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Me levanté de aquella cama y salí corriendo a buscar mi coche, aquel archivo decía hora y lugar de un encuentro entre dos personas que jamás imaginé que formarían parte de toda esta locura.
Tomé la avenida principal para llegar al mejor bar de la zona, llegando los vi entrar y me apresuré para parquear lo más rápido posible.
Gracias a dios siempre en mi cartera llevaba un buen monto de dinero, es una maña que tengo desde que cumplí quince años.
Escondiéndome entre las personas que transitaban por el lugar, pude llegar a la mesa más cerca donde estaban Rubén y Ruth.
Me acerqué todo lo que pude, para poder grabar y escuchar. Mis instintos eran correctos, sabía que alguien cercano estaba envolucarado en todo esto. Decidí callar mis pensamientos y escuchar.
— ¿Por qué estamos aquí? —toma un sorbo de whisky.
— Yudith se ha vuelto loca, no quiere seguir.
— ¡Cómo!.
— No grites carajo.
— Ya sabía que todo era demasiado perfecto.
— Escúchame mocoso, te he estado pagando para que espiaras a Andrea junto a tu amiguito Rafael y... ¿qué has hecho?.
— Nada, tienes razón. Pero no puedes negar que te di muy buena información.
— Por esa parte si tienes razón. Roxana mañana le pagará nuevamente al chófer para el accidente de Robert.
— ¿Él también?
—Pide un mojito— si, con su madre muerta, ¿quién crees que heredará todo el dinero de la reina de los dólares?.
— Su hijo, claro.
— Señora su mojito.
— Gracias. Cómo te iba diciendo...
Fui interrumpida por el dependiente del bar, para preguntarme si consumiría algo. Cuando regresé para poder continuar en lo que estaba, ya se habían ido.
¡Mierda!, no te rindas, búscalos.
Me levanté de la mesa dejando propina y salí corriendo a la salida y los visualicé subiendo al coche de Ruth. Me subí al mío y los empecé a seguir. Se dirigían a un club con mucha fama de drogas.
Al llegar vi que Rafael los esperaba a los dos y entraron a aquel lugar. Pagué diez dólares por entrar, y los vi a todos reunidos.
Roxana, Yudith, Ruth, Leo, Rafael, Rubén y Patricio.
¿El cura?
Él mismo
Sin esperar más y aprovechando el lugar, le di cincuenta dólares a un muchacho para que fuera a grabar la conversación con disimulo. Sabía que sería difícil por la fuerte música, pero tenía que intentarlo, algo tenía que escucharse, una frase, una palabra, cualquier cosa que pudiera utilizar para denunciar.
Fue cuando un grito paralizó todo el lugar.
— ¡QUÉ!.
— ¿Qué sucedió? —preguntan todos.
— Andrea subió el vídeo Leo, lo colocó en Internet.
— ¿En serio? —pregunta Ruth— si que tiene agallas.
— Es una estúpida.
— No Roxana, no es estúpida, sabe perfectamente lo que hace. No sé que estará tramando.
— Ya habló el sabelotodo.
— ¡Se pueden callar todos! —remarca Rafael.
— Esto lo resuelvo ahora mismo —Yudith se levanta de la mesa y se va caminando con pasos rápidos.
Todos deciden irse, menos Rafael y Rubén, se acerca el muchacho al cual le pagué y me regresa el celular, le agradezco y me quedo vigilando a esos dos malnacidos.
Rafael se levanta con su celular, al parecer había recibido una llamada y salió a contestarla, mientras Rubén yacía sentado bebiendo y drogándose. Se acerca un chico y lo invita a bailar, me levanto y voy a la pista para poder verlos de cerca y efectivamente, como esperaba, se empezaron a besar. Sin desaprovechar oportunidad alguna, comencé un vídeo que sería parte de mi más dulce venganza.
Después de varios minutos llegó Rafael con su nueva novia y también se fueron a bailar, en pleno baile saca una pastilla y yo como siempre, grabe el magnífico momento. Después de conseguir lo que deseaba, me fui a casa.
No era muy tarde, eran las cinco y media, no podía creer que dentro del club se perdía la noción del tiempo, tampoco creía que los chicos se drogaban a esta hora.
Al llegar, subí, me di una ducha y al salir saludé a mi abuelo que aún estaba en la casa.
Estaba triste, se podía notar, no respondió a mi saludo, solo se quedaba mirando la fotografía de mi abuela. Busqué a mi padre pero no estaba por todo aquello, decidí llamarlo.
— ¿Papá?.
— Dime hija, estoy con el abogado, el proceso contra Aarón está siendo encaminado.
— Te llamaba para saber dónde estabas, pero ya lo sé.
— Llegaré en cinco minutos.
— De acuerdo. Besos.
Al fin aquel canalla iba a tener su merecido y yo estaría en paz. Cuando tendría tranquilidad, recibí una llamada.
Llamada entrante de Iván.
...
— ¿Qué quieres?.
— Necesitamos hablar, debo contarte algo que sé.
— No tengo nada de que hablar contigo.
— Es sobre Ruth y la vida de tu padre.
— ¿Dónde nos vemos?.
— En el hotel de la calle treinta a las ocho y media.
— De acuerdo, después de cenar estaré ahí.
— Nos vemos.
— Te a...
Colgué rápidamente, no quería escuchar sus mentiras nuevamente, pensaba que tenía que ser fuerte cuando me encontrara con él.
Muy fuerte de hecho
Miré la hora y eran las seis de la tarde, sentí como mi padre había llegado, lo saludé y hablamos sobre el proceso contra el ex de mi hermana. Hablamos un poco y después como era habitual, me fui a mi habitación, antes de subir llegó Ruth y me saludó calurosamente.
Pero que hipocresía.
La ignoré y seguí mi camino hacia mis aposentos, al llegar agarré mi celular y empecé a chatear con Alex.
¿Amigo?.
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...
Ey escribe rápido.
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Hola Andreíta, ya borré todos los videos de aquella loca.
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Genial, los seguí y he descubierto más cositas.
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Ten cuidado por favor, he enlazado el celular de Yudith con el tuyo, cualquier cosa que le llegue, a ti también.
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Eso es espectacular, nos escribimos más tarde, ahora tengo un encuentro importante.
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¿Con quién?.
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Sorpresa. Bye.
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Me desconecté y me vestí para el encuentro, ya eran las siete y media y la cena estaba lista. Comí y le dije a mi padre que iría a encontrarme con Julia, él aceptó ya que aún era mi cumpleaños y salí casi corriendo. No había llegado Roxana así que no iba a discutir con nadie.
Antes de subirme al auto recibí un mensaje.
YUDITH
No sé como lograste borrar los video de mi celular, pero las pagarás.
Me alegré al leer el mensajito, otra prueba que tendría en mi poder. En plena carretera una ráfaga de mensajes entraron a mi celular, eran de Yudith con Roxana, los ignoré ya que preferí leerlos cuando llegara a casa. Deje el auto en el estacionamiento y entre al Lovin del hotel, efectivamente estaba Iván esperándome. En unos segundos recordé la muerte de mi abuela, pero todo esto lo estaba haciendo por ella y por mi padre. Me acerqué a Iván olvidándome de todo para enfocarme.
— ¿Qué es lo qué debes decirme, que es tan importante?.
— Aquí no, iremos a la suite.
— ¿Suite?.
— Hablaremos mejor ahí.
Y tenía razón, la suite estaba impecable y maravillosa, al entrar nos quedamos mirándonos un tiempo y...
Fuerte Andrea, fuerte.
Un beso apareció de la nada y nos fuimos calentando cada vez más.
¡Mierda!, qué floja eres.
Bueno hasta aquí nuestro capítulo. 😃
¿Qué tal les pareció?.
¿Será real que Iván debe decirle algo a Andrea?.
¡Déjenme saber!.
Los amo
Hasta el próximo capítulo.
Qué será muy pronto 😊
Besos
Jennifer
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