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Capítulo 12~"UNA POSTAL CON UN PRÍNCIPE NEGRO Y UNA NOTA DIFERENTE"

Dejarme convencer para hacer esta locura no es propio de mí. Si tan solo Santiago no me lo hubiera pedido de esa forma, habría sin lugar a dudas, declinado la oferta. Amar a otra persona puede ser tanto una salvación como una perdición, en mi caso fue lo segundo. Para los acompañantes los vestidos de novia son todos hermosos y cualquiera vale, para la novia tiene que ser el especial, el que vaya con su personalidad y sus gustos. El que diga estás brillante y dejarás a todos muertos de envidia y admiración.

Los vestidos de novia, dama de honor, el traje del novio, son muy importantes para esta celebración, sin ellos no hay boda. Y aquí estoy, entrando en casa de Amanda, una vieja amiga y colega, para escoger un traje para otra mujer. Uno que sin lugar a dudas debería ser para mí pues, aunque nuestros gustos sean iguales o parecidos, ese día ella no experimentará lo que yo sentiré al escogerlo. Nunca le he preguntado a Santiago por esa mujer, porque me da miedo conocerla y que sea tan especial como dice él. De esa forma no me quedaría nada para odiarla.

- Alanna que alegría verte- dice Amanda abrazándome al abrirnos la puerta y dejarnos entrar.

- Digo lo mismo Amanda, hace días no hablamos- digo devolviéndole el abrazo.

- Hola Mariana, Olivia, me alegra tenerlas aquí- dice besando a cada una en la mejilla.

- Digo lo mismo- dice Olivia.

- Me encanta verte tan alegre- le dice mi madre, ella se ríe.

- ¿Qué os trae a mi humilde morada? - dice Amanda haciéndonos reír.

- Vinimos a buscar un vestido de novia- le dice Olivia. Me doy cuenta inmediatamente por la cara de Amanda de lo que piensa incluso antes de hablar.

- ¡Te casas! - exclama emocionada.

Conozco a Amanda desde que abrí mi empresa. Ella fue la única que se nos unió, pues las demás no se fiaban mucho de mí. Sin Amanda y sus hermosos vestidos, jamás hubiéramos podido avanzar.

- No, no, para nada- le digo riéndome- Estoy preparándole una boda sorpresa a un amigo para su novia y a pesar de negarme, lograron convencerme de venir a buscar el vestido según mis gustos.

- Pero este debe de ser escogido por la novia. No importa cuán parecidos sean vuestros estilos, jamás será lo mismo- dice extrañada.

- Lo sé, pero no tenemos otra opción. Por lo tanto, cuanto antes empecemos mejor. Solo tengo un mes para hacer todo y el tiempo vuela.

- Vale- se limita a decir, aunque sé que piensa como yo. Sacó varios trajes, cada uno más impresionante que el anterior, pero cuando me los probaba no pasaba nada, no sentía que fueran el indicado.

- Al, querida, te has probado media casa. Llevamos aquí tres horas y aún no te gusta ninguno. Mira la belleza que tengo aquí, no te parece hermoso- dice mi madre mostrándome uno sencillo con pedrería en el escote.

- Mamá ese ya me lo probé y tampoco es- le aseguro. Seguramente me estoy esforzando demasiado. No es mi boda por lo cual podría elegir cualquiera y listo. Si tan solo no me hubiera prometido dar lo mejor de mí.

- Pues si seguimos así, se acabarán todos y esta será una boda incompleta- dice Olivia haciendo reír a las otras.

- Tranquilas Mariana, Olivia, es normal que una novia se pruebe todos los vestidos antes de seleccionar el indicado- les dice Amanda.

- Yo no voy a ser la novia- le recuerdo.

- Lo siento, se me olvidó- se disculpa con una dulce sonrisa- No obstante, que no seas la novia no tiene mucha importancia. Al ser la que lo eliges, es como si lo fueras.

- Supongo, ¿no tienes más? - le pregunto sin entrar más en el tema.

- Pues... me trajeron uno hermoso hace poco, nadie lo ha usado todavía- dice dirigiéndose a un armario y sacando uno precioso- Ten, pruébatelo- Me quito el que estaba usando y con cuidado me lo pongo. Es hermoso y al mirarme en el espejo me quedo petrificada. Es este, este es el indicado. Me siento especial, como si fuera mágico.

- ¡Lo encontré! - exclamo emocionada llamando la atención de mis madres que al verme se quedan sin habla.

- Al... te ves...te ves magistral- dice al fin con los ojos llenos de lágrimas Olivia.

- Si hija, pareces un...una princesa de cuentos- dice mi madre secándose las lágrimas.

- Vamos no se emocionen tanto, ni que fuera mi boda- les digo riéndome. Por dentro (nunca lo admitiría) me siento tan turbada como ellas. Me giro hacia el espejo suspirando, si fuera mi boda me permitiría expresar abiertamente mis pensamientos.

- Al, olvida que no es tu día por un momento- me dice Amanda poniendo los ojos en blanco- Estás vestida con un traje de novia, tienes a tus madres a tu lado, piensa e imagina que es para tí, no te reprimas- me lo pienso, lleva razón. No será mi momento, pero eso no quiere decir que no pueda disfrutar esto al máximo.

- Vale lo haré. Venga, háblame de esta obra de arte- le pido dando una vuelta sobre mi misma y admirando su hermosura.

- Un momento, todavía falta algo- dice dirigiéndose a donde había unos velos - Dónde te lo colocarías si fuera para ti.

- En un moño alto- le digo. Me hace unos arreglos en el pelo y me pone el velo. Ahora si parezco una novia y como prometí me permito expresar abiertamente mis emociones. Empiezo a llorar como una tonta.

- Ves, eso es. No te contengas- dice riéndose Amanda- Este es un vestido que derrocha sensualidad, de corte sirena confeccionado en chantilly, tul y encaje que se ciñe al cuerpo como una segunda piel. Acentuado por el escote pico y el doble escote barco de tipo ilusión con manga larga. La falda luce una abertura en el lateral. Dentro de los vestidos de corte sirena es el más clásico. Resalta cada centímetro de tu cuerpo, es elegante, femenino y muy sensual. Este es un vestido digno de infartos.

- Me encanta- le digo aun con los ojos llorosos. Imaginarme entrando en el altar con esta preciosidad para casarme con Santiago me hace encoger el corazón ¿Por qué no podré ser yo la dueña de su amor?

- En cuanto al velo: es transparente de tipo catedral, de bordes ondulados con estampados de flores blancas. Déjame añadir que te vez fenomenal- agrega con una gran sonrisa.

- Gracias- le digo mirándome una última vez antes de suspirar. Si fuera mi momento estaría saltando por todos lados e incluso hubiera abierto una botella de vino. Para mí desgracia no es mi boda ni yo llevaré el vestido ese día. Solo veré como otra mujer usa este magnífico traje y velo para casarse con el amor de mi vida ¿Qué puede ser peor? - Amanda debes encogerlo un poco.

- ¡Pero eso haría que perdiera un poco la magia! - exclama no muy de acuerdo.

- Lo sabemos, pero para nuestra desgracia la novia es más bajita que Alanna- le dice mi madre.

- Por más que nos gustaría que el vestido fuera para ella, Mariana lleva razón- insiste mi madrastra. Me acerco a Amanda.

- Sé que estas feliz por verme vestida así. Todas soñamos con casarnos algún día, yo la primera- digo para hacerla reír- no obstante, a veces lo planeado no sucede. El treinta de mayo otra mujer utilizará este vestido y deberá quedar perfecto para que pueda lucirlo con orgullo. No te mentiré, me encantaría ser yo la cual lo llevara, porque amo a Santiago, el chico al que le estoy organizando la boda. Para mi tristeza, no es así. Por eso debo esforzarme al máximo. Quiero que sea feliz con la persona que ama y que ese día sea el más espléndido de su vida. Eso hacen los amigos, ayudarse entre sí aun cuando te duela hacerlo. Ese es mi trabajo y estoy orgullosa de llevarlo a cabo, aunque me lastime y sufra, quiero intentarlo.

- Al, sabíamos de tus sentimientos, pero no creíamos que hubieran llegado a ser tan fuertes- me dice Olivia poniendo una mano en mi hombro cuando termino de hablar. Mi madre la imita.

- Si llego a saber cuán profundo es tu amor por él, me habría detenido sin insistir- dice Amanda. Niego con la cabeza.

- Tranquilas, no podían saberlo. Este nuevo reto no será fácil, no obstante, lo cumpliré. Me esforzaré con todo mi ser y al final cuando todo haya terminado podré sentirme dichosa de mi logro- les digo riendo.

- No será fácil hija- me dice con tristeza mi madre- Amar a otra persona, no ser correspondida y encima preparar su boda, es demasiado para soportar. Acabarás muy mal.

- Tal vez lleves razón, pero, debo hacerlo. No solo por Santiago sino por mí. Tratad de entenderme, si no lo hago me sentiré una fracasada y una egoísta. Me recompuse una vez cuando me lastimaron, volverlo a hacer no será tan complicado.

- Todo es posible Alanna, no puedes desistir tan fácilmente. Todavía tenéis un mes por delan...- empezó a decir mi madre.

- No, no mamá ¿Crees que no lo he pensado? Seducirlo para que cancele su boda y se case conmigo. Eso no es correcto, es una bajeza intentar conquistarlo mientras preparo todo solo por amarlo. Dime ¿qué pasaría con él? ¿Cómo piensan que se sentiría con todo esto si se llegara a enterar? Me considera su mejor amiga, no pienso traicionarlo así, nunca- les digo con firmeza.

- Me enaltece decir que eres mi hija. Te has convertido en una gran mujer. Tienes un inmenso corazón y estoy segura que un día encontrarás a una persona especial que te ame como tú a él- me dice mi madrastra. Le sonrío.

- Yo también pienso igual. Ahora puede parecer imposible pues recientemente descubriste tus sentimientos por Santiago, sin embargo, un día verás que todo pasó y podrás sonreír ante esto- me dice mi madre abrazándome.

- Eso espero mamá, eso espero- le digo suspirando y conteniendo las lágrimas. - Bueno eso es todo, dejémonos de sentimentalismo- les digo para sacarles unas risas- Es hora de irnos. Llevamos mucho tiempo aquí y yo debo encargarme de muchas cosas en la empresa.

- Está bien Al, le haré los arreglos. ¿Sabes? me encanta poder decir que soy tu amiga. Eres una mujer muy especial.

- Gracias Amanda- digo abrazándola. Una vez me quité ese infartante vestido, nos dirigimos a la puerta. Quedamos en que el veintinueve pasaría la novia a por él.

- Esperadme fuera, se me olvidó enseñarle una cosa a Amanda- nos dice mi madre.

- ¿Qué es? - le pregunta mi madrastra.

- Una foto de un traje de novia. Quiero saber qué opina de él- nos dice.

- ¿Es que piensas casarte? - me burlo.

- No, para nada, pero tal vez a ella le interese comprarlo- y así, sin más, desapareció. Mi madrastra y yo nos miramos y empezamos a reír.

- ¿Te imaginas a Mariana casándose? Eso sería divertido de ver- se mofó.

- Mom, no seas así, tal vez conoce a alguien especial y decide dar el paso- le digo a pesar de pensar como ella.

Una vez mi madre se reunió con nosotras decidimos almorzar en una cafetería. Pasé un rato agradable en su compañía, siempre me ha impresionado lo bien que se llevan. Muy pocas personas se tratarían con tal cordialidad y afecto.

A las tres decido volver a la empresa; pensaba contactar con Santiago y encargarnos de más detalles, pero todo se complicó. Tuve llamadas de novias con problemas, algunos contratiempos como cambiar una fecha de boda y reorganizarlo todo. Al llegar a casa me encontraba agotada.

- Al, espera un momento- me llama Alejandra mi vecina. Tiene treinta años y cuatro hijos. No sé cómo puede.

- Hola Alejandra, que tal el día.

- Pues ya sabes movidito- me dice- Robbie dejó esto para tí.

- ¿Una postal?

- Pues sí. Te dejo, debo dar de cenar a los niños, un beso.

- Un beso- le respondo y entro en casa. Qué raro. La postal tiene un príncipe negro grabado en la parte trasera y al voltearla me encuentro con unas palabras:

La vida es impredecible, cuando el amor llega nos ataca sin piedad. Eso fue lo que provocaste en mí, un amor tan grande, tan difícil de olvidar. Aunque pasen milenios y el cielo se oscurezca, siempre recordaré tu alegre risa y el dulce aroma de tu piel.

TE AMO

Otra nota, pero esta es diferente. Es una postal y en vez de una rosa blanca hay una roja ¿por qué? ¿qué significa esto? Durante todo este tiempo siempre han sido rosas blancas y notas, ahora me manda un príncipe negro en una postal

¿Qué habrá cambiado? ¿Será que está cerca de aparecer y me está avisando? No entiendo sus intenciones ni sus palabras. Aunque puede que quiera dedicarme algo más aparte de rosas blancas, no importa cuánto las prefiera. Las rojas me gustan un poco, para mí significan: pasión, amor, arrojo, fuego, significa el mismo corazón en una sola palabra. Pero ¿cómo se enteró ese hombre?, ¿cómo sabe tanto de mí? ¿Y eso de que nunca olvidará el aroma de mi piel ni mi alegre risa? ¿De dónde viene eso?

Jamás había dicho algo tan directo y específico sobre mí. Una vez más no tengo respuestas a tantas interrogantes, pero puede que él sea mi única salvación en este mar de sentimientos no correspondidos.

👰🏻💗🤵🏻💗👰🏻💗🤵🏻

Os voy a regalar una doble actualización porque estoy muy, muy contenta. No los voy a aburrir con los detalles, sólo les diré que estos dos capítulos van para mi madre y que estoy mucho más orgullosa de ella de lo que ya lo estaba. Ella es la causante de esta felicidad, la quiero mucho y estoy muy emocionada por sus logros.

Así que id a leer👇🏻

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