XVI
Delta 2
1:30 am
Estoy camuflada, en medio de los arbustos y la obscuridad confiando en mis instintos espío a mi presa, reprimo mis deseos salvajes de devorarla y hacerla mía, a través de unos binoculares negros la observo con más claridad está sola... y eso me hace desearla más.
Me acerco lo más que puedo, ella está sentada en medio de la habitación su apariencia es más preciosa que antes quisiera raptarla, y apartarla del mundo, y de Jünger.
Con torpeza quiebro una rama, y Oriana voltea rápidamente.
Trato de ocultarme pero por desgracia, parte de mi ropa se queda atorada en otra rama. Con velocidad la aparto bruscamente de mi brazo, y huyo.
Por suerte un búho aparece, en la ventana de ella. Espero crea la idea de que ha sido él.
...3 días después...
Oriana
En estos tres días, mi mundo se ha vuelto distinto... nada es igual, he evadido a las personas y me he sentido completamente sola, siento que una parte de mi está incompleta y muerta sin Alfonso, aquel hombre dotado de tanta hermosura abrillantada por la obscuridad.
Algo ha llamado mi atención una noche estaba distraída, sin embargo pensativa es la palabra adecuada escuche un crujido entre los arbustos pero en medio de la oscuridad no se veía nada, a lo lejos visualice una silueta. Desvié mi mirada al ver un búho aparecer, quería pensar que fue él pero mi instinto me decía que no era así.
Tocan mi puerta, pero no tengo ánimos de ver quién es.
—Te estás matando.—Dice con sentimiento.
Reconozco esa voz.
—¿Cedric?—Digo dudosa, giro mi cuerpo para levantarme de la cama.
Él entra en la habitación y me carga.
—¿Quién más boba?—Responde sarcásticamente.
—Ay amigo.—Suspiré, muchos recuerdos llegaban a mi cabeza—Si supieras lo mucho que te he necesitado.
***
Alfonso
Un color que creía haber olvidado reapareció hace tres días, se intensifico "Sangre" que brota de mis venas tan viva y radiante que desconozco que pertenece a mi gélido cuerpo. Mi cuerpo recobra aquel color vivo, mis mejillas toman aquel color cálido que solían tener mis prolongadas venas se inflan y están mejor que nunca.
Releí las antiguas leyendas y es nuevo para mí todo esto que está pasando, me es difícil aceptarlo cuando sé que tengo que dejar ir a Oriana.
Me estoy volviendo humano.
Tanto dolor, origina vida.
El primer cambio es la sangre, secundariamente vendrán los latidos, y por último la humanidad.
—Cuando Richard se enteré en lo que te estás convirtiendo...—Dice una insolente Lucrecia—No tendrá más remedio que matarla.
—Es inevitable, una vez que inicia.—Respondo con alegría, evitando a toda costa cualquier tontería que diga la pelirroja—No hay marcha atrás.
—Pero de mí, no te puedes librar.—Aseguró con tosquedad.
—Querida donde no hay amor, no hay nada.—Finiquité.
Lucrecia se quedó hablando sola, no me apetecía discutir. En lo personal decidí ir al mundo humano, quería saber de Oriana así desde la distancia.
Me acerqué y me di cuenta de algo grave.
Oriana estaba siendo vigilada, por tres personas que vestían totalmente de negro una de ellas apuntaba un arma con silenciador, a un chico que estaba a su lado.
Traspase mi mano, en el pecho de una de esas tres personas y sólo leí sus recuerdos, más fuertes y más recientes.
—¿Qué rayos pasa contigo?—Grito una mujer pelirroja.
—Es mi vida, no te metas en ella mamá—Respondió seca la adolescente.
—¿Yo te enseñe a robar? ¿A mentir? ¿A usar a las personas?—Replicó la pelirroja.
—Lo hago porque me gusta, es la vida que siempre quise— soltó la adolescente—Lo fácil me gusta.
—Me sacrifique toda mi vida para darte lo mejor. —Lloró la mujer pelirroja.
—Mi dinero cubre tus necesidades.—Escupió la chica.
—Tu dinero no puede comprar el sol, ni el cielo y mucho menos mis sentimientos—Afirmó la pelirroja.
—¡No puedo ser conforme en la vida como tú! Déjame en paz—Exclamó la chica.
—Estás en mi casa, son mis reglas.—Impuso la pelirroja.
—Me largo de esta mier...
—Ni se te ocurra decirle así a tu hogar —la pelirroja bofeteó a la chica.
—Me voy —Lanzó 3000 dólares en el suelo— Eso es para ti "madre" espero te sirva de algo.
Desprendo mi mano de su corazón, y el último recuerdo es el plan para quedarse con la fortuna de Oriana. Es una chica, su pulso desiste y decido dejarla vivir.
¿Qué te ha detenido?
No lo sé, sentí compasión por ella.
A lo lejos veo a Oriana, posando su mano en su pecho y con dolor pronuncia un notable "Te extraño". Lo que ella no sabe, es que todo el dolor que ella siempre sintió yo también lo percibí tan o más fuerte que ella.
No puedo resistir mis impulsos de ir, tras ella.
Sin embargo una voz gruesa me detiene.
—¿Quieres verla morir?—Cuestiona con autoridad.
Richard.
—Necesitas escuchar una historia, real.—Dice en tono pasivo, señala un camino obscuro y me limito a seguirlo—Es mí historia.
Llamas rojas, alumbran el sendero al inframundo, almas en pena rogando por su salvación y los castigos sin cesar.
—Toma asiento.—Indica Richard, tomado dos copas transparentes en sus manos—Sé por lo que estás pasando, y me gustaría indicarte algunos detalles.
—Claro Richard.—Me limite a responder.
Me quede callado, esperando a que él hablase primero. En mis manos tenía una copa, llena de vida...
Es un líquido blanco, transparente pero tiene un sabor más exquisito que el alcohol aunque causa el mismo efecto a largo plazo "La Adicción"
—Hace quinientos cuarenta y cinco años, cuando aún era mortal mi familia era la clase más baja en la época para aquel entonces.—Suspiro mientras daba un sorbo a la bebida—Mireya era su nombre, una chica risueña sus rizos eran perfectos, sus ojos eran comunes pero su mirada, nunca pasaba desapercibida y tenía algo especial. Ella pertenecía a la clase alta, tiempo después sus padres la casaron con un Conde y durante ese lapso de tiempo yo había muerto.—Richard ahogó una sonrisa—Tiempo después volví, con dinero, mejor atractivo, todo lo que no tuve como mortal lo tenía ahora, ella estaba literalmente muerta en ese matrimonio y muy cambiada. Me hice la mano derecha del Conde, para pasar más tiempo con ella... la conexión era tan intensa y genuina, tal así que empecé a romper las reglas de la vida. Ella se enamoró de mí, todo sucedió tan inesperado que ella termino esperando un bebé mío. —Tomo de la exótica bebida, y golpeo la mesaj—Cuando me enamoré de ella me convertí en humano, pero en el tiempo en que esperaba el niño él era un híbrido. El mundo humano era lo que menos importancia tenía, cuando le dije lo que era, ella hizo algo que jamás me imagine... Me amo más. La ama y señora del inframundo en aquel entonces, Jhane decidió quitarle la vida a Mireya y al bebé, me robó la poca humanidad que yo tenía y me destino a la muerte, al dolor, al castigo. Durante un siglo estuve pagando mi castigo, y asesiné a la misma Jhane con mis propias manos.—Richard abrió un portal a una dimensión que yo desconocía del inframundo—Ahí, esa que vez con los ojos ensangrentados es ella... la maldije, para que vuelva a la vida y sufra hasta morir. Perdí todo lo que amaba, mi mujer, mi hijo, mi humanidad. La sangre dejó de circular, y volvió a su habitual tono negro, me convertí en el ghoster y demonio más poderoso.
—¿Cuál fue la consecuencia de esta historia?—cuestioné dudoso.
—Que todo lo que ames, tendrá que morir.—Soltó Richard.
—¿Y salvarla que me costará a mí?—Pregunté cauteloso.
—Tu eternidad trabajando para mí como esclavo.—Respondió sereno.
—Su vida acabará con o sin mí ¿cierto?—Pregunte nuevamente, con melancolía.
—No puedes hacer nada para evitar su sufrimiento, su destino ya está escrito.—Richard me miró fijamente, para agregar algo más—Al menos que sacrifiques tu alma por la suya.
Yo, me quedé en silencio y no me tomó mucho tiempo pensar en la respuesta.
—Lo vale, sacrificaría mil veces mi existencia por la de ella.
Richard se retiró y por último dijo.
—Pero recuerda que eres el ángel de la muerte.
Sólo entonces el segundo síntoma apareció "Latido" que le devuelve el palpitar a mi corazón, al que daba por muerto desde hace mucho tiempo.
¿Qué soy capaz de dar por amor?
No lo sé, lo imposible.
Lo que ni Alfonso, ni Richard sabían es que Lucrecia había escuchado todo y que por su propia cuenta empezó a ejecutar un plan... para dar muerte a Oriana y a Richard. Ella se convertiría en la Reina del Inframundo.
Oriana
Después de que le di la bienvenida a Cedric, tuve un encuentro con Cynthia nada agradable. Me aclaro que siempre estuvo en mi contra, que me odiaba, y que pronto ella asistiría a mi funeral minutos después hizo girar mi cabeza bruscamente al frente de mi cama, un arma apuntaba directamente a mi cráneo.
Aunque parezca irónico no sentía miedo.
Me amenazaban con acabar con mi vida, con matar a mis seres queridos... ¿Por qué?
Sencillo Oriana, te subestiman.
Necesitaba ayuda, necesitaba a Alfonso mi mundo se cae a pedazos. Me encerré en la habitación, pose mi mano en mi pecho y lo único que mi corazón y yo sentíamos era dolor "te extraño Alfonso" fue lo que pude decir.
6:30 pm
—Buenas tardes, necesito comunicarme con la oficial Angelicé Farsth.
—Buenas tardes, ¿De parte de quién?
—Oriana, Oriana Dulaine.
—Esperé unos minutos que yo la comunicaré con la oficial.
Así fue, esperé diez minutos para hablar con la oficial...
—Oriana, si llamas por el caso aún se están realizando trámites legales y debes esperar pacientemente...
—Lo siento—interrumpí—la llamo por asuntos mayores, necesito su ayuda para un caso especial "Daphne Dulaine", quiero saber todo lo referente a ello tengo la perspectiva de que no murió de un paro cardiaco como dicen.
—Es grave lo que estás diciendo Oriana.
—Hoy intentaron matarme. Por eso te estoy llamando de un número público de la ciudad, necesito tu ayuda, urgentemente.
—Oriana...
—Por favor, yo quiero vivir.
—De acuerdo, me encargaré de enviar a dos oficiales más ¿vale?
—Lo antes posible.—Colgué.
Una palabra hizo que me olvidará de todo.
—Perdóname.
Aquella voz causo estragos en mí, me giré y le vi a los ojos.
—Perdóname tú a mí...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro