"No puedo creer que hoy sea el gran día. ¿De verdad estoy haciendo esto? Creo que debo tomar aire antes de escribir mi última carta, bien...

Tengo algunas cosas que decir antes de revelar mi nombre.

Quiero que sepas que, gracias a ti, aprendí que siempre debo esforzarme por mis sueños y deseos, que con la perseverancia siempre voy a conseguir mis objetivos,  y que siempre estarás tú como esa luz al final del camino que no dudará un segundo en guiarme.

Debes saber que admiro tu manera de no rendirte jamás, pese a las malas intenciones de otras personas, tú nunca has bajado la mirada indicando la derrota. Y eso es un ejemplo para mí, que más de una vez he pensado en no continuar, he pensado que mi vida no vale la pena, pero tú siempre has sabido sacarme de esos malos pensamientos.

Gracias por permitirme ser tu amigo,  ser cercano a ti, estoy contento de al menos formar parte de un trocito de tu vida y de tu corazón. Espero ser de esos trocitos que se quedan toda la vida, expandiéndose cada vez más hasta ser alguien realmente importante para ti.

No quiero alargarme ni aburrirte demasiado, después de todo, sé muy bien lo que esperas en esta carta, y te lo diré.

Bueno, más bien, dejaré que tú misma lo descifres

Te he dado nueve cartas, prueba leer la primera letra de cada una de ellas. Esto te va a dar en resultado nueve letras, ¿qué tal si las juntas?

Bueno, ya sabes quién soy. Cuando termines de leer esto, corre al gimnasio escolar para poder vernos cara a cara.

Te amo, Chica."

Chica temblaba en su intento por sostener la nota. Corrió hacia su mochila buscando las ocho notas restantes mientras las acomodaba en orden lo más rápido que sus manos nerviosas le permitían. Y justo ahí, formaban un nombre. Aquel nombre que esperaba tanto saber.

—¡F-Foxy! —Chilló volteando a ver al pelirrojo y lo abrazó con todas sus fuerzas, emocionada — ¡Tengo que ir a verlo, me espera en el gimnasio! —Ella ni siquiera esperó una respuesta de su amigo, dejó sus cosas ahí y simplemente huyó despavorida hacia su destino.

Foxy miró las cartas una vez más para asegurarse del nombre del escritor de las notas.  Y no pudo sentirse más inútil jamás, ¡eran las iniciales de cada carta! Debió haberlo sabido antes. Si ser detective fuera su trabajo, estaría despedido.

Mientras tanto, Chica paró de correr cuando se situó frente a la puerta del gimnasio. Sonrió ampliamente y dio un suspiro antes de abrir la puerta.

La abrió. Lo vio.

Y sintió como algo mágico comenzaba dentro de ella.