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VIII


Lunes, 03 de octubre del 2022. 18:17

Odio Física.

¿A mi que más me da lo que hayan hecho Oersted y Faraday?

Tallo mi cabeza frustrada, ¿por qué tiene que ser tan complicado? Leo y vuelvo a leer el mismo problema de una bobina sin entender ni pío. ¿Qué mierdas es una bobina?

Listo. Voy a reprobar. No hay de otra.

Inevitablemente termino con la mirada clavada en la ventana preguntándome si el ángel de al lado también sufre por física como cualquier humano promedio.

Ya han pasado un par de semanas desde la llegada de mi vecino. No mentiré, en cuestión de días se adaptó mejor de lo que yo he intentado hacerlo en 16 años. Que va, yo me rendí en la primaria. Sin embargo, Cameron se ha vuelto indispensable en el Molina. Tiene el mismo poder que el Papa en el Vaticano. Termina algo y todos aplauden, suelta un chiste y todos ríen, participa en clase y todos hacen cara de "oh, un genio". Los de tercero le besan los pies todo el día — más que nada porque cada uno de ellos quisiera la atención que Eva Medina le da a diario —. Los de americano lo tratan como si fueran sus amigos de toda la vida. Las chicas llenan su casillero de cartas de amor. En resumen, es el nuevo rey del Molina.

En cambio, cuando cada uno está en su casa y no hay nadie del Insti presente, el rey sustituye su corona por risas torpes y su conducta perfecta por un aire relajado nunca antes visto. Se transforma en otro Cam. Pasamos las tardes contándonos secretos entre ventanas, hablando de sus entrenamientos en mi sala y de cualquier serie mía del momento mientras comemos en mi barra. Ninguno de los dos ha dicho nada de lo que ocurrió hace más de una semana pero tampoco ha hecho falta.

Es como si nunca hubiera pasado.

En la otra ventana, como si supiera que estaba mirando, aparece con solo el pantalón de pijama y el pelo mojado. No tengo que dominar ninguna fórmula de fuerza para deducir que recién sale de la ducha.

Repara en mi expresión y escribe una nota con un "¿Todo bien?" en ella.

El jueves de la semana pasada estábamos en el sofá de mi sala cuando le pregunté: "¿por qué no, en lugar de papelitos, comenzamos a mandarnos mensajes como personas promedio? El dijo que no le parecía divertido porque por mensaje no veía mi expresión, pero igualmente accedió a intercambiar teléfonos por si las dudas. Hasta la fecha no los hemos usado y no tengo quejas al respecto.

Desde mi ventana escribo una nota con un "¿Le entiendes a Física?" a la que él asiente y sigo con un "Me explicas :(" que es respondido inmediatamente con un "Claro, Ven acá" de su parte antes de desaparecer en su cuarto.

Oh...

No se porque no pensé que respondería eso. Mis manos comienzan a sudar y yo sigo sin comprender porque me pongo tan nerviosa con algo que es totalmente normal. Nunca he pisado su casa. Lo más lejos que he llegado es pisar su lado de la banqueta. Además, ¿va a explicarme física así, sin camisa?

Madre santísima, no puedo con tanto.

Si tenía alguna posibilidad de no reprobar el examen, esta se esfumo entre los cuadritos de mi vecino. Aunque reprobada ya estaba, así que realmente no estaría perdiendo nada, solo ganaría unos segundos de gloria para mis ojos. Con ese pensamiento bailando en mi mente, me coloco una sudadera de cierre con el único propósito de tapar lo que mi pijama no cubre y me encamino a la casa vecina con los libros de infierno en mis brazos.

No hace falta que timbre. En cuanto me paro frente a la puerta, abre de manera abrupta un chico rubio de ojos avellana con un gran parecido a Cameron si fuera más joven y tirando más a una complexión delgada. ¿Será este el otro hijo que mencionó Vane?

— Así que tu eres la amiguita de mi hermano.

Alza las cejas de manera sugerente generando un buen sonrojo en mi rostro.

No se que estés pensando pero ojalá, cuñis. Ojalá.

— Eh, Hola.

A sus espaldas aparece Cam con su sonrisa bella de siempre y una odiosa camisa. No tiene nada de malo, solo el que la lleve puesta. Lastima.

— Hola Mel. Este es Adrian, mi hermano menor. Su pasatiempo favorito es incomodar a la gente.

El susodicho toma mi mano y la estrecha a la vez que sonríe diabólicamente.

— Algo me dice que tu y yo nos llevaremos muy bien.

Antes de que alcance a reaccionar, Cam jala de mi cerrando la puerta a mis espaldas. Dentro de la casa, la decoracion es minimalista usando blanco y negro con solo tonos de azul rey dando un toque de color muy de repente. A pesar de la poca decoración, el interior grita dinero desde el piso de mármol hasta la madera de ébano en las puertas, pero no es algo que me intimide puesto que siempre se ha sabido lo lujosa que es esta casa desde la época en que vivía la Señora Prudencia.

— Te hablan niña.

Vuelvo a la realidad donde ambos rubios me miran como esperando que diga algo, pero es Cam el que rompe el silencio.

— Decía que si me seguías para empezar ya. Cuanto mejor aprovechemos el tiempo, mejor.

— Y yo voy por un mango. Buena suerte con su "estudio".

De nuevo hace lo de las cejas a lo que mis mejillas no defraudan y reaccionan igual que antes, deseando a mis adentros que sus bromas fueran realidad.

Angelito, ¿qué tal si dejamos de lado el libro y mejor exploramos nuestra fuerza de atracción y creamos estática entre tu boca y la mía?

Cam sube las escaleras con toda la tranquilidad del mundo conmigo a sus espaldas. Es curioso que la estructura de mi casa y esta sea la misma aun pareciendo tan distintas. Quien sea que se haya encargado de la decoración merece una ovación por lo bien distribuido y lo hermoso que se ve cada detalle. En cuanto entramos a la habitación de mi acompañante, descubro que es el sitio más vacío de la casa. Únicamente tiene lo básico en la misma gama de colores de la casa.

— Ponte cómoda.

Le hago caso y me quito las sandalias antes de sentarme en la cama con la espalda contra la cabecera.

— Así que tu hermano, huh. Es simpático.

— Le agradaste.

— ¿Ah sí? No supe si lo decía en serio.

— Claro que sí. Le gusta poner nerviosa a la gente y tu, no solo caes en su juego, sino que te conviertes prácticamente en un tomate, lo que solo lo hace mas divertido para él.

No se muy bien si me agrada o no la idea de su hermano divirtiéndose a mi costa pero decido no pensar en ello por salud mental. En su lugar, cambio de tema.

— No se veía mucho menor que tú, ¿en qué grado está?

— Es de primero, pero él toma clases en línea porque es modelo y tiene que viajar mucho por sus campañas y sesiones de fotos.

Oh, wow. Tiene sentido por la genética preciosa que llevan en la sangre.

— Por cierto, te quería decir una cosa. — le doy toda mi atención, notando sus ojos brillar como cada vez que se entusiasma por algo —, el coach dijo que me está considerando para ser el mariscal oficial en lo que queda de la temporada.

Antes, me había contado que lo habían puesto como sustituto del actual ya que es nuevo y no podía ser titular siendo que los jugadores con antigüedad llevaban preferencia. Obviamente. Era una pena puesto que parecía realmente ansioso por ser parte de los juegos y, aunque el titular faltará cada vez más seguido, la mayoría de los partidos le tocaba calentar banca.

— Vaya, sabía que lo lograrías pero parece que va a ser más rápido de lo que pensaba ¿Cómo lo hiciste?

— Acosta faltó el sábado pasado así que jugué yo en su lugar. — hace una pausa en un intento por crear suspenso antes de seguir —, Arrasamos con el equipo contrario. Una masacre. Casi sentí pena por ellos. Supongo que eso sumado a las prácticas, que siempre van genial, hizo que el coach empezara a pensar más en mí.

— Muy bien. Y como tu dulce y bella amiga, me darás un ticket cada partido para ver en vivo y en directo como se taclean como bestias, ¿verdad?

Acompaño mi pregunta batiendo mis pestañas más veces de lo necesario para apoyar mi propuesta. Él duda antes de sonreír maliciosamente.

— Solo me dan tickets para mi familia pero siempre puedes pedirle a mi dulce hermanito el suyo.

Ni en sueños. Ese mocoso encuentra maneras de avergonzarme demasiado fácil como para exponerme. Me decanto por mejor tomar el pesado libro de Física y abrirlo en la primera unidad que vendrá en el examen.

— Mejor comencemos con esto.

Digo eso y es como dar rienda suelta a una enciclopedia humana, pero mejor porque a esta si le entiendo y se empeña en hacer temas complejos a algo más sencillo para mi cabecita. No tenía idea de que estaba tratando con Einstein en persona. Avanzamos tema por tema, aumentando mi nivel de esperanzas para pasar el semestre por cada vuelta de página que doy en el libro y por cada problema que resuelvo por mi cuenta.

Por poco acabamos con todos los temas a la vez que el sol se termina de poner, cuando mi salvador de semestre decide que es buen momento para que tomemos un descanso.

— Eres un héroe, en serio. Cuando apareciste por la ventana, yo ya estaba planteando tirarme por la mía y ver si con eso justificaba no hacer el examen.

— Estoy bastante seguro de que lo harían pero no creo que valga la pena. Menos aún cuando tienes a un vecino como yo, listo para el rescate.

Rio, no porque fuera gracioso, sino porque mi cerebro está demasiado agotado para distinguir chistes.

— Cambiando de tema, ¿te puedo hacer una pregunta? — el asiente tirándose a la cama al lado mio, por lo que yo prosigo, — ¿Recuerdas cuando llegaste a mi casa por primera vez y llamaste a mi música rara?

— Ja, si.

— Ya que comprobé que no eres un inadaptado social ni nada sospechoso, dime ¿Cual es el tipo de música que te gusta?

Lo piensa un rato. Casi creo que me ignorará de la manera más horrible pero al final responde con otra pregunta.

— ¿Por qué no mejor te muestro?

Toma su teléfono y en un segundo empieza a sonar por todo el cuarto una balada suave.

— Te presento lo mejor que escucharan tus bellos oídos. Mi canción favorita de toda la vida: "Nada Valgo Sin Tu Amor" de Juanes.

Hago una mueca. Empieza bien, pero es una balada sin más.

Cam, por el contrario, cierra sus ojos y canta por lo bajo cada verso moviendo su pie al ritmo de la música. No es hasta que la canción comienza a subir el ritmo, transicionando a un estilo más bien rockero, que toma mi mano y nos levanta de la cama de un salto.

— ¡Me siento débil cuando estoy sin ti! — grita a la vez que salta tomándome de ambos manos y obligandome a hacer lo mismo entre risotadas —, Y me hago fuerte cuando estás aquí —, hace un micrófono con una de sus manos y con la otra me da vuelta — Sin ti yo ya no se que es vivir, mi vida es un túnel sin tu luz.

Seguimos dando vueltas y saltos por la habitación. Actuando las partes más suaves con expresiones dramáticas y señas con las manos. Cam hace como si estuviera tocando la guitarra eléctrica en el solo.

— Por eso yo quiero que en mi mente siempre tu cariño esté bien fuerte, — canta la parte suave soltando su guitarra imaginaria y pegando su frente con la mía mientras rodea mi cintura — Aunque estemos lejos o aunque estemos cerca del final. — me da vuelta poniendo mi espalda contra su torso mientras sigue cantando suave hasta que suena un ¡Ven amor! que nos obliga a saltar entre risas de nuevo.

Esta vez, ya he escuchado lo suficiente el coro como para cantarlo a gritos junto a él.

— ¡Quiero pasar más tiempo junto a ti! ¡Recuperar las noches que perdí! —, con mi mano imito igualmente un micrófono que pongo entre nuestras bocas — ¡Vencer el miedo inmenso de morir! ¡Y ser eterno junto a ti! — ambos nos señalamos a la vez en el "ti".

El toca un par de acordes en su guitarra imaginaria junto a los últimos versos antes de tirarnos exhaustos con sonrisas de oreja a oreja sobre su cama. Hay un par de segundos de silencio en donde solo nos concentramos en recuperar la respiración antes de que yo gire mi cara para verlo a los ojos en lo que digo mi veredicto sobre su gusto musical.

— Es una gran canción. Lo admito. Pero eso no cambia en nada mis gustos, es más, solo le suma una canción a mi playlist de ocho mil canciones.

Ríe como si se le hubiera olvidado la razón de todo esto.

— Bueno, supongo que me conformo. — se reincorpora, levantando el desastre de lápices y hojas repletas de problemas sobre el piso a consecuencia de nuestro show — Creo que ya podemos seguir con lo último de Física.

Vuelco los ojos pero no sale tan creíble con la sonrisa enorme que llevo. De igual forma, yo también tomo el libro y abordamos los siguientes temas con mejor actitud que antes por la adrenalina restante que quedó en nuestros cuerpos.

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