Rebecca,Carlos y yo caminábamos por las estrechas callejuelas hasta la parada del autobús.El cielo empezaba a teñirse de un alarmante color negro grisáceo.
-¿Cual era la dirección,Rebecca?
-Calle Rubén Dario n°14.
-Bien.Con un poco de suerte podremos entrar.
-¿Habéis pensado que la policía o los investigadores privados podrían estar alli?

-Lo dudo mucho.-Rebecca expuso su hipótesis.-Piensa que si los detectives no hayan encontrado pistas,deben haberse ido a investigar a otro lugar.

-Tienes razón.Tal vez nosotros encontremos algo.-la apoye.
Carlos frunció el ceño.

Llegamos a la parada.La lluvia había empezado a caer y el cielo se había vestido de un triste tono gris.Nos pusimos las capuchas de las sudaderas,tiritando de frio.

El autobús no tardó en llegar.Subimos,ateridos,y nos acurrucamos en los asientos.

Mire por la ventana mientras mis amigos charlaban.La tarde era fría y lluviosa.Las gotas de agua golpeaban el suelo con fuerza y los transeúntes se arrebujaban en sus capas y abrigos.

Miles de recuerdos vinieron a mi mente de improviso.En una tarde como aquella,mi madre y yo nos habíamos quedado solas.Recorde las lagrimas,las despedidas,la voz de mi padre,los besos y abrazos y la puerta cerrándose.
Sin volver a abrirse.
Nunca más.

La voz de Rebecca me saco de mis pensamientos.
-¡Chicos,hemos llegado!

Así era.La lluvia había dejado de caer,pero el cielo seguía frio y gris.Bajamos del autobús y comenzamos a caminar.Nunca habíamos estado en esa parte de la ciudad.

-Faltan 3 casas más.-dijo Rebecca tras consultar el mapa que llevaba en el bolsillo de su abrigo.

-Chicas¿estáis seguras de que estamos haciendo lo correcto?-titubeo Carlos.

Rebecca le saco la lengua.Yo me reí.

-Aguafiestas.-le dije dándole un empujón.

-Gracias por la crítica constructiva chicas.-dijo nuestro amigo entre risas.