La última vez que la ví
—Mamá, ¿No crees que el comportamiento de esa mujer era muy extraño? La verdad es que lo que te preguntó era muy privado, incluso antes de entrar la noté nerviosa y cuidadosa— La niña habló antes de tomar su jugo como todas las mañanas.
Su madre, curiosa la observó, al parecer ella hablaba en serio, y cuando su hija hablaba seriamente era porque de verdad era importante. Extrañamente había notado igualmente el comportamiento, la diferencia era que ella pensó que estaba medio paranoica por el enojo, aunque debido a las acciones de la ex dueña de ahí, estaría muy cuidadosa de revelar información personal.
—Por cierto, ¿Cuándo entro a la escuela?— cuestionó nuevamente la infante.
—Pues, hoy es viernes, el lunes ingresarías— informó su madre viéndola y esperando alguna reacción de su parte.
—¡Perfecto!— sonrió ampliamente —Es que, ya me cansé de estar aquí, y sin amigos, lo peor del caso—
—Si, bueno, cuando ya estés en la escuela tendrás a los amigos que quieras— sonrió levemente su mamá
El lunes llegó y junto con eso la felicidad de una niña inocente a lo que le deparaba el futuro.
Tenía ilusiones, esperanzas y metas. El destino es caprichoso y se encarga de mandarte pruebas, y esa pequeña niña iba pronto a afrontarlas.
Se levantó más animada de lo normal, se duchó con ayuda de su madre y luego se vistió.
Comió un poco más de lo común, cosa que sorprendió a su mamá, los desayunos “completos” no los toleraba y menos a esa hora.
Tomó su mochila con algo de fuerza, a lo que su madre tuvo que ayudarla a cargarla y así asistir a ese nuevo colegio que la esperaba.
Cómo todo niño esperaba que su primer día fuera inolvidable y especial.
Afortunadamente para Zephyr si lo fué, después de un largo día en donde ella tuvo que ponerse al corriente con las actividades, apuntes y tareas que su maestro había dejado, por fin llegó a casa.
Su madre había ido a recogerla, ahora se encontraba haciendo la comida, su hija descansó por un instante y después de oír el grito de que la comida estaba lista, bajó.
Su mamá le hablaría respecto a su trabajo, si, ese trabajo que consistía en irse toda la noche y dejar a la niña sola.
—Y, así las cosas— terminó de contarle su madre con un suspiro.
—¿Será toda la noche?— preguntó en voz baja Zephyr, tenía sentimientos encontrados, el no tener a su madre con ella la hacia extrañarla e imaginarse cosas.
—Si pequeña, pero no te preocupes, tú estarás dormida, ni siquiera te darás cuenta de mi ausencia— se acercó su mamá y le habló suavemente.
La niña la abrazó fuertemente —Te voy a extrañar mucho— susurró con tristeza.
—Yo también, pero esto lo hago por ti — se separó del abrazo y teniéndola enfrente habló nuevamente —No le abras a nadie, si tocan tu no abras, no te asomes por la ventana, cierra bien la puerta, y duerme tranquila que yo regresaré a la mañana siguiente— besó su frente.
Asintió —De acuerdo—
Pasó una semana y todo iba de maravilla.
El trabajo era bueno, no había ningún inconveniente.
Incluso a Zephyr la habían felicitado por su empeño y dedicación en esos días. Aunque claro, cuando digo “iba” es tiempo pasado, ahora en el presente se encontraba una mamá trenzando el cabello de su hija para dormir.
—Te cuidas mucho y sigues las instrucciones que siempre te doy—
—Si mamá, lo has repetido 5 veces— habló una adormilada niña
—Si, más vale prevenir— Sonrió con diversión.
La pequeña se acostó y su mamá se encargó de taparla con las sábanas.
—Ya me voy, dulces sueños— besó la frente de su hija y ella cerró los ojos ante el contacto.
—Cuídate mami— le pidió su hija soltando su mano
—Lo haré, descansa— fue lo último que dijo antes de cerrar la puerta y ver por última vez la cara de su pequeña hija.
Les dije que no me tardaría tanto en publicar (: Bueno, para mí es poco tiempo jsjsjs
No me maten por la trama y la "revelación".
Si, son Zephyr y Astrid, este...
No habrá muertes, eso es seguro.
Me despido, debo estudiar para un examen, deséenme suerte ^^
Nos leemos luego ฅ^•ﻌ•^ฅ
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