Capítulo 24.
POV Ariana.
Oh mierda, César nos acaba de decir que Karla no es la asesina, ella no es, Madison vendrá por nosotros, se nos está agotando el maldito tiempo y cuando por fin creímos haber tenido a una culpable, regresamos al inicio, donde no tenemos nada.
—Tengo miedo, Ariana —Maritza comenzó a llorar a mi lado.
—Yo también, no tenemos nada, no podremos salvarnos de Madison —agaché la cabeza, y unas inmensas ganas de llorar se hicieron presentes, ya no puedo ser fuerte, simplemente todo esto me supera.
Pablo tomó mi mano y me envolvió en un gran abrazo.
—No todo esta perdió, ¿Ya revisaste el celular?
—No, en la mañana que estaba por hacerlo, ghostface se apareció, casi me mata.
Toqué mi bolsa y ahí tenía el celular, se lo di a Alex, él intentaría averiguar la contraseña.
—Hare lo posible —él sonrió.
César solo nos miraba, se ha de sentir muy feo no poder expresarte como quisieras, lo miré y me hizo una seña, me acerqué a él y tomó una hoja para escribir.
—Ariana, tal vez si le preguntas a la enfermera que me obligó a decir que Karla fue la asesina, ella sepa decirte quién le dio órdenes.
Dude un poco, no lo quisiera meter en problemas, aunque César parece bastante confiado.
—Tienes razón —sonreí.
Observé hasta donde Alex estaba, miré que tecleaba y tecleaba.
—Mierda, debemos esperar unos minutos, creo que ya la tengo —dijo él y yo suspiré.
Mientras esperábamos, me puse a pensar en que es lo que yo estaría haciendo en estos momentos, y claramente lo sé, quizá encerrada en casa, se que muchos pueden pensar que soy una persona muy sociable, pero no es así.
Yo simplemente me encargó de mis asuntos y de Pablo, no es como que tenga mucho tiempo libre para mí, además me gusta así, nos cuidamos el uno al otro.
—La tengo —Alex tenia una gran sonrisa en su rostro.
—¿La descubriste? —preguntó Carlos sorprendido.
—Sí, ahora solo hay que saber que vamos a buscar —dijo Alex entregándome el celular.
—Busca los mensajes —mencionó Katherine.
Eso haré, inmediatamente me dirigí hasta los mensajes, wow, tenía demasiados, incluso tenía muchos insultos, no puedo creerlo, además no son mensajes antiguos, son más recientes, es horrible como una persona queda marcada para siempre, estos imbéciles ni siquiera se ponen a respetar a una muerta.
Me fui desplazando hacia abajo, en los mensajes más anteriores, me detuve en uno que se me hizo interesante.
Desconocido: Madison, aún me lamento por lo que hice.
Desconocido: Lo siento tanto, Madison, tú fuiste buena conmigo, él me obligó.
Desconocido: Aún no puedo creer que ya no estés, yo solo quería el dinero, no sé, tuve tanto miedo, perdón.
Desconocido: Madison, yo sé que jamás leerás estos mensajes, porque tú estás muerta, muerta por mi culpa.
Desconocido: Solo quiero decir que lo siento, no fue mi intención, pero si no lo hacía, probablemente iría a la cárcel, me han contado que no es un lugar nada bonito.
Oh por Dios, creo que quien escribió todo esto es la chica, ella está arrepentida, no creo que jamás se pueda superar que mataste a alguien.
Esos eran los mensajes de hace cuatro meses, seguí bajando, había algunos saludando a Madison por su cumpleaños, seguro no se enteraron de su muerte.
Cuando llegué a los mensajes de hace un año, ahí estaban, eran muchos, por lo que leí hablaban de que solo querían dinero y ya.
—¿Y si llamamos a uno de esos números? —preguntó Carlos.
—No creo que vayan a contestar —respondió Pablo.
Pablo tiene razón, no creo que responda, ni siquiera creo que tengan aun los mismos números, o tal vez tampoco usaron sus números personales.
—Me enteré de lo que pasó —Luna apareció en la puerta, se veía preocupada.
—Sí, es muy lamentable —Juan agachó la cabeza triste. —Y una noticia nueva, Karla no es la asesina.
Luna miró a César.
—¿Quién es él? —preguntó ella.
—Es César, la víctima de Madison —mencionó Maritza.
—Bueno, técnicamente él no sabe quién lo hizo —dije rápidamente.
Luna asintió y se acercó a nosotros.
—Encontré estos mensajes —me acerqué a ella.
Extendí el celular a su cara y ella empezó a leer los mensajes.
—No puedo creerlo, malditos asesinos, ellos solo querían dinero —Luna se miraba muy molesta, supongo que en el fondo le dolió mucha la muerte de Madison, según el relato de Elena, ellas eran mejores amigas y muy cercanas.
—¿Y ahora qué hacemos? —preguntó Juan.
Miré nuevamente la pequeña hoja en donde César había escrito y suspiré.
—Hablar con la enfermera, tal vez ella nos diga algo, aunque lo dudo, tal vez este amenazada.
—O le pagaron —añadió Pablo.
Tiene razón, no sabemos como fue que la convencieron de hacer que César nos mintiera. Después de unos minutos, Luis, Lucas, Renato, Eddy, Ana y Chris llegaron.
—Siento mucho lo de Emily —Lucas nos miró y pudimos notar su evidente tristeza.
—Ella tenía razón, Karla no era una asesina —mencionó Eddy.
—Yo tengo que seguir revisando el celular de Madison, ¿Alguien que quiera ir a buscar a la enfermera de César? —pregunté.
—Yo puedo ir —Eddy sonrió.
—No quiero que vayas solo, alguien más.
Miré a todos, en espera que alguien más fuera voluntario, creí que nadie lo haría, pero no fue así.
—Iré con el —dijo Chris.
—Igual yo —Dylan se puso de pie y sonrió.
—Bueno, César les dirá quién es la enfermera, solo recuerden algo, no confíen en ella.
Es mejor estar alertas.
***
POV Dylan.
Me puse de pie, Ariana nos advirtió no fiarnos de la enfermera y estar alertas en todo momento, no sabemos quién es, y como fue que la convencieron de obligar a César a mentir.
Debo admitir que me siento como en una fucking misión, Chris me miró sonriendo y nos dispusimos a salir de la casa de Alex. Me siento raro al estar aquí, esta casa es mega enorme, crep que una sola habitación es mi casa completa.
—¿Tu no piensas hablar? —preguntó Chris observando César.
—No seas idiota, él es mudo —Eddy comenzó a reír.
Subimos a mi auto, el mudo de César nos fue indicando donde era el dichoso hospital, después de unos cuantos minutos de estar conduciendo llegamos.
—¿Están listos? —pregunté algo nervioso.
—Claro, idiota, nací listo para saber quiénes son los asesinos —Eddy sonrió y se dispuso a salir del auto.
Nosotros hicimos lo mismo, César me tomó de mi hombro y señaló a una enfermera que se encontraba en la sala de espera, ella estaba con su celular.
Nos acercamos a ella, de inmediato noté que reconoció a César.
—César, hola, ¿Qué te trae por aquí? —preguntó ella.
—Espero y no estés esperando que él conteste —dije intentando no reír.
—Para nada, espero y alguno de ustedes lo haga —ella sonrió.
—Queremos hacer algunas preguntas, ¿Podemos? —pregunté.
—Sí, pero aquí no, por favor acompáñenme.
Caminamos detrás de ella, ella salió del hospital, nos dirigimos al callejón que estaba en un lado. Esto es muy raro, pero en ese momento no le di importancia, así que la seguimos.
***
POV Karla.
Cada vez estoy más débil, tengo mucha hambre, no puedo ver dónde estoy, pero ahí un mal olor aquí.
Comencé a forcejear, mis manos están muy adoloridas, tengo mucho miedo, no quiero morir.
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Espero y les haya gustado.
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