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13. Fiesta hetero con h de homosexual

13

Fiesta hetero con H de homosexual

—EMILY—
—BROWNBEAR–

La cara de Jason Sagel apareció en la pantalla plana del salón de Armond. Todos estaban sentados viendo How met your mother y comiendo unos rollos de sushi que hice a media noche por qué estaba aburrida. Eva estaba sentada sobre Tom y Armond y yo estábamos a un lado de ellos. No me gustaba la serie que veíamos. Personalmente me gustaba más Friends, no por que tuviera un humor más elevado o "diferente". Quizás por qué cada vez que veía a Jennifer Aniston me hacía babear y pensaba "Si fuera chico saldría con una chica como ella". Años después resulté bisexual. Además de que Mónica fue la primera Chef a quien admire.

—¿No había un canal más heterosexual para ver? —Les pregunté mientras hojeaba una revista de salsas gurmet.

—Pasan Rupaul como a las 9. —Menciona Armond viendo su celular.

—Y faltan dos horas para que pasen Hanna Montana. —Agregó Eva.

—Oh, vamos no está tan mal —Habló Tom defendiendo la serie, llevándose un onigiri a la boca.

Empujé "amablemente" la cabeza de Armond para ver completamente a Tom.

—Thomas, seré sincera contigo, Cobie Smulders es la única razón por la que no te he quitado el control y puesto algún reality show exagerado.

—¿Que tienes con How met your mother?

—Se siente muy hetero. Lo hetero me da alergia. Tengo mucha voluntad en soportarte. Eres... Un hetero infiltrado.

Entrecerró los ojos, viéndome con duda. Por otro lado, su novia y mi mejor amigo nos miraban con la boca llena de arroz.

—¿Por qué crees que soy hetero?

—No sé. ¿Que eres?

—Soy bi.

:0

Plot twist, mi bidar está averiado.

—Perdón, es la costumbre. —Me disculpé.

—No te preocupes, si suelen confundirse.

Armond se volvió a incorporar en el sofá, pero dio un enorme salto al segundo. Los tres nos quedamos viéndole. Camino pasitos de un lado a otro mientras escribía un mensaje. Nos miró a los tres, miró el teléfono y volvió a ver el teléfono. Tom, Eva y yo compartomos una mira de ''mami, que putas?"

—Necesito su ayuda. —Soltó, después de tanto suspenso.

—¿Ayuda con qué?

—Conocí a una chica por tinder —Explicó—. Y ella me invitó a una fiesta con sus amigos para vernos.

—¿Y si vende órganos? —Motivó Eva.

—¿Amas tus riñones? —Agregó su novio.

—¿Puedo quedarme con tu cuarto? —Finalicé yo.

A Armond no le hicieron tanta gracia nuestras preguntas.

—Que graciosos. Les estoy diciendo que si quieren acompañarme.

—¡Sería genial! —Thomas salto del sofá. Este idiota es como un Labrador—. Sería como una cita triple.

—Emily no tiene pareja. Y no sé si vaya a llevar a alguien—Habla Eva, me mira—. Sin ofender.

—Oh, tienes razón, Amor. No sería una cita triple.

Me alzo de hombros.

—Meh, puedo conseguirme una cita allá. Yo no veo problemas, veo soluciones.

—Bien, hoy a las 8 —Nos explica el moreno—. Y no te robes a mi cita, Emily.

Me reí por lo bajo. Tome una de las manzanas rojas de frutera y le di una mordida.

—Es casi ofensivo que pienses eso de mi querido Armond. —Iba a volver a darle una mordida a la fruta, hasta que unos ojos grises azulados brillando bajo unas cejas llenas de sudor llegaron a mi mente en automático—. Pero, sabes algo, si tengo a quién llevar a la cita triple.

Mi mejor amigo alzó las cejas de sorpresa. Puso su palma sobre mi frente como si quisiera medir mi temperatura.

—¿Y ese alguien de quien hablas está aquí con nosotros? —Preguntó.

—No seas payaso. Ella si existe.

—Mmm, ¿Por qué crees que nosotros no creemos que esa ella existe? —Se le une Eva. Los dos están haciendo una escena de policías.

—¿De verdad tienes una novia imaginaria, Emily? —El baboso de Tom también se les une.

—1-No tengo novia. 2- si la tuviera, no sería imaginara. 3- Esta noche la verán.

⦇⌛️⦈

Estando frente a la puerta de Apple, toque el timbre. Acomodé mi blusa rojo vino para que el escote se me mirara mejor y metí mi teléfono y llaves a los pantalones de pinza que traída puestos. Era obvio que ella me abriría. Ya habíamos hablado del horario de su tía por la llamada que le hice para que me acompañará. Miré mi reloj hasta que ella abrió la puerta, subí la mirada y lo primero que me noqueó fue ver sus voluminosas piernas en un vestido de invierno que le queda jodidamente bien. Me jalo del brazo metiéndome a la casa, teniéndole de espaldas pude saborear la vista de su trasero.

—Hola —Dijo, con una enorme sonrisa cuando se volteó.

Su mirada grisácea se iluminó al verme. Estaba maquillada más que de costumbre y honestamente me gustaba demasiado. El vestido le abrazaba los pechos y la cintura, la cadera. Baje todavía más que la primera vez y llegué hasta sus pies. Llevaba unos lindos converse amarillos que hacían juego con toda ella.

—Noches, por qué bueno se te ve el culo en ese vestido. —conteste, casi en automático, cuando pude salir del trance en el que me trae su cuerpo.

—¡Emilia! —Me regañó—. No digas eso.

Me acerqué mucho a ella, tanto que miraba las débiles pecas en la piel de sus mejillas.

—¿De verdad tienes ganas de ir? Por qué yo tengo ganas de quedarme aquí.

Rodó los ojos, jugó un rato pasando su mano por mi mejilla.

—Yo si quiero ir. No pase casi 4 horas de mi corta vida buscando un vestido en las pocas tiendas abiertas en fin de semana como para que me lo quieras arrancar en 5 segundos.

Hice un pequeño puchero.

—Esta bien, tú ganas —Se me ocurrió algo—. ¿Me das un besito?

Ugh, que horrible sonó eso.

—Pon las manos detrás de la espalda. Si las pasas para adelante, juro que no dejo que me toques en toda la noche.

Obedecí a sus órdenes, la sentí ponerse de punitas para alcanzarme. Sus suaves y calientes labios me besaron con delicadeza, nada comparada con la ferocidad con la que yo quería devorarle la boca. El frío llegó a mi boca cuando ella se separó, pero yo seguía insistiendo en que me besara.

—¿Por qué querías que te acompañera? —acarició mis labios, aunque creo que lo que realmente estaba haciendo era quitándome su labial.

—Bueno, como somos amigas, pensé que te sentaría bien conocer a mi círculo social cercano. Eres mi amiga, deberías de conocer a mis amigos. Amigas que se besan ¿No?

¿Por qué mierda dije tantas veces "amiga"?

—Bueno, amiga, vámonos que se nos hace tarde.

Después de nuestro pequeño diálogo salimos para irnos a encontrar con los chicos en el departamento de Armond. Tomamos el ascensor y llegamos hasta la puerta. Vi a Apple mover la pierna y, siendo honesta, se podía percibir su nerviosismo a kilómetros. Le sonreí para que se traquilizara, así que quiero pensar que de verdad se tranquilizó. Entramos y los miramos a todos. Armond bebía jugo en la cocina, Eva comía galletas y Tom le buscaba comida al Hamster. Al verla los tres se voltearon rápidamente. Sus miradas iban de ella, hacia mí. Los medio salude, por qué realmente no eran importantes, estaba más interesada en presetar a mí acompañante.

—Hola, chicos. Apple, ellos son Armond, mi mejor amigo. Eva, su rommie. Y Tom, el novio de Eva. Chicos, ella es Apple... Mi amiga.

—Un gusto que nos acompañes hoy, Apple. —Se adelante Armond, ofreciéndole su mano para estrecharla.

—El gusto es mío, me alegra de que Emily me invitará. —Acepta la mano del moreno.

—Para nada, el gusto es todo nuestro —Eva es la segunda en estrecharle la mano—.  No podíamos parar de pensar sobre la chica misteriosa de Emily —Miró de manera asesina a la pelinegra. ¿"Chica misteriosa de Emily"? No digas mamadas, meriyen—. Por cierto, ¿De dónde conoces a Emily?

Me pareció extraño que no hubieran comenzado por ahí desde un principio. Y hasta ahora me pareció una idea terrible no haber ensayado antes esto con Apple. No sé hasta qué punto ella se vaya a sentir cómoda con las preguntas de estos chicos. Solo sé que si se pasan de alguna raya voy a pararlos a la primera oportunidad.

—Oh, nos conocimos en la universidad. Tropezamos en los pasillos.

—¿En serio? —El maldito Armond le pone más empeño—. ¿Y tú que estudias?

—Estudio arquitectura.

Tom apareció derrepente y miro a la rubia muy emocionado.

—¡Yo también estudió arquitectura! ¿Tú en qué año estás?

Oh, no...

MIERDA, ABORTEN MISIÓN, ABORTÉN.

Me cubrir la cara mentalmente.

—Estoy en primer año.

Armond y Eva compartieron una mira de incrédula —Por no decir casi de horror—. Por otro lado, Tom lo tomó bien. Creo.

—Dame los cinco —Chocarón las palma—. ¿Te gustan los Hamsters? Aquí tenemos uno.

No dejo que Apple contestará cuando ya la estaba jalando a la jaulita de Pipper. Armond y Eva me jalaron a mí hacia la cocina.

—SULLIVAN DANOS A LA NIÑA —Fue lo primero que ambos dijeron.

—No es una niña, tiene 19... Creo.

—Y tú casi 21, con muchos Daddy Issues. Es como si tuvieras 30 —Me regaña Armond—. ¿En qué momento pasaste de asaltar tumbas a asaltar cunas? Creo que es lo más joven que te he visto comer.

Ruedo los ojos.

—No seas exagerado. Salió con... O con el chico qué... La chica divertida con la que salias cuando... —Eva trata de apoyarme, pero le es inútil—. No, la verdad que no sé.

—Dios, es linda y amable, aparte de que está buenísima. —Les digo, como si se tratara que me dejaran quedarme con ella.

—Hay que admitirlo, Mond, no es culpa de la pobre chica que Emily coja con pura momia.

Ambos se rieron de lo que Eva dijo, pero a mí no me hizo ni un poco de gracia. Dejaron sus sermones a un lado para ya podernos ir. Salí de la cocina y choque con Apple. Los chicos se pusieron a orde se sus cosas para ya irnos.

—¿Te sientes bien? —Acaricié sus brazos mientras le interrogaba—. Si sientes que se ponen pesados o tú te sientes incómoda podemos irnos. Por mí no hay problema.

—No, estoy bien. Tom buscaba a los chicos para saber si ya nos iríamos.

Yo asentí. Ambas seguimos a los chicos hasta el estacionamiento para subir a la camioneta de Thomas. El acomodado de Armond se montó en el asiento del copiloto para ir guiando a Tom, Eva, Apple y yo estábamos atrás viéndolos discutir. El trayecto fue muy tranquilo, tal vez tardamos casi media hora por qué cruzamos la mitad de la cuidad, pero llegamos con bien.

La casa no estaba tan mal. Para estar llena de personas se veía muy amplia, incluso me sorprendió que no hubiera tanta música. La chica de Armond fue la primera en recibirnos, aunque pronto se empezaron a separar de nosotros. Al llegar la mayoría de los chicos —que eran casi todos los de la fiesta— no nos dejaban de ver. Yo no les puse tanta atención, quizás por el tremendo olor a hetero que percibí y especialmente por qué seguía viendo las lindas piernas de Apple más entretenida. No pude evitar alejarme un poco para verla de pies a cabeza. Sin embargo, volví a su lado cuando vi que Eva y Tom también se dispersaban por el gentío.

Se giró una vez me vio a su lado. Yo seguía viéndola por completo.

—¿Que tanto me ves? —Preguntó juguetona.

—Lo jodidamente hermosa que luces hoy. Probablemente siempre.

Los colores se le subieron al rostro, la vi esconderse entre los mechones de su cabello mientras se quedaba callada. Trató de tomar mi mano pero la aparte antes de que la tomara. Le sonríe para que no lo sintiera como un desprecio, pero la razón para que no nos vieran de la manos era por qué no sabía cómo iban a reaccionar las otras personas.

Estábamos en el patio trasero, había una barra y una especie pequeña de tarima donde preparaban algunos instrumentos. Llegamos a la barra que tenían. Ella se sentó en una de las sillas para pedirle algo a uno de los bartenders.

—Buenas noches, señorita, ¿Que deseaba?—Le pregunta el hombre a la rubia.

—Un vino.

Yo me quedé atrás de ella, esperando que le sirvieran lo suyo para pedir el mío.

—Yo quiero un Martini sucio —Le digo al chico.

—¿Que tan sucio? —El doble sentido no se hizo esperar en el tono de su voz.

—Muy sucio —De adrede, me acerqué al oído de Apple para susurrarle—. Tan sucio como lo que quiero hacerte.

Me senté a su lado para verla tomarse el vino de golpe. La cara se le puso roja como un tomate, parecía la luz de un semáforo.

—Eres increíblemente inoportuna e indecente —Tome sus palabras como un cumplido.

—Gracias, tú también eres un encanto, Manzanita.

Le di el primero sorbo a mi Martini, sin despegarle un segundo la vista de encima. Sus ojos eran hipnóticos, podía pasarme horas viéndolos, aunque no me aguantaba la mirada por tanto tiempo. Se ponía nerviosa y eso me gustaba. No encontraba las ganas de que ya acabará la cita de Armond para irnos a su casa y ver lo que seguía. El chico de la barra le volvió a servir otra margarita a Apple.

—No había pedido otra copa —Le dijo.

—Esa es de cortesía por parte aquel chico.

El bartender apunto a un muchacho de alrededor de los 20 que nos miraba desde el otro extremo de la barra. No estaba tan mal, pero estaba muy equivocado si dejaría que le coqueteara a mi chica.

Apple me vio, buscando mi aprobación.

—No hablamos de los límites de la relación —Jugó con sus dedos sobre su regazo—. ¿Puedo aceptarselo?

Una punzada me dio en el estómago.

—Si te gusta —Le dije con indiferencia mientras me encogía de hombros y volvía a darle un trago a mí bebida.

—¿No te molesta?

Sí.

—No.

La verdad es que yo no soy nada de Apple. A penas soy una simple desconocida que le propuso ser amigas con derechos por que realmente quería que se quedará pero no sabía cómo. Además, no puedo ir por ahí tratándola como mi propiedad. Me gusta que sea mía, pero fuera de la cama no me pertenece en lo absoluto.

¿Se le puede poner un collar con tu nombre a alguien con quien no tienes nada serio? Por qué, si por mí fuera, mañana mismo voy a la joyería a hacer un Emily en oro para que todo el mundo se lo mire en el cuello.

¿Que mierdas estas hablado Margarita Brownbear?

No sé, el Martini estaba muy sucio, me nubló la mente y todo. El alcohol no deja nada bueno. Me giré un poco y a mi lado estaba un chico del cabello pintado en rojo que tenía una guitarra colgada de su espalda. ¿La heterosexualidad tiene cara? Por qué si la tuviera estoy más que segura que es la de este chico. Tiene cara de desayunar, almorzar y cenar fútbol. Todo un tremendo fifas. Y no tiene nada de malo, tengo a muchos amigos que les gusta el fútbol, realmente los tolero, pero no en mi casa.

—¿Ya acabo el concierto? —le preguntó, haciéndome la interesada.

—Vamos a empezar, ¿Acaso quieres que te toque algo?

No, gracias, ya me tocaron el ego hace unos segundos.

—Quizás yo te toco algo —El doble sentido no desapareció de mi voz—. ¿Me llevas al escenario?

Mire por el rabillo de mi ojo a Apple, su cara era de todo menos de felicidad, la música no era tan alta así que lo más probable es que si nos haya escuchado. Al levantarme de la silla mire hacia su dirección, su carita era casi un poema al verla fruncir el ceño y hacer un pequeño puchero de enojo. La despedí con una mirada de "ya vuelvo".

El chico me tomo de la mano para llevarme al escenario entre tanta gente. No planeaba enrredarme con él ni mucho menos. En las únicas sábanas que quiero amanecer mañana son en las Apple. Soy muy terca y muy poco conforme como para irme con cualquiera. El chico me dejó cerca de la tarima, pero yo subí con él, le dije que tocará I wanna be yours. Tome el micrófono motivada por dos cosas, las personas no me conocían y tampoco canto tan mal.

—Vengo a dedicarle una canción a alguien de por aquí. Sé que sabrá quién es, por qué desde que nos vimos esta noche sabe que... quiero ser suya.

El bullicio no se hizo esperar. Supongo que una chica linda diciendo que quiere se de alguien de forma impersonal prende a cualquiera.

I wanna be your vacuum cleaner
Breathing in your dust —Empecé a cantar—. I wanna be your Ford Cortina
I will never rust.

»If you like your coffee hot
Let me be your coffee pot
You call the shots, babe
I just wanna be yours

Secrets I have held in my heart
Are harder to hide than I thought
Maybe I just wanna be yours

Busque la mirada de Apple, puede encontrarla, viéndome con algo de impresión. Supe que ella sabía que era para ella, ¿Para quién más podría ser? Quería seguir cantando, pero cantando sobre sus labios, respirarle sobre la piel.

—I wanna be yours
I wanna be yours
I wanna be yours...

Unas cuantas camisetas cayeron a mis pies —ademas de uno que otro sostén—. Mire al público y me topé con Armond viéndome con orgullo, Eva y Tom besándose con pasión y una Apple paralizada viéndome fijamente.

¿Así se siente ser Harry Styles?

━━━━━━🍯━━━━━━

HOLAAAAAAAAA
¿Como estan, personitas sin estabilidad emocional?

Les bendigo la existencia con este nuevo capítulo. Además de que paso por aquí para comentarles de que les hice una Playlist a estas hermosas niñas

Advertencia:

Si les gustan las canciones de Apple y se sienten muy identificados con ellas BUSQUEN TERAPIA :)

⚠️NO ME HAGO RESPONSABLE DE NINGÚN TRAUMA DESATADO POR ESTAS PLAYLIST⚠️

Y bueno, quizás tengan Spoilers, uno nunca sabe...

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