Diana no logro dormir en toda la noche, a pesar de tener la tranquilidad de saber que Marco no llegaria hasta el dia siguiente, por un asunto de trabajo.

Lo que le hacia preguntarse ¿en que trabajaba su esposo?

Durante practicamente toda la noche, estuvo observando una y otra vez las fotografias que habia encontrado, estuvo obligandose a si misma a recordar. Pero no logro nada. No sabia quien era, no sabia como era su vida y ahora incluso era mucho peor. Porque no estaba segura de que lo que hubiera a su alrededor fuese cierto. ¿Le estaban mintiendo?

Escondio las fotografias en el fondo del cajon de su ropa interior, suponiendo que alli nadie las encontraria y finalmente cuando ya casi estaba amaneciendo se acosto. Apenas durmio unas horas y volvio a despertarse.

Bajo a desayunar y Estela le preparo rapidamente algo de fruta, café recien hecho y zumo de naranja.

Estaba sentada en la inmensa mesa del salon, mirando a la nada y sintiendo la soledad a su alrededor cuando escucho la puerta de la casa cerrarse. Se tenso bruscamente y respiro con fuerza.  Escucho sus pasos acercandose, sintio su aroma cuando cruzo la puerta y su presencia imponente.

-Fuiste a ver a tu padre –La voz de Marco resono en la sala –Sola

-El me llamo –se escuso como si fuera una niña pequeña

-Pero no te dijo que fueras sola ¿verdad? –y el avanzo hasta pararse a su lado –Mirame –despacio Diana levanto la vista y le miro –No quiero que nunca mas vuelvas a salir sola de esta casa ¿entendiste?

-¿Por qué? –vio como el rostro de el se contrajo al oir su pregunta

-¿Por qué? –Marco apreto los puños –Porque yo lo digo –respondio mirandola fijamente

-No entiendo que tiene de malo que salga sola –Diana lo miro precavida

-Me importa muy poco que lo entiendas –Marco la agarro del brazo y la levanto bruscamente, haciendo que se encontrara a su altura –Veo que estas dispuesta a sacar a la mujerzuela que llevas dentro –vio el desconcierto en los ojos de ella ante sus palabras –Vas a ser una buena  esposa, de mi no te vas a burlar ¿entiendes?

-Si –respondio aguantando las lagrimas en sus ojos

-Bien –la solto despacio, tranquilizandose –Sube a arreglarte, tenemos una comida con tu padre –camino hacia las puertas correderas que daban al despacho, y se paro ante ellas para mirarla una ultima vez –Y ponte algo apropiado, con lo que parezcas una dama

Diana simplemente asintio, como si no fuera mas que una empleada de aquella casa.

Incapaz de probar bocado se giro hacia la puerta para salir de la sala y se encontro con Estela junto a la puerta. La mujer la miraba con lastima, con compasion y eso fue lo ultimo que necesito para comprender que asi la verian los demas.

Salio de la sala rapidamente y subio las escaleras en direccion a la habitacion. Una vez en ella se encerro en el baño, abrio el agua de la ducha y se quito la ropa.

Cuando las gotas de agua tocaron su piel, levanto el rostro hacia la alcachofa de la ducha y dejo que el agua limpiara su rostro, que se mezclara con las lagrimas que recorrian sus ojos.

Incapaz de controlar el llanto que se apoderaba de ella, se  apoyo contra la pared de la ducha y se deslizo por ella hasta el suelo, se abrazo a si misma y dejo salir su dolor.

Lloro de una forma desesperada, sin aliento, sin fuerza, con rabia, con desesperacion.

Y asi se sentia, desesperada.

Era una mujer sin nada, sin recuerdos, sin vida, sin sentimientos y sin nadie a su alrededor en quien pudiera confiar. Diana Le Blanc, no existia, no era nadie. Estaba vacia, una vida vacia.

-Ya has tenido tiempo bastante –Marco entro en la habitacion y la atraveso rapidamente hasta la puerta del vesitdor –Es hora de ir…

-Ya estoy acabando –Diana respondio sin mirarle. Se encontraba de espaldas a el, mirando su reflejo en el espejo. Con rostro inexpresivo, paso la brocha con color por sus mejillas y la dejo sobre el tocador, volvio a mirarse una ultima vez y finalmente se giro hacia su marido. –Ya

Marco se encontraba parado en la puerta, mirandola sorprendido. Como si nunca hubiera visto a su esposa arreglada, como si nunca hubiera tenido a esa mujer ante el.

Diana lo miro a los ojos y por pirmera vez vio confusion en ellos. Juraria que ahora era el quien no sabia como actuar. Pero tras unos segundos volvio a ser el hombre frio de antes. Se tenso y se giro dandole la espalda.

-Vamonos –no la espero, camino hacia la salida del cuarto.

Resignada, Diana tomo su bolso y camino tras el. Le siguio por toda la casa hasta salir de esta, observo como el subia al asiento del conductor de un Audi plateado y subio al asiento del copiloto.

Ambos se mantuvieron en silencio, incomodos. Diana miraba por la ventanilla y Marco tenia la vista fija en la carretera, con el volante agarrado con fuerza.

Cuando el auto paro ante los escalones de la casa que pertenecia a Andres, el mayordomo  abrio la puerta a Diana y le ofrecio la mano para bajar.  Despues la mano de el fue sustituida por la de su esposo.

Ese fue el primer contacto que tuvo con el, al menos sin ser brusco, despues de su salida del hospital. Aun asi, ninguno estaba comodo con el echo de estar tomados de la mano, pero entraron a la casa asi.

-Ah, hija –Andres se acerco a su hija y la abrazo con fuerza –Estas preciosa –miro a Marco sonriendo -¿Verdad que si?

-Siempre lo esta –el respondio de forma cortes, pero al mismo tiempo seca

-Venid, hay alguien a quien quiero presentaros –Andres les guio hasta un hombre que charlaba animadamente  con otros dos –Juan Alvarez –al pronunciar el nombre el hombre se giro para mirarles sonriendo –Quiero presentarle a mi hija Diana y su esposo Marco, Le Blanc

-Un placer señor Le Blanc –Juan estrecho la mano a Marco y despues tomo la suya a Diana y la llevo a sus labios para besarla –Señora, es usted aun mas hermosa de lo que su padre nos dijo

-Gracias por el cumplido –Diana le sonrio levemente y asintio

-La empresa de Marco es mi nueva inversion –Andres palmeo el hombro de su yerno

-Te lo tenias callado viejo lobo de mar –Juan miro a Marco con curiosidad

-Hija ¿por qu eno vas a tomarte algo? –Andres la miro sonriendo –Esto son cosas de negocios ya

-Si –aliviada por poder alejarse Diana camino hacia uno de los camareros y tomo una copa de agua.

-¿Aburrida? –un hombre se paro a su lado y tomo un sorbo de la copa de champan que sostenia en su mano

-Interesada no –Diana se arrepentio inmediatamente de su respuesta –Disculpeme

-No se preocupe –el sonrio divertido – A mi tampoco me agradan estas fiestas

-Aun asi, fue desagradable por mi parte –ella le miro precavida

-En ese caso quedara entre nosotros –el le guiño un ojo y ella sonrio –Soy Zain

-Yo soy… -Diana fue interrumpida

-Diana, la hija de Andres, lo se –asintio y la miro con curiosidad –Pense que estaba de viaje, ¿Cuándo regreso?

-¿Eh? –Diana fruncio el ceño –Hace poco

-Andres nunca me dijo que estuviera casada –El miraba a Andres pensativo –Supongo que se le olvido

-Si, seguramente –Diana le miro incomoda

-Diana –Marco se acerco a ella y coloco una mano en su espalda –Es hora de pasar al comedor

-Bueno, nos veremos dentro –el la miro por ultima vez y camino hacia el comedor

-Mucho cuidado con lo que haces –Marco la tom del brazo y apreto su agarre –No voy a permitir que me tomes por tonto

-Me haces daños –Diana tiro de su brazo mirandole con el ceño fruncido

Marco miro el brazo de ella, concretamente las marcas que habian en el y tras hacer una mueca la solto y se coloco bien la chaqueta.

-Te espero en el comedor –se alejo sin volver a mirarla

Diana bajo la vista a su brazo y se concentro en aquellas marcas. ¿Por qué su esposo habia hecho esa mueca? Acaricio las pequeñas punzadas en sus venas pensativa.

¿A caso le daba asco las marcas del gotero? 

-Hija, vamos –Andres se paro junto a su hija y la miro sonriendo –Todos estan ya en el comedor

-Si –asintio y camino junto a el hacia el lugar

¿POR QUE MARCO LA TRATA ASI? ¿POR QUE ESE TEMOR A SU COMPORTAMIENTO? DIANA SE RESIGNA A ESE TRATO Y OBDECE… POR AHORA ¿QUE PASARA MAS ADELANTE?

LAS MARCAS DEL GOTERO DEL HOSPITAL ¿A MARCO LE MOLESTA QUE TENGA MARCAS EN SU CUERPO?

OS DEJO UNA FOTO DE DIANA CON SU VESTIDO PARA EL ALMUERZO (UNA DAMA) LO QUE QUERIA MARCO ¿NO?