de la llamada>

No le respondí, solamente permaneci en silencio intentado no crear un contacto visual con él.

— Sabes — Comenzó a hablar — Yo, no imagino por lo que debes estar pasando pero quiero decirte que no todo esta perdido, aún hay una esperanza de vida.

— para mi ya no hay esperanza...

— por supuesto que la hay, para todo el mundo hay una esperanza, una esperanza de vida...

< ¿será cierto? > pensé

— oye, me preguntaba si te gustaría oír una canción que yo mismo compuse — dijo pasando su mano por su cabello.

Sonreí y Alcé la vista, mi mirada se encontró con la suya — por supuesto que si, me encantaría

<Será lindo oír su voz nuevamente>

— bueno, iré por mi guitarra

Dan salió de la habitación y en pocos minutos regresó sosteniendo una guitarra de madera café entre sus manos.

Se sentó en una silla a lado de mi camilla, de su chaqueta sacó una uñeta y comenzó a tocar una melodía suave.

— Hay una esperanza para el mundo hoy
Hay solo un camino que hemos de seguir
Si te encuentras triste dejame decir: Hay una esperanza para tu vivir

Es Jesús, Es Jesús
La única esperanza para el mundo hoy
Es Jesús, es Jesús
El único camino, la única verdad, y la vida eterna, Él te ofrece hoy...

Recostada en mi cama me puse a meditar en el mensaje que transmitía.
Él continuaba cantando cerrando sus ojos y concentrándose en lo que hacía.

— para este mundo triste y lleno de dolor
Hay una esperanza de vida en Jesús
Él es el camino, la vida y la verdad
Y nadie viene al padre si no es por Jesús

Es Jesús, Es Jesús
La única esperanza para el mundo hoy
Es Jesús, es Jesús
El único camino, la única verdad, y la vida eterna Él te ofrece hoy...

Repitió dos veces el estribillo y dio terminada la canción.

— wow. Es muy hermoso

— ¿te gustó?

— claro que si. Tiene un lindo mensaje — le dediqué una cálida sonrisa — ¿De verdad tu la escribiste?

— pues si

— increíble, no sabia que aparte de cantar también componías canciones

— pues — sonrió levemente — No lo hago muy a menudo.

— Yo creo que deberías...

— me alegra que te haya gustado...

Era lindo tenerlo allí conmigo.

De pronto un pensamiento llegó a mi mente, fruncí el ceño. Él lo noto así que preguntó:

— ¿qué sucede?

— Dan ¿puedo preguntar algo? No tienes que responder si no quieres

— mmm claro dime

— La chica que está en tu grupo, mmm la rubia ¿es tu novia?

Él soltó una risa — ¿Paola?

— No se su nombre — me encogí de hombros

— se llama Paola, y no, no es mi novia — afirmó riendo

<Uff menos mal>

— oh, ya veo.

— Sip. Es una gran amiga al igual que Mía, la de pelo rizado.

— ¿qué edad tienes?

— mmm 16 ¿tu?

— 15

— Estas pequeña

— Y tu muy grande — reímos fuertemente — sabes, la primera vez que te vi en la tienda pensé que tenías 18

— ¿tan grande me veo?

— pues si. ¿En dónde estudias?

— En la preparatoria que está casi en el centro de la ciudad, a unas horas de aquí — explicó — iba a asistir al colegio en el que estudias tu, pero cuando iba a inscribirme ya no había lugar. Si no pues estudiariamos en la misma escuela, sería grandioso ¿no crees?

— si, lo se

Hubiera sido genial que Dan asistiera al mismo colegio que yo. Quizás él podría defenderme de los ataques de Hania.

Por desgracia la hora de visitas tuvo su final y Dan tuvo que retirarse.
Aunque Me hubiera gustado que se quedara más tiempo junto a mi.

Me quedé sola en la habitación.

Mis padres ni siquiera tuvieron un poco de consideración hacia mi, no fueron a verme, supuse que mamá solo había ido a dejarme y se marchó.

Me puse a llorar, me sentía tan sola, tan triste...
Solo quería tener a mis padres a mi lado.

[.....]

5:00 p.m

La tarde estaba siendo demasiado larga para mi.

No tenía con quien hablar, no tenía que hacer.

Nuevamente era hora de las visitas, pero me preguntaba ¿quién vendría a verme?

Estaba a punto de quedarme dormida cuando escuche que la puerta se abrió.

— ¡Alin! ¡Que bueno verte! ¡En cuanto me entere de lo que ocurrió vine a verte!

— Abuela, me alegra que hayas venido a verme.

— pero mi niña ¿por qué hiciste algo así?

— No lo sé — bajé la mirada

— Preciosa, tratando de matarte no conseguirás nada.
Necesitas a Dios en tu vida, Él es la solución a tus problemas.
Tan solo cree en Él.

Mi abuela era una mujer grandiosa, siempre se encargaba de levantarme el ánimo.
Era la única persona con la que podía contar cuando todo hiba mal.
Recuerdo que cuando era pequeña y vivíamos cerca de la casa de mi abuela, todos los domingos iba con ella a la iglesia, ahí podía jugar y convivir con otros niños de mi edad, era feliz con esa vida.
Todo cambio cuando mamá decidió mudarse al lugar donde ahora estamos, de ahí fue que empezó a cambiar todo.

Quisiera regresar el tiempo y volver a aquellos momentos felices.

— Alin, te tengo una noticia que seguro te agradará....— dijo mi abuela con una enorme sonrisa en su rostro.

Quizás Dan tiene razón y en verdad hay una esperanza para mi, empiezo a creer que así es...