Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 7: Beso inesperado

Noah

Es el primer recuerdo que tengo sobre mi vida pasada.

Pero parece, que hubiese sido vivido por otra persona, no por mí, lo siento… lejano y surreal. Aunque debo admitir que recordar a esa tal Brooklyn me removió muchas cosas en mi interior.

En el flashback que tuve, yo la veía con mucho deseo, con poca decencia, me cuesta reconocer a ese mi yo anterior que parecía que era. Brooklyn es muy guapa, y cuando la vi anteayer por primera vez sí lo admití, pero nada más allá, en ese recuerdo mis pensamientos parecían, morbosos.

Cuando le dije a don Felipe que había recordado eso, aunque no entré en detalles, me llevó a mi departamento a descansar, puesto que estaba muy aturdido y conmocionado. Dormí hasta entrada la tarde, y soñé con ese recuerdo para variar. Al despertar necesitaba hablar de eso con alguien, así que me dirigí al trabajo de don Felipe y le conté el fragmento que había recordado, como así también mis inquietudes.

—Esa Brooklyn, ¿habrá sido alguien importante en mi vida? ¿Habrá llegado a invertir en mi compañía? ¿O nos vimos únicamente por ese día? ¿Por qué la miraba… de esa forma tan, tan sucia?

—Espera, Noah, tranquilízate muchacho. Respira hondo —le hice caso, intentando calmarme.

—Es normal que al toparte con alguien de tu pasado o con alguien que perteneció a tu entorno empieces a recordar cosas. Todo este tiempo no lo hiciste porque estuviste en medio de un ambiente nuevo y con gente nueva para ti. Y ahora que por fín te encuentras con alguien que aunque sea estuvo presente un día en tu pasado, es normal lo que te está pasando.

—Es que, no me quedé tranquilo. Cuando recordé eso, sentí un montón de emociones inexplicables despertar en mí, no sé cómo descifrarlas. Por otra parte, incluso antes de recordar aquello, cuando vi a Brooklyn por primera vez esta mañana, me sentí emocionado, sentía que algo saltaba dentro mío de felicidad, como si estuviera reencontrándome con alguien que fue importante para mí. ¿Por qué? Si en mi recuerdo Brooklyn era solamente una posible inversionista.

—Ese recuerdo es solamente de cómo conociste a esa mujer, Noah. Es el primer fragmento de tu pasado que has recuperado, el cero coma cero uno por ciento de la que fue toda tu vida, un flashback. No sabes lo que pudo haber sucedido después de esa junta.

—Eso me deja más intranquilo aún. Pero, ahora que lo pienso, si hubiese sido alguien importante en su vida me habría reconocido, me lo habría dicho. Pero ella no lo hizo, actuó como si no me conociera, tal vez, tal vez y nunca invirtió en mi empresa y me vió únicamente por ese día, que ahora ni me reconoció.

—Puede ser, pero estás siendo un poco ingenuo, Noah.

—¿Por qué lo dice?

—Tú mismo me lo comentaste esta mañana, me dijiste que esa señorita te había mirado de forma extraña, que la notabas pálida y nerviosa. Tal vez algo pasó entre ustedes luego de esa junta.

—Qué misterio —pasé ambas manos por mi rostro, frustrado.

—Además cuenta con que la policía fingió tu muerte, es obvio entonces que esa mujer se haya paralizado al verte. Prácticamente estaba viendo un fantasma.

—Viéndolo desde ese punto de vista, tiene razón. No debe ser nada bonito —reí brevemente.

—¿Te parece si mañana vamos con el doctor Bacchelli? Quizá vayas recordando más cosas —puso su mano sobre mi hombro en señal de apoyo. Yo asentí en respuesta.

Y así fue.

Al día siguiente, o sea ayer, el doctor se alegró mucho de que hubiese recordado algo, y me dijo que eso era una buena señal, además de que alguien que está amnésico no siempre recuerda cosas así porque sí, pueden venir flashbacks repentinos, pero mayormente se recuerda cuando se ve a alguien o algo que perteneció al pasado perdido, y aún mucho más cuando se convivía con ellos.

Esto que recordé es buena señal, pero no significa que mi amnesia vaya a desaparecer, al menos no de inmediato. Y ese flashback que tuve puede ser un estímulo para que mis recuerdos regresen.

Después de esa cita regresé pensativo a casa. Y lo sigo estando.

—«Y dicho eso abandonó apresuradamente la sala. Un momento después Lizzy oyó cómo abría la puerta y salía de la casa.» Noah, ¿Noah estás escuchándome? —me pregunta Brenda Caterina. Al oír la pregunta volteo a verla rápido.

Me siento apenado con ella. No estaba prestándole atención a lo que me leía —mientras estoy trabajando—, y hasta había olvidado que ella estaba ahí, por andar pensando en mi recuerdo con Brooklyn.

Don Felipe salió para comprar una sierra de mano, puesto que la que tenemos ya está vieja.

—Discúlpame, Brenda Caterina. No fue mi intención, prometo que ya no andaré tan distraído. Estoy apenado contigo —la miro con tristeza, sintiéndome culpable. Desde anteayer por la mañana no pensé siquiera un segundo en ella, y eso que estoy en el plan de conquistarla.

—Lo entiendo, Noah. No te preocupes —me sonríe—. Sé que eso que recordaste te tiene abrumado, pero mi intención era distraerte de aquello, puesto que te está afectando. Quiero que vuelvas a sonreír.

Y si supiera cuánto me afectó. No le conté a Brenda Caterina lo que recordé a detalle. Se asustaría.

—No es tu culpa —la tomé de las manos.

—Sé que no, pero hablar con alguien más te hará bien, Noah. Vamos, confía en mí.

Lo que pasa tras esas palabras es repentino y me toma totalmente por sorpresa. Brenda Caterina sostuvo mi rostro con ambas manos y me besó.

Yo me quedo paralizado, sin saber cómo reaccionar o qué hacer, sólo atino a cerrar los ojos. Desde que la conocí siempre me gustó Brenda Caterina, y en caso de que ella correspondiese mis sentimientos —cosa que acabo de confirmar—, este beso tarde o temprano tenía que suceder. Pero ahora, justo ahora que traigo las emociones y sentimientos revueltos y confusos me quedé en shock. Además que no me esperaba esta iniciativa de parte de ella.

El beso es dulce, tierno y acompasado, pero tímido, de seguro no sabe muy bien cómo continuarlo. Estoy en el debate de si corresponderle o no. Pero estando en eso, Brenda se separa así de súbito como me besó. Me mira asustada. Puesto que no le correspondí el beso, debe de pensar que yo pienso que ella está loca.

Una culpabilidad inevitable me invade el pecho.

—Perdóname Noah. Yo… no sé que me pasó, yo… —se acumulan lágrimas en sus ojos y sale corriendo hacia dentro de la casa.

Me quedo más atónito y atontado cómo si fuera posible, además de la culpa. El beso me gustó, no estuvo mal, pero no me despertó las sensaciones que creía despertaría en mí, por ejemplo, las habituales mariposas en el estómago que dicen que se sienten cuando estás enamorado y ocurre esto. Y esto me hace preguntarme: ¿Realmente estoy enamorado de Brenda Caterina? ¿O es una ilusión que tuve por la agradable cercanía que tuvimos ambos? ¿Confundí amor con amistad?

De todas formas, si descubriese que no estoy enamorado de ella, no quiero romperle el corazón, no es justo para ella, yo le di alas para hacerse ilusiones, quise conquistarla y mostrar mis sentimientos. Sentimientos de los que ya no estoy seguro. ¡Además prometí a su padre que nunca la lastimaría! Claro… entonces con razón dijo don Felipe nunca digas jamás.

Espero estar equivocándome y que el enamoramiento que creo sentir por ella sea real y sincero. Sino me detestaría mucho como persona por jugar así con los sentimientos de una buena muchacha.

Esto me pasa desde que apareciste tú, Brooklyn Paris.

***

Brooklyn
 

No puedo creerlo.

Desmemoriado y todo, pero vaya que Noah no perdió el tiempo, aún conserva esos instintos salvajes. ¡Agh, siento la furia crecer dentro de mí!

¡Y todavía con una chiquilla, en su puto lugar de trabajo! Una chiquilla que no debe tener más de diecisiete años, exagerando dieciocho, y él va camino a los treinta. ¡Es un morboso!

Sí, los vi besándose.

Acordé venir hoy, me teñí el cabello nuevamente a pelirrojo y me lo puse nuevamente en cascadas porque sé que así le gustaba a Noah, vengo decidida a recuperarlo… ¡¿Y me encuentro con esto?! Realmente, ¿valdrá la pena luchar por él? Noah no cambia. O en verdad me recuerda y supo fingir muy bien su reacción en cuanto me vió anteayer, y al verme venir hoy en venganza o para hacerme rabiar besó a esa niña. Ya no sé qué pensar.

Estoy emputada. Juro que quise correr hacia ellos y separarlos, pero no podía perder los estribos. Agh, ahora me arrepiento de no haberlo hecho.

Cálmate, Brooklyn, piensa con la cabeza fría.

Tal vez y sí enserio Noah perdió la memoria, y siendo así tiene todo el derecho de hacer con su vida lo que pepinos quiera. Pero, ¿con una chiquilla que no pasa los diecisiete? Eso ya me hace dudar. Quizá sus intenciones no son buenas. Tal vez planea algo o yo ya no sé.

Decido irme a poner mis ideas en orden. Hoy decidiré qué hacer y mañana con la cabeza en su lugar vendré a recoger mi auto.

(Al día siguiente)

Después de darle vueltas y vueltas al asunto ayer, con una taza de café y unas caladas de nicotina, llegué a la conclusión de que soy una paranoica histérica, pero con razón. Si Noah tuviera intenciones de vengarse de mí ya lo habría hecho, no hubiese esperado tres años y medio. Es insulso. A no ser que ese tiempo hubiera llevado su recuperación, una bala en la cabeza no es algo que se cure de la noche a la mañana. Ya no sé.

Por otra parte, como dije, al momento de reencontrarnos si bien fingiendo con su actitud, con la mirada me hubiese dicho todo el odio que siente por mí. Pero no. Siquiera encontré una pizca de rencor. Aunque Noah sabe fingir las cosas muy bien cuando le conviene —que fingiera amnesia no suena descabellado tratándose de él—, ningún ser humano es perfecto y en cualquier instante por más mínima que sea la cosa algo le puede fallar.

Además, tampoco es como que esa chiquilla sea una niña en teoría. Hay chicas de veinte que aparentan dieciséis, por ejemplo. Hasta tal vez ya es legal. Tampoco sé la relación que tengan ella y Noah. ¿Tal vez son novios? Hay casos de personas que están juntas a pesar de la diferencia de edad.

Se me oprime el corazón ante tal idea.

Por todo eso, decidí que no puedo dejar ir a Noah, no todavía. Debo conquistarlo y averiguar si realmente perdió la memoria, para saber qué trama y a qué atenerme si la respuesta es no. Además, tengo que investigar quién es esa chiquilla y qué tipo de relación tiene con mi ex prometido.

Estoy de vuelta en el taller. Entro y confirmo que únicamente el señor mayor está en el taller. Noah no está.

—Buenos días —saludo. Entonces voltea hacia mí.

—Señorita, buenos días. Hasta que al fín la veo. Ya me tenía preocupado, lo de su auto no iba a durar más de una hora y en cuatro días recién se aparece por aquí.

—Lo sé y lo siento, de verdad. Me surgieron un montón de cosas, pero aquí estoy.

—Mire, ya está con llanta nueva. Igual de buena que las otras.

—Me convence. Pero necesitaré que se quede aquí unos días más —suspiro. No me agrada mucho la idea puesto que corre el riesgo de robo, porque por favor, mi auto resalta entre todas las carcachas que hay aquí.

Pero debo hacerlo por Noah.

—¿Por qué?

—Necesita más pintura.

—¿Más? Si está lindísimo —viejo metiche.

—Es que lo quiero de otro color, mejor dicho. De un rojo más intenso, uno más asemejado al vino. ¿Comprende?

—Sí, ya ubico —va asintiendo.

—Una cosa más, señor.

—¿Sí, dígame?

—¿Hace cuánto que trabaja con usted Noah Anderson?

Tras mis palabras lo veo congelarse en su sitio. Pasados unos segundos me responde.

—¿Usted lo conoce, no es así?

¡Obvio! Sino no preguntaría.

—Le seré franca, señor. Más que por mi auto vine por Noah. Él y yo estamos comprometidos.

Es un segundo y fuerte shock que recibe. Aunque en este último aspecto estoy mintiendo. No me conviene contar esa verdad.

—¿Com, comprometidos?

—Sí. Por ejemplo, él me regaló este anillo cuando pidió mi mano en matrimonio —le muestro el anillo de diamantes colocado en mi anular. Lugar del que nunca debió salir. Mandé a Smith el día en que me reencontré con Noah a desenterrarlo—. Si me va a preguntar que por qué nunca fui a visitarlo cuando estuvo malherido, le diré que, a pesar de ser yo su prometida, como todo mundo, pensé que él estaba muerto. Prácticamente, el día en que lo vi aquí mismo creí que estaba viendo un fantasma. No sabe la fuerte emoción que recibí al momento, por eso casi me desmayé. Pero ahora vengo a recuperarlo, después de todo jamás rompimos nuestro compromiso.

—Entiendo, lo hago perfectamente —mi mira comprensivamente—. Pero, ¿entonces por qué no se lo hizo saber a Noah en ese momento?

—De eso también quería hablar con usted, señor. ¿Noah realmente perdió la memoria? ¿Sí o no? —me cruzo de brazos, mirando expectante al ya casi anciano.

—A consecuencia del balazo, la perdió. Fui yo quien lo encontró malherido y llamó una ambulancia. A partir de ese día junto a mi familia estuve visitándolo y cuidando de él. Estuvo medio año en coma y cuando despertó lo hizo sin siquiera poder hablar mucho, luego descubrimos que tenía amnesia. Apenas también y podía moverse. Cuando le dieron de alta no tenía donde ir, así que le di cobijo en mi casa. Le tomó dos años recuperarse, aprender hacer todo prácticamente, hablar, moverse, pararse, caminar y correr. Cómo se lee y escribe lo fue recordando por sí solo, y con ayuda de Dios y mis hijos recordó poco a poco cosas que avanzó en el colegio. En cuanto se recuperó totalmente le ofrecí trabajo en mi taller y él fue ya a vivir por su cuenta —ante sus palabras me tapo la boca con horror y las lágrimas me salen por sí solas.

Algo me dice que todo lo que está diciendo este señor es verdad. Noah, ¿mi Noah sufrió tanto? Y yo no estuve ahí, con él. Me siento tremendamente culpable.

—Lo único que no pudo recuperar ya, es su memoria.

—Señor, respecto a eso, ¿la perdió definitivamente?

—El día en que usted vino a nuestro taller y se marchó… Noah recordó la vez en que la conoció.

—Lo, ¿lo recordó? —pregunto emocionada.

—Así es. Se conmocionó mucho. A causa de eso fuimos anteayer con el médico que lo trató el tiempo que estuvo en coma, nos dijo que eso que recordó es una buena señal, y que conviviendo con gente o cosas de su pasado se puede estimular más su memoria.

—¿Y la amnesia puede desaparecer?

—No exactamente, eso también toma su tiempo.

—Entiendo —estoy impactada por lo que acabo de escuchar—. No sabe cuán agradecida estoy con usted y su familia, les debo la vida de mi novio, gracias —beso las manos del señor, y de inmediato saco mi billetera para buscar un cheque y una lapicera.

—Señorita Paris, si lo que busca es darnos una compensación económica se encontró a las personas equivocadas. No lo hicimos por dinero, sino por cuestión de humanidad.

—Yo lo sé. Pero igualmente deseo compensarlos, por favor, acepte el cheque. Además esto no vale ni la cuarta parte de lo que vale la vida de mi prometido —quiero anotar en él la cantidad, pero el señor me detiene.

—Insisto, no es por ser descortés, sino es que no lo encuentro correcto. Por favor, guárdeselo para usted, o para Noah. Él lo necesita más que nosotros y es más, tal vez con eso pueda compensar en parte todo este tiempo que no pudo estar a su lado. A pesar de que no sea culpa suya.

Una punzada al corazón me viene al escucharlo.

—Está bien —me encojo de hombros, resignada y guardando mi billetera y pluma—. Dos preguntas más y ya no lo molesto.

—No me molesta, es usted una simpática señorita y se nota que sufrió mucho por Noah. Dígame.

—Noah ya debe tener una nueva vida hecha y formada, como es obvio. Un nuevo entorno. Pero, ¿tiene relación con alguna chica, con alguna mujer? ¿Usted está enterado de algo? Por favor, es muy importante que me responda.

Duda unos momentos en responder.

—Por favor —suplico—. De veras que es muy importante para mí saber.

Suspira.

—No exactamente.

—¿Cómo?

—Noah está enamorado. Pero no mantiene una relación amorosa con nadie.

—De, ¿de quién está enamorado?

¿De la chiquilla que vi ayer?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro