¿De una boda sale otra boda?
Pareja: KuroKita
Prompt: SECUNDARIO
Empareja tu personaje A con B, un personaje secundario del canon con el
que nunca ha interactuado. C, un conocido en común, los presenta en un evento social en el cual beben de más y de ahí la situación se vuelve confusa.
Advertencias: Universo canon. Post timeskip. Ooc. No le busquéis demasiada lógica a esto. En mi cabeza Kita tiene un sentido del humor muy particular.
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—Enhorabuena Keiji. —Kuroo abrazó a su amigo efusivamente y después se puso frente a su recién estrenado marido—. Y felicidades a ti también, Osamu. Te llevas a un tipo estupendo.
—Lo sé mejor que nadie. Muchas gracias por venir, Kuroo-san.
El excapitán del Nekoma inclinó la cabeza y se dirigió hacia el interior del salón donde se celebraba el cóctel. Buscó con la mirada a sus amigos, de los que se había separado apenas unos minutos antes para pasar por el baño, y descubrió a Bokuto hablando con Atsumu Miya y alguien más, al que no reconocía.
Se acercó a ellos, tomando una copa de vino blanco que le ofreció un camarero en el camino.
—Ya estoy aquí —anunció al llegar.
—¡Kuroo! ¿Sabes que Kita-san es el proveedor oficial de arroz para los onigiris de Onigiri Miya? ¿Y que lo cultiva él mismo? —Le recibió Bokuto con su habitual tono escandaloso—. ¿Y sabías que fue el capitán de Inarizaki al mismo tiempo que yo era capitán del Fukurodani? Eso significa que quizá yo también pueda dedicarme a cultivar arroz cuando deje de jugar al voleibol. O podría criar animales. O...
—Boku, tú y yo jugaremos hasta que seamos demasiado viejos para trabajar en nada más. Y después nos tumbaremos al sol y dejaremos que mi hermano y mi cuñado nos alimenten y nos cuiden.
—Atsumu, deberías tener unos planes de futuro más realistas y no depender de otros para vivir, ¿no lo crees?
El tono que utilizó Shinsuke Kita, que así se llamaba ese atractivo chico —cosa que Kuroo averiguaría más tarde— era sereno y cada palabra que utilizó fue correcta. Sin embargo, Atsumu reaccionó medio avergonzado y se disculpó.
¿Acaso era algún tipo de dominación mental?
«Interesante. No solo es hermoso, sino capaz de manejar a alguien como Miya. Tengo que conocerlo mejor».
Sin embargo, Kuroo vio frustrado su deseo de hablar con él, pues una llamada en ese momento alejó al antiguo capitán de Inarizaki del grupo.
—Si me disculpáis —dijo marchándose para responder su teléfono.
Aquella primera impresión se quedó bien grabada en la mente de Testsurō y, durante el resto del coctel y el posterior banquete, le dirigió numerosas miradas, pensando en la forma de acercarse nuevamente a ese hombre y saber más de él.
Tras el brindis con los novios y el primer baile, la fiesta se animó bastante.
Bokuto y Atsumu eran de los más escandalosos, llevándose más atención incluso que los recién casados.
Suna se dedicaba a grabarlo todo, para posterior vergüenza de algunos, y Udai había encontrado en Ojiro Aran una fuente de investigación.
Mientras tanto, Kuroo se acercó a Kita y entabló por fin conversación con él.
Para deleite de Testsurō, aquel tipo calmado y sencillo era muy interesante, su conversación era amena y, sorprendentemente, parecían congeniar bien.
Durante horas hablaron y bebieron —sobre todo Kuroo—, hasta que todo se volvió borroso.
—.—
Tetsurō abrió los ojos, molesto por la luz que entraba a través de la ventana. Le dolía la cabeza y no reconocía el lugar donde estaba.
Era raro tener una resaca tan severa, pues era buen bebedor. Sin embargo, aquel licor de arroz que el precioso tipo de pelo blanco había llevado para obsequiar a los novios era delicioso. Aunque, por cómo se estaba sintiendo, también demasiado fuerte.
Se incorporó lentamente en la cama intentando organizar sus ideas.
En serio no podía recordar mucho después de aquel vergonzoso momento donde se arrodilló frente a Kita pidiéndole matrimonio después de que este le dijese que no era hombre de aventuras de una noche.
No sabía cuánta gente habría presenciado su vergonzosa actuación, pero al menos sabía que los novios ya habían abandonado la fiesta.
—Espero que Bokuto hiciese el ridículo más que yo.
—Lamento decirte que no.
Aquella voz inesperada le sobresaltó. Se giró hacia el lugar de donde provenía y se encontró a Kita en la puerta del dormitorio. ¿Desde cuándo estaba allí?
—¿Dónde estoy?
—En mi casa.
—¡¿En tu-?! ¡Auch! —Llevó las manos a la cabeza y presionó su sien. Gritar no era bueno para su resaca.
—Deberías darte una ducha. El baño es la puerta de la izquierda. He dejado un juego de toallas sobre el lavabo y un cambio de ropa, la tuya está lavándose.
—¿Eh? —Kuroo miró entonces hacia abajo y se dio cuenta que estaba en ropa interior.
Kita salió de la habitación dejando a un sorprendido y curioso Kuroo que, en cuanto aquel intenso mareo se lo permitió, se puso en marcha en dirección al baño.
—.—
Una vez duchado, vestido y con la mente más despejada, se dirigió hacia la planta inferior.
Allí, sentado en la mesa de la cocina, estaba Kita, con una taza humeante ante él. Cuando Kuroo llegó a su altura se la extendió.
—Ten. Es té de jengibre. Aliviará las náuseas—. Tetsurō agradeció sin entender nada, tomando la taza y sentándose en una silla frente al de pelo blanco—. Deberías beberlo.
Kuroo estaba asombrado por la tranquilidad y familiaridad con la que aquel chico le trataba. Aunque hablaron mucho y pasaron un buen rato juntos, en algún momento, hacia el final, se había comportado de una forma bastante molesta con él. O, al menos, pesada. Eso por lo poco que podía recordar.
Entonces, ¿de dónde surgía tanta amabilidad? No lo sabía. Y su cabeza no estaba para trabajar demasiado.
El excapitán del Nekoma bebió un sorbo de la cálida bebida y el sabor fuerte y picante del jengibre le raspó la garganta. No obstante, no le desagradó.
—Disculpa, Kita-san, ¿podrías explicarme cómo llegué aquí?
—Creo que deberías llamarme Shinsuke ahora, ¿no?
Kuroo abrió los ojos sorprendido.
—¿Shin-suke?
—Es lo normal para nosotros.
—¿A qué te refieres? —preguntó dando un nuevo trago a la bebida, sin comprender nada.
—Bueno, aún no tenemos los anillos pero... tú me pediste matrimonio y yo te dije que sí, por lo que, si vamos a casarnos, es normal que nos llamemos por nuestros nombres.
Kuroo se atragantó con el té, tosiendo con fuerza y salpicando la mesa.
Levantó la vista asombrado, fijándose en el gesto impasible del hombre ante él, que, de brazos cruzados, le miraba en silencio.
—¿No recuerdas nada? —El de Tokyo negó con la cabeza—. Bueno, es normal, bebiste demasiado.
—Pero, ¿casarnos? —cuestionó Testsurō con la voz temblorosa—. Yo... verás, creo que es un poco precipitado. Bueno... nosotros apenas nos conocimos ayer y... bueno, tú y yo... esto...
Kita sonrió con calma, se levantó y tomó un paño. Se acercó a la mesa nuevamente, por el lado de Kuroo, y la limpió.
—Deberías relajarte, Kuroo-san. Solo era una broma —dijo con la misma tranquilidad que había mostrado todo el tiempo—. La gente que no tolera el alcohol no debería beber. Te avisé de que el licor de arroz que hacemos aquí es fuerte y aún así bebiste sin control.
Testsurō no sabía dónde meterse. ¿Una broma? ¿Qué tipo de sentido del humor era ese?
Sin embargo, dejó salir el aire en un sonoro suspiro, relajándose.
—Ufff, menudo susto. Esto no se le hace a un tipo con resaca.
Kita levantó los hombros y los dejó caer.
—Aunque, ¿no te parece una pena? —cuestionó de pronto—. Creo que hubiéramos hecho buena pareja—. Devolvió el paño a su lugar y se dirigió hacia la puerta de la cocina—. En fin, Atsumu vendrá a recogerte en media hora. Yo tengo cosas que hacer. Puedes esperarle aquí tomando el té. ¡Ah! Y si quieres saber qué pasó, Rintarō lo tiene todo grabado en vídeo. Ha sido un placer conocerte.
Kuro abrió los ojos sorprendido de nuevo, viendo a Kita abandonar la estancia. Tardó unos segundos en procesar toda aquella información, pues su mente no estaba en su mejor momento.
Y, de pronto, se sintió decepcionado de haber tenido aquella reacción. No es que quisiera casarse, pero, en realidad, él también pensaba que podrían hacer buena pareja.
Dejó el té encima de la mesa y salió a buscarle decidido. Conseguiría que le diese una nueva oportunidad, incluso aunque para ello tuviese que buscar un anillo.
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