Capitulo 14: Mentiras en el paraiso
-¿Estas bien? –Marco miro a su esposa de reojo
-Si –fue la escueta respuesta de ella.
Desde lo ocurrido aquel dia apenas habian hablado, el no volvio a mencionar nada de lo que encontro y ella, nada de lo que el dijo.
Marco la llevo al hospital rapidamente para que curaran sus manos y por suerte ni siquiera necesito puntos.
-¿Quieren tomar algo los señores? –La azafata paro el carro junto a ellos
-¿Quieres? –Marco la miro precabido
-No, gracias –respondio sin apartar la vista del frente
-Nada, gracias –el suspiro y volvio a apoyar la cabeza en el respaldo de su sillon.
Ahora se encontraban en un avion rumbo al Caribe. ¿Por qué?
Ninguno tenian una contestacion a eso.
Simplemente Marco se habia presentado en la casa con los billetes de avion y le habia dicho que hicieran las maletas. Y ahí estaban, a punto de aterrizar en el paraiso.
Cuando el avion aterrizo, ambos permanecieron en sus asientos hasta que las puertas se abrieron. Diana se incorporo al ver que su esposo se levantaba y le siguio hasta la salida.
-Nuestro hotel esta junto a la playa –el hablo mientras caminaban en busca de las maletas, la miro de reojo y ella no contesto.
Tomaron un taxi y cuestion de diez minutos habian llegado al hotel. Un precioso y lujoso hotel junto a la playa y por supuesto la habitacion que Marco habia reservado era una de las mejores suites.
-¿te gusta? –Pregunto mientras daba el dinero al botones que acababa de subir las maletas
-si –respondio mientras se acercaba a las cristaleras que daban salida a la terraza
-Diana –dijo su nombre suspirando, se acerco a ella y tomo su muñeca con delicadeza, la giro obligandola a mirarle –He planeado este viaje para que estemos solos, lejos de todo, para que olvidemos lo que paso.
-¿Y si yo no quiero olvidarlo? –hablo en voz baja –Ya olvide demasiadas cosas –lo miro a los ojos –Y no puedo olvidar lo que me dijiste
-Lo siento –tomo su mano y la llevo a la boca, para besar la palma, donde estaban las pequeñas cicatrices –Olvidemos el pasado –paso la mano por su cintura y la pego a el –vivamos el presente –acaricio su rostro despacio –Nosotros solos, aquí, en el paraiso. –con el dedo perfilo sus labios –Dejame demostrarte lo feliz que podemos ser. Deja que seamos felices Diana.
-¿Cómo puedo vivir el presente sin saber quien soy? –hablo en un susurro
-Ya sabes lo unico que necesitas saber –acerco su rostro y rozo sus labios despacio –Eres Diana le Blanc, eres mi esposa –y volvio a besarla, un beso lento.
Diana cerro los ojos, sintio sus labios rozandose, su aliento mezclandose y dejo que el momento surgiera. Subio los brazos por su pecho hasta entrelazar las manos tras su cuello y sintio como el la pegaba mas a su cuerpo.
Solo necesitaron dar unos pasos hasta llegar a la cama, donde cayeron sin dejar de besarse.
Despacio el bajo la mano por su brazo, acariciandola, paso a su muslo y levanto el vestido al tiempo que subia por su piel.
Antes de poder darse cuenta se encontraban desnudos, con las sabanas enroyando sus cuerpos, sus respiraciones mezclandose en el silencio de la habitacion, sus manos recorriendo cada centimetro del cuerpo del otro y sus labios saboreando cada parte de su piel.
Fue una leve racha de brisa, pero la desperto, abrio los ojos despacio y vio ante ella la puerta de la terraza abierta y el sol brillando fuera. Suspiro mientras se movia despacio, tratando de no despertar al hombre que yacia tumbado a su lado, con el brazo sobre su cintura. Salio de la cama totalmente desnuda y como si el aire la llamara, camino hacia la terraza. El sol calento su piel al instante y el olor a mar la inundo, miro a su alrededor y sin duda supo que estaba en un paraiso.
“Ya sabes lo unico que necesitas saber”
Levanto la mano y con un dedo acaricio sus labios, bajo por su rostro hasta su cuello y suspiro.
¿Y si tenia razon? ¿Y si no necesitaba saber nada mas?
Si despues de todo, su pasado era tan, malo. Si lo mejor era empezar una nueva vida y dejar atrás todo lo oscuro de la otra. ¿Por qué no aprovechar lo que la vida le estaba dando?
Se giro y miro adentro, a aquel perfecto hombre que dormia entre las sabanas, su piel bronceada, su pecho torneado, sus pestañas rozando sus mejillas, la boca levemente avierta.
Era su marido.
Sonrio levemente y camino hacia el. Aparto el pelo que caia sobre su frente y se quedo pensativa. Rapidamente se giro y camino hacia las maletas, las abrio y busco en ellas, hasta encontras un bañador. Ya que estaba en el paraiso ¿Por qué no disfrutar de el?
Antes de salir de la habitacion, escribio una nota a su esposo y la dejo en la cama, a su lado.
Estoy en la piscina.
Disfrutando del paraiso.
Diana
Y con una sonrisa camino por el hotel hasta salir al jardin trasero, donde una preciosa piscina se encontraba entre cesped verde, justo frente al mar. Se acerco a una tumbona y extendio una toalla, despues se tumbo y decidio relajarse,
Cuando un camarero le pregunto si deseaba tomar algo se decidio por una piña colada y antes de que su bebida llegara se metio a bañar a la piscina.
Salio de esta al ver al chico dejando su bebida en la mesa y camino hacia alli.
-¿Diane? –y oir ese nombre ensombrecio el hermoso sol que habia. Se giro despacio y se encontro con una mujer mirandola con los ojos entrecerrados –Si, eres tu.
-Perdon ¿nos conocemos? –y la miro a los ojos esperando una respuesta
-Asi que es cierto –sonrio con placer –No tienes recuerdos
-¿Quién es usted? –fruncio el ceño mirandola
-¿Yo? –sonrio ampliamente y dio un paso hacia ella, para hablar en voz baja –Soy la mujer que se va a quedar con todo lo que tenias guapa. –y se aparto mirandola fijamente –Un consejo, no vuelvas, porque ahora el es mio.
Y se marcho dejandola sola, descolocada y confundida.
-El –se quedo pensativa -¿Quién es el?
Pero esa no era la pregunta correcta. ¿Habia un el? Y por lo que parecia no hablaba de Marco.
-Me llamo Diane –y fruncio el ceño –Me conoce, ella sabe quien soy.
Se giro para buscarla, pero ya no estaba.
De nuevo volvia a estar confundida, habia decidido no seguir investigando, habia decidido vivir su vida con Marco y ahora, ahora volvia a descubrir algo. ¿Y si le preguntaba a el directamente? Recogio su toalla y entro al hotel practicamente corriendo.
Cuando estaba en la puerta de la suite, introdujo la tarjeta y al abrirla un poco pudo escuchar la voz de su marido, pero tambien lo que decia.
-Tranquilo Andres –Marco caminaba por la habitacion con una toalla rodeando su cintura –No ha vuelto a pregunta nada –suspiro cansado –Lo se, pero no seguira investigando, yo me he encargado de eso. –miro por la ventana –Estamos en el paraiso. Diana no pensara en su pasado y espero que se haya olvidado de todo cuando regresemos.
Y despacio ella volvio a cerrar la puerta. Se quedo en el pasillo, con la toalla en la mano y la tarjeta en la otra. Sus ojos estaban puestos en aquella puerta que la separaba del hombre que acababa de hacerle el amor hacia tan solo unas horas y que le estaba mintiendo.
Dio un paso atrás y agarro fuerte su bolso, entonces bajo la vista y lo miro. Camino por el pasillo hacia el lado contrario y saco su telefono movil. Busco en la agenda y espero a que contestaran.
-¿Diana? –la voz de Zain la tranquilizo ¿Por qué?
-Nescesito tu ayuda –y parecio una suplica
-¿Estas bien? –y el sono preocupado –Se que te llevo de viaje ¿Dónde estas? ¿te hizo algo?
-Estoy bien –fruncio el ceño -¿Por qué iba a hacerme algo mi marido?
-No, es que…-parecio dudar –Suenas nerviosa
-¿Conoces un buen investigador? –se mordio el labio
-Si, ¿por? –el espero unos segundos -¿Qué quieres que investigue?
-A mi –y su respuesta lo dejo en silencio
DIANA QUIERE QUE LA INVESTIGUEN… ¿AVERIGUARA ALGO?
¿QUIEN ES ESA MUJER QUE LA RECONOCIO? ¿Y POR QUE MARCO Y SU PADRE SON CAPACES DE LLEGAR AL EXTREMO DE VIAJAR AL OTRO LADO DEL MUNDO PARA QUE ELLA DEJE DE INVESTIGAR? ¿Qué TEMEN? ¿Qué ES LO QUE PUEDE AVERIGUAR?
¿Quién ES DIANA? ¿Quién ES DIANE?
OS DEJO UNA FOTO DE LA MUJER QUE RECONOCIO A DIANA
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