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«Capítulo Único.»

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ObiSaso
"Q u i e n L o D i r i a"
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«Que bonita la gente que decide empezar de cero, a pesar de los años, a pesar de los daños.»

¿Como describirían los demás miembros de la organización la relación entre el Marionetista y el Uchiha? ¡Simple! ¡Era un jodido asco! Sus discusiones se volvían tan intensas hasta el punto de llegar a golpearse mutuamente, juntar a ambos significaba una lucha segura. El mal carácter del pelirrojo chocaba contra el dominante del azabache, ambos deseaban tener el control sobre el contrario, demostrar su propia supremacía y así intimidarse entre si.

Claro, sin éxito alguno.

Esta inminente guerra entre ambos había empezado gracias a la fuerte atracción que éstos sentían hacia el rubio, -El cual no se encontraba interesado en ninguno, cabe aclarar.- al instante que supieron sus propios sentimientos fue cuando empezaron los "pequeños" roces entre ambos, como chocarse entre si, empujarse e incluso soltar uno que otro insulto, nada grave. Tiempo después las cosas fueron subiendo de nivel, los choques se convirtieron en golpes, los empujones en intentos de ahorcamientos y los insultos en crueles amenazas. Ninguno daba su brazo a torcer, ambos se empeñaban en demostrarle al otro su propia superioridad y aquello para los miembros se había vuelto cansador, empezaban a hartarse de detener sus riñas, de no poder despertar con tranquilidad en las mañanas y en su lugar tener que escuchar sus molestos gritos mañaneros.

El rubio al ya no soportar aquella "maldita rutina" decidió marcharse a una misión completamente solo, sin importarle las opiniones de sus compañeros e incluso del líder, -Aunque todos supiesen que Obito era el verdadero Líder, aun seguían tratando con igual respeto a Pain.- dejando a los demás teniendo que soportar a esos idiotas, quienes estaban más que irritados con la partida del rubio. Era de mañana y ya la mayoría se encontraba en la cocina, exceptuando a los dos problemáticos claro esta, todos se encontraban en un molesto silencio, mirando sus rostros sin saber que decir.

Sabían que debían detener esos pleitos por el bien de la "familia", -Según Konan.- puesto que esto hacia que se encontrasen tensos entre si, también irritando a los demás miembros. La pelimorada por más que intento hablar con su mejor amigo -El Uchiha.- aquello había sido en vano, puesto que el orgullo de éste era incluso más fuerte que el del Uchiha menor, joder, como Konan maldecía en exceso aquel molesto orgullo que portaba el azabache. Por su parte, Zetsu intento hablar con el pelirrojo, quien solo le ignoro y se encerró en su habitación.

-Esto debe parar.- Soltó el de tez azulada, colocando sus manos sobre la mesa.

-Estoy de acuerdo con el sushi con patas.- El albino ríe en voz baja cuando el Hoshigaki le fulminó con la mirada.- A ver Uchiha bastardo.- Itachi le mira serio.- ¿Por qué no intentas hablar con tu tío? Digo, siempre hace lo que le pides.

La mirada del Uchiha se afilo, el albino volvió a reír, la pelimorada junto al avaro negaron, el pelinaraja suspira resignado, Zetsu se tomo la cien con frustración y el de tez azulada decidió mantenerse callado. Claramente el ambiente se había vuelto aun más tenso gracias a los comentarios, lo que menos necesitaban en ese instante era otra rivalidad molesta entre dos miembros más, aunque sabían que el Uchiha no se rebajaría ante los comentarios del albino.

O al menos eso esperaban.

-¿Por qué no intentas tú hablar con él?- Pregunta sin abrir sus ojos mientras tomaba su té.- Eres su mejor amigo y también hace todo lo que tú le dices.- El Uchiha finalmente lo mira.

El Jashinista se mantuvo en silencio, su mente se torno blanca y no sabia con exactitud que podría responder. El cuerpo de los demás se tenso, joder, no creían que el Uchiha realmente le fuese a responder, sobretodo por que sabían del carácter explosivo de Hidan. En ese instante solo podían rezar para que estos no empezasen con una riña también, ya les era suficiente con los otros problemáticos.

La mesa se mantuvo en un silencio sepulcral, se miraban entre si mientras Itachi y Hidan mantenían una intensa guerra de miradas. En los ojos del albino se podía notar con claridad el brillo de enojo en estos, mientras los del menor reflejaban seriedad. De un momento a otro el Jashinista se levanta bruscamente, sobresaltando a sus acompañantes pero aun así el Uchiha no se inmuto y sin apartar la mirada también se levanto, los demás tragaron en seco.

Lo que faltaba.

Kakuzu estuvo a punto de regañar al albino, cuando éste había dado ya la vuelta colocándose enfrente de Itachi, ambos aun mantenían aquella intensa guerra de miradas y de forma inesperada el albino acerca su mano hacia el Uchiha, ante esto los demás se levantan con rapidez para evitar que aquello llegase a mayores, pero se detienen en seco cuando el albino revuelve el cabello del menor y éste le miraba molesto.

-¡Eres un jodido genio, Uchiha!- Exclamó con entusiasmo el albino, los demás se sintieron extremadamente confundidos, el nombrado solo se mantuvo en silencio.-Ya tengo la idea perfecta para detener esta locura.- Sonríe.

-Es una lastima, deseaba comprobar la teoría de mi tío.- Itachi niega y el Jashinista le mira confundido.

-¿Teoría? ¿Qué teoría?- Pregunta éste interesado.

-Que pensabas mejor mediante los golpes.- Ladea una sonrisa.

-¡Eres un hijo de...!

Antes de que el albino decidiera lanzarse sobre el menor, Kakuzu lo detiene sujetando su cintura y atrayéndolo hacia su cuerpo, éste se sonroja hasta las orejas. Konan decidiendo ignorar el momento de una de sus parejas favoritas, se acerca hacia Hidan y toma su barbilla, elevando así su rostro y le mira fijamente.

-¿Qué tienes en mente?- Inquiete ésta.

Hidan ríe con picardía.

-Oh querida Mami Konan.- Le devuelve la mirada.- la verdadera pregunta es ¿Qué no tengo en mente?- Amplia su sonrisa.

Todos tragan en seco.

...

Obito hacia horas se había levantado y duchado, pero siendo sincero ese día no tenia suficientes ánimos de salir de su habitación, por ello se había mantenido dentro de esta durante toda la mañana. Su cama se encontraba hecha un completo desastre, mientras que el azabache solo se mantenía mirando hacia el techo, su mirada se mostraba perdida en este sin expresión alguna. Ya llevaba unas cuantas horas en la misma posición y su cuello ya empezaba a doler, por ello con pereza se reincorpora sentándose en su cama, sus pies se encontraban tocando el suelo y el Uchiha mira un zapato aburrido.

«Maldición, que día.» Pensaba en sus adentros.

El azabache con su mano izquierda empieza a rascar su nuca, un pequeño bostezo escapa de sus labios y después lleva su otro brazo tras su cabeza, estira su cuerpo en un intento de alejar la pereza de éste. El día le estaba pasando realmente lento y aquello le frustraba en exceso, por unos cuantos instantes pensó en salir a tomar un poco de aire, pero descarto la idea al pensar en el "enano gruñón". Después de unos cuantos minutos de frustración el azabache decidió que debería tomar otra ducha, mientras buscaba su toalla procedió a quitarse su camiseta y antes de que pudiese quitar su pantalón de pijama la puerta es abierta e ingresan el Uchiha menor junto al albino.

Hidan al mirarlo desnudo del torso para arriba sonríe pervertidamente, se acerca hacia el mayor quien giro los ojos y solo se dejo hacer. El albino le dio un par de vueltas antes de detenerse enfrente de él, con su dedo índice trazo y delineo el pecho de éste sin pudor alguno. Itachi en ese momento se sintió incómodo, no lo culpen, era incomodo ver como "incitaban" a tu tío, a pesar de saber que aquello solo era en juego puesto que el albino ya tenia pareja.

Al fin y al cabo, ¿Quien entendía la extraña confianza de esos dos?

-Joder, si hubiera sabido que te encontraría así...- Gruñe y agita su mano como si de una garra se tratase.-No hubiera traído a tu pequeño sobrino.- Ambos giran sus miradas hacía el menor, el cual tenia sus mejillas con un tono carmín y miraba hacia el suelo.

Obito ríe y niega, se aleja del albino mientras se encaminaba al Uchiha menor, al ya estar a su lado rodea su cuello con su brazo y lo atrae hacia su cuerpo, después el azabache eleva su mirar hacia Hidan y comparten una mirada de complicidad.

-Podrá ser pequeño, Hidan.- Habla el Uchiha mayor, sin borrar su sonrisa burlona.- Pero mira que soportar los veinte de Kisame es un gran logro.- Ante el comentario de su tío el menor se tensa e intenta soltarse del agarre de su tío, quien no paraba de reír junto al albino.

-¡Papá!- Le grita avergonzado.

Para nadie era sorpresa la relación de padre e hijo que ambos Uchiha llevaban, tampoco el hecho de que cada que el menor se sintiera avergonzado u enojado le gritase con aquella palabra, ya tan familiar para ellos. Obito amaba hacer enojar a Itachi y éste le era imposible mantenerse sereno ante las insinuaciones de su tío sobre su relación con el Hoshigaki. Al principio el Uchiha mayor no había tomado para nada bien aquella relación, llegando casi al punto de expulsarlo de Akatsuki, -Siendo detenido a regaña dientes por Konan.- con el pasar del tiempo el azabache fue aceptando aquella extraña relación y ya al día de hoy le encantaba bromear con ello.

Y es que, su Hobbie favorito era avergonzar al menor, como todo buen padre haría.

Hidan se encontraba riendo en el suelo, rodando en este entre carcajadas, al mismo tiempo que oía los pequeños reclamos del menor. Con el pasar de los minutos el albino detiene su risa de forma abrupta y se reincorpora ante la confusa mirada del mayor.

-Cierto, a lo que veníamos.- Hidan se sacude la ropa con ambas manos, mientras que el azabache suelta al menor, quien entre quejas se aleja de él para cruzar sus brazos y que un pequeño puchero adornara sus labios.- Pain quiere hablar contigo en la sala de juntas.- Obito le mira confundido.

-¿Y para eso vinieron los dos?- Inquiere.- Usualmente envía a Zetsu a buscarme.

Al verse en aprietos y darse cuenta de su error el albino casi cae ante el pánico por la situación, pero el Uchiha menor actúa con rapidez, logrando conseguir la excusa perfecta en segundos.

-Es domingo, es el turno de Zetsu de lavar la ropa.- Le recordó.

Obito pareció meditarlo durante unos cuantos segundos, hasta que finalmente pareció rendirse y con un suspiro resignado se despide de ambos jóvenes en su habitación. Camino por el pasillo un poco encorvado y con un claro aburrimiento, cuando estuvo ya escaleras abajo se detiene en seco y dejándose llevar por sus impulsos se acerca hacia la habitación de lavado.

Al ya estar frente a la puerta de esta la abre con cuidado y se asoma ligeramente, dentro de la habitación se encontraban Shiro y Kuro separados mientras lavaban la ropa juntos.

Al ya haber descartado su corazonada el azabache cierra la puerta y niega, después se dirige hacia la sala de juntas, la puerta de esta estaba ligeramente abierta, -Cosa que había extrañado al Uchiha.- decidiendo no tomarle importancia la abre por completo y se adentro dos pasos dentro, al alzar su mirada en vez de encontrarse con el pelinaranja frente a él estaba la persona que menos deseaba ver en aquel instante.

Si el maldito enano gruñón.

Quien cuando lo miro emitió un pequeño gruñido y apretó sus puños con ira, Obito estuvo a punto de darse media vuelta y marcharse del lugar cuando de forma inesperada siente una patada en su espalda, logrando que cayese de cara contra el suelo por la impresión, casi al instante la puerta se cierra y escucha como le colocan el cerrojo por fuera. Enojado el Uchiha se levanta sobando su barbilla e intento activar su Sharingan para largarse a su habitación, pero fallo en el intento, notando que sus compañeros habían activado el sello antichakra de la habitación.

No sabia que demonios estaban planeando esos imbéciles pero se la iban a pagar bien caro.

Fuera de la sala de juntas se encontraban todos reunidos, -Incluyendo a Zetsu.- algunos sentían sus cuerpos temblar con tan solo pensar en la furia del Uchiha arremeter contra ellos, todos excepto Konan, puesto que el azabache le tenia un gran respeto a la mujer e incluso el mismo juraba asesinar sin piedad a quien le tocase un solo cabello.

-¿Estas seguro de que esto funcionará, Hidan?- Pregunta un tanto tembloroso el azulado.

Hidan ríe.

-Por supuesto que no.- Mantiene su sonrisa.-Pero tenemos dos opciones, se cansan de pelear y se arreglan ambos como los adultos que son...- Kisame asiente, esperando a que el albino continuara.-O simplemente se matan entre si.- A todos les recorre una gota de sudor en la nuca ante el comentario de Hidan.-Apuesto quinientos yenes a que Tobi sobrevive.

Todos menos Kakuzu y Hidan se dan un facelpam.

-También apuesto por Obito.- Se encoje de hombros Kakuzu.

Los demás con resignación se unen a las apuestas, ¿Qué? Si seria su ultimo día de vida lo disfrutarían a más no poder ¿No? Al menos esperaban sobrevivir. Dentro de la habitación el azabache se encontraba irritado y sabia que por más que insultase a gritos a los demás miembros estos no podrían oírlos, puesto que aquella habitación era insonora. El Uchiha maldecía por lo bajo, no entendía que estupidez pretendían ellos pero de algo si estaba seguro...

¡Le dolía la puta nariz!

Joder, cuando se entere de quien lo pateo se las va a pagar. Obito acariciaba su nariz frustrado y sin más decidió tomar una silla de la mesa, moviéndola hasta la esquina contraria de donde se encontraba el pelirrojo, -Quien extrañamente se mantenía callado.- éste se mostraba serio y con la mira mirada gacha, sus brazos se encontraban cruzados, su ceño se notaba levemente fruncido e intentaba ignorar lo mas que pudiese al mayor, claramente tampoco se sentía de humor ese día. Usualmente el marionetista era quien iniciaba las discusiones, -Siendo ignorado al principio por el Uchiha.- hasta que simplemente éste exploto, empezando a seguir sus molestas provocaciones.

Ambos se mantenían en silencio y el correr de los segundos parecía eterno. Ambos se mantenían en sus propias esquinas, evitando el contacto visual y perdidos en sus propios pensares, pero algo si era acertado.

¡Ambos querían salir de ese lugar!

El silencio y la tensión que invadía el lugar era latente, asfixiante e insoportable. El estrés invadía cada vez más a ambos, junto al molesto calor que había allí, intentaban comprender el actuar de sus compañeros sin éxito alguno. De forma inesperada ambos comparten una fugaz mirada, siendo casi imposible el apartar los ojos de su contrario, sus reparaciones se mostraban levemente agitadas, gracias al inminente calor que sentían. De un momento a otro el pelirrojo se canso del silencio y se coloco de pie, dio unas cuantas vueltas alrededor de la gran mesa que había allí, el Uchiha no le miraba pero aquello no impedía que estuviese al tanto de sus movimientos.

Sasori empezó a juguetear con un pequeño lápiz que había encontrado, moviéndolo de un lado a otro entre sus dedos y dirige una rápida mirada hacia el mayor, un gruñido bajo escapa de sus labios.

-Parece que el Uchiha bastardo no se encuentra de humor.- Irrumpe por fin el molesto silencio el de baja estatura, el azabache simplemente opto por seguir ignorándolo.- Pensé que te quedarías encerrado en tu habitación como el cobarde que eres.- Un aura de superioridad le invade ante el silencio del mayor.

La paciencia de Obito en aquel instante pendía de un hilo, mordía sus labios con fuerza en un vano intento de mantenerse relajado. El marionetista le miraba con una sonrisa de vanidad en su rostro y sin ningún tipo de temor se aproximo hacia el Uchiha, quien afilo sus sentidos y sin poder evitarlo eleva su rostro justo cuando el pelirrojo se encontraba enfrente.

La seriedad que emanaba de su rostro era palpable, la frialdad de sus ojos hubiese congelado hasta a la persona más fuerte que pudiese existir y aun así... El pelirrojo no se mostró perturbado en absoluto.

-Largo.- El tono rasposo de su voz apareció en una palabra, afilando su mirada aun más.

Pero el pelirrojo ignoro aquella advertencia tan clara y se acerco quedando a tan solo centímetros del azabache, el cual debido a su frustración y al molesto calor se puso de pie, demostrando así la gran diferencia de estaturas e incluso se inclino un poco, logrando que sus rostros estuviesen realmente cerca.

-El que debería largarse eres tú, estorbo.- Escupe sus palabras con odio.

El azabache sin poder controlar sus acciones le toma por el cuello de su camisa, girándose para después estampar al más bajo contra la pared, aun sin alejarse en absoluto. Sus miradas se encontraron en una intensa guerra, ninguno cedía y el fuego que emanaban ambos par de orbes era latente, no estaban dispuestos a ceder.

-No se qué es lo que planeas.- Murmura entre dientes apretando el agarre en el cuello de la camisa del mas bajo.- No entiendo realmente cuales son tus intenciones.- el Uchiha se mostraba cada vez mas amenzante.- Pero ahora yo soy el compañero de Deidara.- Se acerca aun más sin apartar su mirada.-Y no importa lo que intentes para alejarme de él.- Un gruñido escapa de sus labios.-Porque el jefe... Soy yo y tu solo eres mi subordinado.- Una sonrisa victoriosa aparece en sus labios.

El azabache suelta su agarre, logrando así que el marionetista pierda el equilibrio y caiga de rodillas en el suelo, con frustración convierte sus manos en puños, apretando con fuerza la alfombra del suelo. El pelirrojo eleva su mirada mientras fulminaba con esta al Uchiha. Quien no le presto atención en lo absoluto y solo se dio media vuelta para dirigirse hacia la mesa, pero...

Las repentinas palabras del menor lo tomaron por sorpresa, deteniendo así su caminar.

-Deidara odia a los Uchiha, ¿En serio crees que el siente algo por ti?- Sasori ríe de forma amarga y se coloca de pie.- Realmente eres patético.- El Uchiha aprieta sus puños.- Y no importa si eres el "Jefe" solo con ese estúpido titulo no podrás conquistar su corazón.- Afila su mirada.

-¿Y crees que tu si podrás?- Inquiere neutro mientras gira un poco su rostro, para mirarlo de reojo sin voltearse por completo.- ¿Cómo puedes ganar su corazón?

-No lo se.- Acepta.- Pero no estoy dispuesto a dejarlo ir, tú ya lo tienes todo.- Con un gruñido aparta levemente su mirar.- En cambio yo... Perdí a quienes más amaba y no planeo pasar por ello de nuevo.- Muerde su labio y dirige nuevamente sus ojos hacia el azabache, quien no se había movido en lo absoluto.-Y estoy seguro que tu jamas entenderías este sentimiento, señor perfecto.

El azabache se voltea y sigue su camino hacia la mesa en silencio, el marionetista se deja caer nuevamente en el suelo y recuesta su espalda de la pared. Molestos recuerdos empezaban a invadir una vez mas al azabache, aquellos los cuales había guardado con cerrojo en alguna parte de su mente.

Podía sentir el olor a sangre cerca aunque supiese que solo se estaba dejando llevar por los recuerdos, sentía la angustia invadir su pecho e incluso la frialdad de aquel pequeño cuerpo sin vida que años atrás cargo en sus brazos. Con dificultad traga en seco y coloca sus manos sobre la fría madera de la mesa, al mismo tiempo que inclina su cabeza y un pequeño temblor recorría su cuerpo. Los tormentosos recuerdos empezaban a invadirle por completo, mientras luchaba en vano por intentar mantenerse a raya e inexpresivo.

El marionetista eleva su rostro encontrándose con el extraño actuar del azabache, notando como un pequeño temblor se hacia notorio en su cuerpo y se pregunto ¿Qué rayos le sucedía? Sin poder retener su curiosidad se levanta y se acerca al mayor, colocándose a su lado, al instante noto las gotas de sudor que resbalaban por su pálido rostro.

-¿Y a ti que te sucede?- Pregunta confundido.

El azabache no le miro, pero dejándose llevar por la melancolía respondió sin siquiera pensarlo, soltando algo que guardaba dentro de si con recelo.

-Yo tampoco... Desearía pasar por ello... Nunca más.- Susurra siendo escuchado por el pelirrojo

-¿Qué...?- Pregunta con un hilo de voz, atrapado en su asombro.

Al instante el azabache cae en cuenta de su error, frustrado revuelve su cabello con ambas manos y dándole la espalda al mas bajo estuvo a punto de alejarse, pero Sasori tomo su brazo impidiéndolo. El azabache no se digno a mirarlo pero tampoco se deshizo de su agarre, claramente él hablar investigado la vida de cada uno de los integrantes de la organización en el pasado, por ende sabia cada cosa sobre ellos y aunque ya no necesitase dicha información, no pudo evitar recordar el reporte que años atrás Zetsu le había entregado sobre el pelirrojo, donde me relataba lo que había sucedió con los padres de éste y de como aquello le había afectado en exceso.

El marionetista aun mantenía su agarre y no planeaba soltarlo, miraba confundido al mayor, sin poder evitar recordarse una y otra vez sus palabras, llenándose de tantas dudas en tan poco tiempo y deseando cada vez mas las respuestas.

-¿Qué quisiste decir?- Se anima a preguntar.

El pelirrojo disminuye la distancia entre ambos, quedando frente a la ancha espalda del azabache. Obito lo medito por unos segundos, mientras intentaba con fuerzas alejar los malos pensamientos que le invadían y sin poder evitarlo suelta un pequeño suspiro lleno de desgano.

-No eres el único el cual perdió a las personas mas importantes de tu vida.-Confiesa mientras baja su mirar y aprieta sus puños.-Yo tampoco deseo perder a Deidara.- El azabache por fin mira al menor.-No soportaría perder a nadie más.

De forma sorpresiva el marionetista logra hacer girar el cuerpo del Uchiha y sin este éste esperarlo el pelirrojo pasa sus brazos por la cintura del azabache en un inesperado abrazo, Sasori no sabia realmente el porque había hecho eso y Obito no sabia como reaccionar, así que de forma lenta solo correspondió el abrazo un poco confundido.

El pelirrojo algo avergonzado solo hundió su rostro en el pecho del Uchiha mientras éste solo mantenía su mirada hacia un algún lado de la habitación. Ninguno sabia exactamente que hacer o decir, así que se mantuvieron en el abrazo durante varios minutos. Al pasar el tiempo se separan de forma lenta sin mirarse los rostros y sin decir absolutamente ambos toman asiento en la mesa, uno enfrente del otro.

-Puedes...- Interrumpe el molesto silencio el mas bajo, logrando que el azabache le mire.- Puedes contarme sobre ello y así quizás... Podamos entendernos mutuamente.- El pelirrojo eleva su mirar.

Cuando ambos chocaron sus miradas no pudieron evitar mantenerse en silencio, sin apartar lo ojos de su contrario. No sabían si fuese causa de las ya posibles dos horas que llevaban encerrados pero en un extraño impulso solo acercaron sus rostros de forma lenta, hasta que estuvieron a escasos centímetros del otro.

De forma inconsciente el azabache lleva su mano hacia la mejilla del marionetista, acercándose aun mas a éste y asintió en respuesta a lo anterior mencionado por él. Sus orbes chocaban en una guerra de miradas, pero esta era diferente a las anteriores ya tenidas, en vez de odio el brillo que ambos para de ojos emanaban era de curiosidad. Ninguno entendía con exactitud que estaba ocurriendo o porqué repentinamente se estaban dejando llevar con la persona con quien discutían hacia menos de unas pocas horas.

Ambos miran sin poder evitarlo los labios contrarios antes de devolver sus miradas hacia si mismos. Tragan en seco con algo de dificultad y cuando el azabache estaba apunto de alejarse, el marionetista se adelanto y unió sus labios en un sorpresivo -Y algo torpe.- beso. Al instante se quedaron paralizados, pero sin poder evitarlo siguieron el inesperado choque entre sus labios. Obito guió su mano restante hacia la otra mejilla del pelirrojo, tomando ambas para así acercar mas el rostro de éste e intensificar el beso.

Sasori se sentía levemente desorientado ante la suavidad de los labios contrarios, sin dudarlo llevo sus manos hacia la nuca del azabache, empezando a juguetear con su cabello. El beso era lento y algo húmedo, siendo guiado por el mas alto, quien mantenía el ritmo de forma serena, logrando que ambos disfrutasen aquella extraña e inesperada experiencia. De un momento a otro el pelirrojo decidió tomar las riendas de la situación, por ello pego aun mas su cuerpo del azabache y abrió un poco sus labios, para después pasar la punta de su lengua sobre el labio inferior del Uchiha, quien entendió al instante volviendo el beso en uno aun mas agresivo, logrando arrebatar el aliento del pelirrojo.

Sus lenguas danzaban al compás de un ritmo demandante, luchando por ser quien dominara al contrario, el húmedo choque entre sus lenguas les incitaban mutuamente y sin poder controlarse el azabache sin cortar el beso carga al más bajo colocándolo sobre su regazo. Sasori no se mostró incomodado por aquella acción y solo se dejo hacer mientras apegaba mas su cuerpo al del mayor, las manos de Obito se paseaban con desespero sobre el cuerpo del marionetista, acariciando cada parte de éste sin pudor alguno. el beso se volvía cada vez mas agresivo y los toqueteos entre ambos lograban que éstos dejasen escapar uno que otro jadeo, los cuales eran acallados por los labios contrarios, de un momento a otro la falta de aire se hizo presente y ambos se separaron. Sus respiraciones eran erráticas, sus labios se encontraban húmedos, rojos e incluso algo hinchados, estos se unían con un pequeño hilo de saliva el cual se corto casi al instante.

Sus miradas se cruzaron una vez más, los fuertes jadeos que escapaban de ambos junto a la falta de oxigeno les impedía poder general alguna clase de palabra. Con el pasar de los minutos sus respiraciones se fueron regulando, la frente del marionetista descansaba sobre el hombro del azabache y éste solo miraba hacia el techo.

-Parece que alguien tiene un pequeño problemita.- Menciona aun jadeante el pelirrojo con un tono burlón.

-Callate.- Gruñe el azabache.

Cuando por fin lograron respirar con normalidad decidieron separarse, por ende Sasori con las piernas algo temblorosas volvió a su asiento y ambos se mantuvieron en silencio, después de unos cuantos minutos, justo cuando estaban a punto de hablar de lo sucedido la puerta se abre al instante dando paso a los demás miembros. Con rapidez se dirigieron una mirada cómplice y se levantaron, Obito se acerco hacia los demás hombres dispuesto a darles su castigo por la maldita patada que había recibido horas atrás.

Tiempo después ambos decidieron mantener en secreto lo que había sucedido entre ellos, encontrándose a escondidas sin que ninguna miembro se enterase, mientras se sinceraban entre si, contando las partes de sus pasados que nadie conocía. Notaron cuanto tenían en común y aunque en ese momento no lo aceptaran, sabían que algo había cambiado aquel día pero aun así preferían llevar las cosas con calma.

Al final, ¿Quien lo diría? Realmente del odio al amor, solo había un paso.

F i n
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¡Hola!

Dedicado a jess_lm27 quien me pidio que hiciera un ObiSaso, espero te haya gustado y perdona la tardanza. También tuviste premio doble porque hace rato publique un Os TobiDei uwu

¿Que les pareció?

¿Les gusto esta extraña idea? Espero que si.

¿Cual fue tu parte favorita?

Escrito:08/08/21
Publicado: 10/08/21

4642 Palabras.

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