XIV
Miércoles, 12 de octubre del 2022. 16:48
Si esto es un sueño, no me despierten jamás.
Diganle a mi madre que me raptaron los aliens, y a mi papá que hui del país al filtrar secretos del gobierno por Twitter. Aunque, si Ivan o Vane preguntan, diganles que soy la novia de mi vecino baja bragas en el nuevo video musical de PECCA, que Juls me adora y que he escuchado hablar a Pol mas veces de las que se imaginan (aunque solo hayan sido monosílabos). Estoy segura de que se pondrán verdes de envidia.
Después de entrar a la cabaña, no tuve ni tiempo de apreciar el loft cuando Javi ya estaba llenando mis brazos de bebidas para llevar a la alberca, la cual queda a unos cuantos pasos del mar. Cabe decir que Cruz dejó bien en claro que ninguno de nosotros dos podemos tomar alcohol, ya que no piensan involucrarse en polémicas que relacionen el nombre de la banda con menores de edad alcoholizados. Una pena, pero ¿qué podemos hacer?, ¿llorar?
Entendí que el concepto del video era básicamente pura diversión desenfrenada con un ligero toque de romance entre mi ángel y yo. Me sorprende lo fácil que es para nosotros llevar a cabo esta tarea.
Ahora mismo, estoy en los hombros de Cam con un arma en mano, disparando chorros de agua a Juls que hace lo mismo que yo desde los hombros de Javi. La diferencia radica en que ella sí tiene puntería, no como yo que a lo único que le atino es a los ojos verdosos del tecladista de PECCA.
— ¡Eh, eso es hacer trampa!
Javi comienza a pelear por sus derechos, metiéndole el pie a mi amado a lo que él se defiende empujándolo con un brazo mientras yo disparo con más ganas. Finalmente, Javi cae con Juls encima sobre la arena, dejando en claro que han perdido y dándonos pase libre para celebrar nuestra victoria con disparos de agua al cielo acompañados de risas estridentes.
Cam me desliza de sus hombros a sus brazos, hasta que mis pies ya descalzos tocan la arena, sin contar con que nuestras narices quedan casi rozando. Ese olor embriagador que exude, amenaza con hacerme perder la cordura mientras que la mezcla de su aliento y el mío hace que las mariposas den maromas en mi estomago. Una posición perfecta para terminar en un beso. Lo cual estaría perfectamente justificado porque estamos grabando escenas de amor pero mi subconsciente no lo termina de comprender por lo que, involuntariamente le doy un disparo largo de agua a la cara, rompiendo cualquier contacto en cuestión de segundos.
— Vaya mierda.
Cruz se masajea el tabique de la nariz, mientras que Juls y Javi se doblan de la risa. Por mi parte, pongo una mano en mi cara ruborizada e intento limpiar el rostro de mi ángel avergonzada.
— Lo siento mucho. Se me escapó.
— Si, me di cuenta. — su mirada se torna oscura e intensa. — Pero debes saber que esto no se puede quedar así.
Me arrebata la pistola de las manos en lo que intento descifrar a que se refiere para luego comenzar a dispararme despiadadamente.
— ¡Basta!
— ¡No hasta que hayas pagado!
Lucho para recuperarla, sin embargo es inutil porque las risas no me dejan concentrarme. ¿Cómo le hace para ser tan ágil en la arena? El esta saltarín como Bambi en el bosque mientras que yo no paro de tropezarme con mis pies.
De repente, Cruz le quita el arma a Cam, acabando con mi suplicio, a la vez que nos reprende a ambos con la mirada.
— Suficiente con las pistolas de agua, las voy a guardar.
Juls le abuchea desde la hamaca junto a la alberca, mas no le presto mucha atención cuando noto un detalle muy importante.
No voy a decir quien, pero cierto angelito está demasiado cerca de la alberca para su propio bien. ¿Qué pasaría si yo...? Upsi.
El agua con cloro me salpica sin embargo no me importa porque estoy demasiado ocupada saboreando mi victoria. Lastimosamente, esto no dura nada puesto que alguien más decide vengarse en nombre de Cam, quien apenas asoma su cabeza a la superficie cuando la mía se termina de hundir frente suyo.
Saco mi cabeza a la superficie para ser recibida con más agua, puesto que los demás han decidido lanzarse (o ser lanzados involuntariamente) a la alberca, a excepción de Pol, claro, que se mantiene grabando bajo una sombrilla, evitando a toda costa que el sol toque su piel pálida.
Por cuestiones de gravedad, mi vestido sube muy a pesar de mis intentos por detenerlo, haciendo visible para todos mi ropa interior.
— Lindas bragas, Mel —grita Juls desde su posición, burlándose de mis bragas de florecitas del supermercado, para luego ser salpicada por Cruz en mi defensa.
Mínimo no elegí la que tiene sus rostros impresos en el trasero.
— Oh, mierda.
Cam se acerca rápidamente, y pone ambas manos en mi cintura con fin de sentarme al borde de la alberca, fuera del agua enemiga de mi dignidad.
— A mi me han parecido lindos.
— No juegues conmigo, estoy en la posición perfecta para ahogarte.
Elevo una ceja tratando de lucir intimidante, a lo que él muestra ambas manos como forma de demostrar su rendición. Sale de la piscina para sentarse a mi lado, sin embargo su camisa negra mojada remarca cada uno de sus músculos al igual que el pelo mojado sus facciones.
— ¿Y donde queda el romance en ahogarme?
— En el mismo lugar en el que estaba durante nuestra guerra de agua, totalmente injusta cabe decir.
Acomodo un mechón rubio que parece cosquillear su nariz, quedando así igual de cerca que antes, cuando entre en pánico.
— ¿El labial que estás usando mancha?
Lo miro desconcertada. ¿Pensará que luce barato? Qué vergüenza. Lo peor es que si mancha, pero es porque lo elegí justo de esa manera ya que odio la sensación que dejan los labiales indelebles en mi boca. No es mi culpa, es la de mis padres por heredarme labios secos. Gracias a eso, me hice mejor amiga de la vaselina desde que aprendí a hablar.
— Quizá. ¿Por qué?
— Besame. Para el video.
Sus ojos lucen tan oscuros como el mar a sus espaldas. Pienso que podría ser consecuencia de la gradual escasez de sol. Por otro lado, yo siento como si mil estrellas murieran causando explosiones de luz en mi garganta.
No se si pueda hacerlo. He soñado tantas veces con este momento que, de cierta manera, el temor de arruinarlo me abruma. Sería una tonta si me negara, pero ¿desde cuando soy lo suficientemente osada como para hacerlo? Desde nunca. Nunca he sido una persona valiente que quiere algo y lo toma. Sin embargo...
— Si es para el video, supongo que está bien.
Nuestro contacto visual es tan intenso que creo que puede ver como cada personita dentro de mi cerebro entra en caos total. El hamster deja de correr en la rueda y se consigue palomitas para ver atento la escena.
Me acomodo de rodillas a su lado en un intento de buscar una posición cómoda, pero el se adelanta, guiando mis caderas sobre su regazo terminando así sentada sobre el. Trago fuerte.
Venga Mel, tú puedes, nadie tiene fe en ti, pero tú puedes.
Tentando el terreno, dejo el primer beso en su mejilla. Luego le sigue el segundo justo al lado. Comienzo a trazar una línea de besos rojos apoyando ambas manos en sus hombros hasta llegar a la comisura, donde me detengo en busca de algún tipo de reafirmación en su expresión. Su mirada brilla más de lo habitual, mientras mantiene su boca entreabierta en expectativa. Entrelazo mis manos detrás de su nuca, a la vez que una suya se mantiene en mi muslo mientras que la otra jala lentamente de mi mentón acercándome a sus labios.
Es un toque suave, tímido en un inicio, pero explosivo. Cada una de mis personalidades celebra en mi cabeza como si se tratase de un gol del mundial. Es entonces, cuando su mano se adentra a mis rizos que un tipo de calidez nos envuelve. Su lengua traza su camino por mi labio inferior para luego acariciarlo una vez más a base de más besos y succiones. Mis manos tantean entre su cuello y cabello, mientras tanto una suya acerca mi cintura a su torso y la otra se hunde en mi pelo. Se siente casi como dar un vistazo al paraíso.
Pausamos por aire, con la sensación corporal de haber tenido una descarga eléctrica, en cuanto se escuchan aplausos pausados de fondo.
— Esto merece un brindis. —Cruz dice con una mirada pícara, ya fuera del agua al igual que toda la banda a excepción de Javi que sigue flotando en forma de estrella, pero con la vista en nosotros.
— Es verdad, hasta yo me antoje. —añade Juls terminando de tomar el contenido de su vaso en un trago.
— Yo estoy disponible. —Javi levanta la mano desde la alberca, perdiendo el equilibrio y hundiendo la mitad superior de su cuerpo en el proceso.
— Si, bueno, creo que paso.
Miro por última vez a mi precioso ángel y deposito un casto beso en la mejilla, que todavía permanece impoluta, antes de ponerme de pie con la mente en las nubes.
No puedo creer que lo hice.
Si, claro que ya había besado antes a chicos. Aunque, más bien, yo les llamaría sapos.
El primero fue jugando a la botellita en la primaria, cuando Vane me convenció milagrosamente de ir a una fiesta con los del curso e integrarme. Fue un simple choque de bocas, nada memorable, pero la vergüenza que sentí fue suficiente para excusarme de ir a más fiestas por un tiempo. El segundo fue un chico al que le pusieron de reto robarme un beso en el cambio de clases. Odie las risas, el sentirme usada y que se sintieran con derecho a jugar conmigo, pero solo eramos unos niños tontos de once años así que lo deje pasar. El último, fue un primo de Vane con el que me intentó emparejar hace poco más de un año. Tuvimos una "cita" que consto en ir a tomar helado y sentarnos en la banqueta. Recuerdo que solo dije dos cosas: "hola" y "esta bien, no te preocupes"; la última refiriéndome a cuando estampó su boca a la mía en un intento por besarme que, al darse cuenta que yo no quería, comenzó a disculparse tanto que pensé que se echaria a llorar.
Bajo ese contexto, es fácil entender porque siento como si hubiera vivido el momento más mágico de mi corta e inexperta vida, no es así?
Tomo una toalla del montón sobre la mesa e intento secar lo mas que puedo mi pelo y vestido, pero no hay mucho que se pueda hacer. Por suerte ya no llevaba puestos los converse, sería una pena que se echaran a perder después de tanta historia juntos.
Camino hacia los demás que han acomodado las cuatro sillas en dirección al ocaso. El vocalista y la guitarrista están sentados al lado izquierdo de la mesa, donde Javi se encuentra colgando las piernas, seguido de Cam y finalmente Pol que está bastante ocupado capturando el chocar de las olas con la videocámara.
No hay más sillas, sin embargo decido no pensar, sentarme en las piernas de Cam y acurrucarme en su pecho mientras le doy un trago a mi botella de agua. En otro momento, hubiese preferido quedarme parada o sentarme en el suelo, con tal de no verme demasiado transparente con mis sentimientos, pero a día de hoy no me importa ni un poco. Todas mis neuronas se fueron de vacaciones y estoy bien con eso.
— Creo que las tomas han salido bastante bien. ¿Tú qué dices Pol?
— Son buenas. — responde el susodicho a la pregunta de Javi, mientras hace un acercamiento a mi rostro. Me sorprendió lo poco intimidada que me sentí hoy con tener una cámara en la cara a decir verdad.
— Quizá deberíamos llamarlos para más videos juntos. Mel se vería preciosa con un disfraz de vaquera para la canción que escribiste sobre tu trauma por la música country, Cruz.
Miro a Cam, quien se encoje de hombros mientras traza círculos en mi pierna con su pulgar.
— ¿Tienen una canción sobre eso? —le pregunto a Juls sin ningún tipo de discreción, no obstante es Cruz el que responde.
— Si, es el último sencillo que sacamos, "Duele escucharte". Cada que escucho ese jodido acento inventado mis oídos sangran.
— Pensé que había sido de tu ex novia la modelo.
Juls suelta una carcajada fuerte, que irrita a Cruz lo suficiente para voltear los ojos y dar otro trago a lo que sea que esté tomando, antes de hablar.
— A Violeta le escribió mil canciones, pero ninguna entró al álbum porque eran demasiado deprimentes. Es un tema sensible para él. —le da un par de palmadas a la espalda, de las cuales él se quita, antes de continuar — Yo le dije que le rompería el corazón, pero ¿alguien escucha a Juls? Claro que no.
Ella suelta un suspiro con la vista clavada en Cruz, quien parece estar perdido en sus pensamientos, para lo que Javi decide decir algo para cortar la tensión.
— Ya va siendo hora de que se vayan los escuincles. Mañana hay clases y tienen que ir a la primaria tempranito para evitar reportes.
Juls se ríe poniéndose de pie, mas yo los detengo antes.
— Oh no, nadie se va de aquí sin cantarme una canción. Es lo único que pido por trabajar toda la tarde para ustedes.
Y vaya que trabajo.
El pecho de Cam tiembla por una leve risa. Le miro notando que aun tiene un par de manchas rojas de antes, por lo que me ruborizo y tallo suavemente la piel de su rostro.
— Si, te resultó dificilísimo. — dice irónicamente Cruz desde su asiento, — Supongo que podemos cantar un par de canciones en acústico antes de que se vayan.
Luego de eso, Juls va por su guitarra y Pol usa un cubo de basura como instrumento, cediéndole la videocámara a Javi, quien no hace el intento de traer su teclado porque según es demasiado pesado para él. Cantan dos canciones: una que habla sobre la sensacion de conocer a alguien que te atrae por primera vez; y la otra sobre sexo.
Yo, obviamente, no quepo de la emoción aplaudiendo efusivamente al finalizar ambas canciones. Es increíble, suenan todavía mejor en vivo y sin toda esa producción, de lo que sonaban cuando me obsesioné con esas canciones hace años.
Finalmente, Cam y yo nos marchamos en su auto bajo un silencio ensordecedor. Varias veces tengo que concentrarme en las vistas para controlar una sonrisa gigantesca que amenaza con escalar en mi rostro. Al llegar a mi casa, él se baja y me escolta al portal.
— Gracias por aceptar venir. Ha sido mejor de lo que imaginaba.
— No es como si me hubieras dado mucha elección. Lo único que hice fue no ignorar la nota.
Cam rie, metiendo ambas manos a sus bolsillos.
— Ya. Podías haberte hecho la dormida o inventado cualquier cosa, pero no lo hiciste. — asiento, reprimiendo una risa porque ya lo he hecho antes, cuando cierta amiga me quiere arrastrar a planes sociales a los que no quiero ir. Cam da un paso hacia atrás. — Buenas noches, Mel.
Un sentimiento amargo me invade. No quiero que se vaya. ¿Qué tal si se va y todo esto queda como un favor que le hicimos a unos amigos suyos? Digo, fue así, pero ¿y si yo no quiero que quede de esa manera?
Siguiendo la misma línea de acción que he seguido todo el día, doy un paso adelante, tomo su camisa en un puño y acerco su boca a la mía. Una mano suya va a mi cintura a la vez que sus labios reaccionan succionando los míos, sin embargo me separo antes de que pierda claridad mental.
Claro, si es que me queda alguna.
— Buenas noches, Cam.
Entro a la casa y cierro la puerta a mis espaldas, dejándolo ahí perplejo, con los mismos sentimientos por procesar que yo.
Hola hola publico querido <3
Dos cosas:
1. Ya pueden encontrar la playlist oficial de ¿Quién es Cameron? en mi canal de YouTube.
2. ¿Qué tal el nuevo banner? Eso pasa cuando me pongo intensa con un proyecto. Ya estoy promocionando la historia por todo tipo de redes menos OnlyFans y Twitter porque mi teléfono no los soporta. :(
Ahora sí, sobre el capítulo...
Primer beso de Cam y Mel...
¿Qué les diré? Amé escribirlo y ojalá ustedes hayan amado leerlo también.
Una última pregunta, por mera curiosidad, ¿cuál ha sido su escena favorita del libro hasta el momento?
Muy bien, siganme en mis redes y denle amor a mis TikToks/Reels/Shorts (que cuestan más esfuerzo que escribir un capítulo) o les jalo las patas en sus sueños.
Los quiere,
Eureka.
P.D. No me dio tiempo de corregir temas de ortografía y continuidad del capítulo por lo que puede que más tarde, esta semana, lo vuelva a publicar ya con los cambios correspondientes. De igual forma corregiré la historia ya que la termine de publicar para los detalles que se me hallan pasado.
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