XV
—Es imposible—Digo incrédula.
—Las almas condenadas al infierno, son las que habitan allí.—Informa Alfonso, toma mi mano y la aprieta con dureza.—Podrás imaginarte que Hades, es solo un mito. El diablo es solo una leyenda, Richard Golxter manda allí.
—¿Quién es Richard Golxter?—Murmuro con cierto tono de curiosidad—¿Es una especie de demonio?
Alfonso niega con la cabeza.
—Richard Golxter es el hombre, que está al mando del inframundo.—Responde fríamente, cierra sus ojos bruscamente y da un puño a la mesa—Es un demonio, poderoso capaz de acabar con todo lo que tenga vida.
—¿Tienen reglas?—Digo insegura.
—Siempre hay que hacer sufrir al mortal, eso es un hecho —Aseguró Alfonso—no tener vínculos con humanos, no involucrarnos con nuestras antiguas vidas, y lo más importante no tener compasión al llevarnos un alma.
—Es algo insostenible.—Empiezo a jugar con mis manos, evitando encontrar los ojos de Alfonso.
—El inframundo es un lugar que no querrás conocer Oriana, es frío, obscuro es el reino de las tinieblas, es el castigo de Dios al hombre malvado. —Susurra con un tono lánguido—Existe un mar, es negro pero no es un mar común tiene algo en peculiar, está repleto de almas que buscan salir. La primera vez, trataran de pedirte ayuda luego intentaran matarte.
—No es posible.—Poso mis manos en mi cara, tratando de asimilar lo que está pasando.
—Había una leyenda de un chico, que había atravesado todos los obstáculos del inframundo por salvar a la mujer que amaba, Richard lo dejó libre con una condición "Pase lo que pase por nada del mundo, mires detrás de ti"...—Alfonso dejo una atmosfera de suspenso en el aire.
El silencio inundo la fría habitación.
—Cuando le faltaban dos pasos para escapar de aquel lugar, la curiosidad pudo más que él. Al girar su cabeza, estaba el alma de su amada ardiendo en llamas sobre las manos de Richard. No todas las leyendas son falsas, hoy en día ambas almas les pertenecen a Richard.—Finalizó con cierta incertidumbre.
—¿Qué es Lucrecia?—dudé.
—Es un ghoster, uno de los pocos femeninos que existen.—Sus venas empezaron a tornarse de un color negro, que se extendía por todo su cuerpo— Eso quiere decir que es uno de los más poderosos, Oriana.
—¿Por qué tus venas se oscurecen?—Cuestioné.
—Estoy tomando mi forma normal.—Responde vagamente.
Sus ojos permanecieron con aquel color escarlata, el color negro de sus venas se intensifico, su latido permanecía intacto, su piel se tornó más pálida y su fuerza se volvió sobrehumana.
—El problema Oriana, es complicado de explicar—Alfonso retoma la palabra, se aleja prudentemente de mi—Los ghoster no podemos enamorarnos de los humanos, claro está.
—¿Por qué?—Bufé.
—Ustedes son vistos como nuestro alimento.—Alfonso me guiña un ojo.
—Pero...Ustedes no deberían sentir porque están...—me cohibí de pronunciar aquella palabra.
—Muertos.—Completó Alfonso.
Cierro mis ojos, y dejó escapar algunas lágrimas.
—Vete Alfonso...—Un nudo se forma en mi garganta, y el dolor reaparece—Es lo mejor para los dos.
Alfonso se desvanece entre las sombras, y yo me quedo completamente sola en la habitación, de aquel hospital.
¿Estoy destinada a ser feliz?
Tal vez Oriana, tal vez.
Algunas cosas empezaban a cobrar sentido para mí, por ejemplo el dolor, Alfonso le había atraído mi sufrimiento, se alimentaba de mi cada noche de mi largo martirio. De algo estaba segura, era demasiado tarde como para no averiguar más sobre el tema, esto no podía quedarse así como si nunca nada hubiera pasado.
La enfermera entra a la habitación, y siento su mirada fija en mí.
—Cariño ¿Estás bien?—Dice en tono preocupado, se acerca prudentemente a mí, para luego posar su mano en mi frente—Estás ardiendo en fiebre, cariño.
No puedo soportarlo, repentinamente estalló en llanto y me aferro a la enfermera como si mi vida dependiera de ella. Aquella puntada de dolor vuelve con más intensidad a mi corazón.
Alfonso
Estoy al otro lado de la puerta, y escucho el llanto de Oriana, cada chillido me desgarra el corazón, y el mismo dolor me recuerda en lo que me he convertido, en quien soy y mi lugar.
Su dolor se vuelve más intenso, trato de contener mi ansiedad. Voy llegando a mis límites, cuando un olor peculiar atrae mi atención... "Muerte"
Porque lo que Oriana aún no sabe, es que yo soy "El Ángel de la muerte"...
Y aunque la tarea, de llevarme las almas de las personas parezca fácil, no lo es. Richard Golxter escoge a las personas que él considera más débiles y les asigna los trabajos más duros y crueles.
El objetivo principal antes de llevarte un alma, esa hacerla sufrir.
Dos pisos más arriba, lejos de la habitación de Oriana escucho la risa cínica de Lucrecia ,está sentada sobre un hombre sus ojos se tornan escarlata al igual que los míos.
—Yo cumplí con una parte del trabajo.—Sonríe maliciosamente la pelirroja—Tú debes terminarlo.
Me acerque al hombre, e introduje mi mano en su estómago, soltaba gemidos de dolor, lloraba y su mirada pedía clemencia.
Dios, ¿En qué momento me convertí en esto?
—Tuve una pequeña charla con tu mascota humana.—Dice recelosa Lucrecia, aparta delicadamente varios mechones que caen en su rosto—Y le advertí, que si se acercaba a ti, le costaría su humanidad... para muestra un botón.
Desvié la mirada de Lucrecia, tomo un poco de agua para lavar mis manos, de mi pecado. Y luego la tome del cuello la mordí con brusquedad, por último abrí mis alas negras y arrastre el alma de aquel hombre, conmigo.
A lo lejos vislumbro a Lucrecia, tomando la forma de una enfermera del hospital y gritando que el hombre ha muerto.
Lo único que no podía sacar de mi mente, era el sufrimiento de Oriana tanto dolor estaba teniendo una consecuencia en mi mundo...
El dolor origina vida.
***
—Cambio de planes equipo.—Comunica Jünger a la central—El objetivo es eliminar al hombre, ese que se la da de misterioso.
—Copiado.—Responde decidida Alicia Thammel.
Delta 2 gruñe al ver la reacción de la rubia, y piensa darle un giro distinto a la situación. Eliminarla del campo de juego, mandarla a la banca.
—Sé lo que estás pensando.—Susurra Delta 1 en su oído—Y no estoy dispuesto a ayudarte.
—Jünger está cambiando los planes, y eso no me agrada.—Responde altaneramente Delta 2.
Alicia Thammel, le dedico una mirada de odio a Delta 2 luego con aires de grandeza escupió una nueva información.
—Jünger, existe una nueva integrante en el grupo...—Habló una deslumbrada Alicia, dejando partículas de suspenso en el aire—Su nombre es...
En ese preciso instante, una chica de larga cabellera negra, ojos oscuros, y piel morena entro a la central.
—Encantada de entrar al equipo Delta—Comento ansiosa.
Delta 2 y Delta 1 se miraron confundidos, no comprendían lo que estaba ocurriendo ambos dirigieron su mirada a Jünger, quien también estaba desconcertado.
—¿Y tú eres?—Dice un frío Jünger.
La chica sonríe maliciosamente.
—Soy Cynthia.—Contesto traviesa—Díganme Delta 5.
Sin duda el juego cambió por completo, se desconocía quién sería la próxima víctima pero de lo que todos estaban seguros es que el botín sería repartido equitativamente.
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