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Capitulo 2: En casa

Con la barbilla apoyada en su mano, la mirada perdida en la nada y rostro inexpresivo, iba sentada en el asiento trasero de un Mercedez Benz negro, propiedad de su marido.

“Marido” Aun le parecia extraño decir es palabra.

En los dias que habia pasado hospitalizada, el la visitaba cada tarde y todas las mañanas recibia un arreglo floral y una caja de bombones . Pero no le gustaban los bombones de chocolate negro. ¿Acaso antes si le gustaban? Se supone que su marido sabia eso, asi que si se los mandaba es que antes le gustaban.

La alianza birllo en su dedo por los rayos de sol que se filtraban por la ventana, movio la mano hasta dejarla sobre su regazo y con dos dedos hizo girar la alianza en su dedo. Diana Le Blanc.

Lo observo de reojo, sentado a su lado,lo mas alejado posible, concentrado en lo que habia en el exterior o al menos aparentandolo. Con una pose recta, fria, incomoda. Asi era Marco Le Blanc, asi lo veia ella.

No habia tenido ni una sola muestra de cariño en todo este tiempo, no le habia visto mirarla con amor y tampoco con preocupacion, no le habia dado un abrazo, una caricia, ni un beso. Era como si realmente no se conocieran.

Y ella no le conocia, pero ¿y el?
Era su esposa ¿no?

De repente el giro el rostro y la miro, sus ojos se encontraron, los de el de un azul intenso, casi como el mar, fruncio ligeramente el ceño observandola e incapaz de seguir mirandole Diana, aparto la vista y volvio a mirar sus manos, la alianza.

-Ya hemos llegado –La voz de Marco inundo la parte trasera del coche, grave, con poder y sin pretenderlo se undio en el asiento asustada.  -¿Te encuentras bien?

Lo miro. Era la primera vez que le preguntaba eso.

-Estoy cansada –trato de sonar convincente, pero por la forma en que el la miro, supo que no le habia creido, aun asi asintio.

-Podras descansar en cuanto te enseñe la habitacion –la puerta de el se abrio y Marco bajo del coche

“En cuanto te enseñe la habitacion” ¿La habitacion que compartia con el? Diana miro nerviosa la puerta cerrarse y cuando la suya se abrio dio un pequeño brinco. Bajo despacio, observando precavida al hombre que la esperaba fuera.

-Vamos –sin delicadeza alguna Marco la agarro por el codo y practimamente la arrastro por los escalones hasta la puerta de aquella inmensa casa. Ni siquiera le dio tiempo de mirar a su alrededor y tratar de recordar algo de aquel lugar.

-Buenos dias Señor –el ama de llaves abrio la puerta y saludo seria, despues la miro a ella y su rostro se suaviso –Señora

-Ho…Hola –la miro confundida

-Estela, acompaña a mi esposa a la habitacion para que pueda darse un baño y descansar –Marco dio la orden rapidamente, despues la miro –En el armario tendras ropa apropiada

Diana fruncio el ceño . ¿ropa apropiada?  Que no se suponia que la ropa del armario era de ella. Entonces ya la conoceria ¿no?

-Por aquí señora –la mujer le sonrio amablemente y señalo la escalera.

Intimidada por el lujo y la grandeza de la casa Diana la siguio por las escaleras, consciente de la mirada de su esposo fija en ella.

-Esta es la habitacion –Estela abrio la puerta y espero a que pasara

-Gracias –entro despacio, mirando a su alrededor. Observo la gran cama y se giro a mirar a la mujer que la miraba con lastima -¿Aquí .. dormimos…?

-Su esposo y usted –incluso ella parecio incomoda al decirlo

-Ah –no supo que mas decir -¿Su nombre era?

-Estela –ella sonrio levemente, señalo una puerta de madera –Ahí esta el baño  -Despues señalo otra puerta –Y ahí el vestidor con su ropa

-Gracias –asintio mirando ambas puertas

-Para lo que necesite solo llameme –Estela la miro un momento y despues salio de la habitacion cerrando tras ella

Suspiro y camino despacio por aquel dormitorio. No parecia tener el toque de una mujer, observo las dos mesas de noche, solo con una lamparita, el sobrio sillon junto a la cama, el gran ventanal abierto. Camino hacia el vestidor y abrio la puerta, era grande y espacioso, de madera de cerezo, con un espejo al fondo y un tocador. Observo el tocador, con maquillaje, perfumes cremas, abrio la puerta de la derecha y vio vestidos, los toco despacio y el olor a tela nueva invadio su nariz

-¿Nuevos? –los toco uno a uno, despues abrio los cajones y miro la ropa, hasta la ropa interior parecia nueva. ¿Y su ropa usada? ¿Es que todo era nuevo? Miro el vestidor, los perfumes estaban enteros, se acerco y abrio una barra de labios –Sin usar

Escucho voces, concretamente la voz de su marido, mas alta de lo normal. Vacilo unos segundos en averiguar que pasaba. Hasta que oyo “Mi mujer esta descansando”

Salio de la habitacion y miro el largo pasillo, lo atraveso deprisa hasta llegar a las escaleras y pararse arriba de estas.

-Ya les he dicho que mi esposa perdio la memoria –Marco hablaba con dos hombres –No puede ayudarles

-Solo seran unas preguntas señor Le Blanc –El mas mayor lo miraba con el ceño fruncido

Entonces el mas joven la miro, la miro fijamente y por algun extraño motivo a ella su rostro le resulto familiar.

-¿Señora Le Blanc? –Pregunto si n apartar la vista de ella

-¿Si? –respondio y vio como sus ojos la miraban con incredulidad

-Diana vete al cuarto –Marco la miro fugazmente y despues volvio a mirar a los hombres –Hagan el favor de marcharse de mi casa

-Señora –el mayor la miro de una forma extraña –Somos agentes de policia

-¿Qué quieren? –ella fruncio el ceño mirandoles

-¡Diana vete a descansar! –Marco la miro furioso y ella dio un paso atrás. Aguanto la respiracion y se marcho sin mirarlos.

-No quiero que vuelvan a molestarnos –Marco señalo la puerta –Mi abogado ya dejo expuesto que mi esposa no puede declarar. Si vuelven por aquie me encargare de que se queden sin trabajo.

Diana entro en la habitacion con la respiracion acelerada, llevo la mano a su pecho y obsrevo como su brazo temblaba. ¿Le habia dado miedo?

La puerta se abrio y ella dio un brinco y se giro a mirar a su esposo.

-Cuando te doy una orden espero que la cumplas –Marco la miraba fijamente –Como siempre has hecho –añadio lo otro despues de unos segundos –Voy a salir de viaje, regresare mañana por la tarde.

Diana asintio silenciosa y cuando el volvio a salir de la habitacion sus musculos se relajaron.

¿Por qué se le antojaba estupendo que su marido se marchara?

¿Y que habia de malo en que ella hablara con la policia?

Y AQUÍ EL SEGUNDO CAPITULO….

QUE CUMPLA CUANDO EL LE DE UNA ORDEN…. COMO SIEMPRE (ESO DICE EL)

GISELLE ESTA MUY CONFUNDIDA Y DEMASIADO SOLA, NO SABE QUIEN ES, NI CUAL ES SU VIDA REALMENTE …

OS DEJO UNA FOTO DE GISELLE CON ES ROPA “INAPROPIADA QUE SEGÚN MARCO LLEVABA” 

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