III
Me habían dado de alta justo a la 1:45 de la tarde. Me encamine al restaurant que indicó la abogada de mi tía quedaba a unas doce cuadras del hospital, estaba mareada y agonizaba del hambre, mi estomagó rujía como el de un león salvaje así que apenas llegué, pedí un pasticho de berenjena que estaba exquisito.
Miré mi reloj nuevamente y ya eran las dos en punto, giré mi cabeza hacía la entrada y en ese momento vi entrar a Alicia Thammel llegó puntual se encontraba un poco confusa debido al tránsito que había estado ensordecedor, la mujer de rizos dorados sin duda metódica iba acompañada de la mano de su portafolio negro, su falda plisada y su blazer negro seguido de una camisa blanca que a la vez era semi–transparente, su perfume lujoso se hacía notar por toda el restaurant al igual que su imponente presencia.
Hice una seña con mi mano en indicación de que era yo, ella se acercó lentamente y se sentó en la mesa.
—Así que tú eres Oriana, un placer—estrecho su mano en señal de saludo—mi nombre es Alicia Thammel.
—Encantada Alicia—sonreí por cortesía—quiero saber todos los detalles de...
—Tu tía solía decir que eras un poco desarreglada, veo que tenía razón—me interrumpió e hizo un gesto de desagrado y superioridad al ver mi vestimenta, pero lo disimulo rápido—debo hacerte una serie de preguntas primero.
—Procede por favor.
—¿Estás casada?
Negué con la cabeza.
—Si llegas a casarte, será por bienes separados son los términos de tu tía Daphne.
—Concuerdo.
—¿Tiene trabajo actualmente?
—Tenía señorita Thammel.
—¿Renunció o la despidieron?
—Es difícil de explicar.
Alicia ignoró lo que dije y prosiguió.
—Las propiedades de tu tía no pueden ser traspasadas, ni alquiladas la condición es que trabajes en ellas como su nueva propietaria y las pases a tus hijos.
—Coincido con usted señorita Thammel pero no puedo llegar a mandar así como si nada, supongo por lógica que primero tendrán que enseñarme todo lo que manejaré como dueña.
—Yo personalmente me encargaré de enseñarle todas y cada uno de las propiedades, el trabajo que empleará en las distintas actividades laborales, entre otras cosas.
Llamé al mesonero y velozmente vino a la mesa.
—Dos cafés y dos milhojas por favor— Murmuré mientras detallaba el portafolio de Alicia.
—Enseguida—el chico se perdió entre la cocina.
—Prosigo—Alicia tomó la palabra de nuevo—¿Cuál es el mínimo que tiene para mudarse a Cincinnati?
—Una semana, sin embargo hoy tengo deseos de ir a para allá.
—El viaje es largo Oriana —indicó Alicia con un tono obstinado—además tienes que traer...
—Señorita Thammel, mi tía no le pagaba por opinar sobre su vida personal—la interrumpí y me di cuenta que estaba buscando muchos pretextos para que no fuera—Le pagaba para mantener el orden en su vida legal—aclaré— Ahora quiero saber cómo falleció mi tía.
Alicia ahogó unas palabras y de mala gana sacó de su portafolio unos documentos.
—Aún faltan tres preguntas por responder, y le contaré todo lo que conozco sobre el caso de su tía Daphne—Alicia frunció el ceño—¿Tiene problemas médicos?
—No, le agradecería señorita Thammel que formulé juntas las dos próximas preguntas.
—¿Posee deudas bancarias? ¿Tiene problemas con alguien?
—No señorita Thammel.
No me agradaba para nada Alicia Thammel la veía como una depredadora de cuentas bancarias, sentí aquella corazonada de ocultarle ciertos asuntos que no le incumbían Alicia. Mi tía Daphne siempre me lo decía.
—Cariño cuando tengas una corazonada, síguela sin importar lo que pase—musitó mi tía con su dulce voz habitual.
—¿Por qué tía?—pregunté dudosa—¿Qué son las corazonadas?
—Las corazonadas son especies de instintos, como los animales cuando tienen hambre, van en busca de su presa para devorarla.
—¿Las corazonadas son incorrectas tía?—Dudé nuevamente.
—Son 90% seguras mi Orito—Aseguró mi tía—tan seguro como que crecerás y te convertirás en una hermosa mujer. Prométeme que seguirás tus corazonadas.
—Te lo prometo tía.
—Sólo sigue tu instinto cariño.
El mesero llegó y me despertó de mis recuerdos, sirvió los cafés junto a las milhojas y se fue.
—Su tía primeramente tuvo un accidente de tránsito, la arrolló un hombre llamado Agustín Prada; Iba conduciendo ebrio deducen los de criminalística. Camino al hospital su tía tuvo tres infartos seguidos lo que perjudico su estado de salud, y por último tuvo un paro respiratorio.
—¿Trajo el acta de defunción con usted?
—Claro, aquí está—expresó Alicia mientras hurgaba en una carpeta, para luego entregarme un sobre de manila—Lea atentamente.
Leí por encima y me centre más en la hipótesis de su muerte y no me convenció.
Pareciera que todo está bajo control.
—Necesito que firme unos documentos—indicó y apuntó las partes donde debía firmar—¿Tinta negra o azul?
—Negra, por favor—Thammel me entregó el manuscrito y luego tomó un sorbo de café— lo leeré primero.
Otra regla más.
—Orito cuando vayas a firmar documentación legal debes estar pendiente.
—¿Por qué tía Daphne?—dije asustada.
—La persona que te lo dé, puede que quiera que caigas en su trampa.
—¿Cómo por ejemplo?
—Estafarte y que se queden con todo lo tuyo Orito.
—¿Tía y las letricas chiquitas son peligrosas?
—Lee siempre atenta Orito.
Tenía nueve años cuando tuve esa conversación con mi tía.
—Para qué son estos documentos Señora Thammel?—cuestioné y la mire firmemente a los ojos—Digo, tengo que saber que estoy firmando.
—Para certificar mi visita y nuestros acuerdos.—Se defendió la rubia.
—Uhm... pero aquí dice que estos documentos son para vender mis propiedades—ataqué con pasividad—Tan temprano y quiere quedarse con lo mío.
—Lo siento Oriana, me confundí de documentación.—Se quedó perpleja y su rostro colorado palideció—Disculpe de verdad.
—Eso espero señorita Thammel, ahora me podría pasar el manuscrito "correcto"—hice énfasis en las comillas, luego certifique que sí era el documento y lo firme.
—Está delicioso el dulce—balbuceó un poco, metió otro trozo de la milhoja en su boca y sonrió—embelesa a mi paladar.
—Señorita Thammel mañana mismo viajaremos a Cincinnati, a la nueve pase buscándome en la pizzería "Mamma Nostra" la espero.
—Usted es difícil de convencer, la pasaré buscando en un Kia Sephia azul año 2020—respondió resignada Alicia.
Pagué la cuenta y antes de que me caminará a la salida, Alicia gritó mi nombre me giré y salió corriendo hasta donde yo estaba.
—Casi lo olvido, Daphne dejó esta carta para ti. Ella tenía planeado venir para en dos semanas, dejó tres cartas para ti Oriana la primera te la entregó ahora y la otra tu tía dio instrucciones de que había una fecha en específico que debo entregártela.
—Gracias Alicia—dije removida.
Fui a lo que considero "casa", acomodé parte de mi ropa e artículos personales; Me senté en la cama y leí la carta.
Phoenix, Miércoles 24 de Enero de 2029.
Sobrina Amada:
Ante todo discúlpame por olvidarte, no he podido ir a visitarte. Siempre te llevo en mi corazón y mi mente desde que tú viniste a mi vida la cambiaste por completo, dio un giro de 720° grados cambió para siempre y me alegro de ello nunca le había dado tanto amor a alguien en mi larga vida, ni lo había recibido con la misma intensidad. Te prometí que estaría en tu cumpleaños 22 y que te ayudaría a encontrar una carrera es una promesa inmensa que te debo mi niña. Un vínculo muy grande nos une y nunca nos separará es tan fuerte que va más allá de la vida misma y más allá de la muerte; manejarás mis propiedades y bienes sabes que sí, tendrás una empresa y encontraremos tu carrera.
Me hubiera gustado que estés conmigo ahora te extraño mucho sobrina ¡Dios te cuide hija mía! Te amo como a una hija.
Atentamente
Daphne Dulaine
Me sentía conmovida por las palabras de mi tía, me sirvieron de aliento y fortaleza. Llamé a mi mejor amigo Thomas- el hijo del dueño de la pizzería que tanto me gusta- para que me acompañara al cine y tratar de levantar mi estado de ánimo.
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