Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 38.- Primeras impresiones

Ya pasaron tres días desde que hablamos sobre el asunto, sinceramente es que estaba ansiosa de asistir a ese baile mañana junto a Asher, vestidos tan increíbles que lo pasaremos muy bien. Aunque con Asher hemos sido muy cursis, tenemos una tensión sexual de la puta ostia, joder es que quiero empotrarlo, se ve tan sexy sudado, de rodillas obedeciéndome mientras lame hasta mi alma y me hace temblar, acariciando mi cadera tan lento que sólo dan ganas de suplicar por más, esa mirada que me empapa toda (y no sólo por su mirada), esa mezcla de comentarios cursis y a la vez tan dominantes hasta que se corre y se vuelve un osito amoroso, aunque si se corre antes me hace correr para estar mimándonos después. Joder, ¿cómo no amarlo? Tendré que buscarlo en google, ya me imagino el resultado:

'Tienes cáncer, no sé por qué lo buscas cuando sabes que siempre recetaremos un buen ataúd de amazon a un increíble precio (y envíos gratis) o también podemos recomendar páginas webs sobre la enfermedad, cómo curarla según médicos o gente anti-vacunas o también puedes ver vídeos sobre cómo engañar a la muerte matándote a ti mismo o viendo imágenes escalofriantes que vas a llorar por el poco tiempo que te queda. Buen día :)'

Sería muy gracioso. Nota mental: nunca me dejéis entrar en la compañía de google.

–¡Emma! –exclamó Estephany, acompañada de su hermana y el chico sin nombre que ya por fin tiene nombre, acercándose corriendo para abrazarme con fuerza.

Es verdad, estamos en la hora de lectura esperando a que nos recoja Alice, ya que el profesor de la última hora a faltado y nos han dejado salir antes por ir a batxillerato.

–Chiqui, me estás ahogando –hablé fingiendo que me ahogaba, que al soltarme nos reímos juntas.

–Dios, cuanto tiempo, te echaba de menos, desde que habló Alex con nosotras sobre eso y tú se la jalaste a un chico en la biblioteca no nos hemos vuelto a ver.

Noté cómo se ahogaba con su saliva Asher, dándole palmadas y notando la mirada traviesa de los demás hacia mí, sabiendo al instante que ese chico era él.

–Ya veo que resultó bien –habló Carla, dándome un codazo y notando cómo mis mejillas se ponían rojas.

Osea no tengo que sacarme los ojos para notar que estoy roja, osea noto un calor en mis mejillas que... Que coño, si estoy en mi mente, ¿por qué me explico a mí misma? Cada día más subnormal.

–Pues sí, bueno, somos pareja y nos queremos –respondí, mirándome Asher con el ceño fruncido.

–No nos queremos, nos amamos.

–Queremos –corregí, los dos cruzándonos de brazos y mirándonos seriamente.

–Te amo beach.

–No se dice beach, es 'bitch'.

–¿Y qué mierda he dicho?

–Me acabas de llamar playa.

Intentamos mantener las risas, pero fue imposible cuando empezaron a reírse mis amigos, contagiándolo a nosotros hasta que casi nos quedamos sin aliento y casi morimos. Un apodo la mar de divertido e intrigante, eh.

–Bueno, ¿qué mierda hacéis aquí putos? –pregunté cuando se calmaron las risas, sin superar la playa.

Ya no la voy a ver de la misma forma.

–Estamos esperando al padre de Josué ya que viene a recogerlo y preferimos esperarle y que nos lleve, ¿vosotros?

–Esperando a que nos recoja mi cuñada.

–Estamos en las mismas entonces 'playa' –bromeó Josué, más conocido como el 'chico nuevo 1.0'.

Bromeamos unas cuantas veces más mientras seguíamos esperando, hasta que vi un hombre acercarse a nosotros que, al girarse Josué, le saludó.

–Hola papá, ya estabas tardando –habló igual de emocionado que un niño pequeño, recibiendo una caricia en su cabeza de su parte, despeinándolo.

–Hola cielo mío, ¿cómo te ha ido el dia?

Que extraño, esa voz me suena de alguna parte y sin embargo no podía recordarlo ahora mismo.

–Me ha ido muy bien, mira estos son mis amigos –fue presentando poco a poco al resto mientras yo pensaba.

Piensa, piensa... Espera, ya sé. El chico de la biblioteca, el que estaba en el piso de arriba apuntándome con un arma, él...

–Y esta es –fue a presentarme, pero yo le interrumpí, hablando seria y dándole mi mano.

–Emma, Emma Stronge –me devolvió el saludo y sonrió malicioso, si no fuera porque yo también doy miedo, podría decir que esa sonrisa me hubiera acobardado encima.

–Anthony Miller, un gusto señorita Stronge –fue a besar mi mano sin apartar mi vista de mis ojos, sin embargo, yo la aparté antes, poniéndola en mi bolsillo.

–El gusto es todo mío.

Nos quedamos en total silencio manteniendo la misma expresión hasta que alguien carraspeó y habló.

–Bueno, será mejor que ya nos vayamos –habló Josué, notándose su incomodidad. –Chicas, ¿os llevo?

–No –me apresuré a responder mirándoles, y al ver su confusión me aclaré la garganta y contestó Asher.

–Oh vamos, debéis hacer deporte y tengo entendido que no vivís tan lejos de aquí, asi que venga culos gordos, andando.

–Ay que tiquismiquis de novio, aunque está buenorro, te lo aceptamos sólo por eso –bromeó sarcástica, riéndonos todos menos yo que fingía mi risa y le miraba de reojo, expectante.

–Bueno, entonces nos vamos ya, chau bitches –se despidieron con la mano y las chicas se fueron caminando mientras reían.

–Bueno, nosotros también debemos irnos, tengo asuntos que atender –mencionó Anthony mirándome de arriba-abajo, regalándome una sonrisa torcida y desviando la vista hacia Asher. –Un gusto conocerle también, espero tengamos el placer de conocernos.

Y tanto que lo vas a conocer, pero enfadado mientras te rompe los huesos y yo te desmiembro cada asquerosa parte de tu estúpido cuerpo.

–Supongo –respondió insegura, girándose los dos restantes que, cuando pensé que ya iban a perderlos de la vista, me sonrió Anthony y articuló un 'ya nos veremos' con sus labios.
>>¿Quién es? –al no responder, se puso delante de mí, yo sin dejar de ver dónde estaba anteriormente Anthony. –Emma.

–¿Qué? –le miré al fin, sin dejar mi seriedad y él intentando descubrir lo que pensaba, sin éxito.

–Cariño, ¿qué ocurre con él? Has estado rara desde que él ha aparecido.

–Estaré bien, dame un momento ¿sí?

Sin dejar que contestara empecé a caminar directa hacia dónde él se dirigió, sacando el móvil y marcando a mi hermana, respondiendo al instante.

–¿Diga?

–Anthony Miller, metro noventa, ojos tan oscuros que pueden llevarte al mismo abismo y arrojarte sin piedad en él, pelo tintado de marrón aun conservando su característico rojo, un tatuaje de un león en su cuello y aparentemente familiar, conservado, elegante y caballero aunque su mirada demuestre superioridad, egocentrismo, lector de mentes y asesino muy rico en poder. ¿És él?

No respondió, dejando clara su respuesta.

–Bien, entonces te diré algo, pienso matarle y lo haré ahora mismo.

–No, espera...

Colgué interrumpiéndola mientras caminaba más rápida, preparando mi arma para usarla cuando vi que iban a montarse en el coche aparcado al final de esa calle por la gran cantidad de coches aparcados.

–Ey –le llamé, viendo cómo me volvía a mirar y le decía algo a su hijo, cerrando y acercándose a mí con paso lento, en pocos segundos encontrándonos.

–¿Sí querida? ¿Pasa algo? –preguntó inocente, sin mantener esa mirada fría y esa sonrisa torcida que empezaba a odiar.

–Sí, quiero advertirle de algo, ha hecho mal en meterse conmigo y pienso hacérselo saber.

Rió sin gracia mientras yo mantenía mi compostura, no pienso dejar verme frágil, y menos a alguien como él.

–Oh cielos, se notan los genes, eres igualita a tu madre.

–Y tú eres igual de gilipollas que mi padre y acabarás igual que él, en una tumba.

–¿Cuál de tus padres? ¿Mi socio o los ridículos?

Respiré profundamente para controlar la ira que poco a poco iba venciendo terreno, apartando cualquier cordura hasta que no quedase ninguna.

–Sólo le diré de algo –me acerqué, mirando el suelo hasta estar a pocos centímetros de él, volviendo mi mirada a sus ojos esta vez con mi singular color de ojos, notando cómo se tensaba e intentaba de ocultar el pánico y miedo que le provocaba. –Lo único que no puede controlar es el miedo, y tengo el placer de ser la única excepción, y de incluso provocarlo, así que no tiente a la suerte si no quiere que sea yo quien le controle a usted, señor Miller o, como diría mi padre, señor 'Calzas largas'.

Sonreí maliciosa cuando noté su sorpresa ante aquello. Ese apodo 'cariñoso' se lo puso mi padre a él porque no se atrevía a hacer una mierda y era humillado por el mismo en su anterior trabajo antes que este, así recordándole lo humillante y asqueroso que él fue y no deja mostrar bajo ningún concepto. Que mala suerte que mi hermana lo escuchara una vez cuando iba a ir a hablar con mi padre en su oficina y los pillara, ¿verdad?

De pronto él se enfadó y puso sus manos en mi camisa, empujándome hasta quedar contra la farola y él gritándome furioso.

–¡ERES UNA MALDITA ZORRA QUE NO SABE DE UNA MIERDA, PARA LO ÚNICO QUE SIRVES ES PARA SER UNA DON NADIE Y HARÉ QUE ME SUPLIQUES PARA QUE PARE PORQUE NO SIRVES PARA NADA!

–Si no sirvo para nada, ¿por qué estás tan enfadado? –pregunté en un murmuro, con mi voz tranquila y profunda, sonriendo maliciosa. –Estás en público cielo, no está bien visto pegar a una menor a menos que te arresten y sea yo quién te mate entre rejas, quedando cómo un suicidio y yo cómo la victima que soy de todo esto, o ¿acaso no te atreves a luchar? ¿Tienes miedo?

Estoy jugando con fuego, pero un fuego que era congelado comparado con el mío, ardiente cómo la lava y era yo quién podía controlarlo. Vi cómo miró a su alrededor notando cómo la gente estaba murmurando y mirándonos, así yo emitiendo un grito o pido ayuda y él ya estaría acabado, aunque de una forma muy poco inteligente y aburrida.

–Tik tak Anthony –imité el ruido del reloj, volviéndome a mirar y soltándome con un quejido, bufando y entrando al fin en el coche y marchando a toda velocidad.

Escuché pasos que venían corriendo hacia mí mientras yo miraba aún el coche, manteniendo mi sonrisa y mis ojos volviéndolos a su color habitual.

–Cielo, ¿estás bien? –preguntó Alice, viendo cómo el coche se iba por otra calle y perdiéndolo de vista.

–Estoy mejor que nunca –reí en una pequeña risa maléfica, mirándoles a ellos dos de vuelta y sonriendo ganadora. –¿Nos vamos?

Me miraron confusos, pero no insistieron, así caminando por delante de ellos mientras intentaban seguir mi ritmo.

Esta guerra está a punto de transformarse en un mundo de muertos, y pienso ser yo quién lo gobierna a todos.

~Hola a todxs!! Espero que os vaya gustando esta historia, sólo diré que será larga de cojones así que, sin más que decir, bye!!~

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro