CAPÍTULO 32: REPRESALIAS
EDWARD
—No obtuve respuestas— nos contó Charlie apenas regresó a Forks. –Además de disculparse por el accidente que tuvieron en las escaleras, esa muchachita no suelta prenda— se sentó con nosotros. Apenas llegó de Port Ángeles, le pedimos que pasara por el hospital para ponernos al tanto del interrogatorio que le hizo a Kristie Price.
— ¿Entonces fue un accidente?— preguntó Bella, es la misma pregunta que yo quería hacer.
—Dice que tú le tomaste el bolso con fuerza, ella lo soltó para huir de ti pero caíste. Parecía bastante afectada cuando le conté que no podías caminar— se cruzó de brazos.
— ¿Podría verla? No la recuerdo pero si quiere disculparse conmigo tal vez me diga algo. Es posible que si hablamos...
—Es una adolescente muy problemática. Va a estar en Forks dentro de una semana, me ha dejado la dirección donde va a residir luego de la adopción.
— ¿Adopción?— preguntó Bella sorprendida.
—Está terminando los trámites para dar en adopción a su hijo— aquella noticia pareció afectar mucho a Bella, tanto así que permaneció silenciosa el resto del día.
Me alegra ver que Bella está tomando en serio su rehabilitación, sé que le cuesta y le causa mucho dolor pero es la única manera de poder logar recuperar su rango de movimientos. Cuando tenga más flexibilidad y se tonifiquen sus músculos, yo mismo le haré los masajes necesarios para que se recupere por completo. Estoy orgulloso del empeño que pode por obtener su alta.
Ayer le traje por fin a Elizabeth, temí que volvieran los dolores de cabeza pero no fueron tan fuertes. Bella se relajó y se permitió gozar de nuestra hija unos minutos. Hoy pasó casi una hora con la pequeña.
Mis temores no se han desvanecido, Tanya desapareció unos días de Forks pero regresó anoche a recoger sus cosas de mi casa. Nuevamente se ha marchado, sin decir nada ni dar explicaciones a la familia. Por mi parte los hice partícipes de aquella grabación y de mis teorías. Alice y Rose se sintieron indignadas, no dudaron ni un segundo en que mi hipótesis sean ciertas, ellas me ayudaron a cancelar la boda y avisar a los invitados. Sin embargo mi madre luego de escucharme, me dijo que debía tener una conversación con Tanya pues la conoce desde que era una niña, nuestras madres fueron grandes amigas. Papá no se ha pronunciado sin embargo me dio todo su apoyo. En cuanto a mis hermanos, creo que Emmett ganó la apuesta ya que no hubo boda. Sé que cuento con ellos incondicionalmente, somos una familia muy unida.
Todas las tardes, después de mi turno, vengo a ver a Bella, en realidad me escapo con cualquier pretexto pero es en esas horas que podemos conversar y darnos algunas muestras de afecto. Si sigue así, saldrá la otra semana y podremos estar juntos, esta vez para siempre.
—Doctor Cullen, lo busca un funcionario de Seattle— me llamó al celular, Renata. Por fin alguien con rango ha llegado, desde que me contrataron solo he podido contactar con dos de servicio social y con el director del hospital de Port Ángeles. Fui presuroso a mi oficina pues les he enviado muchas solicitudes para incrementar algunas áreas del hospital.
El semblante serio de aquel colega no me gustó, apenas entré me presenté.
—Soy Edward Cullen— sonreí sin obtener respuesta positiva de su parte.
—J. Jenks, soy del departamento legal del servicio de Salud— me quedé frío, entonces no era médico. ¿Departamento legal?
—¿En qué puedo ayudarle?— lo invité a sentarse pero no aceptó.
—Vengo a traerle una orden que anula su nombramiento como director del hospital— me tendió un sobre que no pude recibir, la noticia me dejó desconcertado.
—Puedo... ¿puedo preguntar a qué se debe?
—Usted no hizo la residencia médica que es requisito para ser contratado en nuestro país.
—Pero aceptaron mi solicitud para este puesto, no era requisito tener el residentado...
—La residencia es necesaria para extranjeros...
—No soy extranjero. Nací en Chicago, fui adoptado y...
—Usted hizo sus estudios en otro país, esos no son válidos aquí a menos que haga el residentado.
—Cuando postulé a este puesto me comuniqué con un funcionario del servicio de salud, tengo la licencia internacional para ejercer la medicina, tengo especialización y estoy terminando un MB a través de la Universidad de Seattle en administración en salud.
—Lo lamento, quizás usted tenga la licencia internacional pero no el personal que contrató. La doctora Denali y el doctor Amund no están habilitados para ejercer en nuestro país.
—Claro que cuentan con su licencia internacional.
—Tengo un reclamo que dice lo contrario y vengo a verificarlo. Hasta entonces usted ha sido separado del cargo de director de este hospital.
Tomé el sobre entre mis dedos y saqué los documentos. Efectivamente había una resolución que dejaba el puesto vacante y me destituía como director. No fue difícil atar cabos ¿Quién podría hacer un reclamo así? Ahora estoy en sus manos, si ella no presenta los papeles originales de su licencia internacional, estaré en aprietos. Benjamín me pasó los suyos por fax, los llevé a legalizar y luego él presentó los originales. Con un demonio debí prestar más atención a eso.
—Está bien, déjeme retirar mis pertenencias hasta que esto se aclare— intenté sonreír. Mi mente trabajaba a mucha velocidad para reconocer cual es el siguiente paso a dar. Primero sacar todas mis cosas, documentos, fotografías, algunos libros de mucho valor y mi lap. Luego debo llamar a papá para que me ayude. Él sabe más de estas cosas que yo pero en este tiempo se ha dedicado más a pasar tiempo con la familia, debido a mi enfermedad, el nacimiento de mi hija y mi próxima boda se fue quedando en Forks.
No lo puedo creer, de todas las cosas que podía hacerme, Tanya optó por lo más bajo y ruin.
No me tardé mucho en tener mis cosas listas, pedí que Renata me ayudara a llevarlas a mi coche y fui por Bella. Se sorprendió un poco al verme llegar a su terapia de rehabilitación, aunque el realmente sorprendido fui yo al verla de pie.
—Te felicito— le sonreí con tristeza.
—¿Qué pasa?— respondió intuyendo que algo andaba mal.
—Me han destituido, alguien presentó un reclamo debido a mis estudios fuera del país y por las contrataciones internacionales que hice.
—¿Fue ella verdad?
—No se me ocurre nadie más y lo peor es que si Tanya no entrega sus papeles originales para la investigación estaré atado de pies y manos.
—¿Le llamaste? ¿Está en Forks?
—Desapareció unos días pero ayer regresó y se llevó sus pertenencias. No sé su paradero ahora.
—Vas a tener que buscarla y pedirle que te ayude— se encogió de hombros visiblemente fastidiada.
—Lo intentaré pero si no funciona deberé dejar definitivamente este hospital.
—¡Yo no quiero quedarme si tú no estás!— dijo asustada.
—Solo un par de días más, mira, ya puedes ponerte de pie, mejoras con rapidez Bella, no debes detener tu recuperación.
—Quiero irme a casa— pidió.
—Me gustaría llevarte allá mi amor pero... creo que lo mejor es que vengas conmigo.
—¡No! No quiero ir a tu casa, allí viviste con ella, no puedo— me dijo con tristeza. No pude rebatir eso, es algo con lo que no había contado, creí que se sentiría más protegida en casa. Pero tiene razón, debe querer volver a la casa donde se crió sin embargo aún no puede hacerse cargo de nuestra hija.
—Está bien pero dame un par de días para arreglar todo, poder preparar la habitación que tenías con Elizabeth y contratar alguien que te ayude con la bebé.
—Si lo pones así... es más difícil ¿Verdad?
—Sí, además debemos hablar con Charlie.
—Ya hablé con él, le conté que nos reconciliamos pero tiene muchas preguntas que hacerte.
—Y nosotros necesitamos sentarnos a conversar sobre lo que pasará de ahora en adelante y cuáles son nuestras opciones. Ya no tengo empleo y no sé si lo recupere.
—No me voy a ir de Forks—se quejó con desesperación. Respiré hondo pues esto tampoco me ayudaba mucho, quiero estar con Bella, cuidar de ella y de mi hija pero como van las cosas necesito apoyo, cuento con mi familia pero si Bella quiere irse a casa de Charlie se me complicará cuidarlas a ambas todo el día. Ya no tengo empleo pero quizás deba salir a hacer trámites o me repongan en mi puesto. ¿Quién cuidará de ellas? Ella aún no puede valerse por sí misma.
—Está bien, lo hablamos luego— le di un beso en la frente y me despedí para resolver los nuevos problemas que se me venían encima.
—¡No me contesta!— me frustraba no poder comunicarme con Tanya. Papá me había dado algunos buenos consejos para afrontar esta revisión de los de servicios de salud.
—¿Benjamín ya encontró sus documentos?— preguntó.
—Sí pero quiere irse del hospital, aquel tipo ha sido poco cortés con él, lo interrogó de manera arrogante debido a su religión.
—Los musulmanes están siendo acosados en todos lados, Edward. Tal vez sea mejor para él, volver a Canadá.
—Lo sé. Lo estoy esperando, no tarda en llegar.
En ese preciso momento llamaron a la puerta, yo mismo fui a abrir. Era Benjamín con su novia quien me lanzó una mirada cargada de odio apenas me vio.
—Hola Benjamín, hola Tía, que gusto, pasen— me hice el distraído para no dar pie a que aquella mujer, me dijera algo desagradable. Sólo quería tratar el asunto de mi amigo.
—Edward, ya lo decidí, me regreso a Vancouver esta misma semana, Tía me alcanzará dentro de poco allá, espero que asistas a nuestra boda— me sonrió. No pude sino devolverle la sonrisa, hacía semanas que él me había comentado que quería proponerle matrimonio, yo solo le dije que si estaba seguro a pesar de conocerla de pocos meses, estaba bien.
—Claro que lo haré— le di un abrazo para felicitarlo, cuando intenté hacer lo mismo con ella, no me lo aceptó. Benjamín bastante apenado conmigo la miró haciendo algunos gestos en su rostro.
—Lo siento doctor Cullen— sus pequeños y acusadores ojos estaban clavados en mí.
—¿Doctor Cullen?— pregunté. Éramos amigos, nos conocíamos lo suficiente para tutearnos, es más lo hacíamos casi desde que fuimos presentados
–No puedo aceptar su felicitación debido a que ha sido demasiado cruel con mi buena amiga Tanya— miró a su pareja que no sabía dónde meterse por la vergüenza.
—El asunto con Tanya es delicado. Sé que eres su amiga pero deberías saber que si Benjamín se va del país es debido a una reclamación que ha presentado la misma Tanya. Yo he sido destituido de mi puesto mientras están investigando las contrataciones, así que...
—Pues ella debió actuar así porque está muy triste. Usted le rompió el corazón en más de una oportunidad, primero teniendo un hijo con una ex pareja sentimental y luego aplazando su boda tanto que al final la dejó plantada a un día del enlace. Eso es demasiada crueldad, ella no merece todo lo que usted y Bella Swan le han hecho— parecía contenerse por lanzar más acusaciones.
—Tía, te he explicado...— interrumpió Benjamín.
—Tiene razón en defender a su amiga, eso no se lo niego— contesté. –Pero en lo que no lleva razón es en acusar ciegamente a la otra parte hasta no saber toda la verdad desde los distintos ángulos. Yo tuve mis motivos para cancelar aquella boda...
—¿Botar a una mujer embarazada?— gritó. —¿Qué clase de motivos le llevaron a actuar de forma tan canalla?
—El darme cuenta que mi dulce prometida, no era en realidad como yo creía. Es largo de explicar espero que Benjamín pueda hacerlo con calma. Él sabe mis motivos aunque le pedí discreción. Benja, tienes permiso para develar mis secretos— miré a mi amigo que estaba bastante abochornado.
—Gracias Edward. Bueno, solo vine a decirte que ya presenté mi renuncia, mañana recogeré la respuesta y haré maletas para irme a casa, mis padres me extrañan demasiado. Espero que nos volvamos a ver— me abrazó.
—Dalo por hecho, quizás yo también tenga que volver si todo sale mal— dije con tristeza.
—Espero que no, colega, estamos completos en Vancouver— bromeó y se marchó del brazo de su ofendida novia. ¿Qué les habrá dicho Tanya? No es la primera que me lanza miradas asesinas, ya lo he sentido cuando fui a sacar unas fotocopias y a legalizar papeles en el pueblo. Algo me dice que esto solo está comenzando.
—Yo misma tengo ganas de mandar a esa muchachita con su familia— escuché decir a mamá, la puertas se cerró con fuerza, estaba jugando con Elizabeth en el salón del segundo piso y al escuchar las palabras de Esme, me paré a verlos desde arriba.
—¿Está en Forks?— preguntó papá.
—Tomamos un café en la estación. Se fue a Port Ángeles, va a tomar un vuelo a Vancouver hoy o eso me dijo. ¡Ya no sé si creerle! Está tan extraña... culpa a Edward y a Bella por las cosas que pasaron y tú sabes que no hay culpables aquí más que nosotros, Carlisle— mamá empezó a llorar, yo sé a lo que se refería, cuando me contó que hace años le pidieron a Bella alejarme para que acepte la beca, lo hizo con un gran sentimiento de culpa. Papá la tomó entre sus brazos. Me fijé que Elizabeth acababa de quedarse dormida en su mecedora, la arropé y bajé a consolar a mi madre. Me siento el responsable de este periodo en el que mi familia está casi a la deriva, mis hermanas no se marchan a sus trabajos por estar conmigo y la bebé. Mis hermanos no dejarán a sus esposas. Mis padres también me acompañan porque no quieren dejarme solo.
—Lo lamento— dije al llegar al lado de mamá. –Lamento haberles causado estos problemas— busqué consuelo en los brazos maternos, ella jamás me negaba eso, el calor de sus caricias.
—Tranquilo amor, esto va a pasar, aunque por ahora se vienen momentos difíciles. Tanya está muy dolida, sé que desde su punto de vista las cosas no fueron buenas para ella pero se niega a razonar algo, no la reconozco, está llena de resentimiento.
—Pero se ha puesto como la víctima de lo que pasa, cuando ella misma ha propiciado cosas negativas y ha actuado de forma negligente en el hospital— reclamó papá. –El problema que tengan entre ustedes no le da derecho a lastimar a los demás. No pretendo acusarla legalmente por su estado pero ganas no me faltan de levantar un procedimiento por su falta de ética. El tomar información privada para exponerla ante los demás la desacreditan como médico. El atentar contra tu vida mucho más. Quisiera que sea cierto lo de irse a Vancouver y que no vuelva— Carlisle se sentó en una banca, visiblemente molesto.
—Alguien debe detenerla— entró Rosalie, quien había escuchado nuestra conversación. –No sabes todo lo que ha dicho de Bella, a sus amigos y nuestros conocidos. La acusa de meterse en su relación, de que cancelaras la boda, dejándola sola y embarazada. Incluso la culpa de usar su accidente para retenerte y no dejar que le cumplas.
—¿Qué?— apenas podía reaccionar, claro que sabía que Tanya no se iba a quedar callada, pero culpar a Bella de nuestros problemas, cuando aún no se recupera de un accidente que tal vez ella misma provocó, es demasiado bajo.
—Emmett y yo fuimos a comer a esa cafetería que solíamos frecuentar cuando estábamos en la escuela, la de Waylan. Pues allí dos meseras nos contaron como Tanya lloró junto a sus amigas por la cancelación de su boda. Dice que Bella planeó junto a su mejor amigo, acusarla de engañarte. Que Jacob Black le está levantando calumnias para separarla de ti. Y que Bella está detrás de todo esto, usando su accidente para manipularte.
—Quisiera irme de este pueblo— murmuré.
—No sería mala idea— dice mamá apoyándome. –Lo digo en serio, Bella está recuperándose, pronto va a salir a la calle, con el tiempo intentará volver a su antiguo empleo ¿Qué va a encontrar? A todo el mundo acusándola.
—No creo que Bella quiera salir de Forks. Además... ¿A dónde iríamos?— suspiré.
—Diría que a Vancouver pero Tanya está allá, quien sabe que cosas estará planeando— Rose abrió el refrigerador y sacó un par de latas de cerveza. –Buenas noches— nos dijo enviando besos volados.
—Vas a tener que ser pacientes y fuertes— me dijo mamá pero sabía que no iba a ser fácil.
El día que Bella fue dada de alta, fui por ella para llevarla a casa de Charlie, se veía bastante repuesta aunque aún no podía caminar por sí misma, necesitaba mucha terapia todavía.
— ¿Tu preparaste la habitación?— dijo cuándo la llevé a su cuarto.
—Hace meses— le sonreí. –Cuando estabas en el hospital con Liz, Charlie me dejó este espacio porque tu habitación en el segundo piso no era apta por tu cesárea— ella seguía admirando cada estante, la pequeña cama colecho y las pequeñas ropas de nuestra hija.
—Quiero tenerla conmigo— suspiró.
—De eso quería hablarte— tomé una silla y me senté a su lado. –Te traeré a nuestra hija algunas horas al día— sonreí.
—La quiero aquí, viviendo conmigo, Edward. Quiero recuperar el tiempo perdido, sé que aún no recuerdo totalmente pero en estos días, pequeños fragmentos están llegando a mi memoria. No sé diferenciar si son recuerdos o sueños pero me he visto embarazada, pude sentirla dentro de mí. Sé que la estuve esperando con muchas ansias.
—Lo sé amor pero no puedes hacerte cargo de ella aún. Primero debes recuperarte y eso tomará algunos meses...
— ¿Meses? ¡Mientras tanto mi hija aprenderá a hablar y a caminar lejos de mí! Quizás ya ha dicho su primera palabra y no estuve allí, me estoy perdiendo muchos momentos importantes— sus ojos húmedos me causaban profunda tristeza.
— ¿Quieres que me mude aquí con ustedes?— pregunté. Es algo que aún no tenía planeado pero sabía que se daría pronto. Después de todo el escándalo que suscitó mi separación de Tanya pensé que Bella querría unos meses de noviazgo, volvernos a conocer, pasar tiempo de calidad antes de dar ese paso. Casarnos o mudarnos juntos. Me miró con timidez, mordió su labio inferior antes de sonrojarse. Se veía como mi pequeña Bella de 16 años, de quien me enamoré perdidamente hace años.
—No... no sé qué dirá papá— dijo asustada. —¿Crees que sea buena idea?— preguntó mirando al piso.
—Bella, he aprendido que debemos aprovechar el tiempo juntos. ¿Sabes cuantos años he estado pensando en ti? ¿Extrañándote en la distancia sin poder verte o hablar contigo?
—No sé si sea apropiado— volvió a dudar.
—Justamente por eso había pensado que nuestra convivencia se dé poco a poco. No puedes hacerte cargo de nuestra hija totalmente, todavía. Yo puedo venir con ella algunas horas al día o quedarme algunas noches para que puedas dormir con ella, sé que la extrañas y ella a ti. Pero si lo quieres todo ahora mismo, me mudo contigo y nuestra hija, olvidamos lo de ir poco a poco y nos establecemos como una familia. Sabes que te amo Bella, que no me importa lo demás si estamos juntos.
—Ya puedo escuchar a la madre de Lauren— suspiró mi Bella. –A mi amiga Tía, a las demás profesoras de la escuela ¡A la directora! A la dueña del market, a algunas vecinas, incluso a las enfermeras del hospital. ¿Pero sabes? Hablaré con Charlie y tomaré en cuenta solo su opinión, ya que de entre todas las personas de Forks, es el único que ha estado a mi lado este tiempo.
—Hablaremos con Charlie ¿sí? Ahora voy a preparar algo de comer para ti— le sonreí.
Aquella tarde escuchamos a su padre darnos su bendición, nos aconsejó que no nos separemos, que nos mantengamos unidos sin prestar atención a los rumores, chismes o cuchicheos del pueblo. Una de mis grandes preocupaciones era mi trabajo, ya que hasta que no terminara la investigación en el hospital no podía ejercer por mi cuenta y Forks no contaba con clínicas donde presentarme por un empleo
—Yo... quisiera que hablemos sobre mi trabajo— les dije a ambos. –Si no me vuelven a reponer en mi puesto, deberé buscar empleo en otro lugar pero Forks no es una gran ciudad donde pueda encontrar uno.
—¿Y Port ángeles?— preguntó Charlie.
—Es una ciudad, podríamos intentarlos si Bella está de acuerdo— la miré.
—No quiero irme de Forks— suspiró.
—Pero aquí no tendría como mantenerlas, tengo ahorros pero con el tiempo se acabarán y yo... necesito seguir ejerciendo. Amo mi profesión— confesé.
—Entiendo pero aún no te dan los resultados ¿Verdad?
—No creo que me repongan Bella, van a necesitar algunos papeles de Tanya y no creo que ella se los facilite.
Así fue como me mudé a casa de Bella, acomodé nuevamente el enorme sofá negro y me llevé unas cuantas cobijas conmigo. Mis padres se sintieron complacidos por este nuevo paso, mis hermanas estaban muy triste por dejar ir a Liz, se habían acostumbrado tanto a ella. Y Charlie... mi casi suegro se limitó a mover su bigote y a murmurar que ya éramos adultos.
Todo estuvo listo, Elizabeth fue el último viaje que hice hacia la casa Swan, estábamos ambos emocionados por irnos a vivir con "mamá", deseaba tanto poder mostrarle a Bella que nuestra pequeña de cuatro meses ya balbuceaba esa palabra. Los pocos momentos que ella pasaba al lado de nuestra hija no había podido escucharla hablar, ni sus carcajadas. Ahora, con más tiempo juntas podrían volver a conectar como antes, cuando Bella sufrió el accidente, Liz lo pasó muy mal los primeros días, ahora volverá a tener a su madre para cuidarla y darle ese amor incondicional que solo Bella puede brindarle.
Antes de llegar a nuestro nuevo domicilio, pasé por el súper para hacer algunas compras, no soy muy bueno en la cocina pero de hambre no van a morir mis niñas si me tienen a mí. Recuerdo que a Bella le encanta la pasta, así que compré varios ingredientes para poder preparar una cena gourmet, grande fue mi sorpresa cuando mis tarjetas fueron rechazadas. Rápidamente salí de la caja y me dirigí hacia un cajero, aún con mi hija en mis brazos.
No tenía dinero en una de mis cuentas de banco y en la otra, mi tarjeta estaba bloqueada. Llamé a dichas instituciones, luego de pedirme esperar y ya con mi hija al borde del llanto, me dijeron que el dinero fue retirado en el primero y en el otro intentaron hacer una compra de varios miles de dólares por lo cual la tarjeta fue bloqueada. Tuve que adquirir los comestibles con el poco efectivo que guardaba, luego cerrar las cuentas mancomunadas que tenía con Tanya, llamar a papá para que me ayude a bloquear todo lo que mi ex novia pudiera hacer para perjudicarme. Alice hizo unas llamadas y me enteré que en Vancouver estaba debiendo varios miles de dólares pues Tanya no canceló a tiempo la boda, igual que aquí en Forks, Tanya se llevó el depósito que hicimos para el bufet, el alquiler del local y mi nombre quedó allí como deudor.
Siento que está acorralándome, que me está dando cacería o algo por el estilo. No sé de dónde vendrá el siguiente ataque o tal vez ya estoy paranoico pero nunca había sentido esta sensación tan desagradable de esperar a que alguien te dé el siguiente golpe para poder actuar. Y no sé si debo poner a Bella al tanto de lo que está sucediendo ¿Debo cargarle este peso también?
***************
Capítulo de transición, Tanya sigue haciendo de las suyas ¿Cómo podemos detenerla? Realmente hay gente así de ladilla que nunca te deja en paz hasta que le cae el karma.
Gracias por leer
PATITO
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