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Me coloco un vestido blanco de tirantes con un diseño de girasoles. Debajo llevo un bikini blanco, que no se nota por el tipo de tela.

Estoy en el espejo con el cabello cayéndome a los lados de la cara. Suelto un suspiro colocándome mis botas.

Gigi sigue en cama, llora sin saber la razón pero nosotros si la tenemos clara. Evan irá conmigo a la fiesta ya que sorprendentemente ojos grises convenció a papá.

Colin vuelve dentro de unos días y algo me hace creer que aún no sabe del estado de Gigi. Tal vez pronto la marea suba, porque presiento que habrá una discusión entre él y mis padres, porque tocaron lo único intocable para él.

Salgo de mi habitación y le entrego mi teléfono a Evan para que lo deje en su bolsillo.

Él va con bermudas y una camiseta blanca. Me toma de la mano y así caminamos hasta llegar a la casa de ojos grises ya que no nos dejan usar autos, aun.

La música se escucha desde donde estamos y en cuanto tocamos el timbre la pelirroja de temprano abre con una sonrisa.

—¡Alice! Pensé que no vendrías —me da un abrazo y luego abraza a Evan a pesar de que no se conocen.

En cuanto se separan él la mira con esa sonrisa inocente que se carga.

—Él es mi hermano, Evan ella es…

—Hayley —responde ella con una sonrisa y después de pasar nos lleva hasta la piscina en la parte trasera de la casa.

Hay muchísimas personas que desconozco, nos ofrecen bebidas y tomo una sin refutar ya que me vendría bien un trago.

Observo a todos lados buscando a ojos grises y lo encuentro hablando con una chica de cabello castaño.

Están sentados a otro extremo, y lo primero que veo son unos brazos para luego ser asfixiada en el pecho de alguien.

—¿Qué haces aquí? —me pregunta Arthur al soltarme y le sonrío.

—Me invitaron —no lleva camiseta y tampoco está mojado.

—Ven, te presentaré ante los chicos —me toma de la mano y cuando voy a tomar a Evan me lo encuentro hablando con Hayley.

Dejo que Arthur me arrastre hacia un grupo, hay tres hombres y dos chicas.

El primero es un rubio con el cabello corto. Ninguno lleva camiseta y a todos los saludo con una sonrisa de boca cerrada.

—Ella es una amiga, Alice —me presenta.

—Soy James —dice el rubio y asiento dándole mi mano.

—Alexis —dice uno con el cabello oscuro y algunos mechones amarillos.

¿Se pinta el cabello? Le doy mi mano también. El último es un pelirrojo apuesto, muy apuesto y también me da la mano diciendo que se llama Lucas.

—Ponte cómoda —ofrece Alexis señalando a su lado y así lo hago por lo que Arthur se ubica a mi lado izquierdo.

Los otros son los que tienen compañía, por lo que me siento cómoda hablado con Alex sobre cualquier cosa.

Arthur desaparece un momento ya que lo llaman uno de sus muchos amigos y yo sigo conversando con el hombre a mi lado.

—¿Llevas tiempo aquí en Forks? Yo vengo casi todos los fines de semana —le dedico una sonrisa de boca cerrada ante su dulzura al expresarse.

—Tengo solo un año, mis padres decidieron quedarse aquí ya que viajar de país en país era un poco irritante para todos.

—Hm si, lo supongo. Bueno yo tengo que venir a ver a mi hermana, es un poco irritante pero sin mi prácticamente es nadie —sonríe victorioso y le golpeo el hombro juguetonamente.

Nos sirven más bebidas y seguimos hablando mientras tomamos de nuestros vasos.

—Estoy estudiando medicina, es un poco difícil pero estoy tratando de superarme.

—Eres muy dulce. Espero lo logres —la música sigue suave y no se porque me siento tan agradable con Alex, es encantador en pocas palabras.

Seguimos conversando, el ríe ante alguna de mis palabras e igual yo. Me coquetea dulcemente, como diciendo lo lindo que son mis ojos y cosas pequeñas así.

Las horas pasan y pronto ya estoy algo mareada por lo que paro la bebida ya que no quiero vomitar.

Alex se levanta y me invita a bailar la canción de Ed sheeran "perfect". Sonrío porque apenas nos conocemos y ya estamos bailando una canción romántica que nada al caso.

Rodea mi cintura con su brazo haciéndome sonrojar ante la cercanía de su labios a los míos.

Comienza a moverse al ritmo de la canción moviéndome con él por lo que suelto una risa.

—¿Por qué ríes? —pregunta sonriendo igual pegándome más a su pecho desnudo.

—Lo irónico que es la música.

—¿Si? —pregunta rozando mi nariz con la suya y mi corazón parece que se me va a salir del pecho.

Estoy nerviosa, pero no me pasa como con el raro de ojos azulados. De todas formas cierro los ojos lista para el toque de sus labios pero no llega.

De hecho, sus manos me sueltan y abro los ojos para mirar boquiabierta a ojos grises. Le acaba de romper la nariz de un manotazo. Los nudillos de su mano derecha están destrozados y su mirada es oscura y furiosa.

—¡Aden! —le grita la pelirroja tomándolo de los hombros mientras su pecho sube y baja agresivamente.

¿Que acaba de pasar?

Parpadeo varias veces aún atónita por lo que él acaba de hacer.

—¿Ibas a besar por primera a vez? ¿A él? —lo señala mientras Alex se incorpora intentando detener su sangrado nasal.

—No sé de qué estás hablando —me doy vuelta con el corazón aún acelerado y rápidamente me toma del brazo volteándome.

—Sabes muy bien de lo que hablo —su respiración es agitada y yo solo sonrío haciéndolo molestar más.

—Tu nombre es Aden —le digo con una sonrisa de satisfacción y su expresión de molestia desaparece en casi dos segundos.

—Lo arruiné —dice pasando la mano por su cabello mojado.

Ahora puedo notar que el tampoco tiene camiseta, y de todos es el más sexy. Si, no hay ninguno que pueda imitar su sensualidad porque simplemente es natural.

—¿Se supone que son novios? —pregunta Alex levantándose con la ayuda de Hayley.

—No.

—Si.

Respondemos ambos al mismo tiempo y lo mato con los ojos.

—Solo somos amigos. Deberías disculparte por golpearlo —le digo y hace una expresión de '¿perdón?'.

—No —responde apretando su mandíbula.

Alex me da una media sonrisa, más triste que antes.

—Un gusto conocerte Alice. Y me debes un golpe Aden —él no lo mira mientras Alex sale después de despedirse.

Apenas me doy cuenta de que la mayoría de las personas se han ido y quedan como diez a lo mucho.

—¿Por qué lo golpeaste? —reclamo una vez que Alex se ha retirado.

—Porque nadie puede besarte y punto Alice —me ve fulminándome con esos ojos tan malditamente adictivos.

—Eso no es una razón.

—Bueno, entonces la única razón que se me ocurre es que los únicos labios que besarás por siempre serán los míos.

La sangre viaja a mis mejillas y me toma de la cintura dejándome en su pecho por lo que dejo mis manos en su torso definido para crear algo de distancia. Respira muy cerca de mi, así que noto el alcohol en su aliento, más no en él.

—¿Estás borracho? —pregunto y él me da una sonrisa torcida.

—Un poquito —hace un gesto con la mano haciéndome soltar una risa.

—Tengo que irme —pronuncio con algo de tristeza.

—¿Te vas a ir sin probar el agua? —me hace retroceder dos pasos con rumbo a la piscina.

—Aden, no —me mira con una sonrisa.

—Tu boca lo pronuncia demasiado bien —me curva la espalda besando mi cuello y cierro los ojos disfrutando de lo bien que se sienten sus labios contra mi piel.

—Aden… —jadeo mientras chupa mi piel y la distracción sirve para que pronto el agua fría me moje todo el cuerpo.

Salgo buscando oxígeno y lo miro mientras está mojado y riendo.

—Eso es jugar sucio —reclamo intentando nadar hasta una esquina para salir pero me toma del pie dejándome sufrir por unos minutos en los que siento que voy a morir ahogada.

—¡Libérate! —le suelto un golpe en la mandíbula ante su diversión y me suelta mientras ya estoy roja de la rabia.

—Eres un idiota —murmuro buscando la salida pero me toma del brazo dejándome en su pecho.

—No te pongas así —susurra quitándome el cabello del rostro.

—¿Como quieres que me ponga? Casi me matas ahogada, Aden —se ríe acariciando mis oídos con su risa tan natural y preciosa.

Debería reír más. —No quería ahogarte, Alice.

—¿Y entonces que quieres?

—Fick dich —giro los ojos.

—No seas estúpido, hablo en serio —me toma de los muslos erizando mi piel con su tacto.

Los ubica en sus caderas indicándome que tengo que envolver la misma con mis piernas y así lo hago mientras sus manos no se separan de mis muslos.

—Quiero besarte, Alice —dice claramente viéndome con la expresión más seria que le he visto hasta ahora.

—Deja de jugar con cosas como esas. Además, estás borracho.

—Eso no significa que no quiera hacerlo con tantas ganas que ni siquiera yo entiendo —trago saliva, su expresión tan seria que me hace querer comerme las uñas.

Una de sus manos se posa en mi nuca tomándome para llevarme a sus labios y dudo un momento. Su mirada es tan seria y cautelosa que cierro los ojos dejándome llevar.

Juro que nada se compara, ya que en cuanto mis labios tocan los suyos siento… explosión, si. Lo definiría como una explosión de absolutamente todo lo bueno que se puedan imaginar. Sensaciones que antes no sentía comienzan a viajar por cada parte de mi cuerpo y mi corazón está más que acelerado, más que otra vez. La piel me pica, los músculos se me tensan de una forma que no puedo explicar.

Su… bueno eso, se siente demasiado bien debajo de mi, así que me dejo llevar completamente por todas las sensaciones que sus labios causan sobre mi. Dejo mis manos alrededor de su cuello moviendo mis labios al compás de los suyos.

Sus dientes atrapan mi labio inferior y todo en él se siente tan sexy, tan jodidamente exquisito. Son tan suaves, tan carnosos, tan ricos para morder que también lo hago dejándome llevar por todo.

Sus labios expertos comienzan a jugar con los míos, su lengua se une con la mía y me muevo sobre él en busca del placer que otorga cada centímetro de su cuerpo.

—¿Alice? —rompo el beso toda roja porque la cara me arde y me separo de Aden.

Aden… lindo nombre. Me muerdo el labio inferior conteniendo la sonrisa y salgo de la piscina bajo el llamado de Evan.

Me dedica una mirada de '¿que carajos estabas haciendo?' y yo bajo la cabeza.

—Creo que nos vamos —notifico viendo mis botas hechas un desastre.

—Nos vemos, Alice —sale de la piscina y yo vuelvo a morder mi labio pero esta vez solo de vergüenza.

Es que ni siquiera se molesta en ocultar el gran bulto que sale de sus pantalones. Evan frunce las cejas viéndome con una expresión de extrañeza.

Camino ignorando su mirada y Aden me detiene solo para susurrar en mi oído.

—Si así besas sin saber, no me imagino cuando lo hagas —lo separo de un manotazo casi corriendo por la casa.

Evan y yo salimos mientras yo camino a toda velocidad huyéndole no se a qué.

—¿Podrías parar de caminar tan rápido? —se queja Evan y le hago caso por lo que toma mi mano.

Mi corazón sigue acelerado, mi respiración ni se diga y la piel sigue cosquilleándome y cada que el beso se repite en mi mente me dan unos deliciosos escalofríos que no se como describir.

Llegamos a casa y me doy una ducha para lanzarme en la cama junto a Gi quien quiso dormir conmigo.

«Haré que recupere sus recuerdos». Odio verla así, y a la mierda los códigos o las reglas. Si ella está así sufriendo y no hago nada para remediarlo, entonces ¿qué clase de amiga soy?

—¿Dónde está Colin? —me pregunta y mis ojos se humedecen así que tengo que apartar la cara.

—Vuelve en unos días. Tal vez mañana.

—¿Y a dónde fue?

—No lo sé. Descansa ¿quieres? Estoy un poco cansada —la escucho suspirar.

—Cada que lo recuerdo, a Colin, algo en mi pecho duele. Y no lo entiendo, ¿le pasó algo y lo olvidé? Eramos los mejores amigos y ahora me duele recordarlo.

—No le pasó nada, tranquila. Haré que ese dolor desaparezca —la abrazo acariciando su cabeza—, te lo prometo Gretchen, haré que tu dolor pare. Haré que paguen.

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Es domingo y hay un poco de sol por lo que para quitarnos el enorme dolor de cabeza de toda la mierda de problemas personales Gigi y yo nos metemos en la piscina.

Así pasamos parte de la mañana y cuando nos cansamos salimos.

Me pongo una toalla en el cuello y me siento a tomar el poco sol que hay. Tenemos un poco de música y noto que mi hermano Evan está algo distraído.

—¿Estás bien? —le pregunto sentándome y niega derramando lágrimas por lo que rodeo su cabeza con mis brazos dejando que llore en mi pecho.

—No lo entiendo Alice —se queja sin dejar de llorar—. ¿Si yo me llego a enamorar serán así de crueles?

—No lo sé Evan —lo tomo de los hombros dejando mi frente en la suya—, eres una gran persona, pero yo resolveré esto así que no quiero que llores. ¿Te quedó claro?

Sorbe lo que hay en su nariz y asiente.

—Te amo —me dice con la voz quebrada.

—Lo sé, también te amo.

El sonido de la puerta al cerrarse nos distrae y los tres nos levantamos corriendo hacia la misma.

Las lágrimas se me salen en cuanto veo a Colin con una expresión de cansancio.

—Volví —dice abriendo los brazos y los tres nos lanzamos encima de él abrazándolo.

Es nuestro hermano mayor y a pesar de pelear por estupideces lo amamos como ninguno.

Gigi se separa primero con una sonrisa.

—Tiempo sin verte Cooper —él la mira frunciendo el ceño y yo lo tomo de la mano llevándolo a un lugar más privado.

Gigi le solía decir así antes de que pasara todo entre ellos. Antes apenas lo veía se sonrojaba, así que para él debe ser extraño.

—¿Qué le pasa? —me pregunta en un tilde de preocupación.

—Prométeme que no harás lo primero que se te venga a la cabeza en cuanto te lo diga.

—No me asustes Alice.

—Papá borro sus recuerdos contigo —abre los ojos para soltar mi mano.

—¿Lo permitiste? —me pregunta con algo de molestia, con las cejas fruncidas y los labios formando una línea en un intento fallido de contenerse.

—No estaba aquí y…

—¡Oh por dios! —se agarra el cabello para dejar el puño sobre la pared rompiéndola.

—Colin…

—¿Dónde están? —se da la vuelta buscándolos y lo sigo.

Tiene toda la razón al decir que cuando se trata de ella no piensa así que lo sigo mientras sube las escaleras.

—Colin lo prometiste.

—¡Cállate! —me enfrenta molesto mientras su rostro está rojo como el mío cada que tengo furia.

Su ojo izquierdo se coloca del color azul cielo. Está más que molesto, él está en el peor modo de los dead, así que solo me callo, porque en parte merecen lo que sea que está a punto de hacer, pero también porque no puedo comparar mi fuerza con la de él, y menos en ese estado.

—¿Qué pasa? —pregunta Gigi siguiéndonos.

Él la ve con tristeza para luego molestarse más. Ambas lo seguimos y tira la puerta del despacho de papá de una patada.

—¡¿Quién rayos se creen ustedes?! —pronuncia con furia mientras papá lo mira de reojo con unos papeles en sus manos.

—Hola hijo.

—¿Por qué le hiciste eso papá? —pregunta con lágrimas en los ojos y ya mis mejillas están empapadas.

Odio verlo herido de tal forma, me duele y no puedo describir ese dolor. Por eso nuestra debilidad es nuestra familia, todos somos así.

—Es un medio necesario para que te enfoques en las tareas que debemos darte.

—¡A la mierda eso!

Mamá se asoma al igual que Evan y entran mirando a Colin con miedo.

—No me faltes al respeto y ya compórtate, que no soporto las rabietas.

—Restauraré sus recuerdos y no me importa lo que digan —expreso en voz alta haciendo que papá me mire con el ceño fruncido.

—¿Qué dijiste, Alice? —me reclama levantándose tirando sus papeles.

—Lo que escuchaste papá. No eres quien para quitarle la felicidad a ninguno de los dos, y aunque yo fui egoísta con su relación en un momento, no quiero que mi hermano y mi amiga sufran. ¡No puedo! No soy un monstruo como ustedes.

Mamá me mira con lágrimas en los ojos mientras Colin sigue igual de molesto.

—Solo una cosa, Harold Ludwig —le dice viéndolo mientras su ojo izquierdo sigue brilloso–, vuelves a tocarle una sola hebra de su cabello, y yo mismo me encargo de matarte.

Papá abre los ojos como platos y deja el puño en su escritorio rompiendo el mismo en dos.

—¡Es la última vez que me hablas así!

—¡Entonces aprende a respetar las cosas que no te pertenecen! —Colin devuelve el grito— ¿Como te sentirías si yo borrara la memoria de mamá? Los recuerdos más preciados contigo. Claro, enfurecerías y matarías todo a tu paso, porque eso son los dead ¿no? Un cascarón vacío que solo sirven para matar.

Papa le suelta un golpe en la mandíbula y aquí pude escuchar el sonido de su hueso romperse.

—¡Colin! —le grita Gi yendo en su ayuda y cuando papá intenta tomar a Colin para golpearlo más, siento tanta furia que doy un paso protegiéndolo.

Claro que a papá no le gusta que le digan dead porque es parte de su pasado, pero no quita que lo siga siendo.

Hago que la uña de mi dedo índice crezca mientras veneno sale de ella. Ahora es 6 centímetros más larga.

—Alice… —pronuncia mamá.

—Lo llegas a tocar y te paralizo por una semana papá. Hablo en serio —el veneno que posee la uña al dejarla en ese estado es letal, pero puedo modificarlo con mi pensamiento.

Ninguno de los Cooper o los "Dead" poseen esta habilidad. Solo él abuelo y yo, por tener heterocromia.

—Tu ojo. Está negro —dice papá alejándose porque sabe que este es uno de mis estados peligrosos.

Mi ojo gris se coloca totalmente negro, dependiendo del estado en el que me encuentre ambos ojos se pueden tornar negros. Ahora mi furia traspasó el límite porque nunca había sentido tal adrenalina recorriendo mi cuerpo, a excepción de una vez que fue mucho peor. Este modo es de los dead, nunca he pasado por el estado de Colin, y no creo que lo pase nunca.

Y aclaro, antes de esto no sabía cómo hacer que mi uña creciera así con veneno, tampoco sabía cómo modificarlo. Hay muchos secretos tras mis habilidades, y son tantos que yo también los desconozco.

—Llévate a ese inútil de mi despacho. Y que cuando despierte se encargue de mi puerta y mi escritorio.

—El escritorio lo dañaste tú, papá. Así que no abuses. Oh, y mi hermano no es ningún inútil, inútiles ustedes que pensaron que quitándole lo que más quiere lo harían más fuerte.

—¡No me faltes al respeto! —grita molesto pero no se acerca, porque cuando se trata de amenazas yo no juego.

—Evan, ayuda a Gi con Colin, iremos al hospital más cercano, ya que papi no se contuvo con ese golpe y tardará más en sanar.

Evan obedece y todos retrocedemos.

—Que sea la última vez que tus amenazas las usas contra tu propio padre.

Los chicos salen y yo me quedo en la puerta mientras mamá se acerca a papá.

—Aqui todas las reglas se obedecen, y así como castigaste a Colin por querer a Gigi y perder el control, pues este es tu castigo…

A una velocidad que ni yo se de donde saco, me acerco a él. Papá es el mejor con sus reflejos, pero mi rapidez fue simplemente alucinante.

Así que a la hora de dejarle el veneno en su cuello con un pequeño rasguño, no se dio cuenta por lo que yo ya estaba corriendo escaleras abajo.

Se quedará paralizado por unos días. Se lo merece por idiota.

Me subo en el auto de los chicos y conducimos hasta el hospital. Pongo al tanto a Gigi de todo lo que no recuerda, aun me falta practica para borrar y devolver recuerdos, por eso no puedo devolverle sus recuerdos en estos momentos.

Pero ella no se molesta, más bien en cuanto nos dejan pasar a la habitación de Colin se le lanza encima besándolo como si no hubiera un mañana.

—¿Recordaste? —le pregunta Colin con una sonrisa y ella niega.

—No necesito recuerdos para saber que te amo, Colin Cooper.

Se vuelven a besar y esta vez no aparto la cara. Porque me hace feliz de que ambos se amen como lo hacen.

Sobre lo del apellido de papá él no quiso utilizar el suyo, así que utilizó el de mamá para todos nosotros. Colin dijo su apellido porque estaba furioso, y sabe que a papá le molesta que digan su antiguo apellido porque solo le trae duros recuerdos del pasado.

—Me alegro que estés bien —le digo cuando se separan y él me sonríe.

—Lamento haberte metido en problemas —niego con la cabeza besando su frente.

—Somos hermanos, y los hermanos se protegen entre ellos. Así sea de nuestros propios padres.

Me separo de él y Evan lo abraza llorando en su pecho. Él acaricia su cabeza con una sonrisa, Evan siempre ha sido el más sentimental.

—Ya estoy bien bro —Evan asiente limpiando sus lágrimas.

Unos gritos me hacen voltear y todos miramos hacia la puerta viendo el montón de personas que pasan.

—Quédate aquí, veré que pasa —Colin asiente y Evan y yo salimos.

Lo que veo me desconcierta, hay mucha gente gritando, heridos y enfermos de aquí para allá.

—Oiga, ¿que pasó? —le pregunto a una enfermera.

—Una chica disparó en un bus, luego se cortó la garganta, pero está viva —una camilla con la chica con la garganta cortada se dirige hacia otro lado y me le quedo viendo.

—Ella es… —intenta decir Evan y se calla.

—Si.

—¿Un "dead" ?

—Probablemente Evan. Probablemente.

Y así, empieza el primer misterio de Forks. Porque esto apenas comienza.

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