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XIII


Miércoles, 12 de octubre del 2022. 14:32

"Paso por ti a las tres,

Cam."

Leo la nota de papel que decidí ignorar hoy más temprano por ir con prisas a clases.

Pésima idea de mi parte.

Me apresuro en arreglarme, pasando un vestido blanco por mi cabeza y metiendo los pies en mis converse viejos mientras me debato en si debería asegurar el lavarme los dientes o cepillar mi cabello que parece nido de guajolote. Decido hacer las dos a la vez, por algo tengo dos manos.

Lo cierto es que ya van varios días que no he cruzado más de dos palabras con Cameron. Más particularmente desde las audiciones del jueves. Y esto no se debe a que yo esté huyendo de él o algo por el estilo, en realidad el viernes estuve ocupada pasando tiempo de caridad con mi madre, él pasó el fin de semana en Mena visitando a unos viejos amigos y, en cuanto a esta semana, simplemente no coincidimos para nada.

Sinceramente es un poco raro pensar que es la mayor cantidad de tiempo que me he mantenido apartada del ángel desde la fiesta de Ivan. Por eso mismo, la nota me toma como un balde de agua helada.

Mínimo creo poder decir que mi vecino ya no me pone tan tarada como antes. Claro, aun creo parpadear más de cien veces por minuto en su presencia y no puedo evitar convertirme en gelatina ante su toque, pero minimo ya se armar ideas coherentes en mi cabeza a su alrededor lo cual es un avance grande.

Apenas me estoy terminando de aplicar labial rojo cuando escucho que tocan el timbre de la casa. Pese a la rapidez con la que me arregle, puedo decir que me veo bastante linda, quizá más que otras veces. Mi pelo brilla, las pestañas parecen más rizadas de lo normal, no hay espinillas ni granos a la vista y el vestido que elegí usar es "el vestido". Ni muy recatado ni muy provocador. Es favorecedor a la vez que cómodo y hace lucir mi piel apiñonada como ningún otro. Lo mejor de todo: tiene bolsillos.

No tengo ni idea de adonde vamos pero no hay forma de fallar con esto.

Tomo mi teléfono, donde guardo un par de billetes dentro de la funda, para luego guardarlo en un bolsillo junto al labial. El timbre vuelve a sonar y bajo las escaleras molesta por la presión. Si iba a estar apurando mínimo se hubiera tomado la molestia de asegurarse que yo esté enterada. Me aseguro de no olvidarme de las llaves cuando abro la puerta con la presencia de mi ángel al otro lado.

Por un segundo, demasiado rápido como para estar segura, le veo tan perplejo que creo le va a dar un infarto a la vez que su rostro pasa de blanco a rojo para terminar en un rosa tenue en las orejas, como si su cuerpo se pusiera de acuerdo con él para ocultar cualquier indicio de reacción.

— Luces bien. —  Dice finalmente con una sonrisa.

Trago fuerte.

— Lo sé. ¿A dónde vamos?

¿Cómo era? Ah sí, como si nada. Ni una pizca de taradez.

Su sonrisa se torna en una maliciosa, a lo que solo toma mi mano e ignora olímpicamente mi pregunta, dirigiéndonos a su auto donde se asegura de abrirme la puerta antes de que tenga oportunidad de hacerlo yo misma. Decido pensar que la razón de mis vellos erizados es por subirme a un lujoso deportivo negro mas costoso que mi casa y no porque él se comporta como un caballero sacado de las años 60s.

Pasamos un par de minutos en silencio, donde él solo maneja mientras yo me muerdo las uñas, hasta que decido que es buen momento para interrumpirlo.

— ¿En serio no me dirás?

— En serio.

Se nota que le divierte la situación. Yo no llevo para nada bien la incertidumbre por lo que insisto una vez más con una táctica distinta en mente.

— Si no me dices, me bajo del auto.

— No me voy a parar.

— No te pedí que lo hicieras.

Pienso que no va a funcionar por su aparente seguridad y sonrisa divertida, hasta que lo atrapo mirándome de reojo con duda. Bingo. Solo falta presionar un poco más.

Le quito el seguro a la puerta.

— Bien. Bien. Tu ganas. — Una carcajada sale de lo profundo de mi garganta, más alivio que nada. Ya estaba pensando que tendría que hacerlo por habladora. — Vamos a la playa.

Oh...

Un fugaz recuerdo atormenta mi mente donde mi vecino está en su cuarto sin camisa

Uy. Como que hace calor por aquí, ¿no?

— Antes de llegar, tengo algo que decirte. — Abandono mi ensoñación para darle toda mi atención al ángel, mientras tanto la playa es visible detrás suyo, haciéndose notar con el rugir de las olas y el olor embriagador a sal. — No estaremos solos.

No entiendo. ¿Se referirá a no estar solos de que habrá más gente en la playa como familias y turistas? Sería raro porque no es fin de semana ni temporada vacacional. Aunque definitivamente siempre habrá una que otra persona rondando por las casas y restaurantes frente a la playa.

Me decanto por decir algo que no me haga ver estupida pero que de a entender que ocupo mas informacion que eso.

— Ah.

— Cruz dijo que vendría. También Javi, Pol y Juls estarán... obviamente. Y no se si alguien de...

Justo en ese momento gira su rostro al mío para descubrir mi expresión desorientada a la máxima potencia.

— Ah sí. No te dije lo que íbamos a hacer, ¿verdad?

Niego en respuesta reprimiendo un puñetazo que le quiero dar por llevarme  como trapo sin ningún tipo de información.

Cómo suéter viejo pero, ah, que lindo carro.

— Bueno, vamos a grabar un vídeo musical para la banda de un amigo, Cruz. No se si la conozcas. ¿Has oído hablar de PECCA?

¿Que sí qué?

Le miro como si le hubiera salido otro ojo, dándole oportunidad para retractarse. En cambio, él luce completamente sereno y seguro de lo que ha dicho. Va en serio.

¿Que sí he oído hablar de la banda de rock actual más famosa del mundo?

¿Que si conozco la banda que literalmente levantó la economía del país y es culpable de que mínimo seis de cada diez adolescentes se desmayen o griten de éxtasis con la mera mención de su nombre?

¿Que si me suena haber escuchado alguna vez de la banda que tiene a la mejor guitarrista mujer de nuestra época, un baterista que primero pierde un riñón antes que el ritmo, un tecladista que te hace sentir cosas que ni sabes que puedes sentir con simples mezclas de sonidos y un cantante con la voz mas sexi del universo?

¿Queda claro lo que intento decir?

Cam me mira extrañado sin comprender mi expresión.

— ¿Estás bien? Te has quedado como trabada.

— ¿Vamos a salir en un video musical de PECCA?

Hablo en un hilo de voz que él parece escuchar sorprendentemente.

— Si. Cruz dijo que habían tenido unos problemas con su productor por lo que tienen que arreglárselas solos para sacar el video musical de su nuevo sencillo y me pidió ser el modelo junto a una chica que yo eligiera. — Le miro sumida en mi incredulidad. Literalmente habla de una de las personas más famosas de nuestro país como si fuera su colega. — Solo pude pensar en ti mientras me lo pedía.

Oh.

Siento mi muy acostumbrado sonrojo tomar posesión de mi cara en milisegundos. Eso no es inusual pero, lo que sí lo es, es el rosado que comienza a escalar entre las pecas y orejas de mi acompañante, sin embargo él voltea su cabeza de manera que solo veo su pelo mientras estaciona frente a una cabaña con su propia playa privada.

Como si se tratara de una conexión divina, Cam abre su puerta del carro a la vez que desde el interior de la cabaña abren la puerta, revelando a un grupo mítico de jóvenes que lucen más reales de lo que parecen en la pantalla de mi telefono cuando reviso sus redes una y otra vez en búsqueda de más contenido.

El vocalista, Gerardo Cruz, es el primero en salir sacudiendo una melena rubia oscura reluciente sobre sus hombros definidos mientras se acomoda los lentes de sol, los cuales ocultan un par de ojos chocolatosos feroces. Detrás de él, aparecen Javier Estrada y Juliana Castro empujandose de forma juguetona a la vez que ríen. El primero, de complexión más delgada, lleva una gorra gris que esconde su cabeza rapada y una expresión infantil que hace juego con su playera de Goku. A su lado, Juliana recupera la compostura luciendo intimidante como modelo por su gran altura y mirada asesina. Finalmente, sale Paul Pacheco con un aire fantasmal, pero a la vez seductor, con su mirada gris gelida y el cabello negro (que me consta, es mas largo que el mio) recogido en un chongo alto.

Cabe decir que uno tiene un halo mágico emanando de sus cuerpos como seres fantásticos. O mínimo eso parece desde mi sitio, enterrada como muerta en el asiento del carro de Cam.

— Cam, hermano. Llegaste.

La inconfundible voz rasposa de Gerardo Cruz llama a mi angelito para después estrecharlo en un abrazo fraternal. Me siento hecha de piedra de lo perpleja que estoy, sin embargo intento disimularlo abriendo mi puerta del carro y acercándome a ellos con pasos vacilantes.

— Así que esta es la modelo de nuestro video, huh.

Javier Estrada habla, refiriéndose a mi persona.

Bueno, mucho como modelo no, pero gracias ser mitológico por referirte a mí de esa manera.

— Hey. — chillo en un intento de saludo amistoso que queda en eso, un intento.

— Pensé que estabas exagerando cuando decias que era preciosa pero no. Mira esos pómulos y esos rizos. Mujer, estás para portada de revista, ¿sabes actuar? — Abro la boca con intenciones de responder pero Juliana Castro no tiene tiempo para que aclare mis ideas, por lo que habla antes de que algún sonido salga de mí —, Bueno, no es como que realmente importe. El chiste es que luzcas enamorada de Cam lo cual no es nada demasiado complejo. Digo, es prácticamente imposible no mirarle a la cara por más de 10 segundos sin hacerse papilla.

Y que lo digas.

— Bueno, como sea. — Javier se dirige a mí antes de continuar —, ¿Cómo has dicho que te llamabas?

Por primera vez desde que entré a la conversación me dejan hablar.

— Melis-sa, Mel. Llamenme Mel.

No se porque dudo al decir mi nombre. Parezco un chihuahua hipocondríaco en medio de rottweilers.

— Bien Mel, nosotros somos PECCA como supongo que ya sabes. — Esta vez es Cruz quien habla, actuando como la voz de la banda que suele ser en la mayoría de las entrevistas. — Estábamos pensando grabar las primeras escenas en el carro de Cam, ¿les parece bien?

Ambos les hacemos saber que estamos de acuerdo y con eso comienzan las mil órdenes que recibiremos el día de hoy.

Paul Pacheco, que no ha abierto la boca ni para respirar, entra a la casa para después volver con una cámara de video, mientras tanto Javier nos explica que la cancion del video musical trata de un amor que te hace sentir libre, vivo y joven así que nuestra tarea es mostrar eso cuando la cámara esté grabando. Juliana se encarga de ponernos la canción y conectarla al auto para que la cantemos mientras Cam conduce.

— Mel. — Él se dirige a mí una vez que los demás se han alejado para comenzar a grabar. Le miro ligeramente confundida y abrumada. —, Tu dejate llevar como la vez que te mostré mi canción favorita.

Sonrió ante el recuerdo. Es verdad, esa vez me sentí libre, sin ataduras ni reproches. No tiene porque ser diferente si los dos estamos juntos en esto.

— Acción.

La cámara ronda entre nosotros pero ni nos inmutamos. Me dejo ver libremente el perfil esculpido de mi vecino y él cuenta un chiste que nos hace reír a ambos. Luego comenzamos a cantar el coro pegadizo de la canción en las partes que nos acordamos por haberla escuchado repetidamente desde antes que comenzamos a grabar. De vez en cuando, entre risas y miradas fugaces, él pone una mano en mi muslo o yo le acomodo un mechón rubio fuera de sitio. Le robo los lentes de sol a media historia a lo que él intenta arrebatarlas sin mucho éxito.

— Corte. — Cruz grita justo cuando Cam está encima mío, después de habernos cansado de forcejear por sus lentes. — Bastante bien para los primeros diez segundos del video. Vamos adentro para las escenas que siguen. Pol se encargará de grabar prácticamente todo el tiempo, así que ustedes hagan lo suyo e intenten lucir lo más orgánico que puedan. Ya luego elegiremos las mejores partes para el video.

¿Los primeros diez segundos? Si acabamos de grabar una hora de escenas.

Mientras los demás comienzan a entrar a la cabana, Juliana se espera para estar a mi paso. Empezamos a caminar juntas en silencio hasta que junto el valor para interrumpirlo.

— Eh, Juliana. ¿Qué opinas? ¿Lo hicimos bien? Porque si quieres que haga algo, lo que sea, lo puedo hacer, eh.

— Lo están haciendo bien, se ve natural y eso me gusta. — Toma su melena teñida de rojo con una mano para amarrarla en una coleta alta, bajo mi atenta mirada —, Solo una cosa... No me llames Juliana, ¿si? Soy Juls. Igual que Pol es Pol, Javi es Javi y Cruz es Cruz. Si nos llamas de cualquier otra forma, te meteremos en una bolsa biodegradable y tiraremos al mar.

Trago fuerte mientras un escalofrío me recorre.

No lo dice en serio, ¿verdad?

¿¡VERDAD!?

Ella se ríe descaradamente en mi cara de mi miedo justificado y pasa su brazo derecho sobre mis hombros.

— Ah Mel. Eres la persona más transparente que he visto cerca de Cam. Creo que ya te quiero.


Hola hola gente guapa

Les quiero mostrar esta joya que Fantasiaeditorial hizo para ¿Quién Es Cameron?

¿No les parece increíble? Yo la amé.

Como sea, muchas gracias por las 1k lecturas. Ustedes no lo saben pero me volví loca al verlo,  quien diría que hace unas semanas ni pensaba en exponer la historia que me hace sentir más cuerda al ojo público.

¿Que pensamos de Cameron y Melissa?

¿Quién es nuestro integrante favorito de PECCA? Hice el diseño de un álbum de PECCA como prueba que subí a Instagram por si gustan verlo.

Quiero saber todo lo que piensan así que no duden en comentar  y votar en este capítulo y los que se vengan.

Nos leemos la próxima semana y tengan un fin de semana lleno de excesos (menos los menores de edad). <3

Los quiere,

Eureka.

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