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Epígolo.



2 años después.


Me levanto de la cama en la que suelo dormir siempre. Tengo una habitación enorme, ser capitana en la FAED tiene unos cuantos privilegios.

Me doy una ducha y al salir me coloco una camiseta negra con las iniciales de la corporación, un pantalón negro y botas negras. Es el uniforme básico, no entrenaré ni mucho menos saldré a alguna operación, por eso uso el uniforme de andar por ahí en la gran base de Forks.

El jefe Alan me dio una sede para mí mientras el extiende su trabajo. No suele visitar mucho esta sede porque me tiene confianza, pero siempre manda a alguien para que haga algunos recorridos.

No quise apartarme de Forks por alguna razón. Me hago una cola de caballo causando que el cabello me caiga hasta las caderas. Los últimos años no ha parado de crecer así como mi persona y mi cuerpo ciertamente.

Me miro al espejo que está en mi habitación. Las curvas son notorias, gruesos muslos, trasero grande y pechos medianos. Al ser la única mujer capitana me respetan, de no ser así, estuviese llena de comentarios machistas sobre mi cuerpo.

Sé que se lo reservan, suelo ser algo estricta y cuando se trata de romper huesos no me detengo. Me pongo mis lentes negros, siempre los he utilizado ya que son parte de mi. La mayoría sabe que poseo heterocromia, aunque ninguno de ellos sabe que al poseerla tengo algunas habilidades extras.

Abro la puerta y uno de mis subordinados estaba a punto de tocar por lo que se queda con la mano extendida.

Sus ojos me reparan de arriba abajo, el cabello negro le cae a los lados de la cara y carraspea posándose firme.

—El señor Alan quiere una videoconferencia con usted mi señora —asiento pasándole por un lado y cerrando la puerta de mi habitación.

Me sigue hasta que entro en la sala de conferencia donde están mis 7 chicos de confianza.

Alexis, Hayley, Arthur, James, Aurore, Alondra y Abraham.

Hace dos años borraron mi memoria. Sí, podría parecer una tonta en ese momento, pero yo misma guardé algunos recuerdos, así como dejé bastantes fragmentos que fueron explotados rápidamente dándome a saber toda la verdad.

Todos los presentes forman parte de mi pasado. Excepto por Abraham quien es mi subordinado más recién, un dead a quien rescaté de ser asesinado por esta cruel corporación.

Alan cree que borró por completo mis recuerdos y que me manipula a su antojo. Fingir es agotador cuando lo que más quiero es cortar su cuello y quedarme con su cabeza.

Hace dos años decidí que lo mejor era olvidar. Que los recuerdos que me dolían debían ser borrados. Que equivocada estaba. Cuando volvieron –gracias a mi determinación- me di cuenta que esa no es la mejor manera. Ahora protejo todos mis recuerdos, desde el más lindo hasta el más doloroso.

Me hacen quien soy, y ya no soy esa Alice, hay una nueva Alice Cooper y está usando su posición a su favor.

Mamá y Gretchen están encarceladas y no me permiten verlas bajo ninguna excusa. Mi hermano mayor huyó y no hay huellas de él, o los inútiles de la corporación no saben que borro todas sus huellas. Aunque Alan me hace cazar al hermano que prometió dejar libre.

Mi hermano Evan murió casi en mis brazos. Su recuerdo es el más doloroso de todos y lo tengo guardado en mi corazón junto con su sonrisa y todas sus travesuras.

Alondra y yo estamos haciendo un plan para derrocar a esta corporación corrupta, ella hizo lo mismo que yo en cuanto quisieron borrar sus recuerdos. Este plan lleva tiempo y paciencia, y es lo que aprendido a tener en los últimos años.

Ya no soy esa Alice inmadura que se dejaba golpear de todos. Ahora soy una Alice fuerte que está dispuesta a todo con tal de nunca verse débil ni humillada.

Me como la manzana que me dejan servida. Ninguno de ellos tiene recuerdos así como tampoco saben que yo si los tengo. Los necesito a todos para poder ejecutar mi plan, pero como ya dije, lleva tiempo y paciencia.

—Encontramos a su objetivo, señora Cooper.

Reviso las fotos de la persona a la que he buscado durante estos dos años.

—Arréstenlo y tráiganmelo —todos se dispersan, inclusive Alondra y la gran pantalla de la videoconferencia se enciende dándome a ver los ojos azules que no he parado de ver en los últimos años, y los cuales detesto.

—Alice Cooper. ¿Qué noticias me tienes? —me meto un pedazo de manzana a la boca sin verlo.

—Los chicos acaban de ir por él. Pero estoy segura que escapará antes de que lleguen.

—¿Y por qué tú no fuiste? —reclama en un tono un tanto brusco.

—Es mi día libre. Y tenía que hablar contigo. ¿Cómo me perdería esta conferencia, amor de mi vida? —espeto con sarcasmo haciéndolo reír.

—Claro, olvidé que mi querida Alice ya está más que grande —giro los ojos levantándome.

—Iré a mi oficina. Te aviso si lo atrapan y de ser así te lo entrego en bandeja de plata —asiente y se despide con un beso.

Alan es muy cariñoso conmigo, me ve como una hija pero a mí no me agrada su trato. Hace años que quiere matar a sus sobrinos pero estos son demasiado inteligentes para dejarse atrapar.

Vuelvo a mi oficina revisando algunos documentos. Ser capitana nunca ha sido fácil y menos si tengo que ocultarle un montón de cosas a Alan para que no sospeche sobre nada.

En los últimos dos años aprendí todo sobre mi cuerpo y soy mil veces más fuerte que antes. Lo único que quiero es la libertad de tanto Cooper 's' como dead. Aun no entiendo las razones de Alan para hacer todo esto.

Él es el dueño de toda la corporación, tenemos años cazando a Cooper y dead pero parecen multiplicarse. Aunque no sé sus razones nunca las he preguntado porque es un hombre bastante meticuloso.

Así que no necesito a sus ojos siguiéndome a todas partes por sospechas. Y menos en este momento.

Me levanto yendo a mi habitación, me doy otra ducha y al salir dejo que el cabello me caiga en toda la espalda llegando debajo de mis caderas.

Me coloco una blusa ajustada color lila de tirantes, un pantalón de cuadros rojos, blancos, negros y beige. Me dejo los lentes que me ayudan con la vista y ubico los tacones de aguja negros en mis pequeños pies.

Salgo sin más de la corporación con todos los ojos sobre mí, lo cual detesto a grandes escalas. Mi personalidad cambió un poco con los años, ya que antes era tonta e inmadura y ahora soy amargada y muy inteligente.

Me dirijo al pequeño café cerca de la corporación en Forks. Conduzco por la pequeña ciudad o más bien pueblo y estaciono mi auto en la entrada bajándome del mismo.

Camino hasta sentarme en la mesa donde pido un café esperando a mi cita de hoy. En dos años no he salido con nadie, Arthur y yo rompimos después de desaparecer esos meses y él se unió a la sede por lo que borraron sus recuerdos.

Sigo siendo la misma mojigata que no quiere otras manos encima, a no ser de él. Me aparto el cabello de los hombros y tomo de mi café colocando los documentos en la mesa.

El hombre llega sentándose a mi frente. Una sonrisa invade su rostro y yo me alegro también de verlo pero no estamos aquí para eso.

El cabello negro le cae en la frente y sus ojos oscuros me miran con detenimiento. Puedo escuchar que dirá...

—Estás grande —suelto una risa porque sabía que lo diría.

Él sonríe tomando de su café. Una ligera barba cubre su perfecto rostro y tomo su mano por encima de la mesa. Joder, como quisiera abrazarlo, pero no puedo aún.

—Han sido dos años duros. Pero a lo que vinimos —suelto su mano y le paso los papeles los cuales lee rápidamente.

—Le daré la información. ¿Estás segura que quieres verlo? Sigue siendo el mismo imbécil de siempre —de solo pensar en él la piel me arde por lo que me sonrojo.

—Si. Tú dile eso —se levanta dejándome pequeña con su altura, así que también lo hago e inconscientemente mis brazos lo rodean.

Su olor tan familiar me da demasiada tranquilidad y lágrimas se forman en mis ojos porque no creí extrañar tanto su cara.

—También te extrañé pequeña —me separo de él y besa mi frente dándome la espalda para caminar.

—Hey... —digo antes de que cruce la puerta y voltea a verme.

—¿Si?

—Te amo —sonríe asintiendo moviendo su negro cabello.

—También te amo, hermanita.

Colin se va dejando otra vez ese vacío. Pero nos volveremos a ver. Pronto los veré a todos y haremos cenizas esta estúpida corporación.

Y verán de lo que es capaz una Cooper.

Porque nadie, absolutamente nadie pasa por encima de Alice. Eso se los aseguro.

Continuará...

* * * * * * *

Esta historia tiene dos tomas, por lo que el segundo libro lo subiré a los días de subir este.

En el otro, se van a terminar de explicar las dudas que tengan sobre este.

Y bueno, ya nada. Muchas gracias por leerme, paz mundial.

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