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29. FAED.


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Despierto levantándome de mi cama. Me doy una ducha y después de colocarme el uniforme del colegio me miro al espejo respirando hondo.

Tres meses han pasado desde que papá murió y los Zöller desaparecieron sin rastro. He tratado de no pensar en eso, sí. He tratado, pero... ¿cómo borrar tus recuerdos de la noche a la mañana?

Papá y Aden son personas que están en lo profundo de mi pecho y simplemente no puedo arrancarlos.

Aliso mi falda y acomodo mi corbata. Estamos a mediados de Marzo, aun vivimos todos juntos y hemos tenido que mover algunos recuerdos y colocar otros para que piensen que papá y mamá aún siguen aquí.

Hayley está encarcelada según lo que me dijeron y Alexis igualmente. No los he visto en los tres meses que han pasado, y espero no hacerlo ya que forman parte de ese pasado tormentoso que quiero olvidar y lo haré poco a poco.

Los recuerdos no me deberían doler pero lo hacen de una forma tan surreal que lo más que puedo hacer es dejar que duela. Y me pregunto, ¿cuándo dejará de doler? Pero como siempre no tengo respuesta a mis preguntas.

Evan se gradúa en pocos meses y Colin está trabajando en Seattle debido a que necesitamos el dinero. Alondra consigue algo aparte y con eso subsistimos.

No me he enfocado en fortalecer mi cuerpo ya que aún me estoy recuperando. No he vuelto a fumar, pero aun tomo las pastillas cuando me dan crisis nerviosas.

Si, ellos dejaron marcas que tendrán que eliminarse con el tiempo. Observo la carta que descansa sobre mi escritorio. No he abierto la carta que dejó papa porque no me he sentido lista. E incluso en este momento me tiemblan las manos al sostenerla.

Tres meses, han pasado tres meses, así que ya es hora de cerrar este ciclo con mi pasado tan doloroso.

La abro poco a poco y cuando la letra de Aden en vez de la de papá me recibe la carta se me cae de las manos y comienzo a temblar más que antes.

¿Por qué Tadeo me mintió? Me tapo la boca evitando soltar un sollozo. No quiero saber nada de él... su traición duele mucho. Prometí no llorar más por él, así que cuando un nudo se me forma en la garganta me lo trago evitando derramar lágrimas.

Ni una lagrima más, Aden. Ni una más.

Vuelvo a tomar la carta y la abro toda viendo la preciosa caligrafía, la cual me hace recordar toda su belleza y el recuerdo de sus manos en mi piel y sus ojos viéndome de esa forma duele. Todo en él duele.

Cierro los ojos fuertemente. Si puedo cerrar este doloroso ciclo con él, podré superar cualquier adversidad. Así que este es el primer paso. Abro mis ojos comenzando a leer sus palabras.

"Supongo que debo decirte hola, ¿cierto? Bueno, dudo mucho que quieras leer eso de mi parte. Sé que esperabas una carta de tu padre, pero le pedí específicamente a mi hermano que te mintiera, de otra forma nunca la recibirías y quería que leyeses esto.
Sé que no terminamos de la mejor forma. Me odias y probablemente lo primero que hagas cuando me veas sea romperme la nariz. Lo entiendo, te duele. Y sé que nunca te pondrías en mi lugar, a mí también me dolieron mis padres y tal vez la venganza no sea la mejor opción. Pero ¿sabes? Lo fue para mí.
Sé que no quieres leer esto. Y si de algo te sirve (aunque estoy seguro que no) lo siento mucho. Créeme que si las cosas fueran de otra manera nunca te hubiese herido de tal forma. Eso me duele aunque no lo creas porque en verdad me enamoré de ti, Alice.
¿Recuerdas el día que estaba borracho y fui a tu habitación? Ese día recuerdo te dije que tenía que elegir entre una persona muy importante y un plan de años. Como ya sabrás esa persona eras tú. Sin dudas fue la decisión más difícil en mi vida. Mi tío Alfred me dijo que habías perdido la memoria y que lo mejor era que me alejara de ti para que no salieras herida. Por eso fingí no conocerte, para borrar todo rastro de mí en tu vida y que no tuvieses que sufrir tal como ahora. Quería alejarme de una vez por todas pero fallé.
Fallé y te herí dos veces o tal vez más y no lo podía soportar, pero tampoco podía soportar el hecho de no tenerte en mis brazos y joder soy un maldito egoísta pero te amo con intensidad.
Sé que no me vas a perdonar ni mucho menos entender mis razones, pero más adelante lo harás. No espero que me perdones, no merezco tu perdón ni tu lamento, pero te hago entender que en verdad lamento todo.
Nunca quise herirte o fallarte, no pensé enamorarme de ti de ese modo. No pensé soñar siempre con tus ojos y lamentarme cada vez que te hería. Traté de huir muchas veces, traté de irme, de dejarte. Y lo hice pero muy tarde porque sé que ahora estás destrozada.
No compenso nada con esta carta. Solo quería decirte cuanto lo lamento y espero algún día puedas olvidarme. Mi recuerdo no debería dolerte, y lo hace, por eso quiero que me olvides y dejes todo atrás.
Te amo Alice Cooper. Y sé que tú también me amas, pero no debes hacerlo más.

Aden Zöller".

—¡Asg, imbécil! ¿Por qué me haces todo tan difícil? —grito a la nada molesta mientras lagrimas me empañan la cara.

¿Cómo no llorar con eso? ¡Por supuesto que lo amo y sé que no debo hacerlo!

—¡Siempre fuiste un idiota, un imbécil, un tonto! Ni en las cartas haces algo bien. ¡Sé que debo olvidarte! Pero... ¿cómo le digo a mi corazón que deje de amarte? —limpio mis lágrimas sollozando—. Te amo tanto que tu recuerdo me quema. Te amo tanto que duele, Aden —la barbilla me tiembla y no puedo respirar bien.

Limpio mis lágrimas y pronto tocan mi puerta por lo que respiro hondo fingiendo una sonrisa para mi hermano Evan.

—Hey —saluda con una sonrisa de boca cerrada—. Escuché unos gritos en mi habitación, ¿estás bien? —aprieto mis labios asintiendo.

—Sí, sí. Estoy bien, es solo una estupidez —dejo la "estupidez" en un cajón donde está mi medicina y lo tomo de las mejillas besando su frente—. ¿Te había dicho que te amo? —asiente con una sonrisa y me da un beso en la frente también.

—Iré a la nueva sede de la FAED. Ya sabes, están reclutando a personas en el pueblo y quiero ir a ver qué tal —la idea no me emociona mucho pero finjo que sí.

No confío en esas personas y aunque no nos hayan cazado presiento que no falta nada para que lo hagan. Abrieron una enorme cede que siguen construyendo y más personas se unen.

Pareciera que se estuviesen preparando para una guerra por todas las personas y el armamento que tienen. La pregunta es... ¿una guerra con quién?

Bajamos las escaleras y Evan me comenta sobre porque le gusta y todo eso. Él es muy ingenuo, tal vez y piense que esas personas hacen el bien pero ninguna entidad que quiera cazar a otras personas es buena.

No todos los dead son malos, eso lo tengo muy claro. Pero ellos pareciera estuviesen ciegos y juraría son unos fucking robots ya que actúan como tal.

Comienzo a comerme mi cuenco de cereales y Colin baja junto a Gigi y Alondra. Gigi me abraza besándome la coronilla y todos rodeamos la mesa desayunando.

—Tengo que irme por unos días, cuida de Gretchen mientras no estoy —me dice Colin y asiento blanqueando los ojos por lo sobreprotector que es con mi amiga.

—Okey, oigan Evan quiere ir a la cede a ver qué tal. Amor, deberías ir mañana que es fin de semana —le comento y hace una mueca para sonreír y besar mi frente.

—Vale, me acompañas si quieres. De todos modos si te quieres enlistar conmigo no me molestaría —rio negando, eso sí que no.

—Ni en sueños Evan. ¿Has visto cómo actúan esas personas? Es como si solo vivieran para servir a esa entidad, como si les lavaran el cerebro o algo —todos ríen, pero yo hablo en serio.

Me despido de Colin quien partirá por tres días y luego de mi hermana mayor yéndome al colegio con mi mejor amiga y mi hermano favorito.

Le desordeno el cabello una vez entramos. Últimamente las chicas los ven con aires de lujuria, pero les dejo claro que es mío a la hora de caminar por los pasillos.

Soy muy celosa con él, y más si esas chicas lo miran de esa forma.

Todos vamos a nuestras respectivas clases en cuanto el timbre suena y cuando me quedo sola el mensaje de la carta viaja por mi mente.

Dios, olvidar a Aden parece tarea imposible. Tres meses y su recuerdo sigue vivo a pesar de no verlo ni saber nada de él. ¿Cómo puedes llegar a sentir tanto por una persona?

Los recuerdos de él hablándome en clases y portándose grosero con sus mentiras viajan a mi mente. Ahora que lo recuerdo el día que nos mandaron aquella tarea de cuidar a los chicos el director pareció casi decir su nombre. Seguramente habló en su mente diciéndole que se callara, sí que le gustaba ser un misterio ante mis ojos.

Lo extraño mucho pero a la vez no quiero verlo nunca. Son sentimientos contradictorios, pero es inevitable sentirme de tal forma. No puedo borrar sus recuerdos, y en cualquier esquina en la que paso puedo verlo diciéndome alguna frase tonta en alemán y sonriendo para caminar conmigo. Y duele mucho extrañarlo de esta manera.

La muerte de Lucas sigue presente y Brenda volvió por fin a casa. Su familia está devastada por lo de Alexis pero se han ido recuperando.

Al final todo pareció volver a la normalidad. Aurore seguía igual de insoportable que siempre pero no me dijo nada respecto a Aden. Las fotos pareciera nunca salieron a la luz y deduzco que papá y mamá borraron los recuerdos de ese suceso, por eso ya todos lo olvidaron.

Mamá... su recuerdo también duele. No sé dónde está o que rayos le pasó, es como si se la hubiese tragado la tierra y eso me pone la piel de gallina porque mamá era una muy, pero muy buena hunter C.

Aún recuerdo cuando nos enseñó la técnica única de los Cooper, esa que consiste en aplicar la fuerza en tu mano. Fue tan difícil hacerlo, pero lo logré. Sonrío con el recuerdo en la mente y pronto voy a la cafetería donde me encuentro con mi hermano y mi mejor amiga a una mesa un poco lejos de mí.

Los saludo desde lejos caminando hacia ellos pero antes unos brazos me estrechan contra su cuerpo haciéndome sonreír con el tan distintivo olor de Arthur.

—¿Pensabas escapar de mí? —pregunta con una sonrisa divertida y estampo mis labios a los suyos como novios que somos desde hace un mes.

—¿Cómo podría hacerlo? —sonríe contra mis labios dándome otro beso y pronto me toma de la mano dirigiéndonos a la mesa donde están los chicos.

Nos sentamos a su frente y conversamos. A ellos en verdad les agrada Arthur, a mí también me agrada mucho pero me es inevitable comparar sus besos y todo de él con Aden. Sé que no debería, son dos personas distintas, pero con él no se me corta la respiración ni la piel me comienza a arder en cuanto lo veo.

Son distintos, a él lo quiero mucho pero a Aden lo amo con locura y su recuerdo no será tan fácil de borrar. Arthur me dijo que le gustaba hace dos meses pero hace tan solo uno acepté salir con él.

Es muy dulce y amigable y me gusta muchísimo. Tengo que aprender a hacer mi vida sin Aden porque el simplemente ya no es parte de ella y así será por mucho tiempo si acaso no por toda mi vida.

Le tomo la mano a Arthur sonriendo y él me vuelve a dar un beso.

—¿Te había dicho lo hermosa que eres? —murmura contra mis labios haciéndome sonreír. ¿Ven? El rubor no sube a mis mejillas, pero supongo que es por la familiaridad de siempre haber conocido y hablado con Arthur.

—De hecho sí, y bastante —le doy otro beso juguetón pero él me toma de la cintura profundizando el beso.

Lo acepto, sus besos son delicados y suaves, no de esos que te dejan con las piernas temblorosas, más bien de esos que te dejan en las nubes porque se sienten muy bien.

Besa muy bien, es tierno, guapo y sexy. Creo que es un buen complemento para aplicar la de un clavo saca a otro clavo. Aunque dudo mucho que aquel clavo salga, solo quiero disfrutar de mi juventud sin estar amarrada a alguien.

Arthur es guapo y le gusto, así que me daré la oportunidad con él, eso o me encierro en mi habitación a llorar por un año seguido lamentando todo con Aden.

No sé ustedes pero yo prefiero besar a Arthur. Después de comer en el colegio me lleva a la cafetería de siempre a comer helados. Nos sentamos uno al lado del otro y él me ensucia la nariz con helado.

—No seas inmaduro —murmuro riendo mientras sigue ensuciando mi rostro y al final termino toda llena de helado y con él sobre mis labios.

—Hoy estás de mejor humor. ¿Alguna noticia nueva? —finjo pensar mordiendo mi labio inferior.

—Si. Hoy me gustas más que ayer —suelta a reír y yo lo hago con él.

Pero la única razón por la que estoy de buen humor es por la carta de Aden. Sí, es raro porque me molestó y entristeció al mismo tiempo. Pero también me alegró leer todas esas palabras, fue como cocer más la herida que aún seguía muy abierta.

Tal vez odie a Aden, pero también lo amo y por eso su carta me dejo feliz y de buen humor. Incluso lejos puede hacer cambiar mis estados de ánimos, Aden es un enigma que tal vez y nunca llegue a entender.

—Creo que dejaré las pastillas anti estrés —le comento comiendo otro helado.

Arthur, Gi y Alondra son los únicos que saben que uso ese medicamento. No quise decírselo a mis dos hermanos mayores ya que puedo escuchar nuestras discusiones si se llegan a enterar.

Entonces preferí ocultárselos. Y Arthur me entiende muy bien, por lo que él no me juzgaría nunca por tomar pastillas que me ayuden a lidiar con el dolor.

Lo conozco, él nunca haría ese tipo de cosas y eso me gusta de él. El que sea tan bondadoso y precioso.

Lo beso con fuerza, feliz de tenerlo a pesar de todos los conflictos. Le desordeno el cabello sonriendo contra sus labios.

—Me alegro de que seas mi novia —murmura romántico y le doy otro beso levantándome.

—También me alegro de serlo, pero tengo que volver a casa —hace un puchero pero se levanta tomándome de la mano por lo que caminamos así.

Arthur y yo no hemos tenido intimidad y tampoco creo tenerla. No le tengo la confianza para eso, y por más triste que suene el único que quiero que me toque por siempre de esa forma es Aden. Muy masoquista y todo pero vamos... es solo sexo ¿no?

A quien engaño. Arthur y yo conversamos camino a casa y le doy un apasionado beso una vez me deja en la puerta de la misma. Se va haciéndome una pequeña reverencia y me adentro en casa una vez se ha ido.

Alondra y Gigi están en la cocina preparando la cena ya que oscureció. Subo las escaleras y al llegar a mi habitación veo la puerta abierta, por lo que entro reparando a Evan quien tiene las pastillas en sus manos.

—¿Qué es esto? —pregunta señalando la carta y el frasco de pastillas.

—Solo era por estrés —murmuro quitándole la carta con miedo de que la lea y sospeche cosas sobre papá.

—¿Y puedo saber por qué tienes estrés? A ver Alice, puedes confiar en mí para lo que sea y el que no lo hagas me afecta —respiro hondo, por esta razón no quería tener esta conversación.

—Cuando papá murió me sentí muy mal. Aun me siento mal pero debía ser fuerte por ti y por todos en esta casa. Tuve algunas crisis en donde no paraba de temblar y llorar y comencé a fumar y usar las pastillas pero te juro que ya no lo haré más. No te conté porque sabia que te echarías la culpa y no lo es, fue mi decisión y no quería pelear ni contigo ni con Colin —el rostro de Evan se suaviza y me envuelve con sus brazos dejando su barbilla en mi cabeza.

—Lo siento pequeña, no sabía que pasabas por tanto —limpio las pequeñas lagrimas que se me salieron, Evan es la mejor persona que conozco y no me cansaré de decir esto.

El merece tener el puto mundo a sus pies, es simplemente encantador de todas las formas y agradezco tenerlo como hermano y a mi lado incondicionalmente.

—Volvamos abajo.

Así lo hacemos, bajamos y nos volvemos a sentar en la mesa cenando. Comienzo a hablar sobre mi día en la escuela y sobre lo mucho que me gusta Arthur.

Todos sonríen y hablan de su día ya que es una dinámica que empleamos para no tener silencios incómodos en la mesa.

Así cada uno puede expresar lo que siente y nos ayudamos mutuamente. El aguacero de fuera se escucha dentro, últimamente ha llovido bastante.

La puerta se abre y Colin aparece en ella empapado por lo que nosotros lo miramos extrañado.

—¿Qué haces aquí? —le pregunta Gigi una vez entra y comienza a quitarse la ropa.

—No me dejaron salir y estuve un rato en la estación policial. No pude llamar, pero me soltaron —frunzo las cejas ante su declaración.

—¿Por qué te detuvieron? —le pregunto levantándome.

—Según había toque de queda ya que están atrapando a unos asesinos aquí mismo en Forks. No me dejaron salir de aquí por eso, y en cuanto me soltaron vine.

—¿Y quiénes son esos asesinos? —pregunto confusa y al momento la puerta estalla y varios hombres uniformados y armados entran apuntándonos y haciéndonos arrodillar con las armas en nuestras nucas.

—Gretchen Grey, Colin, Alondra, Evan y Alice Cooper están arrestados por el asesinato de Harold Ludwig. Todo lo que digan puede ser usado en su contra, tienen derecho a un abogado y si no tienen como pagarlo el estado les otorgará uno.

El hombre sigue hablando mientras yo parpadeo realmente confusa. ¿Qué hicimos qué? ¿Quiénes son ellos?

Un minuto... ¿Qué está pasando?

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