Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 21: Esta soy yo

Salio del baño y camino por la habitación mirando a su alrededor. Su habitación.

Sabia que la esperaban fuera, sabia que tenia muchas cosas que aclarar, muchas cosas en las que pensar. Pero no quería enfrentarse en la realidad.

Se paro ante el espejo y se miro a si misma.

-Pero no nos escondemos Diana –se hablo a ella –Nunca nos escondemos

Viendo su imagen, la imagen de la mujer que había sido y que era. Sabiendo que tenia todos sus recuerdos buenos y malos, alegres y tristes. Al fin estaba completa y sin embargo sentía un vacio. El mismo vacio que la había perseguido desde que le arrebataron a Joni.

Solo que ahora había algo mas.

Le faltaba su vida, le faltaba algo que solo tenia Diana Le Blanc. Aunque fuera mentira.

-Recuerda quien eres –apreto la mandibula.

Cada imagen, cada recuerdo de la mujer en la que se convirtió llego a su cabeza.

Sus entrenamientos, aprender a bailar, forzar su cuerpo, luchar, resistir. Todo lo que la había convertido en una mujer capaz de defenderse por si misma. En una agente.

-Diana –Zain abrió la puerta y la miro con el ceño fruncido -¿Estas bien?

-¿Hay alguna razón para no estarlo? –respondio girándose hacia el. Camino hacia la puerta y paso por su lado en dirección al salón. Julio y Amador la miraron nada mas entrar, ignorándoles ella se dirigió hacia un sillón y se sento. -¿Y?

-Richard te esta buscando como loco –Julio suspiro acomodándose en el sillón –No tardara mucho en averiguar que estas aquí

-Y vendrá por su gatita –Ella respondió pasando un dedo por sus labios

-Y ese es el menor de nuestros problemas –Amador la miro fijamente –Tu padre y tu…y ese hombre

-¿Qué con ellos? –Ella lo miro con el ceño fruncido

-¿Crees que Richard se quedara tan tranquilo cuando ellos te han alejado de el? –Zain se sento a su lado mirándola con una ceja alzada

-Lo mejor es alejarlos de ti –Julio la miro a los ojos

-Yo me encargare de eso –respondio con la mirada perdida

-Es mejor que en un principio le diga a Richard que aun no recuerdas todo –Amador hablo pensativo –Que estas recordando poco a poco, asi puedes quedarte en el apartamento mientras te aseguras de que tu padre y Le Blanc se mantengan lejos.

-No creo que eso sea difícil de conseguir –Diana sonrio con dolor –No si ven que vuelvo a ser la mujer que ellos quisieron desaparecer

-Aun asi –Zain negó con la cabeza –Tu padre recupero a su hija, a la hija que deseaba. No creo que te deje tan fácilmente.

-Hay otro asunto –Julio hablo mientras abria un estuche y lo dejaba sobre la mesa

Diana se quedo mirando la jeringuilla.

-Guardala bien –Amador la miro preocupado –Utilizala, siempre que lo necesites.

Y lo necesitaría.

Ya la había necesitado en el pasado.

Tenia que dar metadona a su cuerpo para no crear una dependencia de las drogas que se veía obligada a tomar junto a Richard.

Por un instante los análisis que Marco había guardado llegaron a su mente y el rostro de asco de el al ver sus marcas, marcas en su brazo. No de sacarse sangre, sino de la vida que estaba llevando.

-¿Crees que podras hacerlo? –Zain la observo preocupado

-Por supuesto que podre –se levanto y camino hacia la puerta

-¿A dónde vas? –Julio frunció el ceño

-A empezar con mi trabajo –y tranquilamente abrió el primer cajón del mueble que había junto a la entrada y saco las llaves de un auto. Un Audi deportivo que Richard le había regalado, se giro hacia la puerta y salió de allí sin dar ninguna explicación.

Se sintió ella de nuevo, una parte de ella que había echado de menos.

Autosuficiente, fuerte, decidida. Conduciendo su coche por la ciudad, dirigiéndose a un destino marcado, dirigiéndose al lugar en el que se enfrentaría a uno de sus miedos.

Y cuando paro el auto frente a la casa y la miro, descubrió que el miedo había desaparecido.

Un flash llego a su mente, una sola imagen, en la que Joni colocaba el anillo en su dedo. Una alianza de plata. Y después, junto a ella, fue colocado el anillo de brillantes que Richard le regalo.

Miro sus manos, libre de anillos.

Y una furia la invadió.

Bajo del coche y subió los escalones a la casa con altivez. Directa a ser ella, a ser Diane y mostrarle a su padre cuan despreciable podía ser la hija que el había querido cambiar.

No llamo a la puerta, la abrió y entro decidida.

Pero su decisión desapareció, su corazón se congelo y su mente borro todo lo que acumulaba para decir a su padre. Cuando le vio a el, frente a ella.

Marco estaba en la casa, parado en la puerta de la sala, junto a Andres.

Ambos la miraron sorprendidos.

-Diana –Marco suspiro aliviado –¿Dónde estabas?

-Hija –Andres dio un paso hacia ella y su rostro se crispo al mirarla bien, la observo de arriba abajo. Y esa mirada, ese desprecio que pudo apreciar en sus ojos, recordó a Diana porque estaba allí y a que había ido.

-¿Esperabas que regresara con alguno de esos vestiditos de muñequita que se pondría la hija ideal papa? –camino por la entrada de la casa con la cabeza alta, mirando a su padre fijamente –Y te decepciona ver –señalo su cuerpo –A la autentica Diana

-¡Esa no eres tu! –Andres la miro furioso

-No, claro que no –rio con ironia –Soy la dulce esposa de Marco Le Blanc, la candida hija sumisa que era vuestro títere –se paro ante el -¡¿Soy esa?! ¡Dime! ¡¿Te parezco esa?!

-Diana –Marco hablo con voz contenida, como si la estuviera regañando. Justo el tono que tiempo atrás a ella le hubiera hecho temblar, sin embargo ahora sonrio.

-Marco –se acerco a el, caminando sensualmente –Marco Le Blanc –coloco una mano en su hombro y dio una vuelta en torno a el, acariciando su espalda hasta el otro hombre, se acerco y le susurro al oído –Fue divertido mientras duro.

-¡Basta! –Andres camino hacia ella furioso y la agarro de la muñeca -¡Deja de comportarte como una cualquiera!

-¡Eso es lo que soy! –Diana se libro de su agarre y le miro a los ojos -¡Una cualquiera! ¡La bailarina de un club! ¡Una drogadicta! ¡La mujer de un narcotraficante! –bajo la voz –Soy eso y mucho mas

Andres alzo la mano para abofetearla pero ella la sujeto en el aire, le miro a los ojos.

-Jamas, en tu vida, te atrevas a ponerme una mano encima –sonrio –Porque Diane, no lo permite

-¡Todo esto es culpa de el! –Andres dio un paso atrás mirando a su hija con desprecio -¡De ese maldito chulo que apareció en tu vida! ¡De ese yonki que te alejo de mi!

-¡Tu me alejaste de ti! –Diana apretó los puños furiosa. Hablaba de Joni, del hombre que el había conocido. El Joni que se hacia pasar por uno de los hombres de montana, el chico con chaqueta de cuero, que fumaba y montaba en moto. El hombre al que su padre le prohibió ver, el hombre al que quiso alejar de ella. El hombre al que en realidad nunca llego a conocer.

-¡Te liaste con una basura! ¡con un desgraciado muerto de ambre! ¡Un asesino! –Andres gritaba histérico -¡Escoria!

-¡Callate! ¡No existe, ni existirá hombre sobre la faz de la tierra que le llegue a la suela de los zapatos! –Diana dio un paso hacia su padre –Mi anillo –lo miro fijamente -¿Dónde esta?

-No se de que me hablas –el le sostuvo la mirada

-Como quieras –y se giro dándole la espalda y pasando junto a Marco entro a la sala, la atravesó y entro al despacho.

-¡Diana! –Andres corrió tras ella

-Diana –Marco les siguió –Diana escuchame, podemos arreglarlo… Podemos

-¡¿Podemos?! –grito mientras abria los cajones de la mesa del despacho -¡No existe un podemos Marco! ¡No existe un nosotros! –llego al ultimo cajón y no pudo abrirlo. Miro a su padre sonriendo. Tomo el abrecartas que había sobre la mesa y lo introdujo por el filo del cajón, golpeo con su mano sobre el y se abrió. Alli sobre unos papeles, vio los dos anillos. El que mas brillaba era el de Richard. Sin embargo ella solo tuvo ojos para uno. Para su alianza, la alianza de plata que Joni le regalo. La tomo mirándola fijamente y la coloco en su dedo, sintiendo que por fin estaba en su lugar. Miro el anillo de brillantes y lo cogió. -¿Ves esto? –mostro el anillo a su padre y con una sonrisa lo coloco en su dedo –Este es su lugar –con la mano en alto enseñándolo –Y esta soy yo –bajo la mano y levanto la cabeza con orgullo –La chica de Richard Blade

Y con altanería camino por el despacho, paso entre ambos hombres y siguió su camino al exterior de la casa.

Penso que todo había acabado cuando la luz del exterior la ilumino, pero al poner un pie en el primer cajón, se vio sujeta por un brazo y empujada hacia atrás.

Giro y choco con un duro pecho, una colonia que conocía muy bien la embriago, alzo el rostro para mirarle y antes de poder reaccionar la estaba besando.

Cerro los ojos, dejando que aquel instante se grabara en su memoria, dejando que su cuerpo disfrutara.

Y cuando el beso ceso, la dulce Diana, desapareció.

Lo miro a los ojos, sonrio con diversión y le guiño un ojo.

-He de admitir que besas bien –se giro dándole la espalda y siguió bajando las escaleras –Pero que quede entre tu y yo. A Richard no le gustara que opine eso .-subio a su Audi, arranco y acelero, saliendo de allí a toda velocidad.

Se alejo de aquel lugar lo mas rápido posible, con las manos apretando el volante, el rugir del motor rompiendo el silencio y el anillo brillando ante los rayos del sol en su dedo.

Miro por el retrovisor, viendo lo que dejaba atrás.

Una lagrima resbalo por su mejilla, hasta caer de su rostro.

BUENO DIANA HA CAMBIADO BRUTALMENTE… SE ENFRENTA A SU PADRE Y A MARCO ¿REALMENTE LOS QUIERE LEJOS? ¿O SOLO LOS ESTA PROTEGIENDO?

¿CREEIS QUE MARCO SE DARA POR VENCIDO?

OS DEJO UNA FOTO DE DIANE…. Y UN VIDEO CON SUS RECUERDOS COMO POLICIA, LAS IMÁGENES QUE VIO DE SI MISMA CUANDO SE MIRABA ANTE EL ESPEJO 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro