Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 11~"COMIENZA EL DESAFÍO DE MI VIDA"

Por fin comienza el desafío de mi vida. El más grande y peligroso. Ha llegado el momento de iniciar esta absurda broma de la vida y darle a Santiago lo mejor que tengo. No puedo creer que haya podido resistir hasta ahora. Solo espero tener el valor suficiente para seguir así hasta que esto acabe. Es viernes, hace ya cuatro días que me pidió ayuda. No puedo mentir, me siento destrozada y triste; lo amo como jamás he amado a otro hombre. Lo considero mi primer amor de verdad, sin embargo, quiero su felicidad, si él es infeliz me sentiré una basura. No tiene la culpa de que me enamorara, nunca me ha dado falsas esperanzas, siempre me ha tratado con cariño y amabilidad. No puedo defraudarlo y eso, el día de mañana al mirar hacia atrás, me hará sentirme orgullosa de mi misma.

— ¿Al, podemos pasar? — me pregunta Ángela.

— Claro chicas— les digo.

— Queremos decirte algo— me dice Gladys.

— Adelante, ¿qué sucede?

— ¿Estás segura de querer seguir con la ceremonia de Santiago? — me pregunta Beatriz.

— Por supuesto, completamente ¿Esa pregunta, a qué se debe?

— Sabemos de tus sentimientos por él— me dice Lorelain dejándome con la boca abierta mientras ellas se ríen— No lo sabes ocultar muy bien. Puede que un hombre no lo note, pero nosotras, que te conocemos desde hace tiempo, lo descubrimos con facilidad.

— No lo sabía— les confieso con sinceridad.

— Todo aquel que te conoce de verdad sabe descifrar tus emociones. Por eso si decides no hacerlo, lo aceptaremos— siguió diciendo Beatriz, las demás asintieron con la cabeza. Les sonreí.

— Les agradezco en el alma que se preocupen por mí, no obstante— les digo tomando aire— mi decisión ya está tomada. Santiago es, como ya habéis descifrado, muy importante para mí. Si no coopero en hacer realidad su sueño de casarse con esa mujer, me sentiré mal, una basura. Mi mayor deseo en este momento es que sea feliz, aunque esa dicha no se la provoque yo.

— Eres genial Al, te apoyamos en todo y sabes que estamos aquí. No solo nosotras sino todo aquel que te ama, para lo que necesites— dice Ángela abrazándome junto a las demás. Un rato después, vuelven a tocar la puerta. Respiro profundamente pues sé exactamente de quién se trata, incluso antes de que hable.

— ¿Puedo pasar? — me pregunta Santiago.

Está más guapo todavía si es que eso es posible. Lleva un pulóver de mangas cortas marcando su cuerpo, un pantalón a la medida y el pelo revuelto por el viento ¿Cómo podré resistir todo este tiempo sin venirme abajo?

— Si adelante, te estaba esperando— le digo con la mejor sonrisa que puedo poner.

— Gracias por aceptar ayudarme Alanna— dice tomando asiento— no sabes cuán importante es esta boda para mí.

— No tienes que agradecerme Santiago, es mi trabajo— le aseguro. Debo ser fuerte, ahora más que nunca. La cuenta atrás empieza a partir de hoy.

— Lo sé Al, pero aun así es poco tiempo y no tendrás la participación de la novia que, cómo bien dijiste, es uno de los pilares importantes de estos preparativos.

— Llevas razón. Aun así, mi trabajo sigue siendo hacer de ese día para la pareja el mejor. Además, tú no eres solo un cliente, también eres mi amigo y te ayudaré.

— De acuerdo.

— Para empezar, lo primero es elegir la fecha. Me dijiste que tenía que ser en un mes por lo tanto si estamos a veintiocho de abril tendría que ser...— digo mientras reviso mi agenda y busco un hueco disponible— el treinta ¿Te parece?

— Claro, me parece perfecto— me dice con una sonrisa.

— Ok— digo apuntándolo en la agenda— ahora debemos elegir en cual Palacio de los Matrimonios os casaréis y averiguar si podemos sacar turno para ese día. Normalmente no me suelo ocupar de estas cosas, solo doy ideas, opiniones, es la pareja quien se encarga de todo. Pero al faltarnos la novia y ya que llevamos a cabo como me gustaría que fuera para mí ese día, veremos si en el Palacio de los Matrimonios de La Habana Vieja podemos sacar el turno. Ahí se casaron mis padres, siempre dije que si un día me casaba lo haría allí.

— Por mí perfecto, si quieres podemos ir ahora.

— Más bien, tenemos que ir ahora. El tiempo es corto y debemos adelantarlo todo lo más rápido posible— le informo.

— Bien entonces, manos a la obra— dice levantándose. En su moto nos dirigimos hacia el Palacio de los Matrimonios de La Habana Vieja. Es un viaje algo largo, aunque el resultado lo merece.

— No entiendo que tiene de especial este sitio— me dice Santiago cuando llegamos.

— Es una historia algo larga— le digo mientras aparcamos la moto y nos dirigimos hacia allí— Este es uno de los edificios más lujosos del Paseo del Prado o Paseo de Martí como lo conocemos hoy en día. Fue construido hace ya más de un siglo para albergar el Casino Español de La Habana. Sin embargo, durante los últimos cuarenta años es recordado como el lugar donde muchas parejas han unido oficialmente sus vidas. Además, fue el primero de los palacios de Cuba en cambiar su función con el propósito de celebrar los casamientos en un entorno adecuado y evocador. Se trata de un edificio de tres plantas con un amplio portal público, logia y balcones corridos en el primer piso. También posee asomos individuales destacando en la segunda planta. En sus días contó con una biblioteca, oficinas, salón de taquillas y duchas, salón de billares, dominó, etc. Pero hoy, en la actualidad, es donde se casan las personas— terminé entrando por la puerta.

— Vaya historia y sí que es larga— dijo riéndose. Para nuestra gran suerte ese día, el treinta de mayo, a partir de las dos de la tarde el palacio sería todo nuestro. — ¿Qué sigue ahora? — me dice Santiago cuando llegamos a mi oficina.

— Ahora decidiremos que tipo de boda prefieres.

— ¿Tipo de boda? — preguntó confundido.

— Así es, por ejemplo, tenemos mi favorita: la boda plateada. En esta diseñamos un menú de antemano, según los gustos de los novios y sus características. Es lo ideal si quieres hacer una elegante o familiar donde se conoce las alergias e intolerancia de los invitados.

— Ya entiendo. ¿Cuáles son las otras? — poco a poco le voy explicando cada una de ellas. Nos lo pensamos bien, es difícil llegar a un acuerdo sin tener a su novia presente. No sé por cuál decantarme y Santiago se ve algo confuso en cuanto a este tema

— ¿Tú cuál escogerías? — me pregunta al parecer cansado de pensar en una solución.

— Ya te lo dije, me decantaría por la plateada. Yo prefiero los ambientes familiares y más tranquilos. Esta boda es las que más va con mi personalidad, pero estamos hablando de tu pareja, no de mí.

— Ya, pero recuerda eso de que vuestros gustos son muy parecidos.

— Puede que así sea, no lo voy a negar. Muchas personas tienen gustos parecidos a los míos. Aun así, no sé si deberíamos guiarnos en esta ocasión por mis preferencias.

— No te preocupes, confío en que todo salga bien. Además, según lo que me explicaste puedo hacerla, conozco todo sobre los invitados— dice firmemente mostrando la sonrisa pícara que tanto amo. No, no puedo pensar en eso ahora. Santiago es solo un amigo, solo eso, nada más— Escojo la boda plateada— suspiro ante su decisión. Espero que estemos haciendo lo correcto y a la chica le guste esto porque si no es así, estaremos muy, muy jodidos.

— Pues entonces, ya está decidido. Ahora pasemos a calcular el número de invitados, preparar las invitaciones y enviarlas.

— Sobre eso, ¿te parece si lo hago en mi casa con ayuda de nuestras madres y mi hermana? Ellas me ayudarán no te preocupes, de esa parte nos ocupamos nosotros.

— Podría hacerlo yo si quieres, no tengo ningún problema.

— No.…no hace falta, de verdad. Nosotros podemos con eso, incluso mi madre y la suya ya lo tienen todo adelantado.

— Como quieras— digo dándome por vencida— Lo mejor será buscar el vestido de novia cuanto antes. Si queremos que esté listo para ese día debemos apurarnos. Amanda no solo tiene que arreglar ese tipo de traje, sino también de quince, de cumpleaños, etc.

— Ya, pero yo no puedo participar en esto. No debo de ver el vestido hasta la ceremonia.

— Sant...— no pude continuar pues la puerta se abre y aparece mi madre con Olivia.

— Buenas Al querida— dice mi madre acercándose para darme un beso seguida de mi madrastra.

— ¿Qué hacéis aquí? — les pregunto algo turbada antes de dirigir la vista hacia una de ellas en específico— ¿Mom, tú no te ibas de viaje? — le digo a mi madrastra

— Al final lo cancelaron, por problemas con la reservación o el transporte, no quisieron aclararnos mucho. Vine a decírtelo y de paso comunicarte que pasé por tu casa esta mañana bien temprano y recogí a Princesa.

— Es una noticia genial. No me molesta cuidar a Princesa, para nada, pero los animales no me van.

— Lo sabemos querida, lo sabemos— dice mi madre sonriendo.

— En cuanto a entrar a mi oficina, deberían llamar antes. Estoy reunida con un cliente— les digo señalando a Santiago. Ambas se giran hacia él.

— Santi, cuanto tiempo— exclama mi madre sorprendiéndome— ¿te vas a casar? ¡Qué alegría!

— Hola Mariana, también me alegra verte— dice Santiago besándola en la mejilla— ¿Cómo te va Olivia?

— Muy bien Santi y tu familia— dice mi madrastra saludándolo igual que mi madre. ¿Santi? No puedo creer que ellos se conozcan ¿Por qué no me lo dijeron?

— Muy bien gracias— me he quedado muda. ¿Santiago las conoce?, pero bueno, ¿por qué no me lo dijo?

— Ejem, alguien quiere explicarme qué sucede. ¿No me dijiste que conocías a mis madres? — le digo a Santiago con tono recriminatorio.

— No salió el tema— se limita a decir.
— ¡Qué no salió! y cuando te conté de mi familia. Podías habérmelo dicho.

— Lo sé, pero la verdad no se me ocurrió— dice con una sonrisa de disculpa. Quiero ahorcarlo.

— Vamos hija, no te molestes con él, yo también podía habértelo dicho y no lo hice— me recuerda mi madre.

— Y puedo saber el por qué.

— Hay cariño te lo iba a contar, pero se me pasó— la miro incrédula. ¿Ella conocía al chico del que me he enamorado y cuándo le hablé de mis sentimientos hacia él no fue capaz de decírmelo? Por Dios.

— ¿Cuál es tu excusa? — digo en esta ocasión mirando a Olivia. Ella me dedica una sonrisa dulce.

— Nosotras no hemos hablado en ninguna ocasión de Santiago— eso sí es cierto.

— ¿Así que te casas? — le pregunta mi madre a Santiago sin hablar más del tema.

— Sí, dentro de un mes para ser exactos— le aclara.

— Eso es fantástico ¿Dónde está la novia? — le pregunta en esta ocasión Olivia buscándola con la mirada.

— En casa de unos primos— les dice.

— ¡¿Cómo?! — dicen al unísono muy sorprendidas.

— Vamos a ver— les digo rodando los ojos— Esta es una boda sorpresa. La novia no sabrá nada hasta tres días antes del gran momento.

— ¡Pero esa es una locura! Cómo habrá boda sin la opinión de la novia— dice Olivia alarmada.

— Muy fácil_ les responde "Santi". Todavía no me lo puedo creer— Yo conozco algunos de sus gustos y los demás son parecidos a los de Alanna. Ella nos organizará la boda según como le gustaría que fuera ese día para ella, cambiando algunas cosas claro.

— Pero aun así...— insiste mi madre.

— Tranquilas, estoy seguro que a mi chica le gustará lo que haga Alanna. Ella es la mejor en esto— dice Santiago sonriéndome.

— En eso tienes razón. Nuestra hija es la mejor— dice Olivia.

— Mom, no cambias— digo riéndome de su comentario.

— ¿Qué interrumpimos por cierto? — pregunta mi madrastra— Porque por tu cara al vernos debimos interrumpir algo.

— Sí, eso fue exactamente lo que hicieron— digo haciéndolos reír a todos.

— Alanna me decía que sería mejor buscar el vestido para la boda, pero si yo voy...— dice Santiago dejando la frase sin terminar.

— Sería una catástrofe— termina mi madre— El novio no debe ver el vestido antes de la boda, eso da mala suerte.

— Tienes toda la razón. Oye Santi ¿ya tienes el traje? — le pregunta Olivia.

— No, todavía no lo he conseguido— dice este.

— Bien entonces está decidido— dice mi madre sorprendiéndonos— Tú irás a buscar el traje con tu padre y nosotras acompañaremos a Alanna a alquilar y elegir el vestido de novia.

— Eso sería fantástico. Siempre he querido ver a Alanna en un vestido de novia— suspira Olivia.

— Y así evitamos que yo lo vea— corrobora Santiago.

— No podemos hacer esto— les digo llamando su atención— Santiago es el único que conoce las medidas de su novia, sus características físicas... No podemos buscar un vestido sin nada de eso.

— Al querida— me llama mi madrastra con voz melosa. Nada bueno viene ahora. Siempre que usa ese tono significa problemas... para mí— Ven, ponte aquí a mi lado.

— ¿Para qué? — le pregunto aún algo dudosa de sus intenciones.

— Tú solo hazlo— me apremia mi madre con la voz que utilizaba cuando me portaba mal de niña y no quería obedecerla.

— Vale mamá, vale— les hago caso y me pongo a su lado.

— ¿Qué tan diferente es tu novia de Alanna? — le pregunta mi madre a Santiago haciéndome poner roja.

— ¡Mamá! — exclamo sin poder contenerme. Santiago solo se rió ante mi reacción.

— Pues es un poco más baja que Al y sin tanta curva claro— dice con una encantadora sonrisa haciéndome ponerme aún más colorada— Por lo demás... es igual.

— Entonces está decidido. Contigo será suficiente. Solo tenemos que decirle a Amanda lo de recogerlo un poco y ya. Con los maravillosos trabajos que hace, esto será pan comido para ella— dice Olivia.

— Si hija, además prometiste ayudarlo ¿no? Estoy segura que Amanda... es con ella con quien irás, ¿verdad? — me pregunta mi madre para confirmar. Asiento con la cabeza— bueno estoy segura de que ella, como dijo Olivia, hará un trabajo estupendo y sabrá encogerlo un poco para dejarlo perfecto.

— Vamos Al, tienes que aceptar— insiste Santiago.

— No, no lo haré— le digo.

— Hija no seas terca. Quién mejor que tú para elegir el vestido— afirma Olivia.

— Que no, que no, yo no poseo los mismos gustos de tu novia— insisto mirando hacia el hombre que me ha metido en este embrollo. Mis madres resoplan exasperadas— Sin tú opinión no lo haré y es mi última palabra.

— ¿Por qué habrás tenido que salir a tu padre? Más terca que una mula— dijo mi madre sacándonos carcajadas. Santiago se levanta de su asiento y se pone frente a mí.

— Confío en tí y en tu criterio. Eres la más indicada para hacerlo, creo en tí— dice con su cara muy cerca de la mía.

Estoy nerviosa y el corazón me va a mil. Tenerlo así tan próximo, poder oler su perfume y el olor de su piel me debilita. Miro hacia mi madre, que me dedica una sonrisa cariñosa. Ella sabe de mi amor por Santiago y estoy segura de que hace esto para ayudarme y brindarme su apoyo. Mi madrastra también debe saberlo y por eso se ha sumado. Ellas dos son como uña y carne.

Suspiro, no quiero dar un paso en falso y arruinar la tapadera de indiferencia que tanto me costó construir con tan poco tiempo. Aunque debería intentar luchar más, no puedo. No con él acariciando delicadamente mi mejilla y estando tan junto a mí. Es una misión imposible seguir resistiendo. Además, no estaré sola, tendré el apoyo de dos de las personas más importantes en mi vida.

— Vale lo haré. Iré a buscar el vestido con ustedes, pero si al final la novia se espanta o se desilusiona, no será culpa mía ¿Quedó claro? — digo con firmeza haciéndolos reír. Estoy segura de que esta es la peor idea de toda mi vida, bueno, la segunda peor idea. La primera fue aceptar meterme en todo este lío.

👰🏻💗🤵🏻💗👰🏻💗🤵🏻

Feliz año nuevo a todos. Aquí tenéis un nuevo capítulo para iniciar el año. Espero que les haya gustado.

No voy a comentar nada, lo dejo a vuestros criterios. ¿Podrá Alanna resistir y ver al hombre de sus sueños casado con otra? ¿Qué más nos espera en esta historia?

Muy prontito lo sabréis. Mil besos a todos, que este año os traiga maravillosas oportunidades y que vuestros sueños, anhelos y propósitos se cumplan. Os quiero con todo el corazón.💞

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro