⟦06⟧

➵ Asendente a horny y luna en bichota

— EMILY —
— BROWNBEAR —

Estaba mentalmente agitada.

No solo eso, estaba algo distraída.

Puede que la situaciones con Apple y Jake me dejaron el ego un poco nublado.

La mayor parte de las personas interesadas en mí solo ven dos cosas, el dinero y el cuerpo. Realmente no me molesta. Mi cariño es muy "desechable" como para ofenderme si solo me buscan por esas dos cosas.

Pero que Apple y Jacob me rechazaran por los únicos dos atributos que tengo, me ofendió muchísimo.

Me parece muy bifóbico del universo no dejarme coger en paz.

Apreté el volante del auto esperando encontrar una explicación. Aunque la única explicación razonable que podía pensar mi cabeza narcisista es que no toda las personas tienen buen gusto.

Dios, estoy que me rompo de buena, ¿Y ellos me rechazan?

¿Todo bien en casa?

Escuché canciones de mi playlist de señora dolia de cuatro divorcios, tres amores no correspondidos y cienco años en alcohólicos anónimos mientras conducía al departamento de Armond. Subí hasta su piso y entre por su puerta.

—¡¿Eva, has visto mis inciensos?! —Pregunto mi mejor amigo, metido quien sabe dónde.

La sala se veía levemente oscurecida. Mire a mi alrededor en busca de lo que tapaba la luz. Eran unas largas cortinas que cubrían todos los accesos de luz en la sala.

—Armond, por sexta vez, no sé dónde tienes tus varitas de humo. —le dijo la morena sentada en el sofá.

Con toda libertad, como si fuera mi apartamento, me fui a buscar alguna cerveza o algo alcohólico para beber mientras miraba el show que se armaban ambos compañeros de piso. Tome una cerveza y me dirigí a la sala.

Armond se apareció en la sala cargando una manta negra llena de constelaciones doradas. Lucía algo... Estresado y animado.

Dejó todas las cosas en la mesita enmedio de los sillones. Habían velas rosas, cuarzos del mismo color, pétalos de rosas, decoraciones extravagantes y un montón de cosas que mi mente no entendía del todo.

Armond era muy creyente de lo místico, quizás no era tan fan de la brujería, pero los signos, el futuro y las cartas eran algo que a él le fascinaban demasiado. Por otro lado, yo apenas sabía que tenia el signo más chingo del zodiaco: Géminis.

Algunos nos odian, pero es pura envidia.

Tenemos a Chris Evans y Johnny Deep en nuestro equipo, tomen esa putos.

Mi mejor amigo notó mi presencia.

—Hey, hola Ly. —Dijo acomodando sus piedritas.

—Hola, Mond —Mire atenta a todo lo que hacía—. ¿Qué estás haciendo?

—Anileando chacras y eso —Sigio con sus piedritas—. ¿Te dije que vendría Mrs. Rose Mary?

—¿Y ella es...

—¡Es la mejor psíquica y tarotista de la cuidad! —Se levantó limpiando su pantalón. Se veía muy emocionado realmente—. Ademas, es tía de Tom, el novio de Eva. Así que la sesión será gratis.

Sentí que me ahogue con la cerveza.

Para ser sincera, yo no había hablado mucho con Eva hasta que su bonito pijama rosa me llamo la atención y me le insinúe el otro día. No sé mucho de ella, ni nada personal. Qué tuviera novio me sorprendió un poco.

Además, si preguntas "¿tienes novio?" en medio del cachondeo, arruina todo el rollo. Hasta creo que se puede considerar de mala educación.

Me tire al sillón a la par de ella. De reojo la examiné minuciosamente para ver si sus ojos reflejaban culpa o remordimiento. Tengo entendido que las personas quienes quieren a sus parejas y estuvieron apunto de ponerle los cuernos —o directamente se los pusieron— muestran esas señales.

A mí no me molestaba, ella no era la primera chica en una relación con la que he coqueteado, mucho peor que sea la primera persona con la que me he acostado y tiempo después me entero de que tiene pareja. No me molestaba por qué no era mi asunto como llevaban su relación.

Note a Eva nerviosa cuando se percató que yo la veía de manera juzgadora. Esa no era mi intención pero mi cara reflejaba mucho eso. Cruzó las piernas y fingió no ponerme atención.

—¿Y cómo llegaron a la conclusión de que ella les leería las cartas? —Le di un largo trago a mi cerveza—, debe tener una agenda muy apretada.

—Tom la invitó a conocerme. —Hablo Eva por primera vez desde que me vio. Jugaba con sus dedos viendo el piso del departamento.

Mire a Armond que me confirmaba muy feliz que lo que la morena había dicho era cierto. Armond era así, un tipo serio y hasta cierto punto frío, que se emocionaba por piedritas y astros.

—Me imagino de que solo estás aprovechando.

—¿Ya te he dicho que amo a Eva como mi compañera de piso? —Desvio el tema, apachurrando a la chica en un largo y movido abrazo.

—A kilómetros huele el interés. —Dijo ella, aceptando la muestra de afecto con asco.

Me termine la cerveza cuando el timbre del departamento se escucho en la sala. Armond salió como un disparo hasta la puerta, respiro profundo y puso cara de serio. Abrió la puerta. Lo primero que vi fue a un muchacho de estatura promedio, cabello negro y ojos oscuros. Detrás de él, una señora que se miraba muy elegante e imponente. Vestía un abrigo así que no podía ver con claridad su vestimenta. Su aire, aparentemente, "místico" provenía de un collar con la forma del sol y de la luna.

Me recordó mucho a un Ship del que me obsesione en mi juventud de dos chicas de una girlband, allá por eso del 2013.

He de admitirlo, fangirlie fuerte.

—Hola, Tom y Hola, tía de Tom. —saludo mi amigo, fresco como lechuga.

La señora lo vio de pies a cabeza.

—No tienes por qué fingir que no me conoces niño. Estoy consciente de mi fama.

Armond hizo una pequeña reverencia, para hacer pasar a la elegante mujer. Eva se puso recta al verla, estiró su mano para estrecharla pero la mujer la ignoro por completo. Miró todo el lugar, juzgándolo.

Yo, al no ser tan creyente esas cosas, me refugié en la cocina, haciendo un sunrise con mi próxima cerveza.

La señora tiro su abrigo a los brazos de Armond.

—Tom, cariño, traes mi maleta —Señalo a Armond con su dedo índice—. Tú, niño, llevame a una habitación para poder cambiarme y empezar la lectura de cartas.

No pensé que tan rápido, vendría y haría la lectura de cartas. Armond se la llevó a su cuarto, mientras que los dos tortolitos se saludaron. Los ignore, por qué simplemente no era parte del ambiente.

Sin embargo, me dio algo de curiosidad el verlos saludarse de un largo beso y un abrazo pasional. Me pasa con cualquier pareja. No es morbo o envidia. Quizás solo me daba curiosidad verlos "quererse" por qué yo nunca he sentido que de verdad quiero a alguien de esa manera. Y tampoco siento la necesidad de sentirlo. Todo gud.

Le puse más tequila a mi cerveza. Y me gire a la alacena a buscar algunos Doritos o algo salado y menos acaramelado que los tórtolos compartiendo fluidos a unos pasos de mí.

Pasé para la sala, en realidad iba al balcón para no estar en la cápsula mágica que Armond había hecho en la sala, topándome directamente con ellos.

Eva miró al suelo algo avergonzada, pero luego vio a su novio.

—Bebé, ella es Emily. La mejor amiga de Armond, la chica de la que te hable.

Él me miró, la vista de cuerpo completo que me dio fue la más descarada que puede ver en mi corta vida. Me sentí incómoda por qué SU NOVIA estaba a la par de él.

En fin, onvrez.

Contuve una mueca de asco, reemplazándola con una sonrisa condescendiente.

—Thomas Robbins —Estiro su mano para que yo la estrechará—, un gusto.

Acepté su mano con asco.

—El gusto —no—. Es mío.

La señora mágica apareció por el pasillo, extendiendo los brazos con los ojos cerrados. Me la imaginé enredándose en uno de los sillones y cayendo al suelo. Casi me ríe, pero no lo hice por respeto.

Y por qué parecería una loca. 

Encendieron velas, apagaron luces y eso. Los cuatro se arrodillaron alrededor de la mesa y se tomaron de las manos. Me apoye en una de las paredes a verlos hacer su ritual mientras comía Doritos y veía mi cerveza.

La verdad no tenía mucho que ver ahí. Realmente no me interesaba del todo, así que solo me la pasé en Instagram buscando el perfil de Jacob. Intenté de múltiples maneras, hasta darme cuenta de que Jacob esa un nombre algo común.

Seguí a unas cuantas personas con la esperanza de que uno de ellos puediera ser él. Pero nada daba indicios. 

Ni se te ocurra obsesionarte con esto, Emilia Margarita.

Mire a la rueda de los brujos. La señora barajó el mazo de tarot, mientas las pasaba por el humo del incienso. Su atención cayó sobre mí, pero yo me inmute.

—Señorita Brownbear —Hablo, mientras movía las cartas—. ¿Sabía usted que hace siglos existió un hombre que le pidió a una bruja tener la fuerza de diez hombres para ser capaz de derrotar a todo aquel quisiera obstruir su camino y la bruja lo que hizo fue convertirlo en un oso enorme que acechaba por las noches?

La piel se me erizó. Un inexplicable nudo le apareció a mi garganta y no supe porqué. Ella sonrió y me miro.

—"Oso pardo". Qué curioso —dejo el mazo en la mesa—. Tú aura es brillante, pero definitivamente está opaca. Tienes a lo que me gusta llamar un "eclipse" —me apunto un lugar entre los chicos—. Tengo entendido de que casi no crees ésto, pero me gustaría que conocieras un poco más de mi trabajo.

Desconfiada, me arrodillé cerca de la mesa para escuchar más de lo que ella podía decirme. Barajó las cartas y sacó la primera, la segunda y la tercera, les dio la vuelta y las vio.

—Te vas a enamorar, pero eso no te va a gustar ya que nunca lo has estado. Sin embargo, no le temas, esto te ayudará, serás la persona más feliz si solo te dejas fluir.

¿Ven? Es una estafa.

¿Yo? ¿Enamorada? Jamás.

Saco otras cartas y su expresión cambio.

—O, puedes esconder lo que sientes y ponerte cadenas que harán que, tanto tú como la persona de la que te enamoraras, se rompan —Saco otra carta—. Cómo me lo temía... Hay algo, que sin duda, alguna te eclipsa. Es una persona de tu pasado, que es el grillete que no te deja avanzar. Si él gana, perderás todo.

La piel se me puso fría al escucharle decir eso. Sigo siendo escéptica, pero la sensación de peligro que despertó en mi cuerpo es, sin duda, una de las fuerzas más reales que he visto. Ella me miró a los ojos. Puede percibir la curiosidad en su mirada.

—Es real lo que dije, ¿No es cierto?

Alcé los hombros para que ella no decodificara mi lenguaje corporal. Por dentro fallaba, pero por fuera estaba fresca.

—No sé quién puede ser el "alguien" de quien me enamoro, y no sé quién es el "alguien" que me eclipsa.

Ella recogió las cartas y se paró de dónde estaban sentada. Algo en su cara, me dijo de que ya sabía que yo solo estaba actuando. Me intimidaba de que ella lo supiera, pero no le daría la satisfacción de verme de esa manera.

—Quizás no sepas de quien te vas a enamorar, si lo supieras eso le quitaría todo lo divertido a la trama —Se quito la toga, la dobló y la puso en el respaldar del sofá—. Pero estoy muy segura de que sabes quién te eclipsa. Tu alma brilla, pero no como lo hacia antes.

Apagó todas y cada una de las velas con sus dedos. Armond abrió las cortinas, e hizo que el paso de la luz se abriera por toda la sala. Me dolieron las retinas al ser atacadas directamente por la claridad.

—Niños, pidan una pizza. —Dejo un billete sobre la mesa—. Yo invitó.

Tomo todas sus cosas, se despidió de su sobrino, de Eva y de Armond. Antes de que cruzara por la puerta, la oscuridad de sus ojos me brillo, brindándome un desagradable escalofrió que me recorrió de punta a punta cada nervio del cuerpo.

Quizás deba dejar de retar brujas.

O dejar de retar a la gente en general.

—No se ustedes pero yo tengo ganas de una pizza de pepperoni. —Hablo Thomas, estirándose.

—Yo prefiero la mixta. —Hable, tarándome al sofá—. Pero tu eres el invitado, así que puedes elegir. Supongo.

Tom miro a Eva, como si pidiera su opinión.

—A mi me gusta Emily —Las mejillas se le incendiaron al oírse hablar—. ¡Digo! Lo que Emily eligió me gusta.

—Pizza mixta será entonces.

Saque mi teléfono y me puse a ver tiktoks de episodios de la rosa de Guadalupe, a espera de la pizza. Mire en mis notificaciones un mensaje de Armond, cosa que me pareció extraña, porque estaba a su lado, literalmente.

Rata americana:

"¿Que le hiciste a mi Roomie?"

Yo:

"¿Qué le hice de que?"

Rata americana:

"Creo que la rompiste"

Yo:

"Le hubiera roto muchas cosas de no ser por que nos interrumpiste"

Ese ultimo mensaje hizo de que me golpeara la pierna con la rodilla a manera de regaño. Lo mire y me señalo a Tom con las cejas. Me alce de hombros restándole importancia a la presencia del pelinegro. La pizza llego y todos empezamos a tomar de ella.

—Cuéntame sobre ti, Emily. —Dijo Tom, llevándose a la boca la pizza.

Por alguna razón, Una razón muy maldita, mire a Eva fijamente. Cruce las piernas y menee un poco el pie. La falda de mezclilla que llevaba puesta me apretó los muslos, supe que en esta postura me quedaría una marca pero si no la ignoro, no existe. Mire condescendiente a Tom

—No hay nada relevante acerca de mi. Solo soy la chica que tira a Armond a patadas de su propia cama y desayuna helado.

Tom se rio, le dio un trago a su cerveza, paso el brazo por los hombros de su novia.

—Pensé que hacías pijamadas con Evs.

Mire a la chica, se encogió en los brazos de su novio e intento esconder su vista de mi. Remoje mis labios en lo ultimo de mi intento de "coctel".

—Lo haría, pero Eva aun no me invita a su cama.

La chica palideció, Armond se ahogo con su pizza, mientras que Tom se rio y yo solo me quede sonriendo.

Eva se levanto de un salto, la respiración se le puso irregular.

—Armond, ¿Tienes algún cigarro?

—Si. Vamos, te acompaño a fumar.

Ellos dos corrieron como si el diablo los arrastrara hasta el balcón. Yo solo me levante en busca de otra cerveza y un gran trago de tequila. Solo para relajar los nervios, nada más.

Que atrevida, Emilia Brownbear.

No nos desconozcamos.

Tom aparición en la cocina, de espaldas a mi pude sentir su presencia maligna. No estaba viéndolo, pero sentí como su mirada de reparo minuciosamente.

—¿Se te perdió algo? —Dije, de mala gana, al voltearme y verlo embobado viéndome.

No seré cómplice de una infidelidad. Que asco los hombres infieles. Como es posible de que le entregues tanto a alguien para después desperdiciarlo en una sola noche. Eso no se le hace a ninguna mujer. Además...

—La novia. —Respondió, muy bajo—. Y ahora sé por qué.

Lo mire sin entender nada. Antes de que pudiera volverle a preguntar algo Eva apareció pero sin Armond.

—Ay, son ustedes dos. —Dijo la chica al venos a los dos.

Él me apunto.

—¿No le has dicho nada aun?

La chica negó.

A este punto estaba mas perdida que enano en piscina de pelotas.

—¿Qué iban a decirme? —Corte el lleva y trae de ambos.

Eva puso sus manos atrás de la espalda y se acerco a mi.

—Emily, ya sabes que eres super linda y... me gustas. Así que le hable de ti a Thomas, y queríamos saber si... A ti te gustaría "tener" algo con nosotros.

━━━━━━ 🍯━━━━━━

OH HOLY SHIT!

VANESSA, NOS DESCONOCIMOS.

Gente guapa, estamos hoy nuevamente reunidos con el flow alto.

🗓 ¿Cómo les fue esta semana? 🗓

🐻 ¿Qué les pareció el capítulo? 🐻

🔺¿Creen que Emily acepte? 🔺

Nos vemos en la próxima actualización.

Y quizás en un nuevo libro 🌝

—K.