—Mamá, ¿Este te parece que lo ponga aquí, o en esta otra caja?— la niña mostró un pequeño jarrón

—En la otra caja, no quiero que se dañe— su madre le dió una cálida sonrisa y la niña comprendió para inmediatamente meter el jarrón en la caja a su derecha.

—Estoy emocionada, ¿Te imaginas? Podría hacer nuevo amigos, amigas, y así poder pasar más tiempo con ellos— habló emocionada la pequeña.

—Si, estoy segura que así será, ahora no te tardes más y termina de empacar—

La niña obedeciendo caminó hacia su armario y sacó la ropa para guardarla.

Mientras que su madre soltó un pequeño suspiro, todo esto había sido muy agotador, sobretodo el pago. Llevaba meses ahorrando para darle una vida mejor a su hija, su más grande tesoro. Era hora de dejar de molestar a su mamá y hacerse cargo sola, había logrado salir adelante y comprar una casa. Ahora sería su nuevo hogar, y esperaba que su vida mejorara, a pesar de los problemas que tuvo y los que venían.

Después de unos minutos el camión de la mudanza llegó, las cosas fueron acomodadas y les dió la dirección del nuevo hogar, se adelantaron y ella aprovechó para despedirse y agradecerle todo el apoyo que le brindó su madre.

El camión llegó a la nueva casa, bajaron las cosas con precaución de no dañarlas y esperaron a que la nueva dueña de esa morada llegara.

Con algunas lágrimas imposibles de contener, manejó a su nuevo hogar, su hija en el asiento de atrás, ignorante al pequeño  dolor que ella sentía al dejar la anterior casa.

Tardaron algunos minutos para llegar, y al hacerlo bajó de inmediato para darles los honorarios establecidos a los de la mudanza.

Ellos agradecieron y se retiraron del lugar.

Bajó a la pequeña y se adentraron a la casa, las cajas ya se encontraban ahí, esperando a ser abiertas y que se acomodara su contenido.

—¡Está increíble, mamá!— chilló de emoción la infante y fué a explorar el jardín trasero.

Ella negó con diversión y se dió el tiempo de revisar un poco la estructura.

La mujer que le había vendido la casa había dicho que era una morada con aires de nostalgia, había pertenecido a sus padres, y no soportaba estar entre esas paredes, decidió venderla y así llevarse solo el recuerdo de sus progenitores en el corazón.

Horas después se encontraba ayudando a su hija a acomodar sus juguetes, había terminado de su habitación, sus cosas no eran tantas así que no había mucho problema.

Todo lo contrario a su hija, la cual llegó un punto en donde se frustró al no encontrar el lugar "adecuado" a cada cosa, podía llegar a ser muy perfeccionista, y si, a su corta edad ya le gustaba que todo estuviera en orden, cosa que a veces no entendía.

Cenaron entre algunas pequeñas platicas de temas a la zar.

El futuro para ellas era un gran misterio, sobretodo para la niña, que pronto entraría en su nueva escuela, y siendo tan sociable, ya la veía con su nuevo grupo de amigos.

Ella había conseguido un trabajo, el cual consistía en estar toda la noche fuera de casa, y el día lo aprovecharía para estar con su hija.

Estaría preocupada al saber que se quedaría sola, pero le daría minuciosas instrucciones, que conociendo a su hija, las acataria a la perfección.

—Muy bien, a dormir— tomó a su hija en brazos y la llevó a la cama.

La infante no puso ningún pretexto y se dejó cargar, había sido largo y cansado el día, así que cuando puso la cabeza en la almohada, el sueño la venció en tan solo unos segundos.

Su madre caminó hacia su habitación, se sentó en la cama con mucho cansancio y decidió prepararse igualmente para dormir, en unos días empezaría a trabajar y aprovecharía lo más posible el tiempo libre que tenía.

Sonrió levemente al imaginarse su futuro, siendo alguien reconocida y famosa de cierta forma.

Y no se equivocaba.

Sería famosa, eso sí, pero no por cosas buenas.

Seh, vengo a molestar de nuevo, wueno, aquí está el primer capítulo de este libro, el cual por cierto, planeó actualizar más constantemente, ¿Por qué? Pus porque ya tengo escrita la mitad de toda la historia, ahora solo falta editarlo 😌✋🏻 Bien responsable yo.

Cuidense y no olviden tomar awuita

Ahora sí...

Nos leemos luego ฅ^•ﻌ•^ฅ