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IV



—Oreo—me abrazó el chico de ojos achocolatados —¿te sientes mejor? He estado muy preocupado por ti, Cedric se apodero de ti en el hospital—Bufó mientras acariciaba mi cabello—tiene que aprender a compartir.

—Gubby—chillé y lo aprese en mis brazos—mucho mejor, ¿enserio? Cedric me dijo que nadie había preguntado por mí. Hoy estaremos juntos y pasaremos un rato agradable ¿Qué película quieres ver?

—Veamos "MCH"-tomó mi mano y me jaló a la taquilla del cine- y antes de que preguntes que significa es: "Monstruos Comedores de Humanos" y—conecto su mirada con la mía y esbozo una inmensa sonrisa—no trata solo de bestias que devoran la humanidad, hay un interesante triángulo amoroso que sé que te gustará.

Asentí y sonreí contenta de escapar por momento de todo.

***

—Oreo ¿Qué te ha parecido la película?—Thomas sacó a relucir el tema- en lo personal fue mi favorita, me ha encantado.

—Muy buena a decir verdad, aunque yo quería que Ayrtan se quedará con Whamely la chica extraterrestre.

—Tengo hambre, la pizzería aún está abierta ¿Quieres comerte una pizza Hawaiana? —Propuso Thomas— ya están trabajando en el rodaje de la segunda película y según la segunda parte del libro Ayrtan escoge a Whamely.

—¡Genial! —Exclamé alegre, tomé del brazo a Thomas y pegué una carrera a la pizzería quedaba a una cuadra del cine-Acepto.

Al entrar a la pizzería comenzó a llover muy fuerte, cogí asiento al lado de la ventana -una de las cosas que me más me gusta en el mundo es "la lluvia"-Thomas pidió las pizzas y se quedó hablando con su padre, que de lejos me dedicó una sonrisa. Una chica de cabello azul se acercó a mi mesa.

—¿Has pedido ya tu orden linda?—Dijo en tono coqueto mientras anotaba algo en su pequeña libreta, luego arrancó una hojita y la colocó en mi mano—es mi número, llámame.

¿Está chica está coqueteando conmigo acaso?

Leí la hojita y decía que su nombre era Zuley.

—Por cierto—agregó antes de marcharse—deberías cambiarte esa ropa, eres muy linda y tus curvas no logran admirarse con la gracia que merecen.

—¿Gracias?—musité por no ser descortés y dirigí mi vista a Thomas.

—Oreo—Thomas se acercó con la pizza—Dentro de un momento Zuley nos traerá dos batidos. Pero antes tengo que darte algo, importante.

Thomas sacó una cajita de su bolsillo derecho.

—Cierra los ojos—sentí rozar las yemas de sus dedos en mi muñeca, y me provocó un escalofrío-ya puedes abrirlos.

Abrí mis ojos justamente en dirección a mi muñeca.

—Gubby...me... ¡me encanta!—grite alegre—¡Gracias!

Thomas me había regalado una pulsera entre verde azulada tenía tallado mi nombre y pequeños planetas colgaban de ella junto a estrellas fugaces.

—Tuve miedo de que pudiera pasarte algo y no verte más.—Confesó mientras cogía un trozo de pizza—Mi madre solía decir que los regalos se dan en vida...

Yo me limite a abrazarlo con fuerza.

Hace un año su madre había fallecido, tenía 56 años, una mujer muy saludable y de repente se enfermó de una infección en los pulmones.

Zuley la chica que había estado coqueteando conmigo se acercó a la mesa y tosió en señal de interrumpir el abrazo, mi reacción fue seguir abrazando a Gubby. Ella colocó los batidos en un lado de la mesa y se retiró algo recelosa.

—Yo tengo algo que decirte, sabes que entre nosotros no hay secretos Gubby—Hice un esfuerzo por no romper en llanto, sentí mis ojos vidriosos y finalmente le dije—Mi tía Daphne murió hace dos días.

Unas cuantas lágrimas bajaron por mis mejillas, Thomas me aferró a su cuerpo, besó mi frente y murmuró algo que no logré entender. Me sentía cálida en sus brazos y por un momento quise que esto no terminará nunca.

—Ella me dejó como beneficiaría de todo-sentí como un peso se desaparecía de mi lomo—mañana iré a Cincinnati a su entierro.

—Iré contigo.

—Gracias Gubby.

—¿A qué hora nos vamos?

—Nos pasaran buscando a las nueve aquí en la pizzería.

—Si es así, quédate hoy en mi casa. Dentro de un rato pasaremos por tu apartamento, recoges tu maleta que seguramente debe estar ordenada, vamos en mi moto—señaló una Suzuki DR650S— será rápido.

—De acuerdo, pero primero disfrutemos de la pizza.

Thomas y yo agarramos el mismo pedazo de pizza y estallamos en carcajadas.

***

—Jünger, la chica no es tan despistada como pensábamos, le he tendido la primera trampa y ha caído en cuenta rápidamente, por desgracia no he logrado convencerla de que no visite Cincinnati.—Comunicó Thammel a Jünger.

—Cumple con mis expectativas. Encárgate de que asista al entierro de la difunta, haré mi primera aparición.

—Daphne tenía razón su forma de vestir es pavorosa, debería estar revolcándose en la tumba por haberla dejado vestirse así al verla me dieron náuseas.

—Eso es lo de menos, Alicia preocúpate de otras cosas.

—Pero...

Jünger Colgó.

Yo debería tener su atención, no aquella castaña que ni siquiera se percata de su existencia.

***

Alicia había llegado tan puntual como prometió y a eso de las diez de la mañana estábamos rumbo a Cincinnati. Estaba esperando a que la rubia escupiera su desagrado por hacía mi ropa, sin embargo sagazmente evitaba el tema.

Mi teléfono repicó, era Cedric.

—Al fin decidiste llamarme—me hice la ofendida tanto que fruncí el ceño—te olvidas de mi por la chica esa... Cynthia es que se llama ¿no?

—Tonta, estaba ocupado. No te cambiaría nunca, por mi novia...Tú eres una de las mejores razones de sonreír en mi vida—A  Cedric se le escapo una carcajada—me estoy vistiendo para ir al apartamento.

—No estaré allá—le conté, con cierta pena—si vas, por favor alimenta a Pichicho. No te preocupes por mí estoy bien y Thomas está conmigo.

—¿Thomas?—respondió receloso—¿cuánto tiempo estarás fuera de casa? ¿Dónde estás?

—Cincinnati, quizás dos días o más.

—¿Por qué te vas tan de repente? Daphne te ha mandado a llamar seguramente.

—Cedric el día del accidente fue debido a que me enteré que ella murió.

Un silencio se prolongó en la línea.

Aún me dolía hablar de ella, pero no podía vivir con esta tristeza por siempre.

—Eres fuerte, te recuperarás lo aseguró.

—Gracias, tengo que colgar cuida a Pichicho hazle compañía un rato.

—Me lo llevaré a mi casa, cuídate te quiero.

—Yo más tonto, y no dejes que Pichicho cacareé con otras loras.

Escuche la risa de Cedric y me relajo un poco.

Mire por encima de mi hombro a Alicia Thammel, aún me producía el mismo sentimiento de desconfianza decidí averiguar por mi teléfono un poco de ella. Hoy en día las ventajas del internet debían ser aprovechadas.

Se graduó en Manchester University con honores especiales, es trilingüe, posee experiencia en informática, ha participado en dos disciplinas regionales e internacionales "tiro con arco y...

—El cementerio queda cerca de la casa de su tía, espero tenga ropa negra—sugirió Alicia—se realizará el entierro a las siete de la mañana.

Me sobresalté al escuchar la voz de Alicia.

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